EL DÉSPOTA INDOCTO
Por
Antonio Caponnetto
“Una grande ignominia originase fácilmente de una gran vanidad”
Manuel
Tamayo y Baus, Los hombres de bien.
I.-¿Quién es Monseñor Taussig?
1º.-Monseñor Eduardo María Taussig es
un hombre de formación católico-liberal. De sobra queda probado tanto por su
trayectoria personal y familiar, como por el elogio que suele prodigarle a la
acción de las figuras del liberalismo católico en la Argentina.
Están para corroborarlo, entre otros
testimonios, su propias homilías en las efemérides nacionales, y el módico opúsculo
El Te Deum y otros aportes en camino al
Bicentenario (Buenos Aires, Ágape, 2009), presentado en marzo de 2010 en la Universidad Nacional
de Cuyo, con la asistencia de despreciables figuras políticas del oficialismo,
como Omar Félix, y la aquiescencia de la Intendenta del Departamento, Cristina Dal Dat
(cfr.Alsurinforma.com 15-3-2010). Si
al susodicho Félix, que co-presentó el texticulillo, lo veremos aprobando leyes
como la de la fertilización asistida, contraria a las enseñanzas de la Iglesia (http://www.parlamentario.com/noticia-54666.html),
a la damisela la vimos, junto a otros varios de su laya,avalando la marcha del
orgullo homosexual en San Rafael, ejecutada el pasado 29 de marzo de 2012,
puesto que –según dijo entonces- “todos los ciudadanos tienen derecho
a reclamar por sus derechos” y es adecuado “apoyar toda manifestación
democrática porque vivimos en libertad” (cfr.diario Uno, San Rafael, 29-1-2012).
Ahora bien; justo es recordar que el
liberalismo católico fue llamado “peste perniciosísima”, “verdadera calamidad”,
“pacto entre la justicia y la iniquidad”, “virus oculto y error insidioso y
solapado”, por el Beato Pío IX; y condenado enérgicamente por San Pío X, aún
desde antes de subir a la silla petrina, cuando el 5 de septiembre de 1894
tildó a los católicos liberales “lobos cubiertos con piel de corderos”;
instando en consecuencia a “los verdaderos sacerdotes” a que prevengan al
pueblo “sobre sus peligrosas asechanzas y sus malos objetivos”.
2º.-Monseñor Eduardo María Taussig no
ha trepidado en concurrir a entidades masónicas, como el CARI(Consejo Argentino
para las Relaciones Internacionales),al que asistió, por ejemplo, en carácter
de disertante el 12 de abril de 2012. Compartió entonces la misma sesión
académica con Jorge Castro, analista político
internacional, funcionario menemista, quien habría sido condenado en ese mismo
año 2012 por el Tribunal Oral Federal Nº 2 a un año y medio de prisión en suspenso e
inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos por haber intentado el
delito de defraudar a la administración pública (Cfr. http://www.gacetamercantil.com/notas/17753/
).
El masonismo del CARI –nunca disimulado
por sus gestores- ha sido documentado en no pocas ocasiones como para ignorar
el dato. Entre nosotros, por ejemplo, pueden leerse las siguientes obras:
Francisco Pastrana, Trilateralismo, Buenos
Aires, Cuatro Espadas, 1981; Alan Jones, Cómo
funciona realmente el mundo, Buenos Aires, Segunda Independencia, 1996 y Horacio
Ricciardelli-Luis Schmid, Los protocolos
de la Corona Británica,
Buenos Aires, Struhart, 2004.
El CARI, en suma, es una de las típicas
estructuras del Poder Internacional del Dinero –en acertada definición de Pío
XI- instalado en nuestro país y en muchos otros, como avanzada de la Revolución Mundial
Anticristiana.
Tampoco vaciló en homenajear
públicamente a Raul Alfonsín, masón y socialista convicto y confeso, abogado de
asesinos guerrilleros y enemigo declarado de la Iglesia Católica,
contra la cual blasonó de haberle infligido el daño irreparable de la Ley del Divorcio durante su
nefasto gobierno.
El homenaje tuvo lugar en San Rafael,
el 31 de marzo de 2010, al cumplirse un año de la muerte del precitado crápula,
y en aquella ocasión “Monseñor Taussig dijo unas palabras en las que destacó la
honestidad de ese dirigente, y su lucha por la paz dando como ejemplo su
oposición a la Guerra
de Malvinas”(cfr. http://www.alsurinforma.com/31/03/2010/realizaron-homenaje-a-un-ano-de-la-muerte-de-raul-alfonsin/
).
No es casualidad que elogios
similares o mayores le prodigara su gran referente eclesiástico, Monseñor
Karlic, uno de los prelados consagrantes que eligiera Taussig para su asunción
como obispo sanrafaelino, en octubre de 2004. Karlic –sirva recordarlo- ha
tenido, no uno, sino sobrados y diversos gestos de confraternización con los
masones, como su encuentro público en Paraná, el 12 de abril de 2000, con la
plana mayor de la tenebrosa organización. (Cfr. mi La
Iglesia traicionada,
Buenos Aires, Santiago Apóstol, 2010, p. 123 y ss).
Cuando en diciembre de 2012, Jorge
Clavero, Gran Maestre de la Masonería Argentina, visitó San Rafael para
inaugurar la logia Hypatia de Alejandría,
dijo textualmente: "yo
soy católico como el resto de mi familia pero la religión debe estar relegada
al fuero íntimo de cada persona” (cfr. http://m.unosanrafael.com.ar/mobile/bb/nota.html?id=Y29udGVuaWRvcy8yMDEyLzEyLzE1L25vdGljaWFfMDAxMC5odG1s
Ninguna palabra condenatoria o preventiva salió públicamente de la boca del
obispo ante el insolente desembarco masónico en su diócesis. Nada consideró
pertinente advertirle a su rebaño y a los hombres de bien ante la doble
aberración de Clavero: declararse católico y masón y profanar la memoria de San
Cirilo de Alejandría, al acusarlo del asesinato de la mujer cuyo nombre
patrocinaba la nueva logia.
Tómese nota de que aún existe el canon
1374 del Código de Derecho Canónico, en el que se sancionan los connubios
católico-masónicos; como existe una Declaración sobre la vigencia de dichas
penas, emitida por la Sagrada Congregación Para la Doctrina de la Fe, el 26 de noviembre de 1983, con las
rúbricas de Juan Pablo II y el entonces Cardenal Ratzinger, Prefecto de la
precitada Congregación.
3º.-Monseñor Eduardo María Taussig
viajó expresamente a Buenos Aires para hacerse presente en la asunción del nuevo
Arzobispo, Monseñor Víctor Manuel Fernández, el pasado 15 de junio de 2013, cargo
con que fuera designado por el Papa
Francisco. Es que Fernández fue uno de
los amigos de Taussig, que se involucró en la presentación de su precitado
ensayo “El Tedeum y otros aportes. Camino al Bicentenario”(Cfr. UCA. Actualidad, n.136, Buenos Aires,
2010, p. 10-11)
El pequeño detalle es que el susodicho
Fernández, en su carácter de Rector de la UCA, ha sido el principal apologista y
justificador del rabino Skorka, cuando dicha casa de estudios, bajo la desatinada
moción del entonces Cardenal Bergoglio, lo nombró Dr. Honoris Causa. Ya hemos
dado prolija cuenta del manifiesto grotescamente sionista, anticatólico y
negador de la divinidad de Jesucristo que en tan aciaga oportunidad pronunciara
el rabino Skorka (cfr. Antonio Caponnetto, Un
capítulo más de La
Iglesia Traicionada, http://pagina-catolica.blogspot.com.ar/2012/11/rabino-ofende-la-iglesia-en-la-uca.html
No se conoce ninguna línea del obispo
sanrafaelino lamentando y condenado este episodio vergonzoso, que lo tuvo al
actual Pontífice por causa eficiente, a Fernández por cómplice activo, y a la
divinidad y mesianidad de Nuestro Señor como principales materias de ultraje.
Por el contrario, lo que se conoce, es que todos ellos tienen una cordial
vinculación. Significativo resulta en tal contexto que el patronímico Taussig
aparezca repetido en no pocas personas e instituciones hebreas.
4º-Monseñor Eduardo María Taussig
celebró el Tedeum del 25 de mayo de 2007, en la ciudad de Mendoza, con la
asistencia del matrimonio Kirchner. En tales circunstancias hizo de sonriente y
majadero cicerone de la dupla siniestra y su séquito de ladrones y terroristas.
Las fotos de la jornada lo muestran a los besos y apretones de manos con la
yunta malévola. Ignoramos si los Kirchner se hubieran mostrado tan
complacientes de saber que el prelado que
tan afablemente los trataba es el hijo de un funcionario del Proceso ( Subsecretario General del
Ministerio de Cultura y Educación, Decreto 02664/78,B.O 78/11/10)
Taussig pidió “la fidelidad a la
democracia”, hizo el elogio de la soberanía del pueblo y del sufragio universal, y consideró
oportuno “dar gracias a Dios por estar a la puerta de nuevas elecciones [esperando
que], con los logros y dificultades que hemos experimentado estos años,
consolidemos la vida sana de la república como un anhelo común”.
La soberanía del pueblo forma parte de
los errores político-sociales del liberalismo condenados por el Magisterio Tradicional
de la Iglesia.
“El sufragio universal es la mentira
universal”, según lo declarara el Beato Pio IX (Maxima quidem, 9 de junio de 1862); y la omisión de la verdad
necesaria ante los poderosos, por temor a la represalia de los mismos, es temor
servil y constituye un vulgar pecado de pusilanimidad.
La misma pusilanimidad con la que confundió, entristeció y escandalizó
a
la grey católica, cuando en febrero del 2011 sancionó la gallarda actitud del
Padre Jorge Pato Gómez y “pidió
disculpas a quienes pudieron sentirse afectados” por él (cfr. AICA, 11-1-2011);
esto es, a los degenerados vilipendiadores del Orden Sagrado.
He
aquí en prieta pero sustantiva síntesis la figura de Monseñor Eduardo María
Taussig: liberal,pro masón, cripto sionista, impugnador alfonsínico de la
guerra justa de Malvinas, manso anfitrión de la mafia kirchnerista, oportunista
político y cobarde.
II.-Yo sé quién soy
5º.-Se verá porqué era necesario este
introito breve. El sujeto que así queda verazmente descripto, ha emitido un
COMUNICADO (Prot. 119/ 13), fechado el 18 de junio de 2013, en el cual, con
evidente abuso de poder clerical (pasible de penalidades canónicas y
civiles),y tras una serie de falacias
enunciadas sin fundamento alguno, resuelve “desaconsejar asistir a sus
conferencias [las del Dr. Antonio Caponnetto] y desalentar su difusión en los
ámbitos católicos y de hombres de bien”
(par.4).
Los ámbitos católicos y los hombres de
bien, ya saben de sobra quién es este desquiciado pastor. Y como se lo dijera
Don Quijote a su vecino Pedro Alonso: “yo sé quien soy”.
A)Se
que es mentira que mis “tomas de posición y juicios [...] sobre los últimos
Sumos Pontífices”, han significado “escarnio de la Iglesia y escándalo o
desconcierto para sus hijos fieles”, como sostiene audazmente el Comunicado.
Puedo exhibir con orgullo una holgada cantidad y calidad de testimonios en
sentido contrario.
Desde el Pastor en adelante, por encima
o por debajo de su autoridad, quien quiera seguir sosteniendo la bajeza de que
lo mío es “insidia” (Comunicado, par.3) -esto es, engaño a sabiendas para dañar
a terceros- queda invitado a la confrontación, en el terreno que elija. De relieve quedará entonces lo único que importa
considerar y que el Comunicado escamotea: quién defiende la Verdad y quién la conculca.
El escarnio y el escándalo, en cambio,
es ignorar culposa y ladinamente que mi obra –tenga el valor que tuviere- está
signada,ante todo y de modo constante, por la fidelidad ininterrumpida a la
Cátedra de Pedro. Que como parte de esa misma obra, me asiste el deber y el derecho, en
tanto súbdito católico, de protestar filial y responsablemente contra los
errores en “las enseñanzas y en las medidas de gobierno” que pudieran
protagonizar y penosamente protagonizan las más altas jerarquías.
Si callara, pecaría. Pecaría contra ese
“espíritu de filial obsequio”, cuya conjetural ausencia se me reprocha
(Comunicado,par. 1); y entonces sí –sólo entonces- me haría acreedor al
teresiano desprecio por haberme dormido cuando no hay paz sobre
la tierra.
“El escarnio de la Iglesia y el escándalo o
desconcierto para sus hijos fieles”, no lo constituyen ni provocan esas
legítimas reacciones mías desde la soledad y el llano, sino los dichos y los
hechos públicos marcadamente heterodoxos de quienes conducen la Barca, multiplicados
dolorosamente en estos últimos tiempos; en ocasiones, hasta el límite mismo del
plebeyismo.
El escarnio y el escándalo es que, desde Roma
-amén de las cotidianas perplejidades doctrinales que para nuestra angustia nos
llegan- se nombren o se mantengan en sus sillas episcopales a obispos
perseguidores de católicos, entremetidos en connubios humanos con la hez
ideológica del cuerpo social y llenos de pródiga hospitalidad para con los
enemigos declarados de la Cruz. Cuando
no a obispos que ni siquiera son másculos.
El escarnio y el escándalo, al fin, es que
Monseñor Taussig –predicador de la fidelidad a la democracia pero practicante del
totalitarismo clerical; apologista del pluralismo pero verdugo de quienes no
adhieren a sus brumosos criterios; representante del espíritu conciliar abierto
a la libertad irrestricta del laicado, pero censor del mismo- se haya tomado el
trabajo de protocolizar un Comunicado para impedir que los fieles me escuchen,
cuando no se registra ningún antecedente de recaudos similares para aquellos
que asisten a las disertaciones de los más aborrecibles expositores.
Aborrecibles expositores, a quienes, en no pocos casos, se les abren de par en
par las mismas puertas eclesiales que ahora expresamente se me cierran.
En el año 2010, verbigracia, se le abrieron
las instalaciones de la parroquia San Maximiliano Kolbe al Lic. Simón Bestani,
Presidente Honorario de la Fundación
Contemporánea. Ni el uno ni la otra pueden exhibir entre sus
títulos el de proclamarse apóstoles de Cristo Rey. Más bien andan apareados y
en torvos maridajes con politicastros de la peor laya, nativa e internacional;
sin que falten inquietantes contactos con la II International Relations World Conference, el Centro de Estudios Estratégicos de
Relaciones Internacionales (CEERI) o el International
Relations World Institute. Ninguna de las cuales son precisamente órdenes
mendicantes o monasterios de clausura.
El
escarnio y el escándalo, por último, es que este déspota obsesivo no pueda
desplegar el más mínimo argumento racional ni la más elemental disputatio para probar mis supuestos
errores,ante los cuales se tornaría necesario impedir a la feligresía que me
escuche. Lo espera Juan XVIII, 23 para increparlo con palabras del Señor: “Si
he hablado mal dime en qué; y si no, ¿por qué me pegas?”
Es imposible no aplicar lo que Chesterton pone en boca del
Padre Brown, cuando este descubre que el criminal Flambeau era un falso
sacerdote. “¿Y qué fue aquello que lo
convenció de que era yo un impostor?”, le pregunta, rendido, el
delincuente. A lo que responde el gran prete: “Es que Usted atacó la razón; y eso es de mala teología”.
Si
el Papa Francisco aclaró oportunamente que él no es un príncipe renacentista,
bien le vendría aclarar al Ordinario de San Rafael que él no es un
representante del Despotismo Ilustrado. No; por cierto. Lo suyo es el
despotismo indocto, insipiente y rústico.
B)Sé
que también es mentira lo que sostiene el punto tercero del Comunicado: que mi
“oratoria y mi pluma, tantas veces refulgente y fogosa, sirva para generar
insidia y desconfianza en jóvenes y laicos que, atraídos por el brillo de las
formas, pueden resultar confundidos, entristecidos y escandalizados en su
visión de la Iglesia”.
Monseñor Taussig –del que podría
aseverar que ni me escucha ni me lee, sino que me juzga apriorísticamente o por
terceros- debe saber que ni yo tengo el
oficio de flautista, ni vivimos en Hamelín. La supuesta fogosidad o el
hipotético brillo de un discurso pueden explicar el aplauso furtivo de una
noche. Difícil que explique un discipulado fiel de casi ocho lustros. Es ese
discipulado –o mejor aún:esa amicalidad y camaradería- sembrados por la gracia
de Dios hacia los cuatro puntos cardinales, dentro y fuera del país, el que
desmiente la ignominia del obispo.
Porque quienes integran el pequeño rebaño de
mi docencia o de mi apostolado intelectual ni resultan confundidos, ni
deambulan tristes o escandalizados por mi causa. Aunque va de suyo que ni ellos
ni yo estamos exentos de sendos pesares o humanas limitaciones, la verdad es
que se los ve en las antípodas del retrato fúnebre trazado por el pastor. Andan
firmes y dignos, alegres y confiados, con ansias y con bagajes suficientes para
librar el buen combate paulino. Basta para probarlo la saludable reacción que
ha provocado en ellos este acto tiránico e irracional.
No podría decir lo mismo de los
seguidores del obispo, cuya confusión es lamentable. Consultado su vocero sobre
los alcances del Comunicado, sostuvo que mi error es que [Antonio Caponnetto]
“dudó de la ortodoxia y valentía de los últimos tres Papas” (cfr. Diario San Rafael, 21-6-2013). Semejante
duda –y algo más aún- sobre otros tantos Pontífices de la historia, la tuvieron
San Pablo respecto de San Pedro y santos de la talla de Atanasio o Catalina de
Siena, respecto de los papas de su tiempo. Y lo peor es que tenían razón los
dubitativos o los acusadores.
Ante la vista de estos frutos, Monseñor
Taussig debe preguntarse seriamente quiénes son los que necesitan que se les
“esclarezca las conciencias alteradas”(cfr. Comunicado, par. 6). Y sobre todo,
en dónde está “la llamativa carencia de humildad”(Comunicado, par. 1). Porque aquí
sí, y no a destiempo, cabe mentar a Teresa de Avila: la humildad es la verdad,
y deja de existir en la falsía y en la incongruencia.
C)Sé
asimismo que es mentira que deba retractarme, haciendo “una pública
rectificación” de mis supuestos “juicios desatinados” (Comunicado, par.5) Entre
otras cosas porque jamás se especifican cuáles serían tales desatinos, escapándole
permanentemente el obispo a todo intento de refutación académica de mis clases
o escritos.
Pero es curioso. El Papa Francisco ha
recibido con alborozo el pasado 6 de junio a lo dirigentes de la CLAR –no caracterizados
precisamente por su apego a la ortodoxia- y les ha dicho textualmente: “Se van a equivocar, van a meter la pata, ¡eso pasa! Quizá hasta les va a llegar una carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe diciendo que dijeron tal o
cual cosa. Pero no se preocupen. Expliquen
lo que tengan que explicar, pero sigan adelante. Abran puertas, hagan
algo ahí donde la vida clama. Prefiero una Iglesia que se equivoca por hacer
algo que una que se enferma por quedarse encerrada”(cfr.http://www.reflexionyliberacion.cl/articulo/2729/papa-francisco-dialoga-como-un-hermano-mas-con-la-clar.html ).
Monseñor Taussig debería interrogarse
severamente si con su Comunicado –y específicamente con su cláusula exigitiva
de rectificaciones- no entra en clara colisión con el actual Pontífice, y en
desobediencia manifiesta con su neo-dogmática de una Iglesia Que Mete La Pata
,hasta el extremo de poder subestimar los dictámenes de la Sagrada Congregación
Para la Doctrina
de la Fe...
III.-Epílogo
Al cierre de estas líneas, sólo agregaré
cuatro breves afirmaciones.
Tengo por la primera que repudio
enérgicamente el contenido injustísimo y agraviante de este Comunicado,
negándole a su emisor toda aptitud intelectual y moral para juzgar mi ortodoxia
católica, puesto que ha dado penosas pruebas de no poseerla ni practicarla ni
amarla.
La segunda, consecuencia de la primera,
que revierto los términos de su corolario, alentando y aconsejando a los
hombres de bien que –de acuerdo con las enseñanzas del Evangelio- sepan
distinguir los pastores fieles de los mercenarios. Y que recen intensamente por
la conversión de los lobos en genuinos corderos, para que sepan ser figura del
Cordero.
La tercera, que me llena de un gozo
indescriptible e inefable el saberme en la mira persecutoria de estos déspotas
indoctos. Mala señal sería lo contrario. No incurriré en el pésimo gusto de
exhibir mis cicatrices por elegir una vida al servicio de la Verdad. Sólo diré que, en
recompensa a mi trayectoria católica, nunca fui invitado a homenajear al
abogado de Santucho, ni a abjurar de la sangre heroica derramada en las
Malvinas.Tampoco se me premiaron servicios ofreciéndoseme los estrados de
logiadas instituciones.
La cuarta, que se me podrá negar el
permiso para “hablar en ningún ámbito de la diócesis de San Rafael, sean
parroquias, colegios o cualquier institución que guarde la comunión con este
obispado” (Comunicado, par. 2). Tendrán que hacer algo más para acallarme.
Tendrán que prohibir el desierto y a la voz que clama estentóreamente en él.
Y no hay potestad de ningún obispo
felón que pueda coronar tamaña demencia. Ni siquiera quienes como Taussig, al
decir del Padre García Vieyra, han hecho de la religión un capítulo de la
psiquiatría.
No estamos mal precedidos todos
aquellos a quienes se les cierran las puertas oficiales u oficiosas. Algo
análogo sucedió hace más de veinte siglos, y nos obligó a los bautizados fieles
a aprender a vivir pesebremente. «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo
nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».(Ls.9,
57-62).
No; no estamos mal
precedidos, si podemos espetarles a los tiranos, lo que virilmente les decía
San Atanasio en su Carta del 356 “Vosotros tenéis los templos, nosotros tenemos
la Fe. La Fe es
más importante que los templos”.
Ha sido don Manuel
Machado, en su bellísimo poema Castilla, el que pintó las peripecias del
destierro del Cid Campeador, puesto que el duro castigo incluía –entre otras
crueles penalidades- la de no poder ser alojado en sitio alguno durante su
travesía al exilio.
Cansado de las
fatigas, el buen Cid pide asilo para él y los suyos en un modesto mesón. La
niñita que sale a su encuentro –“es toda ojos azules y en los ojos lágrimas- le
ruega que se retire para no ser objeto de las represalias del mal rey.
Es entonces, cuando en
la conciencia de la soledad, de la persecución y del abandono más pavorosos,
Don Rodrigo saca fuerzas de su pecho y de su temple, alza los pendones, traza
enhiesta la Cruz,
yerge la espada, y con “voz inflexible” les imparte a sus leales que lo siguen
con arrojo, esta lacónica y suficiente orden: “¡En marcha!”.
¡En marcha!, escucho
yo mismo la consigna, me la impongo y la comparto. Precisamente con los hombres
de bien.
Con los que me
acompañaron en las “desaconsejadas” conferencias sanrafaelinas de los días 24 y
25 de junio de este 2013, con un fervor y
un entusiasmo que no terminaré jamás de agradecer. Jóvenes, veteranos,
adultos, familias enteras, madrazas con sus pequeños, matrimonios fieles; y muy
especialmente a ese puñado corajudo de curas, que haciendo de sus hábitos
uniformes, como quería el Padre Ezcurra, demostraron que se puede ser sacerdote
sin renunciar a la inteligencia ni al honor.
Les llegue mi gratitud
con palabras del gran Enrique V: “Nos pocos, nos felices pocos, nos, bando de hermanos”.
¡En marcha! Por Dios,
por la Iglesia,
por la Patria.
¡Viva Cristo Rey!