martes, 9 de julio de 2013

DESCONTROL EN EL PENAL DE MARCOS PAZ Y AMENAZAS

“Quien no está en nues­tro espa­cio es por­que está en contra” Amado Bou­dou

Descontrol en el Penal de Marcos Paz
y amenazas al Servicio Penitenciario

El día vier­nes 21 de junio de 2013 durante casi todo el día, en el com­plejo peni­ten­cia­rio de Mar­cos paz, se escu­cha­ban redo­blan­tes y bom­bos de la murga del “Bata­llón Mili­tante” que esta­ban prac­ti­cando en el módulo resi­den­cial V, que aloja a los “menores-mayores”, jóve­nes pre­sos cuyas eda­des osci­lan entre los 18 y 21 años.
El per­ma­nente ritmo per­cu­sio­nista, del Bata­llón Mili­tante, exa­cerbó los espí­ri­tus de los inter­nos, que al rea­li­zarse el relevo del ser­vi­cio y por con­si­guiente el recuento de los inter­nos, apro­xi­ma­da­mente a las 19: 39hs, en puro argot peni­ten­cia­rio, se des­bandó todo.
Los menores-mayores alo­ja­dos en cua­tro pabe­llo­nes (pabe­llo­nes 2 al 6), se amo­ti­na­ron, toma­ron de rehe­nes a los cela­do­res que esta­ban rea­li­zando el recuento, rom­pie­ron un can­dado que cie­rra una puerta que comu­nica a una esca­lera que per­mite el acceso al sec­tor de con­trol, en el piso supe­rior, y lle­ga­ron hasta el CCM (Cen­tro de Con­trol Monitoreado)del módulo.
Una vez ahí, toma­ron el módulo, se hicie­ron del con­trol del mismo, hasta que el per­so­nal del ser­vi­cio logró reunir un con­si­de­ra­ble grupo de agen­tes pro­ve­nien­tes del sec­tor requisa, dos gru­pos GEI (Grupo espe­cial de Inter­ven­ción), bom­be­ros y cuanto cela­dor estaba en el ser­vi­cio, que luego de un rato reto­man el con­trol del módulo.
Por supuesto, esta acti­vi­dad no resultó gra­tuita, die­ci­séis agen­tes peni­ten­cia­rios resul­ta­ron afec­ta­dos con con­tu­sio­nes de dife­rente mag­ni­tud y tres de ellos heri­dos de gravedad.
Lo triste, dolo­roso y GRAVE de esta his­to­ria no lo cons­ti­tuye este hecho, que no deja de for­mar parte del fol­clore de toda cár­cel; sino que tanto los agen­tes que resul­ta­ron heri­dos, como aque­llos que pese a salir indem­nes de la refriega par­ti­ci­pa­ron de la recu­pe­ra­ción, fue­ron “con­mi­na­dos” por las auto­ri­da­des del com­plejo peni­ten­cia­rio, a no radi­car denun­cia alguna.
Aun­que parezca men­tira, las pro­pias auto­ri­da­des peni­ten­cia­rias, les “indi­can la con­ve­nien­cia”, a sus subor­di­na­dos (a quie­nes –supuestamente-deberían pro­te­ger y apo­yar), de “dejar pasar el hecho”, des­li­zando (vela­da­mente, por supuesto) ame­na­zas en caso de desoír tales recomendaciones.
Dichas “direc­ti­vas”, que no es la pri­mera vez que se mani­fies­tan ante hechos simi­la­res, “bajan” direc­ta­mente del DIREC­TOR NACIO­NAL DEL SER­VI­CIO PENI­TEN­CIA­RIO FEDE­RAL, DR. VIC­TOR HOR­TEL; DIS­PUESTO A PRO­TE­GER “A CAPA Y ESPADA” A SU FUERZA DE CHO­QUE, EL “BATA­LLÓN MILI­TANTE”, que tiene repre­sen­tan­tes en cada una de las uni­da­des peni­ten­cia­rias que depen­den de él.
Autor: María Cecilia Pando