sábado, 20 de julio de 2013

EN MAYO SE REVELO LA MILITANCIA DEL ENTONCES PRESIDENTE DEL TC.



Tribunal Constitucional: El País ataca a Pérez de los Cobos pero no a Pascual Sala

En 2008 el diario de PRISA arremetió contra el entonces nuevo presidente del CGPJ, Carlos Dívar, por ser “conservador y caracterizado por su religiosidad”. En 2012 cargó contra el miembro del TC Andrés Ollero por ser provida y “del Opus Dei”. Anoche El País volvía a la carga afirmando que el presidente del Constitucional pagó cuotas de militante del PP, pues perteneció a dicho partido. El propio TC ha señalado que eso no es incompatible con la ley.
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Los miembros del TC no pueden ser dirigentes de partidos, pero sí afiliados
El Art. 159 de la Constitución señala:
“4. La condición de miembro del Tribunal Constitucional es incompatible: con todo mandato representativo; con los cargos políticos o administrativos; con el desempeño de funciones directivas en un partido político o en un sindicato y con el empleo al servicio de los mismos; con el ejercicio de las carreras judicial y fiscal, y con cualquier actividad profesional o mercantil.
En lo demás, los miembros del Tribunal Constitucional tendrán las incompatibilidades propias de los miembros del poder judicial.”
Y el Art. 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional dice al respecto:
El cargo de Magistrado del Tribunal Constitucional es incompatible: primero, con el de Defensor del Pueblo; segundo, con el de Diputado y Senador; tercero, con cualquier cargo político o administrativo del Estado, las Comunidades Autónomas, las provincias u otras Entidades locales; cuarto, con el ejercicio de cualquier jurisdicción o actividad propia de la carrera judicial o fiscal; quinto, con empleos de todas clases en los Tribunales y Juzgados de cualquier orden jurisdiccional; sexto, con el desempeño de funciones directivas en los partidos políticos, sindicatos, asociaciones, fundaciones y colegios profesionales y con toda clase de empleo al servicio de los mismos; séptimo, con el desempeño de actividades profesionales o mercantiles. En lo demás, los miembros del Tribunal Constitucional tendrán las incompatibilidades propias de los miembros del Poder Judicial.”
Así pues, conforme a los citados artículos está claro que los miembros del TC pueden ser afiliados o exafiliados de partidos políticos. Lo más curioso es que El País se refirió anoche a los artículos que acabo de mencionar, pero lo hizo para respaldar su noticia basándose en la tesis de que un miembro del TC -que es un órgano político, y no judicial-, por el hecho de serlo, es un juez, un error que por ser muy común no deja de ser un error.
El País esconde en su portada la respuesta del TC que desmonta su noticia
De hecho, El País cita en su favor el Art. 127 de la Constitución, pero no dice que se refiere al Poder Judicial, y no al TC. También cita el Art. 395 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, pero no dice que la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional tiene prioridad sobre ella en lo relativo al TC, como señaló este órgano en el Auto 226/1988:
“La Ley Orgánica de este Tribunal, de aplicación prioritaria respecto de la Ley Orgánica del Poder Judicial y de la Ley de Enjuiciamiento Civil no impide que los Magistrados de este Tribunal puedan pertenecer a partidos políticos
Es un auto del TC emitido hace 25 años. El País ha tenido cinco lustros para enterarse, pero ni así. El caso es que el propio TC lo ha recordado hoy en una nota informativa que El País enlaza en letra pequeña desde su portada titulando, sin más, “Nota del Tribunal Constitucional (PDF)”, a diferencia de lo que hacen otros medios como El Mundo, Abc, La Razón o La Gaceta. El tratamiento que da el diario de PRISA a esa nota es significativo: el TC echa por tierra una noticia de El País, y éste esconde la nota del TC para que no se note mucho el ridículo que ha hecho ese diario. Una más a añadir al largo historial de maltrato a la verdad en aras de la propaganda y el sectarismo ideológico que viene practicando ese periódico.
El País clamó contra el ‘religioso’ Dívar, pero calló ante el masón Sala
En ese sectarismo ideológico que tanto caracteriza al diario de PRISA hay que enmarcar otro hecho significativo: a finales de junio se destapaba la militancia masónica de Pascual Sala, revelada por el exministro socialista de Justicia Fernando Ledesma -ejerció su cargo durante el mandato de Felipe González- en un acto privado celebrado a mediados de mayo, es decir, un mes antes de cesar Sala como presidente del TC. Es decir, que Sala era miembro del TC y a la vez afiliado a la masonería. ¿Lo sabía El País? Si lo sabía, no dijo nada. De hecho, El País ni siquiera ha dado esa noticia, que sí han reproducido otros medios. En resumen, que al diario de PRISA le molesta que el presidente del CGPJ sea conservador y religioso o que un miembro del TC sea provida, sea miembro del Opus Dei o haya sido afiliado del PP, pero si se descubre que un presidente del TC pertenecía a una sociedad esotérica conocida por su anticatolicismo militante, entonces El País no tiene nada que objetar.
Sala se despidió con una polémica sentencia acorde con su militancia
De hecho, el escándalo de El País y su temor a que la pasada militancia pepera de Pérez de los Cobos condicione su criterio -lo cual da risa teniendo en cuenta que el TC es un órgano político cuyos puestos se reparten el PSOE y el PP como si fuesen cromos-, contrasta con su silencio ante ciertas polémicas decisiones de Sala que sí pudieron estar muy condicionadas por su militancia. Sin ir más lejos, Sala se despidió del TC usando su voto de calidad para imponer una sentencia contraria a los Acuerdos entre España y la Santa Sede. Para colmo, se trataba de resolver un recurso presentado once años antes. ¿Se lo había guardado Sala para rubricar su mandato para gusto y regocijo de sus compañeros de logia? Pero para colmo, el recurso había sido presentado contra una ley de universidades aprobada durante el mandato de Aznar y modificada durante el mandato de Zapatero. La polémica última sentencia impuesta por Sala contó con cinco votos particulares de seis miembros del TC. El numerito ofrecido por Sala para su despedida fue tan descarado y bochornoso que El País ni siquiera dio noticia de esa sentencia.