ADIÓS AL
MEJOR ESPAÑOL DE
NUESTRO TIEMPO
En aquellos tiempos Don Blas dirigía El Instituto de Cultura Hispánica, allí mismo se desarrollaba una incesante actividad cultural, periodística y de intercambios; ferias de muestras, formación de Técnicos Internacionales en Seguridad Social, exposiciones de arte, Congresos de Cultura, Cooperación Internacional, ayuda a las Asociaciones de Estudiantes de cada país del mundo hispánico, organización de la Fiesta de la Hispanidad en distintas ciudades españolas, edición de libros como los Códigos Civiles, Cursos de Derecho español e hispanoamericano y de formación de técnicas para la Seguridad Social, Cátedras, becas y por supuesto el recibimiento de las más diversas personalidades del mundo político, cultural y económico. Una de aquellas figuras fue el presidente Arturo Frondizi. A propósito de este encuentro, reproducimos a continuación unos párrafos extraídos de una de sus Obras “Escrito para la Historia”:
“era julio del año 1960- el presidente electo de la República Argentina, Arturo Frondizi, visitó el día 8 el Instituto. Le recibimos en el salón de Embajadores. Le acompañaba su señora.Hubo discursos. Mis palabras de recepción y bienvenida fueron las siguientes:"Señor: Bienvenido seáis porque venís en nombre de la Argentina, la patria fraterna, ceñida de blanco y azul. Nos traéis el cielo y la pampa, y nosotros, en trueque, os ofrendamos la espiga y la sangre. Así lo anuncian las banderas que estaban aguardando, en silencio, una al lado de la otra. Ha sido una guardia de siglo y medio. Pero, al fin, Don Quijote y Martín Fierro cabalgan unidos -Madrid, Buenos Aires- como buenos camaradas, a caballo del mundo."Ayer, hoy y mañana."Somos, señor presidente, los pueblos del futuro. Pero ese futuro nos pertenece si acertamos a unir, como ellos -héroes y banderas-, los símbolos que se adelantan."Sabemos hasta qué punto tenemos conciencia de la unidad de los países hispánicos y sabemos que la patria de Yrigoyen -creador de nuestra fiesta de familia- lucha por anudar los lazos de una gran economía, lozana y floreciente, sin la cual el espíritu sucumbe a la materia."Esta Casa nació y vive para la empresa de la Comunidad de países hispánicos. No servimos a España. Servimos a todas las Españas, a las que nacieron con honor y con gloria."Os pedimos que estampéis vuestra firma en esta hoja diáfana y que aceptéis la norma y la noticia: un ejemplar, recién salido de la imprenta, del Código Civil Argentino, y un número, dedicado a vuestra patria, de la revista Mundo Hispánico."La norma y la noticia."La norma, porque este Código recoge y articula un derecho vivido en común por argentinos y españoles y nos enseña que nuestra vida, en lo que tiene de más noble, de humana y entrañable, está regida por unos principios idénticos, y a veces, por textos positivos calcados a la letra."La noticia, porque hoy, a los 150 años, sigue siendo noticia la independencia de vuestra patria. La diferencia está en que, ayer, era para España noticia dolorosa, y hoy vuestra independencia está enmarcada en la Historia común. Si ayer, a los españoles les dolía el parto, a nosotros, los españoles de hoy, nos enciende y regocija la fecundidad.Si vuestros son los fundadores de Hispanoamérica nacidos en España, nuestros son ya los emancipadores nacidos en el nuevo continente."Aceptad, señor, nuestros obsequios. Que los mismos sean augurio y prenda de vuestro mejor servicio a la causa común, y que cuando las nubes y el cielo, las velas y el mar, os recuerden, desde lo alto, en vuestro viaje de regreso a la Patria Argentina, que os espera, recordéis también este día y esta hora. Recordéis, en suma, a España, gavilla y racimo, triturada y pisada en ocasiones por un cerco de incomprensión y de odio, hechura del padre de la mentira. Mas aquí está su gloria, porque la rueda del molino que deshace el grano y la planta que golpea la uva sobre el suelo del lagar convierten a España en harina y en mosto, y es con pan y con vino de amor y de entrega como se forjan naciones cual la vuestra, que hoy, en un inefable y estremececido introito hispánico, "laetificat iuventutem nostram", nos alegran, renovando nuestra juventud".El presidente argentino Arturo Frondizi contestó así:"Señor: Deseo agradecer, no en nombre propio, sino en nombre de la nación argentina, esta ceremonia, porque sé que sus palabras están dirigidas a un país y no a un hombre; a una nación que tiene una historia, un presente y un futuro."Hace ciento cincuenta años, aquellas lejanas regiones del entonces Virreinato del Río de la Plata iniciaron el proceso histórico de su emancipación entre España y aquella zona del mundo que España había hecho nacer con su sangre, con su fe y con su esperanza. Pero he venido como presidente de la nación argentina ciento cincuenta años después. Por primera vez un presidente pisa esta tierra española en el ejercicio de su mando, porque he querido venir a decir a España que aquello que se inició hace ciento cincuenta años como hecho histórico no fue un acto de separación, sino que fue un acto de unidad."Pero para ser unidos teníamos que ser nosotros en la plenitud de nuestra personalidad. Por eso hoy podemos decir, a través de la Historia, que España y la Argentina forman una unidad verdaderamente indestructible."Pero habéis tenido también el recuerdo para esa figura, legendaria ya del mundo hispánico, que es el Quijote, y lo habéis asociado a un hombre como Martín Fierro, creado por la imaginación de quien sentía a España con profundidad en la acción y en el pensamiento, y que se expresó a través de versos inmortales que defendían el sentido de la tierra argentina. Y habéis querido también nombrar a Yrigoyen, un nombre caro para nuestros sentimientos, pero especialmente caro para los hombres que seguimos sus enseñanzas. Yrigoyen no sólo estableció el día 12 de Octubre como homenaje, sino que era un hombre que sintió con profundidad todo lo español. Y sabía que lo español, con lo particular que es, tenía precisamente un sentido universal que haría que los pueblos de América unidos a España abarcaran el proceso general de la civilización."También, esta ceremonia colma mi espíritu de satisfacción, porque he predicado muchas veces desde el anonimato la necesidad del entendimiento del mundo hispánico; he predicado muchas veces en nuestra América la necesidad de la unidad en los grandes ideales, esos grandes ideales de la fe y de la esperanza que nos enseñó España."Y al estar aquí hoy, 8 de julio, firmando este libro, recibiendo el Código Civil argentino que ustedes han mandado publicar, recibiendo este "Mundo Hispánico", siento que esta necesidad de que los pueblos de América estén unidos la vamos a realizar a través del sentimiento de amistad y de comprensión para vuestra España."Yo agradezco por eso vuestras palabras y vuestro gesto, y os digo que volveré con la misma fe con que salí desde mi patria, pero también con la decisión definitiva de seguir dando pasos a favor del entendimiento de España con sus hijos".
“era julio del año 1960- el presidente electo de la República Argentina, Arturo Frondizi, visitó el día 8 el Instituto. Le recibimos en el salón de Embajadores. Le acompañaba su señora.Hubo discursos. Mis palabras de recepción y bienvenida fueron las siguientes:"Señor: Bienvenido seáis porque venís en nombre de la Argentina, la patria fraterna, ceñida de blanco y azul. Nos traéis el cielo y la pampa, y nosotros, en trueque, os ofrendamos la espiga y la sangre. Así lo anuncian las banderas que estaban aguardando, en silencio, una al lado de la otra. Ha sido una guardia de siglo y medio. Pero, al fin, Don Quijote y Martín Fierro cabalgan unidos -Madrid, Buenos Aires- como buenos camaradas, a caballo del mundo."Ayer, hoy y mañana."Somos, señor presidente, los pueblos del futuro. Pero ese futuro nos pertenece si acertamos a unir, como ellos -héroes y banderas-, los símbolos que se adelantan."Sabemos hasta qué punto tenemos conciencia de la unidad de los países hispánicos y sabemos que la patria de Yrigoyen -creador de nuestra fiesta de familia- lucha por anudar los lazos de una gran economía, lozana y floreciente, sin la cual el espíritu sucumbe a la materia."Esta Casa nació y vive para la empresa de la Comunidad de países hispánicos. No servimos a España. Servimos a todas las Españas, a las que nacieron con honor y con gloria."Os pedimos que estampéis vuestra firma en esta hoja diáfana y que aceptéis la norma y la noticia: un ejemplar, recién salido de la imprenta, del Código Civil Argentino, y un número, dedicado a vuestra patria, de la revista Mundo Hispánico."La norma y la noticia."La norma, porque este Código recoge y articula un derecho vivido en común por argentinos y españoles y nos enseña que nuestra vida, en lo que tiene de más noble, de humana y entrañable, está regida por unos principios idénticos, y a veces, por textos positivos calcados a la letra."La noticia, porque hoy, a los 150 años, sigue siendo noticia la independencia de vuestra patria. La diferencia está en que, ayer, era para España noticia dolorosa, y hoy vuestra independencia está enmarcada en la Historia común. Si ayer, a los españoles les dolía el parto, a nosotros, los españoles de hoy, nos enciende y regocija la fecundidad.Si vuestros son los fundadores de Hispanoamérica nacidos en España, nuestros son ya los emancipadores nacidos en el nuevo continente."Aceptad, señor, nuestros obsequios. Que los mismos sean augurio y prenda de vuestro mejor servicio a la causa común, y que cuando las nubes y el cielo, las velas y el mar, os recuerden, desde lo alto, en vuestro viaje de regreso a la Patria Argentina, que os espera, recordéis también este día y esta hora. Recordéis, en suma, a España, gavilla y racimo, triturada y pisada en ocasiones por un cerco de incomprensión y de odio, hechura del padre de la mentira. Mas aquí está su gloria, porque la rueda del molino que deshace el grano y la planta que golpea la uva sobre el suelo del lagar convierten a España en harina y en mosto, y es con pan y con vino de amor y de entrega como se forjan naciones cual la vuestra, que hoy, en un inefable y estremececido introito hispánico, "laetificat iuventutem nostram", nos alegran, renovando nuestra juventud".El presidente argentino Arturo Frondizi contestó así:"Señor: Deseo agradecer, no en nombre propio, sino en nombre de la nación argentina, esta ceremonia, porque sé que sus palabras están dirigidas a un país y no a un hombre; a una nación que tiene una historia, un presente y un futuro."Hace ciento cincuenta años, aquellas lejanas regiones del entonces Virreinato del Río de la Plata iniciaron el proceso histórico de su emancipación entre España y aquella zona del mundo que España había hecho nacer con su sangre, con su fe y con su esperanza. Pero he venido como presidente de la nación argentina ciento cincuenta años después. Por primera vez un presidente pisa esta tierra española en el ejercicio de su mando, porque he querido venir a decir a España que aquello que se inició hace ciento cincuenta años como hecho histórico no fue un acto de separación, sino que fue un acto de unidad."Pero para ser unidos teníamos que ser nosotros en la plenitud de nuestra personalidad. Por eso hoy podemos decir, a través de la Historia, que España y la Argentina forman una unidad verdaderamente indestructible."Pero habéis tenido también el recuerdo para esa figura, legendaria ya del mundo hispánico, que es el Quijote, y lo habéis asociado a un hombre como Martín Fierro, creado por la imaginación de quien sentía a España con profundidad en la acción y en el pensamiento, y que se expresó a través de versos inmortales que defendían el sentido de la tierra argentina. Y habéis querido también nombrar a Yrigoyen, un nombre caro para nuestros sentimientos, pero especialmente caro para los hombres que seguimos sus enseñanzas. Yrigoyen no sólo estableció el día 12 de Octubre como homenaje, sino que era un hombre que sintió con profundidad todo lo español. Y sabía que lo español, con lo particular que es, tenía precisamente un sentido universal que haría que los pueblos de América unidos a España abarcaran el proceso general de la civilización."También, esta ceremonia colma mi espíritu de satisfacción, porque he predicado muchas veces desde el anonimato la necesidad del entendimiento del mundo hispánico; he predicado muchas veces en nuestra América la necesidad de la unidad en los grandes ideales, esos grandes ideales de la fe y de la esperanza que nos enseñó España."Y al estar aquí hoy, 8 de julio, firmando este libro, recibiendo el Código Civil argentino que ustedes han mandado publicar, recibiendo este "Mundo Hispánico", siento que esta necesidad de que los pueblos de América estén unidos la vamos a realizar a través del sentimiento de amistad y de comprensión para vuestra España."Yo agradezco por eso vuestras palabras y vuestro gesto, y os digo que volveré con la misma fe con que salí desde mi patria, pero también con la decisión definitiva de seguir dando pasos a favor del entendimiento de España con sus hijos".