miércoles, 5 de febrero de 2014

ALEMANIA RECHAZA TRANSGENICOS ARGENTINOS

Alemania rechaza transgénicos argentinos

Un comité argentino fue a hacer lobby a Berlín para explicar los beneficios de la producción con transgénicos, pero recibieron un rechazo enérgico: “No queremos esos cultivos, ni tampoco importarlos”.
Fue uno de los papelones de los que los medios no se hicieron eco (por intereses compartidos, obviamente) y por eso la noticia casi pasó desapercibida, pero no deja de ser menos impactante.
Hace unos días se presentaron en la Feria Agrícola y de la Alimentación (Grüne Woche), en Berlín, una funcionaria del Ministerio de Agricultura argentino, Verónica Caride, junto a Francisco Iguerabide, vicepresidente de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola, AACREA.
Ambos estuvieron contando las maravillas de la producción con semillas transgénicas. Verónica, por ejemplo, dijo: “Argentina produce un volumen de alimentos 10 veces superior a su número de habitantes”, “Nuestro país está en condiciones de aumentar en forma sustentable su producción, que ofrece al mundo. Cuenta con tecnología punta y experiencia en las cadenas agregadas de valor”, “Esta tecnología es la oportunidad para el mundo para incrementar fuertemente los rendimientos agrícolas. Existe un exhaustivo análisis antes de la aprobación de cada uno de los productos. En todo el Continente Americano, no sólo en Argentina, hay un auge. Esto ha incrementado fuertemente la superficie cultivada con semillas biotecnológicas. “
La funcionaria del Ministerio de Agricultura en Berlín.
Francisco no se quedó atrás: “Hasta ahora la ciencia nos ha permitido mejorar los indicadores ambientales y queremos producir más por dos motivos: como país es lo que tenemos para ofrecer al mundo, pero además, el mundo seguirá creciendo, los humanos queremos ser más y Argentina también lo necesita. “, “Es una tecnología que ha sido beneficiosa y no solamente está presente en los alimentos, también está en los medicamentos y llega hasta la vestimenta. La biotecnología es una forma de conducir la genética que mejora las especies.”
Todo parece un cuento de hadas. Sin embargo, la experta en biotecnología y bioética alemana Hedwig Emmering, asesora del Partido de Los Verdes, explicó que la tecnología genética es controvertida en Alemania, en donde no es considerada sustentable. Emmering preguntó a los ponentes si había conciencia en Argentina de que los consumidores alemanes no quieren estos productos.
Tengo la impresión de que los problemas que vemos en Europa asociados a la manipulación genética no son percibidos en Argentina, por lo menos no a nivel político. Me sorprendió que no haya sido respondida mi pregunta al detalle, abordando los problemas conocidos, la resistencia que generan los agrotóxicos en hierbas e insectos, pero también las grandes cantidades de pesticida que utilizan y los peligros para la población local. No queremos tener productos genéticamente manipulados en los alimentos. Eso no lo toman en cuenta y es sorprendente porque eso reduce sus posibilidades de exportar”, afirma la experta en conversación con DW.
Alemania importa soya genéticamente manipulada de Brasil, que es usada como pienso de animales. “En teoría podría ser usada como alimento porque no hay ninguna restricción, pero el consumidor no compraría estos productos, que en el futuro serán etiquetados, aunque hayan sido usados como pienso animal, para que el consumidor los distinga” explica Emmering.
“Incluso como consumidores sabemos que estos cultivos tienen desventajas para la salud y para la biodiversidad en los países en donde se cultivan y no queremos apoyar este desarrollo. No queremos esos cultivos en Europa, ni queremos importarlos”.
La DW también recordó a las corporaciones como Monsanto que liderar el mercado a nivel mundial.
¿Será cuestión de tiempo el ingreso de transgénicos en la industria agrícola europea? Seguramente sí pero, por el momento, Argentina pasó papelones en Alemania.
Es una noticia que no la vas a ver en los medios debido que para los  oficialistas es mala prensa y a los opositores no les conviene meterse con algunos de sus auspiciantes más importantes.