Asamblea General de la OEA, reunida en Antigua, Guatemala.
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La Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que
administra los intereses económicos y militares de los Estados Unidos en
América Latina aprobó dos convenciones interamericanas contra
el racismo, la discriminación y la intolerancia. El ferviente canciller sionista Héctor Timerman destacó los
avances y reconoció los desafíos que la región enfrenta, por ejemplo, con el
problema de las drogas.
El Canciller bicéfalo Timerman con la bandera israelí en su despacho. Foto La Nación 31 de julio de 2010.
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En la Asamblea General de la OEA, la Argentina se convirtió
en uno de los primeros cuatro países en suscribir dos nuevas convenciones sobre
lucha contra el racismo, la discriminación y toda forma de intolerancia. Luego de firmar las convenciones, en el último día de
reuniones de la Asamblea, que se desarrolla en Antigua (Guatemala), el
canciller Héctor Timerman indicó que "esto
demuestra que la OEA sigue siendo un espacio relevante para construir consensos
que permitan el desarrollo progresivo de nuevos instrumentos jurídicos de
protección de derechos humanos en la región", por lo que pidió que
todos los países adhieran a todos los instrumentos existentes a fin de lograr
una verdadera universalización.
Foto Gentileza "Sale con fritas" |
Seis países son los
primeros en firmar convención de la OEA contra racismo
Antigua y Barbuda, Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador y
Uruguay fueron los primeros países en firmar la Convención Interamericana
contra el Racismo y la Discriminación Racial, aprobada en la Asamblea General
de la OEA reunida en Guatemala.
Se trata del primer instrumento jurídicamente vinculante,
explicó el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA),
que condena la discriminación basada en "motivos de nacionalidad, edad, sexo,
orientación sexual, identidad y expresión de género, idioma, religión,
identidad cultural, opiniones políticas o de cualquier otra naturaleza".
También por "origen social, posición
socioeconómica, nivel de educación, condición migratoria, de refugiado,
repatriado, apátrida o desplazado interno, discapacidad, característica
genética, condición de salud mental o física, incluyendo infectocontagiosa,
psíquica incapacitante o cualquier otra".
Insulza dijo que la Convención Interamericana contra el
Racismo, la Discriminación Racial y las Formas Conexas de Intolerancia "tiene como méritos principales
reafirmar, actualizar y perfeccionar alguna de las nociones consagradas en la
Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial de la ONU de 1965".
Según una nota informativa de la OEA, el "instrumento
hemisférico elabora una definición jurídicamente vinculante de racismo, de
discriminación múltiple o agravada y de intolerancia, y propone la protección
de todo ser humano contra el racismo, la discriminación racial y formas conexas
de intolerancia en cualquier ámbito de la vida pública o privada, entre otros
aportes".
Respecto a la Convención Interamericana contra toda Forma de
Discriminación e Intolerancia, Insulza afirmó que tiene un "gran valor
simbólico-jurídico" y que dicha convención "convierte a la OEA en una
organización internacional a la vanguardia en la lucha contra toda forma de
discriminación e intolerancia".
Ref: Latam/Andina