viernes, 14 de junio de 2013

ATRIBUYE A "EXPERTOS" UNA CIFRA FALSA DE LA SJE, YA DESMENTIDA POR EL ESTADO

El País se lía: dice que la Iglesia no detalla sus gastos pero da una ‘exhibición de cifras’

  
Juan G. Bedoya, habitual recadero del diario de PRISA para atacar a la Iglesia Católica, firmó ayer una noticia tan panfletaria como ridícula en El País con un título mentiroso: “Los obispos informan al Gobierno sobre sus misas, pero no en qué gastan el dinero”. Bedoya habla de la Memoria de 2011 de la Conferencia Episcopal, revisada por la prestigiosa consultora PwC, presentada ayer y que detalla, precisamente, los gastos de la Iglesia en España.
¿Son “muy poco” 7 páginas detallando en qué se invierte la casilla del IRPF?
Es de una torpeza supina que El País mienta en un titular negando algo que puede comprobarse con una simple lectura a la Memoria 2011 de la CEE. Pero el titular no es, por supuesto, el único punto de la noticia en el que el diario de PRISA miente y mete la pata. A modo de ejemplo, sobre en qué se gasta el dinero que millones de contribuyentes asignamos libremente a la Iglesia, Bedoya dice lo siguiente: “Muy poco se dice al respecto”. Bedoya ha debido pasar por alto las páginas 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 53, en las que precisamente se detalla eso que echa en falta. ¿Le parecen pocas, acaso?
Omite que el gasto que indica la Memoria incluye la asistencia a enfermos
Las mentiras de Bedoya siguen, faltaría más. Sin haber pasado aún del primer párrafo de la noticia, el periodista de El País afirma en referencia a 2011: “la confesión católica destinó ese año 818 millones a actividades pastorales” Basta con acudir a la página 21 de la Memoria para comprobar que Bedoya ha decidido omitir que la CEE atribuye esa cantidad a “actividades pastorales, sacramentales y de atención personal”, lo que incluye la atención a enfermos. De hecho, a lo largo de todo ese libelo Bedoya se cuida de omitir toda referencia a los gastos indicados por la Iglesia para fines sociales o caritativos. A modo de ejemplo, la Memoria refleja los 302 millones de euros que Cáritas y Manos Unidas dedican a ayudar a los demás y el millón de euros donado por la Iglesia para ayudar a las víctimas del terremoto de Lorca, así como los 6,3 millones de beneficiarios de la labor de esas ONGs católicas, las 12.785 personas que lograron encontrar un empleo gracias a ellas, los 51 millones dedicados a ayudar al Tercer Mundo… De eso El País no dice ni pío, seguramente porque da una imagen de la Iglesia muy diferente de la línea anticatólica que domina ese periódico.
Atribuye al Ministerio de Educación un pago que hacen las autonomías
De las mentiras, Bedoya pasa a las meteduras de pata: acerca de las escuelas concertadas católicas dice que la CEE no ofrece “el dato de dinero público que el Ministerio de Educación gasta en financiarlas”. Lo que Bedoya no dice es que el dinero que el Estado invierte en las escuelas concertadas no va a la Iglesia, sino a los colegios, y que esos conciertos no se justifican porque los colegios que los reciben sean católicos -de hecho hay colegios concertados que no son católicos-, sino porque son colegios, porque cumplen con los requisitos que marca la ley y porque las familias que eligen esos centros, y que pagan impuestos como las demás, lo hacen ejerciendo el derecho a la educación que ampara la Constitución en su Artículo 27. Pero es que además el Ministerio de Educación no es el que paga los conciertos: los pagan las autonomías, pues la educación es una competencia que tienen transferida. ¿Tal mal informado está como periodista el señor Bedoya que aún no se había enterado de esto?
Miente sobre el contenido de los Acuerdos Estado-Santa Sede de 1979
Bedoya sigue mintiendo: dice que la Memoria anual de la CEE es “obligada por el concordato económico firmado entre España y el Estado vaticano en 1979″. Basta con leer el texto del Acuerdo entre el Estado Español y la Santa Sede sobre asuntos económicos -que no concordato- para comprobar que lo que dice Bedoya no aparece en ningún punto. La Conferencia Episcopal presenta esta Memoria anual de forma voluntaria, sin estar obligada a ello y en un ejercicio de transparencia que ya nos gustaría ver, por ejemplo, en partidos políticos y sindicatos. Esto es así porque el dinero que recibe la Iglesia a través de la casilla del IRPF no es una subvención: es una asignación que hacemos voluntariamente los contribuyentes que la marcamos, conforme a lo estipulado en el Artículo II punto 2 de los citados Acuerdos.
Dice que la Iglesia no detalla sus gastos y luego habla de ‘exhibición de cifras’
Lo más curioso es que después de mentir en el titular afirmando que los Obispos no detallan en qué gastan el dinero, Bedoya acusa al episcopado español de hacer “una exhibición de cifras”. ¿Se aclara usted de una vez, señor Bedoya? Por lo visto que haga lo que haga la Iglesia, a usted le parece mal: primero se queja de que no da cifras, y luego, ante la constatación de que sí las da, se queja de que hace una “exhibición”. ¿Y aún tiene usted la osadía de decirse periodista?
Atribuye a ‘expertos’ una cifra falsa publicada por las Juventudes Socialistas
De los gazapos y las mentiras, Bedoya ya pasa directamente a la intoxicación. Lo que el Estado invierte en pagar los sueldos de los profesores de religión -dinero que no va a las arcas de la Iglesia, sino a las nóminas de los profesores-, el periodista de El País lo cifra de la siguiente forma: “Los expertos calculan en 700 millones anuales ese gasto público.” Bedoya no dice a qué “expertos” se refiere, pero lo diré yo: a las Juventudes Socialistas, que fueron quienes publicaron esa cifra falsa hace dos meses. Como recordaréis, con esa cifra los cachorros del PSOE engordaron en 200 millones de euros -así, redondos- la también falsa cifra de 500 millones publicada por el grupúsculo cristianófobo Europa Laica. Para conocer la cifra real a Bedoya le bastaba con acudir a las hemerotecas: en marzo del año pasado el Estado publicó que ese gasto fue de 109 millones en 2011. Insisto, señor Bedoya: ¿y usted se hace llamar periodista?
Un periodista de El País conocido por sus falsedades sobre la Iglesia
Como he dicho al principio de esta entrada, Juan G. Bedoya es el habitual recadero del diario de PRISA para atacar a la Iglesia Católica. En ese empeño ha protagonizado hechos que retratan lo que este personaje entiende por periodismo. Como ya comenté aquí en octubre de 2010 Bedoya firmó la primera aparición mediática -en El País, claro- de un bulo de Europa Laica según el cual la Iglesia recibía del Estado 10.000 millones de euros. La cantidad era el resultado de la suma de una serie de disparates propios de personas que no tienen ni la más mínima idea de contabilidad, pero el diario de PRISA la dio por buena porque entre decir la verdad y atacar a la Iglesia, siempre opta por lo segundo. De hecho, en marzo de 2012 El País se negó a publicar una carta de rectificación enviada por la Conferencia Episcopal, que desmontaba las mentiras publicadas por Bedoya en otro artículo, también dedicado a falsear datos relativos a la financiación de la Iglesia. El diario de PRISA debió considerar que la carta le dejaba en evidencia, y optó por negar a la Iglesia el legítimo derecho de rectificación que le reconoce la ley. Para desgracia y vergüenza de El País, la CEE acabó publicando la carta, que recogí íntegra aquí.
En 2009 Bedoya acusó a la Iglesia de contar los años igual que El País
A pesar de todo lo visto, el mayor ridículo hecho por Bedoya, con muchísima diferencia, en su obsesión por atacar a la Iglesia Católica se produjo en 2009: el supuesto experto de El País sobre temas religiosos acusó a la Iglesia de contar los años desde el nacimiento de Cristo. Debió pasar por alto que esa misma cuenta de los años es la que hace el periódico de PRISA y la mayoría de los países del mundo. Obvia decir que si El País mantiene en plantilla a un señor capaz de meter la pata de tal forma es porque sólo le quieren para atacar a la Iglesia, aunque sea a costa de la verdad y de seguir hundiendo en el barro el supuesto prestigio de ese diario.