Lo que más bronca me da… es haber sido tan gil; concluía el
tango Chorra en plena vigencia. Aunque ahora la bronca es mil veces
mayor frente a tanta burla, a los gritos de vecina contrariada por
cuestiones de vereda. Pero tal vez lo peor es ver a la gilada (áulico
vocablo) debatiendo “seriamente” sobre las próximas elecciones, con la
misma necedad que se tragó el 54% … Igual que Chávez y su idéntica
recolectora de votos. ¿Necedad o complicidad? Pues cuando las cosas
son tan claras como el viaje al paraíso fiscal, para darse una ducha en
la bañadera o los desaparecidos presentes en los padrones, no es
cuestión de hacerse los distraídos.
Y pensar –oíamos a un viejo indignado- que antaño se habló de
la “Década infame” por revuelos electorales… o el trascendido de un
escueto “negociado” que descubierto le causó la muerte al implicado.
Tiempos en que se construyó una fabulosa red caminera (sin peajes)
subiendo dos centavos la nafta; los ferrocarriles surcaban el país con
trenes estupendos y económicos; navegación fluvial y marítima de lujo;
la ciudad limpia con red de tranvías confortables y ágiles ómnibus
puntuales. Policía impecable, Justicia severa e inmediata. Y una
seguridad personal que dio fama de “la más segura, más limpia y
confortable”. Las cárceles seguras y limpias (la demolida Penitenciaría
de Bs.As. un modelo). Los presos quedaban presos, los peores en
Ushuaia. Y el delito grave tan raro, que se publicaba a grandes
titulares en la primera plana del diario. .
Más lejos, el
siglo pre anterior, cuando algún grupo no muy cultivado quiso encumbrar,
corrió la alarma famosa: “¡Se nos ha sobrepuesto la canalla! Hoy día,
tras la década de bóvedas domésticas y billetes por kilo, no se
encuentra epíteto suficiente… Salvo el recurso de cambiar c por k.
Junio de 2013 Casimiro
Conasco