El gobierno testimonial sigue sumando muertos
Ya ni siquiera se trata de adjudicarle responsabilidades a la corrupción. El nuevo choque de trenes acontecido en Castelar viene a corroborar que, lo que mata, es el modelo.
Cuando se acercaba el primer aniversario de la masacre de Once, el gobierno nacional intentó neutralizar una marcha de reclamo por seguridad y justicia, haciendo demagogia.
Lanzó al Ministro Florencio Randazzo como abanderado de una supuesta Revolución Ferroviaria, cuyos primeros resultados comenzarían a notarse en apenas 60 días.
Se anunció la compra de 400 vagones chinos y otro tipo de falsedades.
Una realidad es que se hicieron mínimas modificaciones técnicas, y muchas cosméticas, y ocurrió lo que todos sabíamos que, lamentablemente, volvería a ocurrir.
La otra realidad es que no se pusieron a trabajar seriamente en el tema cuando ocurrió el accidente de Once. Lo hicieron cuando se les venía encima un acto de reclamo en Plaza de Mayo. Es decir que no reaccionaron para solucionar problemas, sino para evitar quedar expuestos. Dan vergüenza.
A 5 meses de la Revolución Ferroviaria de Randazzo, chocaron dos trenes del Sarmiento, en Castelar, y otra vez muere gente. Otra vez los Toshiba de 1962, Otra vez varios muertos, otra vez decenas de heridos, otra vez gente mutilada y familias devastadas. Otra vez la tragedia. Al cabo, otra vez más de lo mismo.
La piedra basal de todas estas tragedias es "el modelo" del que tanto se ufanan la presidente y su corte de obsecuentes.
Porque no solamente es un modelo de inédita corrupción, sino, fundamentalmente, de una impericia de gestión nunca antes vista. Cuesta muchísimo comprender cómo es posible que los funcionarios del gobierno no sirvan absolutamente para nada. Son el paradigma de la negligencia.
No son solamente corruptos, son también incapaces e indolentes: Se roban el dinero público, hacen todo mal, y no les importa.
El de Cristina Kirchner es un gobierno testimonial. Hace como que gobierna, pero es mentira.
El ministro Randazzo dijo "Me gustaría ser el hombre que resolvió los problemas históricos del transporte de la Argentina".
Nosotros le decimos, que seremos apenas, uno de los millones de hombres que, con su voto, cambiará la historia. La historia más absurda e impresentable en 30 años de democracia.
La historia de un gobierno testimonial, que hace que la gente se muera antes de tiempo, y que le ha incorporado a la bandera argentina, un crespón negro.
Fabián Ferrante
Ya ni siquiera se trata de adjudicarle responsabilidades a la corrupción. El nuevo choque de trenes acontecido en Castelar viene a corroborar que, lo que mata, es el modelo.
Cuando se acercaba el primer aniversario de la masacre de Once, el gobierno nacional intentó neutralizar una marcha de reclamo por seguridad y justicia, haciendo demagogia.
Lanzó al Ministro Florencio Randazzo como abanderado de una supuesta Revolución Ferroviaria, cuyos primeros resultados comenzarían a notarse en apenas 60 días.
Se anunció la compra de 400 vagones chinos y otro tipo de falsedades.
Una realidad es que se hicieron mínimas modificaciones técnicas, y muchas cosméticas, y ocurrió lo que todos sabíamos que, lamentablemente, volvería a ocurrir.
La otra realidad es que no se pusieron a trabajar seriamente en el tema cuando ocurrió el accidente de Once. Lo hicieron cuando se les venía encima un acto de reclamo en Plaza de Mayo. Es decir que no reaccionaron para solucionar problemas, sino para evitar quedar expuestos. Dan vergüenza.
A 5 meses de la Revolución Ferroviaria de Randazzo, chocaron dos trenes del Sarmiento, en Castelar, y otra vez muere gente. Otra vez los Toshiba de 1962, Otra vez varios muertos, otra vez decenas de heridos, otra vez gente mutilada y familias devastadas. Otra vez la tragedia. Al cabo, otra vez más de lo mismo.
La piedra basal de todas estas tragedias es "el modelo" del que tanto se ufanan la presidente y su corte de obsecuentes.
Porque no solamente es un modelo de inédita corrupción, sino, fundamentalmente, de una impericia de gestión nunca antes vista. Cuesta muchísimo comprender cómo es posible que los funcionarios del gobierno no sirvan absolutamente para nada. Son el paradigma de la negligencia.
No son solamente corruptos, son también incapaces e indolentes: Se roban el dinero público, hacen todo mal, y no les importa.
El de Cristina Kirchner es un gobierno testimonial. Hace como que gobierna, pero es mentira.
El ministro Randazzo dijo "Me gustaría ser el hombre que resolvió los problemas históricos del transporte de la Argentina".
Nosotros le decimos, que seremos apenas, uno de los millones de hombres que, con su voto, cambiará la historia. La historia más absurda e impresentable en 30 años de democracia.
La historia de un gobierno testimonial, que hace que la gente se muera antes de tiempo, y que le ha incorporado a la bandera argentina, un crespón negro.