viernes, 7 de junio de 2013

¿QUE PRETENDE DEBATIR SEÑORA?

CFK se expone ante el ocaso tan temido

 
  Pero el principal de los impedimentos que sufriría CFK ante un debate, llegaría al momento de escindir su tarea de gobierno de la de su marido. Y, fundamentalmente, su gobierno de los últimos casi 3 años, desde la muerte de Néstor Kirchner. Porque en ese lapso, la presidente no puede exhibir absolutamente ningún logro para la Argentina.
La presidente Kirchner, ahora quiere debatir. Es evidente que ante la carencia de candidatos y soluciones, trata de salir personalmente a la palestra, en un desafío más bien compadrito, para argumentar con el relato de la década ganada. Lo suyo es insostenible, y muestra lo mal posicionada que se siente, de cara a la elección.
Lo de CFK es sumamente previsible, porque ante un eventual debate lo único que hará será decir que en el 2001 la Argentina era Burundi, y que llegaron ellos para insertarnos en el primer mundo. Omitirá prolijamente la admisión de que la crisis del 2001 fue provocada por el Pj que ella integra, y por los grupos hegemónicos, para tomar el poder.
Nunca le dirá al pueblo que su marido compró la candidatura presidencial, y que el crecimiento económico de la Argentina se debió al inusual incremento del valor de las commodities como la soja, aquél cultivo que para ella misma era apenas un yuyo, pero que la llevó a entablar un guerra contra el campo, por ver quien se quedaba con el exceso de ganancia.
Esa soja que saltó de valer U$S 170 la tonelada, en 2002, a más de U$S 400 por tonelada en 2003, cuando Néstor Kirchner perdió una elección contra Carlos Menem, y el apoyo de la oposición lo ungió presidente con apenas el 22% de los votos. Ese yuyo que en 2008, ya con ella como presidente, rompió la barrera de los U$S 450, y le siguió proporcionando ingresos inéditos en la historia del último siglo de la Argentina.
Cristina Kirchner no puede debatir seriamente acerca de los declamados 5 millones de puestos de trabajo que supuestamente crearon, porque ni fueron 5 millones, ni los crearon ellos. Se trató de puestos de trabajo recuperados al cabo de la crisis, y a favor de una infraestructura industrial que estaba ociosa, y con una economía en saneamiento (por Remes Lenicov y luego por Lavagna) , que simplemente comenzó a recibir nuevamente a los trabajadores que debieron abandonarla. El otro eje de los puestos de trabajo se llama "empleado estatal"; una frase que, hace algunas décadas, era lanzada como un agravio, para significar lo que, con los años, se aggiornó bajó el epíteto de "ñoqui". Esa parte sí la hicieron ellos.
Tampoco puede debatir la presidente sobre las políticas sociales aplicadas a los sectores más desposeídos, porque hace 10 años que están subsidiando pobres para tenerlos como rehenes electorales, sin sacar a nadie de la pobreza, rumbo a la clase media. Los mantienen allí, en la parte más baja de la nómina, para poder infundirles temor, como lo hizo hace unos pocos días, cuando les dijo que si llega al gobierno alguien que no sea de su extracción, les pueden quitar los planes.
En un debate con la presidente, uno le recordaría, que Eva Perón regalaba máquinas de coser para que las mujeres pudieran trabajar. No los tenía pendiendo de la asistencia estatal para quitarles la dignidad de ganarse el pan con el sudor de su frente.
En un eventual debate la presidente no tendría manera de rehuir al tema de la corrupción. Porque las centenas de denuncias presentadas y muchas de las cuales están en curso demuestran claramente que su gobierno no solo fue el más denunciado de la democracia, sino también el más obscenamente corrupto.
Porque la profundización de su modelo consiste en emitir billetes desesperadamente y convertir al peso argentino en vale de intercambio sin valor fuera de nuestras fronteras. Porque esas políticas absurdas la obligaron a convertir a la Argentina en un compartimiento estanco aislado del mundo, gobernado de manera tiránica y avanzando sobre las libertades individuales y la propiedad privada, y porque la sola idea de su eventual continuidad aterroriza a más del 50% de la población, porque saben que nos depositaría, más tarde o más temprano, en Venezuela o Cuba.
Con todas las estadísticas oficiales falsificadas, con 6 de cada 10 estudiantes secundarios que no terminan el ciclo, con la inversión extranjera directa más baja de la región, con una inflación anual que encabeza los listados internacionales junto a Bielorusia, Etiopía, Venezuela e Irán, con la educación convertida en adoctrinamiento sepia, con la industria electrónica convertida en un burdo ensambladero de piezas extranjeras, con un noroeste donde la desnutrición infantil se lleva el futuro de su gente, con la creciente posibilidad de  tener que importar trigo, con todos los países de la región creciendo y plagados de dólares, con Uruguay, Chile, Perú, Brasil, y Colombia mirándonos antes con pena que con bronca, mientras ella hace un blanqueo de capitales para financiarse en el dinero negro............de qué puede debatir esta presidente?
¿Qué clase de debate puede acometer cuando está demasiado claro que ha fracasado en absolutamente todos los tópicos de gobierno?
¿De qué década ganada puede hablar cuando está claro que los únicos que han ganado son los que hicieron negocios sucios con ella?
Esta presidente no puede debatir con nadie. Lo que está haciendo es tratar de engañar a la población reclamándoles propuestas a los opositores, y la gente no debe caer en el engaño de que aquí nadie tiene propuestas. Las propuestas sobran, pero lo que hay que entender es que existe un orden de prioridades. Y la principal prioridad de todos los opositores, y de más del 50% de los argentinos, consiste en derrotar de una vez y para siempre a una presidente corrupta, falta de jerarquía, falta de soluciones, y que en su desesperación por tener que enfrentar a la justicia, es capaz de llevar al país a cualquier tipo de desastre.
Fabián Ferrante