viernes, 21 de junio de 2013

SOBRE LAS PROTESTAS EN EL BRASIL

El Colum­nista Invi­tado de Hoy:
Mar­celo Ostria Trigo

Es corriente que el aumento de pre­cios en los pasa­jes del trans­porte de pasa­je­ros –espe­cial­mente el urbano– oca­sione resis­ten­cia popu­lar, y que los jóve­nes sean los prin­ci­pa­les pro­ta­go­nis­tas de las mani­fes­ta­cio­nes calle­je­ras de pro­testa. Esto acaba se suce­der en las prin­ci­pa­les ciu­da­des brasileñas.
Pero hay otro ele­mento: a esta pro­testa se ha aña­dido –algo impen­sado en un país de tanta afi­ción al fút­bol– el rechazo a los gran­des gas­tos en cons­truc­ción y remo­de­la­ción de esta­dios y de otras faci­li­da­des para el pró­ximo cam­peo­nato mun­dial de fút­bol: “Bra­sil 2014”, e inclu­sive por el costo –segu­ra­mente mucho menor– de la Copa Confederaciones.
En San Pablo, el pre­cio de los pasa­jes, según se informa, pasó de 3 a 3, 20 reales, es decir un equi­va­lente a 10 cen­ta­vos de dólar (Bs. 0, 69). Según Sér­gio Fausto, Direc­tor Eje­cu­tivo del Ins­ti­tuto “Fer­nando Hen­ri­que Car­doso”, “Esto, en sí mismo, no explica las mani­fes­ta­cio­nes”. Y agrega: “Hay una indig­na­ción latente en la juven­tud con los gobier­nos, en gene­ral, y con el modo por el cual son ele­gi­das las prio­ri­da­des del gasto esta­tal y uti­li­za­dos los recur­sos públi­cos en par­ti­cu­lar. Esto viene de lejos, pero se ha acen­tuado con las noti­cias recu­rren­tes sobre corrup­ción, mal uso de los fon­dos públi­cos e impu­ni­dad de quien comete crí­me­nes con­tra la admi­nis­tra­ción pública.” (Info­la­tam. 18.06.2013).
Lo ante­rior es com­ple­ta­mente enten­di­ble. Pero, gene­ral­mente tam­bién hay otras cau­sas para las mani­fes­ta­cio­nes públi­cas masi­vas, como el des­gaste de un par­tido que ejerce el poder por muchos años; pro­lon­ga­ción que daría carta blanca a la corrup­ción. En efecto, Sér­gio Fausto, sobre esto, afirma que hay indig­na­ción en la juven­tud “con el modo por el cual son ele­gi­das las prio­ri­da­des del gasto esta­tal y uti­li­za­dos los recur­sos públi­cos en par­ti­cu­lar. Esto viene de lejos, pero se ha acen­tuado con las noti­cias recu­rren­tes sobre corrup­ción, mal uso de los fon­dos públi­cos e impu­ni­dad de quien comete crí­me­nes con­tra la admi­nis­tra­ción pública”. Por su parte, el soció­logo Gabriel Conh, afirma que “Hay una espe­cie de de orden social, ali­men­tada por un estilo de ges­tión que no ofrece un diá­logo público”. (BBC).
En las mani­fes­ta­cio­nes, en las que par­ti­ci­pa­ron disi­den­tes –gene­ral­mente radi­ca­les de izquierda– del gober­nante Par­tido de los Tra­ba­ja­do­res– se advir­tió un letrero suge­rente: “Fora todos os par­ti­dos” (Fuera todos los par­ti­dos). Esto, si se esparce como obje­tivo de la mayo­ría, podría ser grave. No se tra­ta­ría, enton­ces, de una exi­gen­cia para el cam­bio demo­crá­tico, o la sus­ti­tu­ción que se entro­nice un gobierno sec­ta­rio que des­co­nozca a los par­ti­dos: par­ti­dos que debe­rían siem­pre ser parte de las opcio­nes ciu­da­da­nas, ya que, el “régi­men plu­ral de par­ti­dos y orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas”, como dice la Carta Demo­crá­tica Inter­ame­ri­cana, cons­ti­tuye uno de los “ele­men­tos esen­cia­les de la demo­cra­cia representativa”.
La pres­cin­den­cia de los par­ti­dos polí­ti­cos es pro­pia de las dic­ta­du­ras. Por supuesto que no se advierte que la inci­ta­tiva resu­mida en ese “fora os par­ti­dos” sea una ten­den­cia domi­nante entre los ciu­da­da­nos bra­si­le­ños; pero es una adver­ten­cia de que siem­pre se corre el riesgo de des­li­zarse hacia el auto­ri­ta­rismo; hacia el neo­po­pu­lista, por ejemplo.
Cier­ta­mente, de vez en cuando, hay dis­con­for­mi­dad popu­lar que, a veces se expande por varios paí­ses, cam­biando los moti­vos de la pro­testa. Esto recuerda lo suce­dido en 1968, cuando los gra­ves dis­tur­bios en París, sin una causa com­par­tida por los alza­dos, se expan­dió luego con cau­sas dife­ren­tes: en ese mismo año en México, con la matanza de Tla­te­lolco, las pro­tes­tas en Esta­dos Uni­dos con­tra la gue­rra de Viet­nam durante la Con­ven­ción Demó­crata y el movi­miento por los dere­chos civi­les del ase­si­nado en 1969 Mar­tin Lut­her King
Ahora, las pro­tes­tas en el Bra­sil siguen a los recien­tes y masi­vos “cace­ro­la­zos” en la Argen­tina que fue­ron una mues­tra de la incon­for­mi­dad popu­lar con el gobierno de Cris­tina Fer­nán­dez de Kir­ch­ner, y a los dis­tur­bios en Chile, cau­sa­dos por estu­dian­tes que exi­gen cam­bios en el sis­tema de enseñanza.
Pare­ce­ría, al final de cuen­tas, que la his­to­ria se repite.
Mar­celo Ostria Trigo
Autor: Marcelo Ostria Trigo