CLARÍSIMO… BERGOGLIO: EL PAPA QUE CREE EN TODAS LAS RELIGIONES
El papa que cree en todas las religiones
Está convencido de que todas las creencias tienen un punto en el que se conectan.
En Francisco – El papa de la gente – (Aguilar), Evangelina Himitian describe a Bergoglio como un líder dedicado a tender puentes con otras creencias.
Bergoglio suele decir que para ser un buen católico, antes hay que ser un buen judío.
Es capaz de finalizar una misa en un colegio católico anunciándoles a los presentes que va a orar como los evangélicos.
Sin miramientos, una vez les dijo que le gustaría que muchos cristianos tuvieran el compromiso y la integridad de un amigo suyo ateo.
Todas las semanas se reunía durante una hora con el jardinero del Arzobispado, que es pentecostal.
Y hace pocos días, les pidió a los católicos que se reconciliaran con los musulmanes.
¿Quién es Francisco? Ciertamente, un hombre de todas las religiones.
Está
convencido de que todas las creencias tienen un punto en el que se
conectan. La habilidad es encontrar ese punto y dejar de lado las
diferencias, para avanzar en el diálogo y la unidad.
Durante
sus años al frente de la Iglesia de Buenos Aires y de la Argentina,
Jorge Bergoglio tuvo tres obsesiones: la pobreza, la educación y el
diálogo interreligioso. Trabajó como pocos para tender lazos duraderos
con otros cultos.
Se
hermanó con diferentes credos y estableció relaciones de amistad con
rabinos, pastores y líderes musulmanes, entre otros. Y se dice que
trabajó como pocos porque lo hizo en silencio. Nunca quiso anuncios
altisonantes al respecto. En cambio, se ocupó del contacto personal y de
conocer no sólo a los líderes de otros movimientos religiosos, sino
también a su gente. [...]
Desde
el primer momento, como número uno de la Iglesia local, Bergoglio se
propuso ser el continuador de una obra que había iniciado su antecesor,
monseñor Antonio Quarracino. Si bien no puso los pilares, que ya habían
sido colocados, fue el constructor de un sólido edificio que alcanzó su
punto más alto en el encuentro con los líderes de todas las religiones
en el Vaticano, ya como Francisco.
En
ese “cónclave histórico”, celebrado en el espectacular marco de la Sala
Clementina del Palacio Apostólico, el Papa recibió a representantes de
treinta y tres confesiones cristianas (anglicanos, evangélicos,
luteranos, metodistas y ortodoxos, entre otros) y de las religiones
judía, musulmana y budista, en un colorido crisol de credos, en el que
desfilaron por la sala kipás judías, taqiyahs musulmanes, capuchas
armenias y túnicas budistas.
En ese encuentro, Francisco brindó un apasionado discurso en el que convocó a la unidad y a sembrar el diálogo interreligioso. “La
Iglesia Católica es consciente de la importancia que tiene la promoción
de la amistad y el respeto entre hombres y mujeres de diferentes
tradiciones religiosas -dijo-. Y podemos hacer mucho por el
bien de los que son más pobres, de los más débiles, de los que sufren,
para promover la justicia, para promover la reconciliación, para
construir la paz.”
Como
arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio también había encabezado y
fomentado encuentros con judíos, musulmanes y evangélicos. Desde la mesa
del Diálogo Argentino, a la que sentó a representantes de los distintos
cultos, hasta encuentros ecuménicos en los que diferentes credos se
juntaron a debatir sobre los temas que atraviesan a toda la sociedad y,
por supuesto, a todas las creencias religiosas. [...]
Dentro
del judaísmo hay diversas posturas con respecto al diálogo
interreligioso. Están los que adhieren de palabra, los que no están
interesados en fomentarlo, y aquellos que interactúan y se involucran de
lleno, hasta casi desdibujar los límites entre una religión y otra.
El rabino Sergio Bergman, sin duda, pertenece a este último grupo. Él mismo se define como un “freelance de la Iglesia Católica” y no duda en identificar a Bergoglio como su mentor y rabino.
“Rabí significa maestro -explica
Bergman en su oficina del primer piso del emblemático templo de la
calle Libertad, en el centro porteño, la primera sinagoga del país-. Un
rabino es un maestro en la ley confesional, pero, en mi visión, es un
término mucho más amplio. Por eso digo que Bergoglio es mi rabino, mi
maestro.”
La
última ceremonia que compartieron ambos referentes religiosos fue en
diciembre de 2012, cuando Bergoglio llegó hasta la sinagoga de la calle
Arcos, entre Olazábal y Blanco Encalada, en el barrio porteño de
Belgrano, a encender las velas de Hanukkah, en coincidencia con la
Navidad cristiana.
No
fue la única ocasión: hace algunos años el arzobispo de Buenos Aires
encabezó la ceremonia y dio el sermón de lom Kipur, el día judío del
arrepentimiento, considerado la festividad más santa y solemne del año,
en la sinagoga de la calle Libertad.
“Yo le agradecí el coraje de haber venido al templo en el día más sagrado e importante para nosotros. Y él me dijo: «Acá el que tiene coraje y valor sos vos. El templo está lleno de todos tus feligreses y me das la palabra a mí. ¡Estás loco!». Y tenía razón: más de uno se levantóy se fue.”[...J
El
año 2001 no sólo quedó marcado afuego en la memoria colectiva de los
argentinos. Para el mundo también constituyó una bisagra [...] “Aquellos
años eran particularmente duros en cuanto a la problemática que
enfrentaba nuestro país y, desde otro lugar, era un momento difícil para
el islam en el mundo [...]“, recuerda Ornar Abboud, que por entonces ocupaba la Secretaría de Cultura del Centro Islámico.
En
esas mesas de opinión y difusión de los valores del islamismo, Abboud
conoció al padre Guillermo Marcó, ex vocero del entonces cardenal
Bergoglio. [...] “Nació allí la idea, con el apoyo del cardenal, de crear lo que es hoy el lnstituto de Diálogo Interreligioso.”
Entre
todas las actividades que el instituto realizaba, organizó, por primera
vez, la visita del cardenal al Centro Islámico de la República
Argentina. [...] “Todavía recuerdo las palabras que dejó escritas en el libro de visitas del Centro Islámico: «Doy
gracias a Dios, el Misericordioso, por la hospitalidad fraterna, por el
espíritu de patriotismo argentino que encontré y por el testimonio de
compromiso con los valores históricos de nuestra patria».”