No quiero a
Clarín. No es otra cosa que una mala y pretenciosa copia de Le Monde, especialmente
por su ideología “progre” que lo ha puesto siempre al servicio de todas aquellas
tendencias que tengan como objetivo estigmatizar a la Iglesia Católica, agraviar
a las Fuerzas Armadas, menoscabar la idea de familia, apoyar un garantismo
irrestricto que roza el abolicionismo y, a partir de esto, fomentar la
indisciplina social. Y no tengo duda alguna que si no hubiera sido negocio
mantener un suplemento para el campo seguramente sus diatribas hacia quienes lo
trabajan tendrían el veneno y el resentimiento con que la progresía se refiere
a ellos desde hace años.
Fue en Clarín, y
cuando digo Clarín me estoy refiriendo a todo el multimedios, desde donde se
urdieron las más groseras calumnias contra los soldados que combatieron a la
subversión. Aún hoy podemos ver como a partir de las mentiras de una periodista-
antigua guerrillera especializada en vender perejiles, trabajo que incluía ser
invitada a bailar a Mau Mau por quienes prestaban servicios en la ESMA- hablan,
en su canal de noticias, de los vuelos de la muerte con la infame liviandad de
aquellos que hicieron- y hacen- de los DD.HH. un estupendo negocio.
Fue en Clarín,
desde donde se montó la mentira del pacto militar sindical que posibilitó el
ascenso a la presidencia de Alfonsín, y fue el multimedios el primero en
aplaudir el juicio a las juntas, el crédito de 1.500 millones de dólares jamás
devuelto por Cuba, la instauración de un plan educativo que ya había fracasado
en otros países y las estupideces varias que ese gobierno perpetró, aunque
finalmente dedicaron su mejor esfuerzo a desgastar desvergonzadamente al
presidente cuando éste ya no les fue de utilidad.
Fue en Clarín donde
se les dio prensa y púlpito a la madre y a la abuela putativas para que
educaran a la sociedad en el odio y la aversión contra aquellos que no creían en sus patrañas, y luego les dio
el poder mediático para que el éxito coronara sus negocios inmobiliarios y
extorsivos. Concubinaje artero pergeñado por el multimedios que tuvo rápido fin
cuando la abuela putativa siguiendo órdenes del oficialismo llevó a cabo contra
los hijos de la Directora del periódico una de la más infames campañas que
hayamos conocido.
Fue en Clarín
donde primero se tergiversaron las declaraciones de Monseñor Baseotto,
declaraciones que fueron aprovechadas por quienes detentaban el poder para
asociarlas a los vuelos de la muerte y así, utilizando esta argucia infame en
esa época donde el multimedios era culo y calzón con el kirchnerismo, perfeccionar
esa afrenta a la Constitución que son los juicios contra quienes combatieron a
la subversión.
Fue en Clarín donde
como nunca en su historia, al menos hasta este divorcio de conventillo acaecido
en 2008, se apoyó y se trabajó por la candidatura de alguien- Néstor Kirchner-
a la presidencia, para luego para hacernos creer que la república podía darse
por conforme de tener un gobierno progresista y popular y que habíamos tenido
la inusual suerte de estar en manos de un mago de la economía cuando la verdad
era que si no hubiera sido por el incremento mundial de precios de los
commodities los “exitosos abogados del sur” no hubieran completado ni el primer
período. Esfuerzo que fue muy bien pagado ya que el multimedios entre 2003 y
2006 fue el más favorecido por la propaganda oficial.
Son demasiados
los pecados de Clarín para enumerarlos a todos, hay demasiada roña en su tinta
como para tenerle un mínimo de respeto. Mueve al rechazo y a olvidarnos de su
destino ya que, campeón de la adhesión al oficialismo- a cualquier oficialismo
sea este de charreteras, corbatas o pañuelos Hermés- esta vez la taba le cayó
de culo. Si esta pelea a la que hoy asistimos se redujera a la presidente y su pandilla
contra el multimedios muchos seríamos los que estaríamos viendo con alegría
como se despedazan entre ellos para ver quién se queda con el hueso con caracú
del puchero y sucumbiríamos, quizás, a la tentación de dejar solo al
multimedios en esta hora de ajuste de cuentas entre mafiosos. Pero esta vez eso
es imposible. Esto va más allá de un hueso. Detrás de esto está la única verdad
que ha dicho, en estos nueve años, la presidente. Detrás de esta pelea de
comadronas está el “Vamos por todo”
chillado pérfidamente en Rosario y que no es otra cosa que lo que exactamente
quiere significar, ese “ir por todo” va más allá de la riña con un multimedios
al que los argentinos le debemos un sinnúmero de chanchadas; ese “Ir por todo”
es ir por nuestro derecho a ser informados como merecemos, a opinar como
queramos, a pensar como se nos ocurra y a defender todo aquellos que nos de el
derecho a ser una República en serio. No nos equivoquemos, el 6D no estamos
defendiendo a Clarín, estamos ejerciendo nuestro derecho a la legítima defensa.
JOSE LUIS MILIA
josemilia_686@hotmail.com