“La
aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la
cobardía es un consentimiento. Existe solidaridad y participación vergonzosa
entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer.” Víctor Hugo
Revisando este fin de semana datos
históricos respecto de la instalación del comunismo en diversos países del
mundo, he notado que se ha materializado mediante la muerte de miles de
personas; es otros casos de decena de miles y en algún país mas de un millón.
En el caso de nuestro país el intento en
la década del ´70 causó entre los dos bandos, 14.000 víctimas fatales.
Quienes me siguen desde que comencé el
ciclo saben que no tengo atadura ideológica alguna y me considero totalmente
inde-pendiente. Hago esta aclaración por el comentario siguiente.
El comunismo no pudo ser instalado
porque la población no adhirió y no lo hizo debido a que el peronismo no era un
movi-miento de izquierda. Esto debe ser reconocido, aún por aquellos que le
tienen un odio visceral.
Como también los peronistas deben
reconocer que el origen del movimiento es justamente ese, tratar que las masas
del país mas importante de Latinoamérica se vuelquen hacia un militar fuerte,
en lugar de hacerlo hacia la izquierda. Para ello incli-naron la balanza
electoral hacia Perón en desmedro de la fórmula Tamborini-Mosca, que no podía
soportar el mínimo cimbronazo de una clase obrera movilizada.
Quitarle esa aura de epopeya a los
hechos de 1945 es lo que no se quiere admitir. No es que el 17 de octubre no lo
tenga ni quitarle espontaneidad; se crearon las condiciones para que ello
acontezca.
Como se crearon las condiciones en la
década del ´20 para que aparezca Hitler.
A ver si entendemos esto. En los grandes
centros de poder tienen bien estudiada y establecida la idiosincrasia del
habi-tante de cada nación; como así también un estudio psicológico de los
líderes populares y dirigentes políticos.
Siempre han tenido el hombre justo, en
el lugar justo, en el momento justo. Algunos, de forma voluntaria y otros, sin
per-catarse, han trabajado para el Imperio.
Esto, que parece algo insólito, se ve
mas claro cuando se hace la pregunta obligada al producirse los hechos: “Quien
se beneficia y quién se perjudica”. Siempre queda el Imperio bien parado;
analicen como era el mundo antes de las guerras y como quedó después; como y
hacia donde se concentró el poder; quienes se beneficiaron económicamente con
la guerra y la reconstrucción.
Quienes
triunfaron en una contienda que dejó 60.000.000 de muertos no iban a dejar que
se desestabilice el patio trasero con una fórmula atrasada cincuenta años en el
tiempo como era la de Tamborini-Mosca en un país altamente sindicalizado para
la época, cuyos gremios estaban en mano de anarquistas y socialis-tas? Los
acuerdos de Yalta establecían que esta zona estaba fuera de la influencia del
comunismo.
Pues bien, ese comunismo ingresa a la Argentina sin nin-gún
tipo de violencia, mediante una inteligente infiltración que comenzó durante el
gobierno de Alfonsín, quien asumió con el favor de la clase media, la misma
que hoy es atacada. Se usó el progresismo de Alfonsín en la figura de lo que
era Franja Morada y desde allí se infiltró el justicialismo; ese reaseguro que
las masas no eran de izquierda.
La primer penetración sobre el
justicialismo fue la crea-ción del sector renovador; para quitarle el contenido
doctrinario. Esto se hace de forma muy inteligente cargando el peso de la
derrota de 1983 sobre los viejos líderes tradicionales. Uno de sus fundadores,
Carlos Menem, fue electo presidente y vació totalmente al movimiento. Hizo con
el Peronismo lo mismo que Alvear con el Radicalismo; quitar las banderas
nacionales y aburguesarlo.
Reitero, no hago juicios de valor; relato
hechos aconte-cidos. Otro referente fundamental fue De la Sota, quien acercó a Cavallo
al PJ. La primer infiltración fue con el grupo de los ocho, de centro izquierda
con Chacho Alvarez a la cabeza.
Una vez que el modelo neo liberal le
explota a De la Rúa
que se vió envuelto entre su incapacidad, la renuncia de Chacho Alvarez y el
Caballo de Troya de Cavallo; fue fácil generar una opción de centro izquierda.
Y aquí quiero hablar de una de las
causas fundamentales del deterioro argentino; la gran colonización cultural a
la que fue sometido.
Como dije anteriormente que el Imperio
posee la idiosin-cracia de cada nación del planeta; entre el plan de Martínez
de Hoz y la convertibilidad de Cavallo potenciaron lo peor del argentino; su
individualismo, lo metieron de lleno en la socie-dad de consumo y le
trastocaron por completo los valores, a cambio de una provisoria bonanza.
En sociología se dice que cuando se
domina una nación, al final quedan tres pertenencias que se pierden de esta
forma; primero la cultura porque para manifestarla se necesita un grupo; luego
el idioma, pues para hablarlo se necesitan dos. Finalmente es atacada la
religión porque uno solo se comunica con su Dios. Nosotros estamos en este
último estadio.
Maquiavelo escribió hace 500 años: “Si
quieres dominar un reino, destruye su idioma”. Hace once años, un Obispo muy
cerca-no al Cardenal Bergoglio me dijo: “En 1968, Rockefeller expresó que si
quieren dominar Latinoamérica, destruyan la Iglesia Católica”.
Las dos siniestros planes económicos ya
citados llevaban adosados tres factores fundamentales: La Corrupción; La
destrucción de la cultura nacional en todos sus rubros; El cambio total de la
escala de valores.
Todo ha sido logrado puntualmente. La
corrupción que carcome todas las instituciones del país, oficiales y privadas;
la cultura nacional inexistente. Para el común de la gente, el gaucho está
disfrazado.
Les voy a dar un ejemplo, chico, pero
gráfico de lo que es colonización cultural. Hace treinta o un poco mas de años
a Los Chalchaleros en Cuyo se los criticaba porque interpretaban la cueca
cuyana con bombo (instrumento norteño). Hoy interpretan la tonada con batería.
Se hace muy difícil hablar con un
compatriota; tiene ins-talado un chip con ideas fuerzas que no hay forma de
hacer entender que hay otras alternativas económicas, políticas; que el
discurso oficial es una mentira que ya tiene 200 años; que hay un sistema que
colapsó.
El
argentino tiene incorporado en su razonamiento varias cosas: a: El fracaso
institucional para gobernarse.
b: La auto estima por el suelo.
c: La idea que es imposible salir
adelante.
d: El nacionalismo es mala palabra.
E: Es un cuento de ciencia ficción el
Poder Mundial por encima de Estados Unidos.
Todo esto es mentira
A: Es el sistema de gobierno el que
fracasó; está creado por el Poder Mundial sin tener en cuenta la idiosincrasia
de cada pueblo. En que momento funcionó en la Argentina? Sin fraude y
corrupción, nunca. Es un sistema creado ex profeso para corromperlo. Debemos
instalar nuestro propio sistema.
B: La autoestima ya lo hablamos en el
programa anterior. La bisagra es Malvinas, cuando nos han hecho cargar sobre
nuestros hombros la derrota. Reseñar derrota (desfile, etc). La vamos a elevar
cuando seamos nosotros mismos, no una copia del exterior; cuando podamos realizar
nuestros sueños, no los de otro; cuando seamos responsables de nuestros logros.
C: Podemos salir adelante sin ninguna
duda cuando tenga-mos clara nuestra meta; nuestros objetivos y busquemos un
gober-nante que nos interprete, no que nos guíe.
Un verdadero gobernante es aquel que
interpreta su pueblo, que no se coloca adelante para indicar el rumbo, sino
detrás para encarrilar a quien se aparte de él. Es un pueblo que con vocación
de grandeza marca el camino. Lo opuesto es seguir un líder mesiánico.
Quizá, al comienzo sea necesario alguien
que señale un camino, pero una vez que el pueblo se dirija hacia allí, debe
acompañarlo y hacerlo participar de las decisiones.
D: Han logrado mimetizar el nacionalismo
con Hitler, Franco o Mussolini; entonces todo aquello que tienda a la defensa
de los intereses nacionales es mala palabra y, de inmediato se lo relaciona con
el populismo. Otra gran mentira.
Valoramos el nacionalismo en otros
países y lo reconocemos; pero para nosotros no. Como no vas a defender tu
país, donde han nacido tus padres y tus hijos. Observa los que te dicen que es
mala palabra como se comportan con su otra patria.
Los cuentos de ciencia ficción los
tratamos en el otro bloque.