En el 1492, este chogua se nos metió en casa acompañado de
chorros, homicidas, forajidos. Todos ellos condenados a muerte, a quienes se
dio la opción de acompañar al “loco” en su aventura, a cambio de no cortarles las bolas y el
zapallo.
¡Después de 521 años, una mujer, tanto o más colifa que el
primero, igualmente acompañada de chorros, homicidas, forajidos, se encarga de
devolverle la pelota a través del Fulbo para todos!.
Dígame si no es como decirle a Cristóbal, “¡andáte a la
mismísima mierda!”, y con él, a toda la colectividad italiana del país, que es
como cagarse, cuando menos, en la mitad de los habitantes del país…éste país.
Perdone que me reitere, perdone. Y con esto de modo alguno pretendo decir que
la Perla del Atlántico se haya convertido en una mierda…¡no solo la Perla del
Atlántico se ha convertido en una mierda!, ¿comprende?.
Y le comento de buena fuente, que si todavía no se lo
llevaron, es porque no encontraron el lugar justo donde ponerle. Algunos marplatenses
se inclinan porque ocupe el lugar de una de las dos focas que están ahí en la
Bristol, donde además de tomar sol en los veranos, se defeca, come, fornica, y
se tira la basura como si se pretendiera dar de comer a las almejas que brillan
por ausencia. Otros entienden que lo mejor sería instalarle en la Plaza que
lleva su nombre, donde curiosamente existe un monumento a Don Peralta Ramos,
fundador de la Ciudá. Otros, con tal de evitar el que se empiece a rumorear que
ambos eran gay, entienden que debería depositarse “allá en lo alto”, donde la
Avenida Colón casi se junta con el mar. Los más existencialistas, aseguran que
“su” lugar está en el Puerto de Mar del Plata, por razones más que obvias. ¡La
cosa es que todavía no está definida la suerte del chogua!, y entonces, y
mientras tanto, se ha convertido en el monumento que más visitan los turistas y
los porteños que acaban de desayunarse que estaba detrás de La Rosada.
En qué transportarlo, es otro tema. Algunos sugieren que
viaje “de acostado” en el pasillo de cualquiera de los micros de media y larga
distancia que salen de retiro, a riesgo que los habitantes de la 31 y 31 (bis)
se lo apropien para colocarle a modo de “Obelisco” en lo que sería el centro
del centro comercial de la “yavi”. También podría ser trasladado en el
Marplatense, sobre el techo de uno de los vagones, a riesgo que se vaya al
jocara debido al vaivén propio de la “formación”. Los más prácticos, aseguran
que el mejor medio sería un avión Hércules, de esos que ya no tienen la suficiente
autonomía como para llegar a la Base Vicecomodoro Marambio, así el relevo de
los milicos que se garcan de frío en acabada muestra de soberanía, se deba
realizar de “a gamba”. La pior será seguramente por la que finalmente se
decidan. Esto es vía terrestre con una grúa transportadora. Porque en este
caso, apenas unos escombros van a llegar. Ocurre que en el trayecto Buenos
Aires-La Plata, a través de la autopista, están “lojindios” que se la tienen
recontrajurada. ¡Sátamente, los mismos hijos de puta que días pasados a Ud., y
a su familia, mientras viajaban en el Fiat 600, le hicieron estallar el
parabrisas a pedradas, casi lo hacen volcar, y cuando consiguió detenerse le
afanaron todo y estuvieron a punto de violarle a la nena menor.
Quizá un día no tan lejano, a alguno se le ocurra practicarle
al dueño de la idea, una radiología de Colon por Enema, a través de una cánula
de no menos de 80 mm de diámetro y como para hacerle pedazos el toor.
Ricardo Jorge Pareja