Queridos amigos:
La imagen de un tren de la
línea del Ferrocarril Sarmiento
incrustado en otra formación mientras las
camillas con heridos yacían en el piso no es una creación virtual, una
confabulación opositora ni forma parte de un plan destituyente. A menos de un
año y medio de la terrible tragedia ferroviaria del Once y con una larga
secuela de accidentes menores, eslabonados a través del tiempo, es la demostración
cabal de la incompetencia y la incapacidad para dar al menos una seguridad mínima
a un servicio de transporte de pasajeros que es además incómodo, impuntual y fuertemente
deficitario.
La decisión de que el Ministerio
del Interior pasara a ser también Ministerio de Transporte y que el Contador Florencio
Randazzo asumiera esta enorme responsabilidad como una parte de sus
obligaciones fue de la señora presidente. También lo fue que el Secretario de
Transporte fuera el abogado Alejandro Ramos, ex Intendente de la localidad santafecina
de Granadero Baigorria, sin experiencia en el área a su cargo. La experiencia e
idoneidad de estos funcionarios en el tema transporte, como la de muchos otros en
sus respectivas áreas poco parece importar a quien toma las decisiones de
asignar cargos, pero lo que debe importarle son, sin dudas, los resultados y estos no solo son malos sino que resultan
trágicos, medidos en términos de muertos y heridos.
Los choques de trenes son
noticia en el mundo por ser hechos
extraordinarios. En Argentina han pasado a tener el carácter de hechos frecuentes
ya que aún estamos en las primeras etapas del juicio que dejó más de 50 muertos y cientos de heridos en el
Once y ya estamos iniciando los juicios
y las investigaciones por el accidente de Castelar. El Ministro Randazzo se ha
empeñado en señalar al factor humano como culpable del accidente pero el
conductor afirma que fallaron los frenos. De cualquier modo, la responsabilidad
en un servicio que no cuenta siquiera con mecanismos de frenado automático es
ineludiblemente de la autoridad del área.
El gobierno ha evidenciado
que es pésimo para gestionar medios de transporte,
hecho verificable tanto en la parte terrestre como en la aérea, que son
sostenidas con millones de dólares en subsidios. Las rutas son trampas mortales a
punto tal que la Asociación Civil Lucha por la Vida ha presentado una
estadística que habla de 21 muertos promedio por día, lo que hace un total de
7665 por año solo en accidentes
viales. Los servicios educativos y de salud son deficientes y la justicia es
tan lenta que la condena al ex presidente Menem se produjo 18 años después de
iniciado el juicio por el delito de Contrabando de Armas. Durante el gobierno
de la actual administración se perdió el autoabastecimiento de energía y el
combustible debe importarse en forma creciente. La inflación es superior al 20 por ciento
anual (1,57 % en Mayo según las mediciones privadas presentadas por el
Congreso). Los productores agropecuarios han iniciado un paro de 5 días por su
descontento con las políticas para el área y el escaso valor del dólar oficial con
que se retribuyen sus ventas al exterior. En la calle. la indisciplina y el
desorden perturban la vida cotidiana y la inseguridad cobra sus víctimas cada
día de cada semana sin interrupciones.
La pregunta que se impone es ¿para
que es bueno este gobierno? La respuesta que ensayamos es: para crear, aumentar
y cobrar impuestos; para promulgar leyes de cualquier naturaleza en tiempo récord y, fundamentalmente, para
inventar excusas para sus errores y fracasos, encontrar falsos culpables, eludir
responsabilidades y hacer propaganda.
El problema es que luego de
diez años de gobierno del Frente Para La Victoria, casi seis de los cuales transcurridos bajo
el mandato de la actual presidente, la mayoría de los argentinos ya estamos HARTOS DE EXCUSAS.
Cuando la señora presidente expresa
ante el accidente ferroviario de Castelar “siento un poquito de bronca e impotencia
porque estamos poniéndole todo, muchísimos recursos económicos y humanos. Y que pasen cosas como estas nos duelen a
todos” equivoca el tenor de los sentimientos y la intensidad de los mismos. En
nuestro modo de ver no debería experimentar
un poquito, sino un enorme sentimiento de responsabilidad además del dolor que nos es
común, porque ella es quien designa a los funcionarios y decide las políticas
en forma personalísima. Si las cosas salen mal es porque ha elegido y
gestionado mal.
Pero el hartazgo no solo llega
por las excusas interminables ante los errores de gestión sino también por el incesante
desgaste que significa tratar de frenar los embates gubernamentales contra los
baluartes institucionales de la república.
La jueza federal Servini de
Cubría declaró inconstitucional la reforma al Consejo de la Magistratura que
modificaba su conformación alterando su equilibrio y sobre todo, lo
referente a elegir a sus miembros a
través de las listas partidarias en actos electorales. Este esperado e
ineludible fallo fue apelado por el gobierno ante la Corte Suprema de Justicia utilizando
el mecanismo de “per saltum” que fue aceptado por esa institución. Para
preparar el terreno la misma presidente ya había maltratado a los miembros de
la Corte recordando el pasado político de algunos de ellos, la elevada edad de
otro y el hecho de que el gobierno de su difunto esposo los hubiera designado a
casi todos. La Corte deberá dejar de lado la mortificación que debe haber
producido este insólito agravio y también la presión que significa, para fallar
conforme a derecho, lo que debería llevarla a la misma conclusión de la jueza
de primera instancia ya que la forma de elección propuesta es una aberración
jurídica y una burla al espíritu de la creación del Consejo de la Magistratura
y de la división de poderes que consagra la Constitución.
En síntesis, que no habrá
elección de miembros del Consejo de la Magistratura (la inscripción de listas
ya fue negada por Servini de Cubría) pero continuamos malgastando tiempo y
esfuerzo en promulgar leyes y generar
disputas que solo sirven para afectar el buen funcionamiento de las
instituciones y perder valioso tiempo que los asuntos de Estado
requieren.
Si buscamos una razón para
comprender por qué las leyes de reforma de la justicia, al igual que la ley de
medios, terminan sujetas a las decisiones de la Corte Suprema, debemos buscarla
en el hecho de que esas leyes no se promulgaron pensando en el buen
funcionamiento de lo que procuran legislar sino en brindar al gobierno un poder
que la Constitución no le otorga y una discrecionalidad impropia de un poder
republicano.
Otra ley que tuvo un efecto
pernicioso es la Ley de Democratización de la Representación Política que
detrás de su título altisonante esconde una complejidad notable para el buen
funcionamiento de las elecciones y otorga al Ministerio del Interior un poder y
atribuciones inusitadas.
En la semana que pasó, los
partidos políticos y sus figuras representativas jugaron una interminable
partida de ajedrez para poder acomodar de la mejor manera sus posibilidades
electorales. Los territorios en que más se desarrolló esta trama fueron la
provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma porque allí se encuentran
algunas de las figuras políticas con mayor proyección presidencial para el año 2015.
Finalmente, como en las historias de suspenso, el desenlace solo se definió en
los últimos minutos y como en toda buena trama quedó abierta la posibilidad de
que surja una saga o de que el monstruo
renazca. La velocidad con que los jugadores cambian de bando y la incógnita de
la participación personal o no del Intendente de Tigre, Sergio Massa, mantiene
en vilo al ambiente político aunque, en general, el grueso de la ciudadanía
está preocupada por otros temas más concretos
e inmediatos. En las huestes del Frente
de la Victoria, como siempre, la vida política se redujo a esperar las decisiones
presidenciales, cruda muestra de un autoritarismo que se corresponde con una
obsecuencia lastimosa.
En
nuestro espacio político, Los
miembros del grupo de partidos de Centro
con que encaramos la rueda de encuentros con otras fuerzas políticas
tomó
diversas decisiones, acorde con el espíritu soberano de sus integrantes.
Nueva Unión Ciudadana se sumó como miembro fundador de la Alianza
UNIÓN CON FE,
integrada también por el Partido Fe, el Movimiento Vecinalista
Provincial, PAIS
y el Partido Autonomista Bonaerense. Adhirieron a UNION CON FE, Acción
por la
República y la Democracia Cristiana. La figura más instalada de la
Alianza es el
dirigente sindical Gerónimo Venegas.
Las razones por la que tomamos
esta decisión fueron fundamentalmente porque en este espacio encontramos la
posibilidad de participar más allá de la conformación de listas, opinando con consideración y respeto sobre el proyecto
y las estrategias políticas y por la firme definición de Venegas de plantarse
en una posición de oposición que otros espacios no nos garantizaban. El tiempo
dirá si acertamos pero pondremos nuestro mejor empeño para acercar la realidad
a nuestros sueños.
En cuanto al gobierno nacional,
estamos convencidos de que el hartazgo que la ciudadanía experimenta por las
interminables e incesantes excusas ante su ineficacia e ineficiencia lo llevará
a un cambio de paradigmas o a hundirse
con sus obcecaciones. Por lo visto hasta el presente tenemos fundado temor en
que adoptará esta última opción y nos dejará
una enorme tarea a quienes tengamos que reparar todo el daño causado.
Pero no teman, estamos preparándonos
para hacerlo con esperanza y con
fe.
Un abrazo para todos y feliz
día del padre.
Juan Carlos Neves, Presidente
de Nueva Unión Ciudadana