El encargado Mangeri y el crimen de Ángeles Rawson
La síntesis del informe que hace la fiscal del caso Ángeles Rawson permite realizar una reconstrucción de los hechos, a partir de la información que la misma fiscalía está manejando y proporcionando.
Mangeri habría causado la muerte de Ángeles Rawson horas después de haberla interceptado en el interior del hall del edificio sito en Ravignani 2360, PB de CABA, en momentos en que regresaba de una clase de gimnasia a las 09.50 hs. aproximadamente y que previo maniatarla de pies, manos y muslos, colocarle una bolsa plástica color verde en la cabeza e introducirla en una bolsa tipo consorcio de color negro, Mangeri la habría depositado en un container de residuos de la zona, para su recolección por los camiones compactadores.
Mangeri fue transportado por la fuerza pública a prestar declaración testimonial, ya que no había acudido ante citaciones previas. Su declaración testimonial presentó inconsistencias y contradicciones.
Los médicos que revisaron al encargado del edificio refirieron que las lesiones que dijo haber sufrido antes de su detención por supuestos apremios ilegales, se corresponden en realidad con heridas que podrían haber sido realizadas por la víctima durante su defensa de un ataque. A la vez, se presentaban lesiones autoproducidas, posiblemente para enmascarar aquellas que habría sufrido inicialmente con motivo del ataque.
Tras la revisación médica, a las 5.15 de la madrugada, Mangeri solicitó una entrevista con la fiscal y el secretario de la fiscalía, de la cual se labró un acta. En esa audiencia, el ahora imputado manifestó: “Soy el responsable de lo de Ravignani 2360; fui yo”. Luego remarcó: “Mi señora no tuvo nada que ver en el hecho” y ratificó que ella no había estado el lunes en el edificio.
La fiscal entonces interrumpió a Mangeri y le solicitó “que guarde silencio y que lo que quiera referir lo haga en presencia de su abogado defensor en el momento oportuno y ante el Juez de la causa”, según consignó en el acta. Minutos más tarde, la fiscal dio aviso al secretario del juzgado interviniente.
La muerte de la chica se consumó ya dentro de una de las unidades transportadoras de residuos, dado que el mecanismo de compresión instalado en las mismas le habría provocado lesiones vitales, como ser traumatismos múltiples, producto del aplastamiento progresivo sobre tórax, cuello y cabeza, causando su deceso.
Agrega que, tal como se indicó en el primer comunicado y fue corroborado en el día de hoy con el resultado de los peritajes, la víctima no fue violada.
La fiscal señaló que Mangeri también trabajaba en el edificio situado enfrente de donde vivía la niña: Cuadra señalar que en este último se estaban efectuando refacciones de cañerías, producto de lo cual los residuos del material eran sacados en bolsas de consorcio a la calle. Esta particularidad indica que no sería extraño ver al encargado transportando bolsas de peso, como la que habría sido utilizada para descartar el cuerpo de la ofendida, parte de la cual fue secuestrada en el predio provincial del CEAMSE alrededor del cadáver.
También indicó que “resulta por demás extraña la actitud posterior asumida por Mangeri, en el sentido de no saludar a la familia de la víctima, a pesar de la trascendencia de la tragedia sufrida, y sobre todo cuando los conocía desde hacía 10 años a la fecha, amparándose en una enfermedad".
Que en la noche del viernes al sábado también se le recibió declaración testimonial a Eleodoro Rubén Vivero, quien fue ofrecido al proceso por el Ministerio de Seguridad de la Nación (este es el testigo que ingresó y salió de la fiscalía con su cabeza cubierta) . La fiscalía hizo saber que Rivero “no tuvo incidencia alguna con la decisión adoptada por la Sra. Fiscal con relación al actualmente imputado Mangeri".
Lo que sigue
Lo declarado por Mangeri en su testimonial, no
alcanza para condenarlo. Legalmente no ha confesado el crimen,
porque declaró tan solo en forma testimonial.
El caso continuará con las declaraciones
indagatorias que el encargado deberá afrontar, siempre que esté
dispuesto a ratificar lo dicho, aunque puede continuar negándose a
declarar o, incluso, declarar lo contrario a lo que dijo en la
testimonial.
De ser así, será la justicia la que deberá
continuar recavando pruebas que lo vinculen al homicidio, y arribar
a proceso y sentencia sin reconocimiento explícito ni confesión
formal.
Estamos, paradójicamente, ante un caso cerrado,
pero que recién comienza.
Fabián Ferrante