domingo, 14 de julio de 2013

UN CHISTE DE JAIMITO


“Ningún sistema socialista puede ser establecido sin una policía política”. Winston Churchill"
Durante la semana que pasó, tal vez como un anticipo de lo que sucederá cuando nuestra Presidente -que ha optado por plebiscitar el “modelo” en las urnas de octubre- pierda las elecciones, nos hemos acercado varios pasos hacia el abismo “chavista” en que doña Cristina quiere despeñar a la Argentina.
Un hecho trascendente fue la asunción del General César Espión Milani como cabeza del Ejército y, en la práctica, de la Armada y la Aeronáutica, y aún del Estado Mayor Conjunto, ya que en ellos consiguió encumbrar a hombres que le son fieles. Y la importancia de lo sucedido radica en que la viuda de Kirchner, después de agostar y denigrar a las fuerzas armadas por toda una década, hoy las convoca a respaldar al Gobierno -no a la Patria- e intenta apoyarse en ellas como fuerza basal de su decadente “modelo”, bajo la inspiración del finado Papagayo Caribeño. La razón fundamental de este viraje radica en que la Presidente está mirando con preocupación extrema la creciente protesta social, y pretende que el nuevo Ejército que el corrupto Milani comanda la mantenga informada y sirva para acallarla; sin embargo, la cadena de mando está cortada justo abajo del generalato, y no habrá quien consiga hacerse obedecer si una orden en ese sentido fuera impartida.
Quienes conocen a Espión no dudan en compararlo con Emilio Cero Massera, aquel Almirante que, después de recibir la medalla a la lealtad peronista, no dudó en encabezar el Proceso de Reconstrucción Nacional y usarlo para “hacer platita” que le permitiera, traicionando una vez más a sus camaradas, dedicarse a la política. Haría bien la señora Presidente en recordar esta similitud.
Otro hecho importante lo constituyó un episodio ¿policial?: la muerte, en manos del Grupo Halcón de El Lauchón, un agente de la Secretaría de Inteligencia (ex-SIDE), colaborador de Horacio Jaime Stiusso -¡otro!- es decir, algo relacionado al Espión. En esta historia, como dijo ayer Jorge Lanata (http://tinyurl.com/nhvw9gg), hay mucho más que cuatro tiros por la espalda y es parte del proceso de “chavización” pretendido.
Finalmente, el procesamiento y pedido de captura de Ricardo Avioncito Jaime no es sólo la confirmación del poderoso olfato de los jueces federales penales, que ya han comenzado a detectar el fétido olor a descomposición que surge de la Casa Rosada. Si lo comparamos con el ingreso a prisión de Luis Bárcenas, el otrora poderosísimo tesorero del Partido Popular, que está jaqueando al gobierno español, lo importante será la respuesta a una pregunta concreta: ¿aceptará el prófugo Jaimito convertirse en el único pato de esta boda o, por el contrario, empezará a hablar, poniendo en juego la santa memoria de don Néstor (q.e.p.d.) y la insólita fortuna de sus herederos? Si hay pacto de silencio, ¿cuál será el precio? La garantía final, ¿no será su propia vida?
Alguien peor intencionado que yo podría atribuir el gesto de Claudio Botitas Bonadío, hasta ayer uno de los más fieles inquilinos de Comodoro Py a cualquier oficialismo, a la aceptación por el Gobierno de la necesidad, frente a tanta denuncia de corrupción, de tirar a los leones a uno de sus más emblemáticos ladrones, pero ello no responde a las preguntas. Por lo demás, Botitas, que en sus fallos pide permiso a una mano para mover la otra, también llamó a indagatoria a Guillermo Patotín Moreno; este Juez muy pocas veces ha realizado esa diligencia sin resolver, dentro de los diez días, el procesamiento del imputado.
La banda de delincuentes que secundan a la viuda de Kirchner justifican el poder de ésta únicamente en el dudoso 54% de los votos que obtuvo en 2011; ello, y el ejercicio salvaje de ese poder, les permite reclamar la eternidad para su enferma líder. Pero ese número mágico se verá fuertemente cuestionado tanto en las PASO cuanto en las legislativas formales de octubre, ya que doña Cristina no ha encontrado candidato alguno capaz de atraer esas indispensables voluntades.
¿Qué sucederá cuando resulte innegable que no habrá, en democracia, otro futuro para ella y sus cómplices que la pérdida del poder y de los cargos? ¿Sobre qué bases invocará contar con un respaldo popular que le habrá sido demostradamente negado? En las respuestas a esas preguntas está el futuro inmediato de todos nosotros.
Cuando pongo en duda –lo sigo haciendo- que las PASO se realicen, ya que sólo servirán para demostrar que el Gobierno y su reina están desnudos, muchos contestan que para suspenderlas se necesita una ley del Congreso, ya que los decretos de necesidad y urgencia no pueden utilizarse para temas electorales; así, careciendo ya hoy de las mayorías necesarias para imponerse, resulta obvio que el Frente para la Victoria no dispondrá de los recursos necesarios para obtener una norma a su medida.
¿Significa eso que el oficialismo se resignará a una tan cantada derrota? Pues no. Y la razón básica es que no cree en la democracia representativa, al menos no en la forma establecida en la Constitución; por el contrario, cree en la democracia “delegativa”, esa que practican en Venezuela, en Nicaragua, en Cuba, en Bolivia y, algo menos, en Ecuador, es decir, en aquella en que las minorías sólo pueden expresarse a través de su periódico voto, mientras que quien encarna a la mayoría hace o deshace a su antojo durante el resto del tiempo.
En resumen, ¿por qué el cristinismo va a permitir que se realice un acto electoral que no dejará dudas acerca de su condición minoritaria, aún después de todas las alquimias matemáticas posibles? ¿Cómo continuar vanagloriándose de un porcentaje de votos que ya habrá probado ser inexistente? A esta altura, todos sabemos qué poco le importan al oficialismo las formas constitucionales, a punto tal que pretende arramblar con la propia carta magna. Cuál será el método que escojan esta vez para ignorar las leyes, sólo lo saben Ella y, tal vez, Zannini, pero mucho me temo que será color rojo sangre.
El 8 de agosto, como un anticipo de lo que sucedería en las urnas el domingo siguiente, la ciudadanía saldrá nuevamente a las calles, unificando las consignas en torno a la corrupción, a la inflación y a la inseguridad, tres dramas en los cuales el Gobierno tiene responsabilidad directa por estar integrado por ladrones y promover el lavado de dinero, por el estropicio del derroche, y por su asociación con el tráfico de drogas. Quizás hayamos aprendido que nada se resuelve sólo con votar, especialmente cuando los candidatos no nos dicen, más allá de las remanidas frases condenatorias, cómo piensan luchar contra esos flagelos, sino que debemos participar en la toma de decisiones, como lo hicieron los franceses un día como hoy, en 1789, cuando tomaron La Bastilla.
Se trata únicamente de salir a hacernos cargo del futuro con nuestras propias manos, y expresando nuestro hartazgo militante respecto de un sistema que, cada día, roe los cimientos sobre los cuales fue construida la República en la que nacimos y seguramente moriremos, salvo que sigamos mirándonos el ombligo y permitamos que la maten antes.

Bs.As., 14 Jul 13
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. +54 (11) 4807 4401/02