Desde el Real de la Muy Fiel y Reconquistadora Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo
“EN BUSCA DE LA DERECHA…” (II)
Discurro con íntima satisfacción sobre
el capítulo final del libro del doctor José Javier Esparza por ser éste una
gran promesa de las letras españolas, amén de hombre joven y madura
inteligencia. En esta entrega para el blog de “Cabildo”
pretendemos hacer llegar a nuestro camarada lector el punto de vista del autor
sobre la globalización que se está
instalando en el mundo en los tiempos que corren. El autor tiene páginas
magnificas en el capítulo que nos ocupa,
por lo que creemos es mejor transcribir textualmente al Dr. Esparza. Aquí va
entonces.
“La implantación de la ideología de
Mercado como sistema único echa sus
raíces en la Ilustración liberal del siglo XVIII, pero ha conocido una
extraordinaria aceleración al compás de los cambios que el mundo ha
experimentado en el último cuarto de siglo”. Esta consideración del autor,
creemos que está un poco desfasada en el tiempo dado que el libro que tenemos
entre manos fue publicado en el año 2005. Por ello, consideramos que el planteo
continúa siendo válido, pero que deberíamos multiplicar por dos los cinco
lustros citados. Por esos años todavía se hablaba de pugna entre dos modelos de
sociedad. Estos eran el capitalismo estatal soviético y el occidental. “Por el
contrario, la caída del Muro de Berlín (y la implosión soviética de 1991agregamos
nosotros) convirtió al capitalismo en único modelo
de sociedad posible, sin alternativa”…
“El derrumbe del Muro entrañó la
desaparición del ultimo referente propiamente ideológico de la escena mundial:
la confrontación Este-Oeste. A partir de ese instante, el orden planetario pasa
a interpretarse en términos exclusivamente económicos y no en unos términos cualesquiera,
sino en los términos del sistema capitalista, que es el único sistema vigente.
Esta imposición de un sistema único ha venido a producirse en terreno abonado.
Hace ya años que en el ámbito político occidental se constató la quiebra de las
ideologías clásicas de la modernidad”… “fin de las ideologías”.
Ahora bien, el fin de las ideologías
descripto en los años sesenta todavía permanecía vinculado a un determinado
universo que buscaba una idea racional y objetiva del “bien común”, imperativo
fuertemente arraigado en la teoría política occidental y que se consideraba- y
con acierto- metafísicamente superior a la simple búsqueda de la eficacia
técnica.”… “tocamos aquí uno de los grandes problemas del actual orden del
mundo, la necesidad de proponer unas ideas y valores que sostengan la
dominación del mercado. Constatemos en este mismo capítulo, los peligros que
entraña la paulatina adopción de la ideología de los derechos humanos como
cobertura doctrinal del sistema único, pues tal ideología desarrolla un
discurso que lo mismo puede servir para lo mejor y para lo peor. Pensemos en
predicados como el del “derecho de injerencia humanitaria”, que es posible
esgrimir tanto para una campaña de vacunación en Somalia como para un bombardeo…
en la propia Somalia.
Y es que el criterio de la eficiencia
tiene esa rara virtud: allá donde se impone como eje de los comportamientos,
desaloja a cualquier otro criterio que pretenda hacerle sombra, ya sea desterrándolo al desierto de las
utopías, ya manipulándolo como disfraz de la propia técnica. En la práctica, la reductio ad unum del mapa político
mundial significa la imposición de un único modelo de sociedad posible; la
democracia liberal capitalista la que para Fukuyama era el fin de la historia.
Estamos frente a la globalización, es decir, un nuevo escenario donde las
innovaciones técnicas y la supresión general de barreras al mercado imponen
como única forma de gobernar la realidad. La globalización, actúa sin embargo como
motor de la nueva imagen del mundo, y lo hace atacando en dos frentes: un
proceso inevitable y por otra, desde el discurso dominante se nos muestra como
un acontecimiento bonancible y deseable, pues estimula la libertad de los
capitales de modo que no solo hay que adaptarse a ellos, sino que hay que
empujar para acelerar sus efectos.
Y el sistema único sopla a partir de
1991, el Banco Mundial, propone una interpretación económica del desarrollo y
lo condiciona a la competitividad general en torno a un Mercado sin barrera”…
“políticas, por supuesto.”
“El mundo contemporáneo está asistiendo
a un movimiento general en varios frentes. En lo económico, el mercado
satisface sus eternas expectativas de expansión planetaria en un mundo sin
barreras políticas. En lo política, la razón política se subordina a la razón
técnica. En lo ideológico, la ideología
de los derechos humanos, y la moral de la utilidad proporcionan una plataforma
mínima para la adopción de criterios universales, incluido el “derecho de injerencia”. En lo cultural,
la cultura mundial de masas homogeneiza las formas específicas de los pueblos.
Todos apuntan en una misma dirección: la configuración de un sistema único. Y en este contexto de
homogeneización, pragmatismo tecnoeconómico y globalización, surge el
denominado pensamiento único, como
doctrina propia del nuevo espíritu del
tiempo.
Todo esto lo estábamos viendo venir. En
realidad, era precisamente a esto a lo que
la Derecha se ha opuesto ferozmente desde 1789. Esto representa el
triunfo definitivo de la visión moderna del mundo. Un movimiento general de
dominación de lo económico sobre todos los demás aspectos del orden humano. La
modernidad, antes que un movimiento de emancipación, habría sido un movimiento
de dominación tecnoeconómica, los ideales ilustrados de libertad solo habrían
sido una coartada para esa dominación. Hoy la máscara de la libertad cae y lo
que nos encontramos es precisamente el rostro del genio económico. El
pensamiento político se rinde a sus pies”… “sumisión imperativa: la política apropiada
para el estado terminal de la sociedad”. Hasta aquí el doctor Esparza. De su
trabajo magnífico queda mucho por decir, por lo que prometemos una nueva
incursión para una próxima entrega.
Luis Alfredo Andregnette Capurro