EL KIRCHNERISMO NO QUISO INVESTIGAR LA DEUDA EXTERNA, ASÍ LE FUE
Como
es bien sabido, la deuda pública externa argentina se convirtió a
partir de 1976 en el instrumento por excelencia del sometimiento de
nuestro país al poder depredador de la plutocracia financiera
internacional, además de haber sido en gran parte una estafa colosal,
tal como demostró el juicio iniciado por Alejandro Olmos y que culminó
con una sentencia lapidaria del entonces juez Jorge Ballesteros, en el
año 2000.En
su gestión como Ministro de Economía, José A. Martínez de Hoz
multiplicó por 6 la deuda externa; Raúl Alfonsín la multiplicó en un
50%, Carlos S. Menem la duplicó y Fernando de la Rúa la multiplicó en un
50%. Además de ser una estafa, como se probó reiteradamente, la deuda
externa era también una gangrena para la economía argentina.
Es
por eso que un grupo de argentinos, de distintas ideologías y fuerzas
políticas, le propuso al entonces presidente de la Nación, Néstor Carlos
Kirchner, la creación de una Comisión Nacional para Investigar la Deuda
Externa, desde el año 1976 en adelante, para “determinar orígenes,
responsabilidades, consecuencias directas y derivaciones en otros
campos, además del económico”. Esta propuesta fue redactada el 18 de
diciembre del 2003 y firmada por el ingeniero químico Juan Carlos Dima,
el martillero público Miguel Ángel Lentino, el doctor Jorge Landívar, el
diseñador industrial Walter A. Moore, el doctor Julio Carlos González
(ex Secretario Técnico de la Presidencia de la Nación, 1974-1976), el
dirigente político Mario Mazzitelli, el contador y abogado Juan Carlos
Foester (Secretario Adscripto de Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal No. 2 [Juez Jorge Ballesterios], el contador
Gustavo Calleja, el embajador Miguel Ángel Espeche Gil, el contador y
abogado Eduardo Conesa, el contador Juan Carlos Vacarezza, el doctor
Alejandro Herrera, el ingeniero Alberto Lapolla (+), el dirigente
político Daniel Marcos, el doctor Carlos Brusco, el periodista Gabriel
Fernández, el doctor Mario Giorgi, la doctora Mariana Madariaga, el
periodista Jorge Almeida, el investigador Adrian Salbuchi, la ingeniera
Gladys Sandra Soraya Pereyra, el empresario Francisco Norberto do Reis,
el contador Rubén Milberg, el doctor Héctor H. Hernández, el sociólogo
Alejandro Herrera, el señor Mario Giorgi, el periodista Víctor Hugo
Morales, el periodista Raúl Dellatorre, el señor Héctor Sosa, el señor
Jorge Landívar, el productor Aldo Barberis-Rusca y el director de cine
Diego Musiak, realizador de la película documental sobre la deuda
externa, La mayor estafa al Pueblo Argentino (2001).
Los
objetivos sugeridos eran “realizar un estudio documentado sobre el
proceso de endeudamiento externo de la Argentina”; “realizar un análisis
de las variaciones de desarrollo, de salud, de empleo, de niveles
alimentarios y/u otras variables sociales y económicas del país” para
“establecer los casos en que se pueda definir una correlación de estas
variaciones con el endeudamiento y/o pagos realizados”; “estudiar la
legalidad y constitucionalidad de cada operación”; “determinar en cuanto
disminuiría la deuda actual” si se comprobaran “pagos considerados sin
causa”; “realizar la difusión pública de las investigaciones por vía
impresa” e inclusive “elaborar una síntesis en idioma inglés” para darle
alcance internacional al trabajo; y por último “realizar un conjunto de
pautas o recomendaciones para futuras tomas y/o negociaciones de deuda
externa, así como procedimientos y forma de auditoría de las mismas,
para prevenir nuevos ilícitos, endeudamientos y/o pagos sin causa”.
El 29 de diciembre de 2003
el ingeniero Juan Carlos Dima presentó formalmente en Presidencia de la
Nación el pedido de creación de una Comisión Nacional para investigar
la Deuda Externa, por nota dirigida al entonces presidente Carlos Néstor
Kirchner, la cual fue recibida.
El día 15 de enero de 2004
el doctor Héctor Marcovecchio, responsable de la Dirección General de
Audiencias de la Presidencia de la Nación dirigió una nota al ingeniero
Juan Carlos Dima, informándole que la solicitud presentada debía ser
llevada al señor Secretario de Finanzas de la Nación, el licenciado
Guillermo Nielsen.
El día 13 de febrero de 2004
el ingeniero Juan Carlos Dima presentó al doctor Marcovecchio una nota,
haciéndole saber que consideraba inadecuada la derivación aconsejada,
porque el tema en cuestión no constituía un problema técnico sino que
era de naturaleza eminentemente política. En la misma nota le informó
que una cita con el licenciado Nielsen acordada para el día 29 de enero
había sido cancelada unas horas antes, y que en una nueva cita pautada
para el día 5 de febrero había sido atendido por el Jefe de Asesores del
licenciado Nielsen, lo cual –junto con otros detalles- mostraban la
poca voluntad del Ministerio de Economía para ocuparse de la propuesta. A
continuación el ingeniero Dima le reiteró al Dr. Marcovecchio el pedido
de audiencia con el presidente de la Nación.
En una nota presentada el 30 de abril de 2004,
el ingeniero Dima le presentó al Dr. Ojea Quintana, Director de
Programas de Gobierno de la Presidencia de la Nación, un pedido de
consulta (Pedido de Conveniencia) a otras áreas de gobierno
respecto a la propuesta: Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos
Humanos, Secretaría de Derechos Humanos del citado ministerio,
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Ministerio de Salud.
En
la misma nota se reiteraba la necesidad de canalizar la propuesta de
creación de la Comisión para investigar la Deuda Externa a través de la
Presidencia, dado que el mismo doctor Kirchner se había comprometido, en
futuras negociaciones, a impulsar “la reducción de los montos de deuda,
la reducción de las tasas de interés y la ampliación de los plazos de
madurez y vencimiento de los bonos”, lo cual era lo que estaba
negociando justamente con los acreedores privados.
El 29 de mayo de 2004 el ingeniero Dima presentó y adjuntó al Dr. Ojea Quintana firmas de ciudadanos que adherían a la propuesta.
El 8 de junio de 2004
el ingeniero Dima presentó y adjuntó una segunda serie de firmas que
adherían a la propuesta. En la misma reiteraba el envío o reenvío de los
Pedidos de Conveniencia solicitados en la nota del 30 de abril de 2004.
Por nota del 16 de julio de 2004,
en nombre de la Comisión propuesta, el ingeniero Dima reiteró ante el
Director General de Audiencias de la Presidencia de la Nación, doctor
Héctor Marcovecchio, el pedido de audiencia con el señor Presidente de
la Nación, para definir la creación de la Comisión y su labor de
investigación como una Política de Estado.
El 14 de julio de 2004 el diario Página12
publicó una nota informando la reiteración del pedido de creación de la
Comisión de Investigación de la Deuda Externa por parte de los
investigadores y profesionales mencionados al comienzo de este artículo.
Por último, en su edición del 2 de setiembre del 2004 (Año 7, N. 321), la revista Veintitrés
publicó una nota de investigación del periodista Alberto López Girondo
sobre el pedido de creación de esta Comisión, junto con pedidos
paralelos por parte del sindicalista Luis Donikian, del historiador
Norberto Galasso y del médico sanitarista Floreal Ferrara.
El
autor del artículo pone en contexto el problema del endeudamiento de
países como la Argentina, en relación con las políticas privatizadoras
de servicios públicos impulsadas por los poderes financieros
internacionales, la política de control del crecimiento poblacional
impulsada oficialmente por Estados Unidos (Memorando 200/74,
elaborado por Henry Kissinger cuando se desempeñó como Consejero de
Seguridad Nacional) y las políticas restrictivas de salud impulsadas por
la Organización Mundial de la Salud, lo cual muestra que lejos de ser
un problema técnico, el problema de la deuda externa debe ser visto como
un problema de Estado, en relación con otras políticas de Estado,
puesto que “la deuda externa representa el método de dominación más
refinado del neocolonialismo”.
Por último, hay que resaltar dos cuestiones fundamentales. La primera, es que los miembros de la Comisión propuesta se iban a desempeñar ad honorem,
sin cobrar nada por su trabajo de investigación. Lo único que pedían
era un lugar físico para trabajar y los elementos mínimos indispensables
para llevar a cabo su labor (computadoras, fotocopiadoras, telefonía,
papelería, etc.). La segunda, es que este pedido de creación de
la Comisión se lo fue dejando morir paulatinamente, en silencio. Nunca
hubo un rechazo al pedido, simplemente se lo enviando al… olvido.
¿Pensaba
acaso el doctor Nestor Carlos Kirchner, sus adláteres y su sucesora que la
Argentina podía encarar un proceso de crecimiento y desarrollo autónomo
atado a las cadenas del endeudamiento externo crónico y eterno? Los
resultados están a la vista.
José Arturo Quarracino Juan Carlos Vacarezza
Envio Dr. Brieva