PARTE II: Homosexualismo cultural
Del exterminio a la utilización proselitista
Paradojalmente, sin mayores intervalos ni
explicaciones claras, la izquierda del Siglo XXI agita banderines en favor de
la homosexualidad en el afán de promover y glorificar todo cuanto antes
despreció y destrató con inusual crueldad.
Pero antes de proseguir con
este tema y reflexionar acerca de esta asombrosa mutación, consideramos
oportuno efectuarle al lector la siguiente aclaración: al referirnos a la
homosexualidad de ahora en adelante, lo haremos aludiendo tanto a su militancia
como a la ideología homosexualista que hay en ella, pero en modo alguno al
individuo o a los individuos que, en prudencia y discreción mantienen en su
vida privada una intimidad de tinte homosexual. Dicho de otro modo, los
argumentos que expondremos a lo largo de nuestras anotaciones tendrán como
blanco no al individuo que padece dicha tendencia, sino a aquellos que la
ideologizan haciendo de esa inclinación un panegírico, un alarde y una apología
militante al servicio voluntario o involuntario de la izquierda internacional.
Vale decir: desde estas líneas distinguiremos siempre entre quien padece una
tendencia homosexual inculpable (que merece todo nuestro respeto), de aquel que
se dedica al proselitismo militante o ideológico al servicio de la expansión y
consolidación de una agenda que hoy presta fiel asistencia a la reciclada causa
comunista: aunque esta última se venda envuelta en un glamoroso packaging que
pretende presentarse en sociedad bajo el simpático disfraz de la diversidad
igualitaria.