lunes, 1 de abril de 2013

¡CÓRTENLA CON FRANCISCO!





“¡Ya no me falta pa' completar 
más que ir a misa e hincarme a rezar!” 
Malevaje, tango.- Enrique Santos Discépolo y Juan de Dios Filiberto

Hace dieciocho días que un hombre bueno y común- Jorge Mario, cardenal Bergoglio- fue elegido Papa de la Iglesia Católica. Adoptó, para señalar el signo de su actitud pastoral el nombre del pobre de Asis, Francisco. Ha elegido, desde el mismo comienzo de su pontificado privilegiar la reconciliación, el amor, la bondad y la pobreza en un mundo desquiciado, donde el relativismo ha hecho estragos, la vida de los desheredados vale poco y nada, donde los valores están en función de una cuenta bancaria, y la misericordia es un bien fuera de uso. Un mundo en el cual la tolerancia, que otros nos exigen, no tiene una contrapartida creíble para con aquellos que por fe son mansos.
Desde hace dieciocho días se lo persigue, a cámara limpia, en todo lo que hace. Si usa los tradicionales zapatos papales o los viejos y gastados que conocieron el barro y las inmundicias que afloran- cloacas y obras sanitarias son en la Argentina lujos- en las villas miserias. Si le lava los pies a presos o si también se los lava a mujeres, olvidando que los otros Papas también lo hacían.  No se sabe hasta cuando durará la franciscomanía. Sí es seguro que durará mientras provea a los canales de televisión de esa sangre falsa llamada rating por lo que tendremos a Francisco en la pantallas, al menos mientras esta dure, mañana, tarde y noche.
Pero es lo que hay, como es lo mismo que hay en esta tierra, donde hay quienes que creen, creemos, que Francisco es un hombre con madera de santo y que ha sido Dios Nuestro Señor quien lo eligió en estos tiempos turbulentos para dirigir a la Iglesia, y de esos, muchos hay que ciertamente creen que la imitación de Francisco nos llevará a un estado de gracia tal que terminará con el malsano enfrentamiento que divide a los argentinos.
 Pero también están los otros, aquellos que son conscientes que esas palabras buenas y sensatas dichas desde tan lejos si son bien utilizadas y mejor dosificadas pueden servir para adormecer a los argentinos, para que bajemos la guardia frente al cotidiano cachetazo que nos propinan. Son estos los que hoy sacando chapa de buenos tratan de hacernos creer que tener un Papa argentino - para ellos solo una figura pasible de ser utilizada- puede lavar toda la roña que han acumulado bajo infinitas alfombras.
Hay cosas que son verdades, de nosotros depende saber discernirlas. Hasta ahora, que yo sepa, nadie hace milagros en vida. No creo que la proximidad de Francisco haya desatado un proceso de conversión interior en la presidente, pero como si creo que en las frases dichas al calor del Cónclave la horda de aplaudidores y besamanos expresaban sus verdaderos sentimientos- rabia, frustración y odio- reniego de las frases últimas y arrepentidas que esos mismos saltimbanquis susurraban ni bien una orden de arriba ordenó el cese de los ataques al Papa. Estos fulanos han hecho de la hipocresía un arte. No creen en el Papa pero saben que haciendo imitaciones de él pueden colgarse de su sotana. Saben que bien utilizado, hay posibilidades que el “efecto Francisco” pueda devolverlos al podio.
 Creo que el “efecto Francisco” terminará jugando en contra nuestro. Mientras la presidente enjuga afectadas lágrimas de emoción, mientras sus adláteres juegan de buenos más allá de las amenazas que se les escapan y tratan de hacerle creer a un pueblo estúpido que han enredado al Pescador dentro de sus redes, la oposición, baluarte de la inutilidad y de la torpeza más cerril, acompaña el vodevil con frases como la dicha por uno de los más ineptos diputados que jamás hayan sido votado: “Espero que la autoridad moral del Papa haga dialogar, en el ámbito del Congreso por lo menos, al oficialismo con la oposición”, frases que no hacen otra cosa que evidenciar lo que ya todos sabemos, que si bien los cojones escasean en las cámaras siempre se puede pedirle al Papa la superlativa estupidez de que ponga un orden que ellos no se atreven a reclamar.
No nos equivoquemos, la realidad es Cristina Kirchner anunciando sin decir su nombre que “un latinoamericano” había sido elegido Papa, la realidad es la Carlotto diciendo que el Papa Francisco “Representa a esa Iglesia que oscureció la historia en nuestro país”, es D’Elía apostrofando la elección del Papa y haciendo presunción de cosas que su intelecto no está en condiciones de discernir, la realidad es el “Perro” Verbitsky denunciando por enésima vez, sin pruebas reales, a quien fuera el Cardenal Primado.
 No nos equivoquemos, el “efecto Francisco” puede ser a la República lo que el “voto no positivo” de un badulaque fue a la lucha del campo contra el saqueo que los mismos que hoy juegan de buenos querían llevar a cabo. Algo que sirvió para que nos quedáramos quietos mientras la espiral de corrupción seguía en ascenso.
 Como la república no es lo que hubiéramos querido que fuera sino que la han convertido- y nosotros lo hemos permitido- en un Macondo prostituido y sin poesía, sueñan que quizás si juegan bien sus fichas el “efecto Francisco” les dará el respiro que necesitan para seguir con sus tropelías.
 Porque solo eso es y no otra cosa, el Papa para ellos.
                                                                           Buenos Aires, Pascua de Resurrección de 2013
JOSE LUIS MILIA
josemilia_686@hotmail.com