"Los que, refiriéndose al
fascismo, creen que es un fenómeno ligado a Hitler, Mussolini o Franco solamente, no saben
lo que es ni se han molestado en averiguar lo que supone la República
Orgánica. Ni nos vamos a referir a los personajes que identifican al fascismo con
cualquier manifestación política más o menos violenta o autoritaria, integrándolo
como máximo insulto del repertorio de la corrección política, o sea del
discurso políticamente analfabeto de los medios y del Sistema Global en sí . El
discurso del “antifascismo” militante.Referirse a esa polución cultural es perder el tiempo.
La idea del Estado orgánico, se debe en gran parte, al genio de Mussolini
y sobrevivirá a su inspirador, porque
constituye una organización inconmovible y robusta, muy diferente al Estado
racista del III Reich a pesar de algunas semejanzas en lo político y económico y
más allá de una natural alianza estratégica durante la Guerra Mundial. La diferencia con la dictadura española es que ella misma limitó
constantemente su vida y apareció siempre, por propia voluntad, como un
Gobierno conservador temporal que
abriría paso a una Monarquía plena cuyos resultados que apreciamos hoy, son
consecuencia de los errores ideológicos y prudenciales de Franco de designar
como sucesores a personajes no confiables y de atarse a la Iglesia Católica, de
manera tal que el inicio de su descomposición en los 60 precipitara también la
decadencia del franquismo.
No hay pues, que creer, no hay
siquiera que pensar que nosotros perseguimos la implantación de un nuevo ensayo
dictatorial (golpe militar mediante) como sueñan algunos trasnochados, hemos
tenido ya experiencias de este tipo que
no han servido para terminar con el Sistema sino para sustentarlo o apuntalarlo.
Lo que buscamos nosotros es la conquista
plena y definitiva del Estado, no para unos años, sino de forma permanente.
Nosotros no propugnamos una dictadura que logre el calafateo del barco
que se hunde, que remedie el mal de
una temporada y que suponga sólo una solución de continuidad en los sistemas y
en las prácticas del ruinoso liberalismo. Anhelamos, por el contrario,
una organización nacional permanente; a un Estado fuerte, enraizado en nuestra
cultura, con un Poder ejecutivo que gobierne y una Cámara Social corporativa
que encarne las verdaderas realidades de nuestra Nación. Que no abogamos por la transitoriedad de una dictadura, sino por el
establecimiento y la permanencia de un Sistema."