jueves, 28 de enero de 2016

¿El silencio es salud? - Augusto TorchSon


¿El silencio es salud? - Augusto TorchSon


  Hace poco leímos la noticia de Bergoglio señalando que “Yo se que hay muchos blogs en mi contra”, y si bien mucho podemos alegrarnos de que se acuse recibo de nuestro grito en el desierto, no por eso tenemos que dejar de sentir cierta preocupación. Sabemos que “su satanidad” en estos momentos no está haciendo otra cosa más que ir delineando y poner en evidencia con toda claridad quiénes son sus enemigos a los que él determinó que son también los enemigos del “Espíritu Santo”, ya que no son “abiertos a sus novedades”; innovaciones que alcanzan en la neoiglesia a la Verdad misma, haciéndola evolutiva, moderna y por sobre toda las cosas, a tono con las “exigencias” de estos tiempos. Y a éstos a los que llama idólatras los quiere dejar expuestos a fin de que sean objeto del odio y hasta persecución de parte de los bautizados católicos ignorantes en su fe y sin ninguna intención de instruirse, y con esto, bien podemos incluir a más del 90% de los mismos, y de los incontables seguidores acatólicos que lo tienen por profeta del sincretismo.


  Se nos reprocha desobediencia al “Pastor Universal” lo que nos haría protestantes, pero, ¿qué pasa cuando hay 2 Papas y encima el que supuestamente lo es plenamente, predica y hasta festeja el protestantismo" (aquí y aquí), o el que promueve tantos errores doctrinales cuando no directamente herejías? Por si hace falta recordar, con negar una sola verdad de fe se pierde la misma, y si la jerarquía perdió la fe y enseña una completamente distinta a la transmitida por los apóstoles y por Cristo mismo, ¿a quién debemos seguir, a Cristo o a los innovadores con su raro y contradictorio “espíritu santo”? 

¿Es que ahora los laicos deben enseñarles a quienes tienen la obligación de enseñar e instruir a los fieles? Parecería que hoy la Iglesia Discente se estaría transformando en Iglesia Docente, pero no es esa la cuestión, sino es sólo un síntoma de la increíble confusión que no puede significar otra cosa más que el inminente regreso con toda Majestad y Gloria de Nuestro Señor Jesucristo que preanunció que el signo más patente para la cercanía de la Parusía sería la falta de fe (LC, 18,8). Y ciertamente la Iglesia Docente sigue siendo la de los buenos Pastores que ya nos dejaron el Magisterio INMUTABLE y no estos “amigos del mundo” y adoradores del hombre que buscan sólo el bienestar terreno (especialmente el suyo) en el más absoluto inmanentismo judaico imaginable.
  Analizando esta cuestión nos damos cuenta que hoy es definitivamente la hora de los laicos. Cuando la casi mayoría absoluta del clero está envenenada de modernismo, es necesario hacer que las piedras hablen para poder advertir sobre lo que conduce al Infierno. Las más veces los sacerdotes transmiten impensables torpezas desde el púlpito debido a su pésima formación, pero, también están quienes se dan cuenta de lo que está pasando y no quieren perder su porción de comfort y no se limitan a mantenerse en silencio, sino que no pierden oportunidad para festejar el accionar bergogliano, haciéndose cómplices de la promoción de la totalidad de sus errores, aunque ellos se quieran consolar diciéndose que sólo alaban a éste en lo que no es heterodoxo.
  Cuando se habla hoy del clero modernista o “iglesia modernista” se relativiza lo que San Pio X definió como “La síntesis de todas las herejías”, ya que en una ridícula contradicción se acusa de modernistas más no de herejes a los Papas, cardenales, obispos y sacerdotes que practican el modernismo teológico.
  Sin pretender caer en la carrera sinsentido para ver quién es más o verdaderamente tradicionalista, haciéndose constantemente acusaciones mutuas; es importante tratar de transmitir la doctrina y las noticias sin el filtro mentiroso al que el oficialismo “católico” y los Mass Media las someten hasta el insano límite de contradecir los hechos mismos. Y esos blogs a los que Bergoglio acusa de tener en contra, mucho bien hacen en ese sentido, y esto tiene que ver con bien amar; es decir, más allá de nuestras diferencias, tratar de buscar lo que realmente importa, la salvación de las almas; primero de los que amamos, más también de nuestros enemigos. Y eso no se consigue fuera de la Iglesia Católica por más que nos quieran mentir los verdaderos idólatras que van a festejar la Reforma Protestante, contradicen la Sagrada Escritura y ponen a la misma altura las falsas religiones a la única verdadera.
  Si se nos dice que resulta insano estar pendiente de todas las barbaridades que se promueven en la neoiglesia, más insano resulta el tratar de hacer oídos sordos y no combatir a la voz de Satanás que hoy seduce desde el corazón del Vaticano; además de dejarnos con la guardia baja al no estar atentos a los nefastos cambios a los que se quiere someter a la Iglesia.
  En el trabajo más inteligente del globalismo masónico de los medios se logró eclipsar casi completamente el sentido común, por eso no debemos bajar los brazos en una de las tareas más difíciles que es: explicar lo obvio.


Augusto
Nacionalismo Católico San Juan Bautista