Maldonado, el exegeta bacán
Alberto Buela (*)
Juan
de Maldonado (1534-1583) 1jesuita español fue y es reconocido como el
mayor exégeta del siglo XVI. Nació en Casas de la Reina (Extremadura) en
1534. Fue profesor de teología y filosofía en París en donde gozó de un
gran prestigio. Sus clases en el colegio de Clermont contaban con una
asistencia regular de más de mil alumnos. Su biógrafo ingles dice: your
courses in humane letters and philosophy, that crowds of excited
students filled his classroom. Sometimes he had more than 1,000 students
in his class and some even arrived two or three hours before the
lecture to get a seat.
El enseña allí desde 1563 a 1575,
período durante el cual realiza dos tareas paralelas: a) confronta con
los calvinistas, estamos en plena época de la Contrareforma católica,
llevando la representación de la Iglesia. Este enfrentamiento lo lleva a
producir un texto liminar, la Oratio de disputatione de 1574, y b)
renueva profundamente la enseñanza de la teología positiva en favor de
un retorno a las fuentes de la escritura y al rescate del contexto de
las mismas. Como renovador de la tradición exegética inaugura una
tradición que continuarán luego Roberto Bellarmino y Denys Petau.
Juan
de Maldonado va a rechazar la interpretación alegórica de los
evangelios, interpretación que venía de la época de algunos padres de la
Iglesia y de la que se había abusado profusamente. El alegorismo llegó
en algunos casos a afirmar lo siguiente: cuando Cristo manda contar los
pescados (no son peces como habitualmente se traduce pues están fuera
del
agua, están pescados) se llega al número de 153, y ahí San Agustín
comenta que la cifra es igual a la suma de todos los números enteros
hasta 17 y éste se descompone entre 10 + 7, entonces como 10 son los
mandamientos y 7 los dones del Espíritu Santo, aquí están juntas la ley
antigua y la nueva. El gran Castellani con la profunda ironía que lo
caracteriza, comenta: “Si Cristo hubiera querido dar a entender esto a
los apóstoles, se hubiesen quedado en ayunas, así como todos los
cristianos hasta el siglo IV, época de San Agustín”
La heráldica,
por ejemplo, utiliza el método alegórico, así el león rampante
significa realeza, gules significa paz, aspas de molino trabajo, simple
astucia, orla de oro parentesco con la casa real, y así sucesivamente.
Pero esto no se puede hacer con el texto sagrado vino a sostener
Maldonado, y entonces propuso recuperar el sentido literal y si algún
pasaje se complica un poco, como en el caso de las parábolas, le aplica
la categoría de rasgos ornamentales al texto.
El sentido literal a
los 153 pescados es el que aplica San Jerónimo cuando afirma que los
pescadores palestinos sostenían que eran 153 las especies de peces que
había allí, por lo que Cristo quería decir que el Reino de Dios estaba
abierto a los hombres de todas las especies (culturas y etnias).
El sentido literal es también denominado religioso, místico o, técnicamente, anagógico.
Para
que se entienda, permítaseme la analogía siguiente: Maldonado es a la
teología lo que Werner Jaeger en 1923 a los estudios de Aristóteles.
Ellos han creado un antes y un después con sus aportes que no se pueden
obviar o peor aún, ignorar.
Sus éxitos como docente, el trabajo
en conjunto con el famosísimo padre Juan de Mariana y su amistad con el
principal filósofo de su época, Miguel de Montaigne, quien
llega
a asistir a sus clases, como el mismo cuenta en su Journal, le
provocan numerosos incidentes con los teólogos seculares de la
Universidad de París que están celosos por el éxito de “los españoles”.
La Compañía, entonces, lo retira a Brugos, ello le da ocasión y
tranquilidad para reescribir sus famosos Comentarios a los Evangelios.
En 1581 es convocado por el Papa Gregorio XIII para que revise el texto
griego de la nueva edición de la Biblia conocida como las Setenta. Muere
súbitamente en Roma en 1583.
Juan Maldonado se destaca
entre los exégetas católicos por el manejo de las fuentes que conforman
la tradición hermenéutica de la teología bíblica. Su conocimiento del
griego bíblico es incomparable.
Se destaca además por su
capacidad docente y sus rasgos de gentilhombre. Su delicadeza y su
distinción deslumbraron al noble filósofo Messire Michel Seigneur de
Montaigne
quién cuenta en su Essais (libro II, ch.16) como sigue
los consejos de Maldonado acerca de los baños de Spa, sobre los que el
jesuita era un conocedor(1). Un rasgo más de su descollante y poco común
personalidad.
En orden a las ideas se destaca Maldonado
en dos aspectos aún vigentes, de ahí que pueda hablarse de él como un
clásico; esto es, un autor antiguo que tiene respuestas para temas del
presente. Los dos temas que nosotros rescatamos son: sus comentarios a
las parábolas de Cristo y su tratado de demonología.
Sobre el tema de las parábolas ha reconocido el cura Castellani,2 quien también escribió sobre el tema dos
soberbios
libros: Las parábolas de Cristo (1959) y Doce parábolas cimarronas
(1960), que la autoridad de Maldonado es incuestionable sobre el tema,
no sólo por la interpretación que hace de las mismas sino también por la
exactitud del texto y la soltura de que hace gala en su manejo.
Existe
un trabajo reciente de Rogelio de la Gazza: Las parábolas en la
exégesis de Juan Maldonado, Athenaerum Romanorum S.Crucis-
Fac.Theologia, Roma, 1996, que le hace honor a estos juicios.
En
cuanto al tema del diablo, tratado por Maldonado en De Doemonibus
(1570) y traducido al francés en 1605 con el título de Traité des anges
et demons, lo ha transformado en una de las grandes figuras de la
demonología. Allí va a sostener que “los demonios ejercen su poder no
sólo sobre la voluntad del hombre sino también sobre los cuerpos humanos
y sobre las cosas exteriores”.
Existe al respecto un trabajo
reciente de Pierre Kapitaniak: Du progrès et de la promotion des démons
:démonologie et philosophie naturelle dans l'épistémè européenne aux
XVIe et XVIIe siècles, presentado como tesis doctoral en Paris V, en
donde se hace el expreso reconocimiento del aporte original de Maldonado
a la cuestión del diablo, su naturaleza y su obrar.
Obras:
Maldonado
no publicó nada en vida, de modo tal que sus obras se fueron publicando
con el tiempo y en forma póstuma. De entre ellas se destacan:
Commentarii in quatuor evangelistas (Pont-à-Mousson, 1596-97).-
Commentarii in prophetas quatuor, Jeremiam, Ezechielem, Baruch et Danielem. Accessit expositio psalmi CIX et epistola
de collatione sedanensi cum calvinistis (Lyon, 1609; Paris, 1610; Tournon 1611);
De Doemonibus( Paris 1605).
Traducciones al castellano:
Comentarios a los cuatro evangelios, Madrid, BAC, 1950-51
Exhortación
a las buenas letras contra la turba de los gramáticos, estudio
preliminar de Eugenio Asensio ; edición, traducción y notas de Juan F.
Alcina Rovira ; con la colaboración del Seminario de Literatura Medieval
y Humanística de la Universidad Autónoma de Barcelona (Salamanca,
Universidad Pontificia, 1980).
Paraenesis ad litteras, edición y
traducción del latín por Juan Alcina Rovira, estudio crítico por
Eugenio Asensio (Madrid, Fundación Universitaria Española, 1980).
Bibliografía: J.M. Prat, Maldonat et l'Université de Paris (Paris, 1856).
E. Martin, L'université de Pont-à-Mousson (Paris-Nancy, 1891).-
E.Galdós, Miscellanea de Maldonado, Madrid, 1947;
E.Galdós, "Montaigne et Maldonat", Bulletin de littérature ecclésiastique 52, 65-92, 129-146.-
Eugenio
Asensio / Juan Alcina Rovira: Juan Paraenesis ad Litteras. Juan
Maldonado y el Humanismo español en tiempos de Carlos V (Madrid,
Fundación Universitaria, 1980).
1.- Le 9
septembre, de 1580, à la sortie de la messe qu’il a entendue dans
l’église Notre-Dame, Montaigne rencontre le jésuite Jean Maldonnat, un
philosophe et théologien réputé. Les deux hommes entament une longue
conversation qu’ils poursuivront à l’hôtel où Montaigne est descendu.
Maldonnat revient de Spa où il a accompagné le duc de Nevers.
L’ecclésiastique est assez élogieux pour les eaux de Spa et pour
l’accueil et le confort qu’il a trouvés là-bas; moins, pour les effets
de la cure. L’intérêt de Montaigne pour les eaux de Spa se marque dans
son souci de consigner les remarques pittoresques de l’abbé.
«
Et entre autres choses, parce qu’il [Maldonnat] venait des bains de
Spa, qui sont au Liège où il avait été avec M. de Nevers, il lui conta
que c’étaient des eaux extrêmement froides, et qu’on tenait là que, les
plus froides qu’on pouvait les prendre, c’était le meilleur.
(*) arkegueta, eterno comenzante