viernes, 29 de enero de 2016

Maldonado, el exegeta bacán Alberto Buela (*)


Maldonado, el exegeta bacán


Alberto Buela (*)

 Juan de Maldonado (1534-1583) 1jesuita español fue y es reconocido como el mayor exégeta del siglo XVI. Nació en Casas de la Reina (Extremadura) en 1534. Fue profesor de teología y filosofía en París en donde gozó de un gran prestigio. Sus clases en el colegio de Clermont contaban con una asistencia regular de más de mil alumnos. Su biógrafo ingles dice: your courses in humane letters and philosophy, that crowds of excited students filled his classroom. Sometimes he had more than 1,000 students in his class and some even arrived two or three hours before the lecture to get a seat.


El enseña allí desde 1563 a 1575, período durante el cual realiza dos tareas paralelas: a) confronta con los calvinistas, estamos en plena época de la Contrareforma católica, llevando la representación de la Iglesia. Este enfrentamiento lo lleva a producir un texto liminar, la Oratio de disputatione de 1574, y b) renueva profundamente la enseñanza de la teología positiva en favor de un retorno a las fuentes de la escritura y al rescate del contexto de las mismas. Como renovador de la tradición exegética inaugura una tradición que continuarán luego Roberto Bellarmino y Denys Petau.
Juan de Maldonado va a rechazar la interpretación alegórica de los evangelios, interpretación que venía de la época de algunos padres de la Iglesia y de la que se había abusado profusamente. El alegorismo llegó en algunos casos a afirmar lo siguiente: cuando Cristo manda contar los pescados (no son peces como habitualmente se traduce pues están fuera
del agua, están pescados) se llega al número de 153, y ahí San Agustín comenta que la cifra es igual a la suma de todos los números enteros hasta 17 y éste se descompone entre 10 + 7, entonces como 10 son los mandamientos y 7 los dones del Espíritu Santo, aquí están juntas la ley antigua y la nueva. El gran Castellani con la profunda ironía que lo caracteriza, comenta: “Si Cristo hubiera querido dar a entender esto a los apóstoles, se hubiesen quedado en ayunas, así como todos los cristianos hasta el siglo IV, época de San Agustín”
La heráldica, por ejemplo, utiliza el método alegórico, así el león rampante significa realeza, gules significa paz, aspas de molino trabajo, simple astucia, orla de oro parentesco con la casa real, y así sucesivamente. Pero esto no se puede hacer con el texto sagrado vino a sostener Maldonado, y entonces propuso recuperar el sentido literal y si algún pasaje se complica un poco, como en el caso de las parábolas, le aplica la categoría de rasgos ornamentales al texto.
El sentido literal a los 153 pescados es el que aplica San Jerónimo cuando afirma que los pescadores palestinos sostenían que eran 153 las especies de peces que había allí, por lo que Cristo quería decir que el Reino de Dios estaba abierto a los hombres de todas las especies (culturas y etnias).
El sentido literal es también denominado religioso, místico o, técnicamente, anagógico.
Para que se entienda, permítaseme la analogía siguiente: Maldonado es a la teología lo que Werner Jaeger en 1923 a los estudios de Aristóteles. Ellos han creado un antes y un después con sus aportes que no se pueden obviar o peor aún, ignorar.
Sus éxitos como docente, el trabajo en conjunto con el famosísimo padre Juan de Mariana y su amistad con el principal filósofo de su época, Miguel de Montaigne, quien
llega a asistir a sus clases, como el mismo cuenta en su Journal, le provocan numerosos incidentes con los teólogos seculares de la Universidad de París que están celosos por el éxito de “los españoles”. La Compañía, entonces, lo retira a Brugos, ello le da ocasión y tranquilidad para reescribir sus famosos Comentarios a los Evangelios. En 1581 es convocado por el Papa Gregorio XIII para que revise el texto griego de la nueva edición de la Biblia conocida como las Setenta. Muere súbitamente en Roma en 1583.
Juan Maldonado se destaca entre los exégetas católicos por el manejo de las fuentes que conforman la tradición hermenéutica de la teología bíblica. Su conocimiento del griego bíblico es incomparable.
Se destaca además por su capacidad docente y sus rasgos de gentilhombre. Su delicadeza y su distinción deslumbraron al noble filósofo Messire Michel Seigneur de Montaigne
quién cuenta en su Essais (libro II, ch.16) como sigue los consejos de Maldonado acerca de los baños de Spa, sobre los que el jesuita era un conocedor(1). Un rasgo más de su descollante y poco común personalidad.
En orden a las ideas se destaca Maldonado en dos aspectos aún vigentes, de ahí que pueda hablarse de él como un clásico; esto es, un autor antiguo que tiene respuestas para temas del presente. Los dos temas que nosotros rescatamos son: sus comentarios a las parábolas de Cristo y su tratado de demonología.
Sobre el tema de las parábolas ha reconocido el cura Castellani,2 quien también escribió sobre el tema dos
soberbios libros: Las parábolas de Cristo (1959) y Doce parábolas cimarronas (1960), que la autoridad de Maldonado es incuestionable sobre el tema, no sólo por la interpretación que hace de las mismas sino también por la exactitud del texto y la soltura de que hace gala en su manejo.
Existe un trabajo reciente de Rogelio de la Gazza: Las parábolas en la exégesis de Juan Maldonado, Athenaerum Romanorum S.Crucis- Fac.Theologia, Roma, 1996, que le hace honor a estos juicios.
En cuanto al tema del diablo, tratado por Maldonado en De Doemonibus (1570) y traducido al francés en 1605 con el título de Traité des anges et demons, lo ha transformado en una de las grandes figuras de la demonología. Allí va a sostener que “los demonios ejercen su poder no sólo sobre la voluntad del hombre sino también sobre los cuerpos humanos y sobre las cosas exteriores”.
Existe al respecto un trabajo reciente de Pierre Kapitaniak: Du progrès et de la promotion des démons :démonologie et philosophie naturelle dans l'épistémè européenne aux XVIe et XVIIe siècles, presentado como tesis doctoral en Paris V, en donde se hace el expreso reconocimiento del aporte original de Maldonado a la cuestión del diablo, su naturaleza y su obrar.
Obras:
Maldonado no publicó nada en vida, de modo tal que sus obras se fueron publicando con el tiempo y en forma póstuma. De entre ellas se destacan:
Commentarii in quatuor evangelistas (Pont-à-Mousson, 1596-97).-
Commentarii in prophetas quatuor, Jeremiam, Ezechielem, Baruch et Danielem. Accessit expositio psalmi CIX et epistola
de collatione sedanensi cum calvinistis (Lyon, 1609; Paris, 1610; Tournon 1611);
De Doemonibus( Paris 1605).
Traducciones al castellano:
Comentarios a los cuatro evangelios, Madrid, BAC, 1950-51
Exhortación a las buenas letras contra la turba de los gramáticos, estudio preliminar de Eugenio Asensio ; edición, traducción y notas de Juan F. Alcina Rovira ; con la colaboración del Seminario de Literatura Medieval y Humanística de la Universidad Autónoma de Barcelona (Salamanca, Universidad Pontificia, 1980).
Paraenesis ad litteras, edición y traducción del latín por Juan Alcina Rovira, estudio crítico por Eugenio Asensio (Madrid, Fundación Universitaria Española, 1980).
Bibliografía: J.M. Prat, Maldonat et l'Université de Paris (Paris, 1856).
E. Martin, L'université de Pont-à-Mousson (Paris-Nancy, 1891).-
E.Galdós, Miscellanea de Maldonado, Madrid, 1947;
E.Galdós, "Montaigne et Maldonat", Bulletin de littérature ecclésiastique 52, 65-92, 129-146.-
Eugenio Asensio / Juan Alcina Rovira: Juan Paraenesis ad Litteras. Juan Maldonado y el Humanismo español en tiempos de Carlos V (Madrid, Fundación Universitaria, 1980).
1.- Le 9 septembre, de 1580, à la sortie de la messe qu’il a entendue dans l’église Notre-Dame, Montaigne rencontre le jésuite Jean Maldonnat, un philosophe et théologien réputé. Les deux hommes entament une longue conversation qu’ils poursuivront à l’hôtel où Montaigne est descendu. Maldonnat revient de Spa où il a accompagné le duc de Nevers. L’ecclésiastique est assez élogieux pour les eaux de Spa et pour l’accueil et le confort qu’il a trouvés là-bas; moins, pour les effets de la cure. L’intérêt de Montaigne pour les eaux de Spa se marque dans son souci de consigner les remarques pittoresques de l’abbé.
« Et entre autres choses, parce qu’il [Maldonnat] venait des bains de Spa, qui sont au Liège où il avait été avec M. de Nevers, il lui conta que c’étaient des eaux extrêmement froides, et qu’on tenait là que, les plus froides qu’on pouvait les prendre, c’était le meilleur.
(*) arkegueta, eterno comenzante