Es propio de la Iglesia vivir entre luchas, dificultades y aflicciones
Están
pues muy equivocados los que creen y esperan para la Iglesia, un estado
permanente de plena tranquilidad, de prosperidad universal, y un
reconocimiento práctico y unánime de su poder, sin contradicción alguna;
pero es peor y más grave el error de aquellos que se engañan pensando
que lograrán esta paz efímera disimulando los derechos y los intereses
de la Iglesia, sacrificándolos a los intereses privados, disminuyéndolos
injustamente, complaciendo al mundo “en donde domina enteramente el
demonio” (1 Jn 5, 19), con el pretexto de simpatizar con los fautores de
la novedad y atraerlos a la Iglesia, como si fuera posible la armonía
entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y el demonio.
Son éstos sueños de enfermos, alucinaciones que siempre han ocurrido y
ocurrirán mientras haya soldados cobardes, que arrojen las armas a la
sola presencia del enemigo, o traidores, que pretendan a toda costa
hacer las paces con los contrarios, a saber, con el enemigo
irreconciliable de Dios y de los hombres.
San Pío X, Encíclica Communium Rerum – Con motivo del Jubileo
Sacerdotal del Papa y el octavo centenario de San Anselmo, 21 de abril
de 1909
Fuente: El Perú necesita de Fátima http://www.fatima.pe/