Bocazas
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Da
la sensación que la incontinencia es una característica de nuestros
hombres y mujeres instalados en la función pública o en el ámbito
político que circunda el poder. Sólo esta característica puede explicar
el porqué de tantos dislates reflejados en los más diversos medios de
comunicación, y fundamentalmente en las redes sociales utilizadas a
través de Facebook, Twitter y WhatsApp.
Con motivo de la singular fuga de los Lanatta y Schillaci y todo lo
que se dijo en torno a su búsqueda y captura, quedaron frases de
antología, muchas de las cuales reflejan el resentimiento de sus
emisores (ej. Hanibaúl Fernández) y otros la improvisación, impericia y
candidez de quienes desde el Gobierno, nacional y provincial bonaerense,
cayeron en la trampa por emitir opiniones antes de corroborar la
información. Que lo hagan periodistas, opinológos y gente común, hasta
resulta entendible, pero que las máximas autoridades del país cometan
esa clase de errores implica una muestra de falta de experiencia y
sentido común.
Cuando desde el más humilde agente hasta el Presidente de la Nación
cuentan con celulares que permiten obtener fotografías, lo primero y más
elemental era requerir del funcionario que habría detenido a los
prófugos, que se identificara y a la vez remitiera una imagen de los
capturados. Sentido común, elemental, pero ausente en este caso.
Que lúmpenes como los de La Mancha de Robando, Víctor Hugo InMorales,
Luis D’Elira y Gerardo Romano, manifestaran que se iban del país si
ganaba el Ingeniero Mauricio Macri, promesa que nunca habrían de
respetar, lamentablemente, no nos puede tomar de sorpresa, habida cuenta
que son unos desfachatados sin vergüenza alguna, pero que los asesores y
colaboradores de la Gobernadora Vidal y los titulares del Poder
Ejecutivo Nacional, Macri y Michetti, incurran en la incontinencia
verbal que los llevara a meter la pata tan groseramente como cuando
sostuvieron que ya estaban detenidos los tres prófugos, traduce una
infantilidad rayana en la torpeza injustificable.
En esos lugares de responsabilidad no se puede ser tan bocón ni
apresurado, como lo fuera el ex Jefe de Gabinete K, Hanibaúl Fernández
cuando se sentía ganador de la gobernación y apostaba un lechoncito.
La matriz de corrupción pergeñada por toda la runfla K era bien
conocida por todos, por lo que nada puede sorprender al actual Gobierno,
que debe, en este aspecto, prever hasta lo imprevisible, ya que la
maldad de la asociación ilícita comandada por la Chirusa de Tolosa no
tiene limites.
Deseamos que las nuevas autoridades estén a la altura de las
circunstancias y que la parte sana de la población colabore con la
gestión de gobierno, en beneficio de la Patria.
Presidente de A.R.I.E.L.ong