Ecumenismo sin conversión: ¿cómo eximirnos de lo que Jesús nos ordenó?
Tanto el «Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos» como el «Consejo Mundial de Iglesias» promueven «en el hemisferio norte la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero».
La conversión es la piedra de toque de nuestra catolicidad. Si la evangelización tiene por objeto «que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad »1, a través de la «ciudad situada sobre una montaña»2,
la Iglesia Católica, es inquietante en grado sumo la actitud de
muchísimos católicos sobre el particular, hasta el punto de preguntarnos
si realmente tienen la Fe Católica.
En la
mayor parte de la Iglesia la búsqueda de conversiones, ha sido eliminada
con la misma deliberación con que desconectamos un enchufe de la
electricidad, en efecto, desde hace un tiempo nos encontramos con el desarrollo de un «ecumenismo sincretista»,
en cuya base «se encuentra la desorientadora pseudoteología de la
universalidad de la Revelación expresada en dos afirmaciones erróneas.
La primera sostiene que en todas las religiones se encuentran restos de
la Revelación primitiva, dada por Dios a la primera pareja humana,
mientras que la segunda afirmación sostiene que la Revelación no está
terminada, sino, al contrario, que Dios sigue revelándose al hombre,
inspirando sus creencias religiosas. De ahí viene la convicción de que
en cada religión, gracias a la inspiración divina, hay algo de la
Verdad», y se quiere ya no solamente propagar tal error, sino hasta
imponerlo: «elementos que deberían ser respetados, cultivados e
incorporados en el Credo del cristianismo, el cual, por este camino del
sincretismo puede llegar a ser una síntesis de todas las religiones. En
otras palabras: el cristianismo debería ponerse como la única religión
universal no por el tradicional camino de la evangelización, sino por el
camino del sincretismo religioso», tendencias que ya se manifestaron a
finales del siglo XIX, propiciadas por los modernistas y condenadas por
los Papas.3
Sin lugar a dudas
que hoy en día muchos católicos creen en un Dios no cristiano, y uno se
pregunta: ¿qué verdad tienen los no católicos que nosotros no tengamos?
Ciertamente podemos encontrar muchos protestantes cultos y buenos, pero
su ciencia y conocimientos nunca serán superiores a los que ofrece la
Iglesia Católica. No podemos confundir con religión el simple hecho de
que unos comunistas o paganos, al igual que unos protestantes tengan una
vida honrada.
Ese abandono del
trabajo evangelizador es decir, del anuncio explícito de la salvación,
no es reciente, ha sido dejado de lado hace ya más de medio siglo, pocas
asociaciones eclesiales católicas han mantenido su vocación
evangelizadora, ya que ésta es desalentada abiertamente por los
sacerdotes en las parroquias en donde se encuentran establecidas.
«¿Hemos de
suponer –se preguntaba Frank Duff, fundador de la Legión de María- que
este apartarse del trabajo de conversión equivale a un tácito
reconocimiento de que todas las religiones son igualmente buenas?», «de
ser así –afirmaba- incluiría un conglomerado de herejías, es decir,
todas las herejías que ha habido desde el principio».
«Yo pregunto:
¿Qué efectos están produciendo éstos sacerdotes en los católicos?
Contestación: Los están destruyendo. Los están pervirtiendo. Si
observamos este criterio en el pastor, ¿cuál será el del rebaño? En
tales circunstancias, el catolicismo sólo podría sobrevivir como una
creencia parcial sin ninguna confianza en sí mismo. Si la mayoría no se
apartan de la Iglesia, pronto lo harán.
Estas cosas demuestran indiferencia por las almas y los que las perpetran son barrera para la Iglesia. Éstos dicen “parad”, donde Jesús dice “id”».4
El fundador de la
Legión de María, ejercitó y promovió el verdadero ecumenismo, ya en
1939, obtuvo un permiso de la Santa Sede para sostener diálogos
teológicos con protestantes. En 1940 fundó la Sociedad Mercier para
presentar la Fe Católica a los no católicos con el propósito de
atraerlos a la Iglesia, estableció asimismo la asociación Pillar of Fire
(Columna de Fuego) para un apostolado de acercamiento y diálogo con los
judíos. «El trabajo por la conversión de los judíos –decía Duff- no es
una cacería de sombras. Es un esfuerzo para contribuir a la realización
de un plan divino», y así él oraba:
«Señor Jesucristo, cuya oración por tus discípulos, (Jn 13,1) en la víspera de tu Pasión y Muerte por toda la humanidad, (2 Cor 5, 15; 1 Tim 2, 6) fue que fueran uno como Tú y el Padre sois uno, (Juan 17, 20-23) elimina -te lo pedimos- las barreras, (Mc 11, 22 – 24) infranqueables para nosotros, que mantienen alejados a aquellos que llevan el nombre de cristianos, (Hch 2, 38; 2 Tim 2, 19) para que haya un solo rebaño (Jn 10, 16) bajo el cayado de un solo Pastor, una sola fe, (Ef 4, 5) una ardiente cristiandad, (1 Cor 1,10) cuya oración, de espíritu y de verdad, (Juan 4, 23-24; 14, 13-14) sea irresistible y obtenga de Ti: (Mt 17, 20; 21, 21 – 22) Luz para cuantos permanecen en la luz del paganismo, (Mt 4, 16) y en las sombras de muerte de la Luz rechazada y del ateísmo militante (Juan 3, 19 – 20; Lc 20, 17).
Firme apoyo a cuantos se sienten atormentados por las dudas, (Mt 14, 31) y para cuantos son agitados por toda clase de vientos de doctrinas (Ef 4, 14).
Libertad para todos los que viven encadenados en el horrible cautiverio del pecado (Jn 15, 6 -7; Rom 6, 22, 7, 23 – 25).
Nueva gracia de Pentecostés derramada desde el Cielo, que disolverá los odios, las injusticias (Hch 2, 1-4) y el espíritu del mundo, (Jn 15, 18 – 19, 1 Cor 2, 12) y que fundirá todos los corazones (Rom 12, 15) y los hará uno con el Tuyo, que eres el Camino, la Verdad y la Vida, (Rom 5, 5; Juan 14, 6) aquella Vida Divina, en la que la unidad de la fe llegará a ser perfecta en gloria, (2P 1, 2-4; Ef 4, 13) y el amor permanecerá eternamente en el Amor (Jn 12, 23 – 24, 15, 9) Amén».5
¿Cómo puede un
bautizado eximirse de lo que Jesús nos ordenó? Únicamente la Iglesia
Católica ha obtenido directamente de Cristo el mandato y los medios de
llevar a todos los hombres a la salvación eterna, de tal forma que el
destino de la Iglesia en el tercer milenio depende en gran parte de
nuestra respuesta a la secularización activa.
Únicamente
ella ha obtenido el poder de revelar la Palabra de Dios, de perpetuar
el Santo Sacrificio, de administrar los sacramentos y de servir de guía
para que las almas vivan según los deseos del Señor. Es por eso, que
esta Iglesia Católica, Apostólica y Romana, es llamada la «única para la salvación eterna», porque es la única y verdadera Iglesia.
Las iglesias
protestantes y sectas han asumido partes de la Iglesia Católica, pero no
la verdad de ella, por lo que están expuestas a muchos errores, no
tienen acceso a muchas de las gracias. Pero Nuestro Señor Jesucristo
murió también por ellos, y la Iglesia Católica ora y sacrifica también
por las «otras
ovejas que no son de este aprisco. A ésas también tengo que traer;
ellas oirán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor»
(Jn 10, 16). «Las ovejas a quienes el Salvador fue enviado, son los
judíos (Mt. 10, 5 s. y nota). Como ellas no oyen la voz de su pastor
(Hch. 28, 25 ss.), Dios “escogerá de entre los gentiles un pueblo para
su Nombre” (Hch. 15, 15; cf. Mt. 13, 47 ss.; Lc. 24, 47; Jn. 11, 52,
hasta que con el retorno de Israel (Rm. 11, 25 ss.) se forme un solo
rebaño con un solo pastor».6
Recemos
por los judíos, para que acepten a Jesús como el Mesías que vino y que
volverá a venir; por los protestantes, para que se unifiquen con la
Iglesia Católica; por los mahometanos, hinduistas y budistas, para que
reconozcan en la Madre de Dios, a la Vencedora de todos los falsos
dogmas y de los cismáticos, como la Vencedora de todas las batallas de
Dios, y así poder llegar a través de su poderosa intercesión a la
adoración de la Santísima Trinidad. 7
Germán Mazuelo-Leytón
1 1 TIMOTEO, 2, 4.
2 cf.: SAN MATEO, 5, 14.
3 MAZUELO-LEYTÓN, GERMÁN, Religión deformada y anti-religión. http://www.conoze.com/doc.php?doc=9513
4 DUFF, FRANK, Evangelización.
5 DUFF, FRANK, Oración por la unidad de los cristianos.
6 STRAUBINGER, JUAN, Sagrada Biblia, comentario a San Juan 10, 16.
7 MAZUELO-LEYTÓN, GERMÁN, Ecumenismo ingenuo. http://www.lapatriaenlinea.com/?t=ecumenismo-ingenuo¬a=170683