¿Quién va a pagar la Deuda K?
2/3/2015
Decididamente la administración CFK, en las postrimerías de su
gestión, está dispuesta a hacer cualquier cosa para pasarle su Crisis de
Deuda al próximo gobierno. Al aumento sistemático de la Deuda del Estado que se ha producido
durante la “década ganada” se suma ahora una arremetida final o nueva
ola de endeudamiento – la tercera en importancia después del Proceso y
la Convertibilidad – que tiene su explicación en la necesidad de
supervivencia financiera y política de la actual administración. Ni el oficialismo ni la oposición política, empero, dicen quién y
cómo va a pagar esta Deuda, como no sea contrayendo nuevas deudas.
EVOLUCIÓN DE LA DEUDA K.
El gobierno Kirchner – según datos del Ministerio de Economía (MECON)
– heredó de la administración Duhalde-Lavagna una Deuda Pública de
152.600 MD (stock al 30.6.03, en Millones de Dólares).
La presidenta CFK dijo en Setiembre pasado que durante toda la
administración Kirchner se pagaron más de 190.000 MD por concepto de
Deuda, si bien no hay información desagregada alguna sobre este monto.
Hoy – última informe oficial al 30.6.14 – el saldo de la Deuda es de
210.800 MD (198.900 de Deuda Performing o regularizada y 11.900 de
Holdouts o bonistas que no entraron en el Megacanje 2005-2010).
En este monto no están incluidos entre 10-15.000 MD de cupones PBI
pendientes de pago, que el gobierno considera Deuda Contingente cuando
se trata de deuda en firme pero no registrada como tal.
Además, la cifra de la deuda con los holdouts está subestimada porque
después del fallo Griesa se estima que los reclamos de bonistas que no
entraron en los canjes (fundamentalmente FB-Fondos Buitre) suman entre
20-30.000 MD, no 12.000.
Por otra parte, dada la fuerte toma de nuevas deudas desde mediados
del año pasado hasta la fecha – datos que tradicionalmente el gobierno
retacea con una injustificada demora en su publicación – agregando estos
datos se puede estimar que la Deuda Pública en cabeza del Estado
Central estaría hoy en los 240-250.000 MD.
Este saldo no comprende la Deuda Pública de Provincias/Municipios,
Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios, Banco
Central (BCRA) y juicios contra el Estado con sentencia en firme.
Después del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 el gobierno se jactó
de haber reducido la Deuda a unos 150.000 MD: 126.500 de Deuda
Performing más 23.600 de Holdouts; sin contar la emisión de 30.000 MD de
cupones PBI.
Tomado así, entre puntas (2003-2014), el crecimiento de la Deuda del
Estado durante la administración K habría sido de unos 100.000 MD (250
contra 150 mil MD).
Por ende, no es cierto que la Argentina se haya ni se esté des-endeudando.
CRISIS DE LA DEUDA K.
Estrictamente hablando, el gobierno Kirchner nunca salió de la Crisis
de Deuda: sólo refinanció y refinancia todas sus obligaciones a medida
que vencen – a costa de abonar más intereses – pagó y sigue pagando
deuda de terceros (organismos financieros internacionales y acreedores
privados) con Deuda intra-Estado y toma nuevas deudas.
Eso es lo que técnica y prácticamente ha hecho durante toda su
gestión, sin bajar el stock de la Deuda Pública sino, por el contrario,
aumentándolo.
El gobierno no tiene capacidad de pago demostrada sobre estas
obligaciones, no tiene Solvencia ni Liquidez para afrontarlas con
recursos genuinos y sólo puede mantenerse en el Sistema de la Deuda con
refinanciaciones permanentes.
Este esquema, sin embargo, parece haber llegado hoy a un nuevo límite de posibilidades para la administración K.
- FRACASO DEL MEGACANJE.
El Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 no fue una operación
exitosa sino un nuevo pateo para adelante de la Crisis de Deuda, sin
mejoras de saldo real: no es verdad que la Argentina tuvo una quita en
la reestructuración porque esa quita – del 44 % promedio y no del 66
como dice el gobierno – fue más que compensada con cupones PBI por el 48
%.
Pero además este canje fracasó porque no logró el alivio esperado con
el nuevo cronograma de pagos y a los dos años ya no se podía cubrir con
recursos corrientes del Estado: por eso se apeló al aumento de las
retenciones a las exportaciones de granos (Resolución 125/08), a la
estatización de las AFJP (Octubre/2008) y al uso de las Reservas
Internacionales (RI) del BCRA para poder pagar Deuda Externa (Enero/2006
al FMI y desde comienzos de 2010).
Paralelamente, el haber dejado afuera bonos impagos en manos de los
holdouts por más de 20.000 MD (en su mayoría FB que compraron títulos
argentinos a precio de bonos-basura) iba a traerle al país graves
consecuencias que eran sólo cuestión de tiempo ya que esos títulos iban a
ser reclamados judicialmente en el extranjero.
- LA CRISIS DE LOS HOLDOUTS.
La derrota legal ante los FB es básicamente culpa de la errónea estrategia legal, financiera y política de la administración K:
- Primero, porque el gobierno Kirchner no quiso plantear el problema de la ilegitimidad de la Deuda.
- Segundo, porque reconoció el Valor Nominal de las acreencias en lugar del Precio de Compra de los títulos.
- Tercero, porque después del Megacanje 2005 dictó las leyes cerrojo que dejaron vulnerable al Estado frente al reclamo del Pari Passu.
El gobierno Kirchner parece que recién se dio cuenta que los FB eran
“malos” y perseguían ganancias extraordinarias cuando perdió, con el
fallo Griesa, el juicio-testigo en todas las instancias legales de los
Estados Unidos.
Pero tanto o más grave aún es que la presidenta CFK habría contado
con que su “vocación pagadora” le iba a facilitar una consideración
favorable – o al menos dilatoria – por parte de la Corte Suprema
Norteamericana para poder transferirle el problema de los holdouts al
próximo gobierno después de haber aceptado los laudos del CIADI, de
haber reconocido las indemnizaciones a Repsol por YPF, de haberse
allanado a las exigencias totales del Club de París, de renovar los
planes trienales de financiamiento con el Banco Mundial y con el BID, y
de haber comenzado a emitir Deuda en Pesos y en Dólar-Linked.
La burla de las expectativas K desnudó las falencias de arrastre en
materia legal y precipitó la nueva crisis financiera de Deuda, que
necesitaba de la Hoja de Ruta Boudou – arreglo con Holdouts y Club de
París – para volver a colocar más Deuda Externa en el Mercado
Internacional de Capitales.
La propuesta de Convención Multilateral sobre Reestructuración de
Deudas Soberanas ante la Asamblea General de la ONU – en línea con la
iniciativa del FMI que otrora planteara la vice-jefa Anne Krueger en
2002 – aparentemente resultó insuficiente para cambiar los términos del
problema concreto de los holdouts en general y del fallo Griesa en
especial.
La última argumentación del gobierno – el peligro de la cláusula
RUFO, para tratar de eludir el derecho de los bonistas que entraron en
el Megacanje – iba a transformarse en su último embrollo: la exigencia a
coro de los FB y del mediador Pollack, desde afuera, con el
acompañamiento del establishment financiero local, esperando el fin de
la “excusa” del gobierno K para sentarse a negociar de una vez por todas
la forma de pago a los acreedores.
Ante la reticencia del gobierno a volver a la mesa del mediador
designado por Griesa – que en la práctica actuaría ya como coordinador
de una nueva reestructuración de Deuda con los FB y el resto de los
Holdouts – el juez formalizó el Desacato y la Argentina quedó en una
posición de rebeldía que muy difícilmente tenga resultado favorable pero
que pudiera cumplir el objetivo de dilatar a cualquier costo (costo que
pagará el país) sus responsabilidades de negociación traspasándoselas a
la nueva administración electa.
Mientras tanto – como muestra de la complicidad del gobierno K y de
la partidocracia opositora con el Sistema de la Deuda – yace cajoneada
en el Congreso la creación de la Comisión Investigadora de la Deuda
Externa que contempla la Ley 26.984, paradójicamente titulada Ley de
Pago Soberano.
- LA DEUDA INTRA-ESTADO.
La clave de la supervivencia financiera de la administración K reside
en la utilización en gran escala de la Deuda intra-Sector Público, es
decir, de la toma de nueva deuda proveniente de dinero administrado por
el propio Estado, fundamentalmente ANSES, BCRA y Banco Nación (BNA).
Esto ha significado que la Deuda con Terceros – básicamente la Deuda
Pública Externa – se fuese pagando con Deuda intra-Estado, lo que
implica transferirle el costo irrecuperable de la deuda pagada al Estado
y, por ende, al Pueblo Argentino.
Ha sido y es una forma de decir: pagamos todo lo que se nos exige –
sin cuestionar su legitimidad – a costa de “tragarnos” nuestra propia
deuda.
Pero, cuál es ese costo para el país ?:
- El desvío de altísimos fondos públicos aplicables al crecimiento económico hacia pago de servicios de la Deuda por Capital, Intereses, cupones PBI y Honorarios/Gastos.
- El desfinanciamiento del Sistema Previsional – cuyos recursos, en más de un 60 %, se encuentran prestados al Tesoro sin capacidad de recupero – y de gran parte de los Fondos Fiduciarios o Fideicomisos Públicos (como el FFRE y otros).
La descapitalización del BCRA, que sólo cuenta como disponibles la
mitad de sus Reservas Brutas (17.000 sobre 31.500 MD), que tiene el 66 %
de su Activo prestado al Tesoro (85.300 MD) sin capacidad de recupero,
que acumula una deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac con Bancos
equivalente a 35.200 MD – una deuda que renueva y aumenta cada semana
(pagando tasas de interés del orden del 30 % anual) – y que aumenta
progresivamente su rubro de Otros Pasivos – que ya suman 6.300 MD – con
préstamos de Bancos Centrales extranjeros (Francia, China y BIS de
Basilea).
Este último punto – como ya lo hemos observado en múltiples
oportunidades, significa que, en la práctica, el BCRA se encuentra en
estado de quiebra y que la distribución de utilidades contables que está
realizando no sólo no se corresponden con ganancias genuinas sino que
constituyen una forma de vaciamiento del Banco.
El endeudamiento en Letras/Notas del BCRA supone además una
vulnerabilidad jurídica que no escapa a las denuncias de los FB ya que,
por la teoría del Alter Ego, se cuestiona la independencia del banco en
relación al Poder Ejecutivo y se evidencia la conformación de una Deuda
Pública indirecta tomada por vía lateral al Fisco.
Así es como el Kirchnerismo ha venido aguantando su Crisis de Deuda y
así es como está difiriendo una crisis financiera inevitable a costa de
aumentar a niveles impagables la Deuda intra-Estado.
La combinación de fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna, Crisis de
los Holdouts y Deuda intra-Estado define la encrucijada en que se
encuentra la administración Kirchner hoy, después de sus 12 años de
gestión.
FUTURO DE LA DEUDA K.
Hoy el relato kirchnerista hace agua: es el producto de un Gobierno
sin Política – sujeto a improvisaciones, desprolijidades y corruptelas
en su manejo del “día a día” – de la falsía del Des-endeudamiento y del
mito del Modelo.
El stock de la Deuda Pública del Estado Central – que, como hemos
visto, estaría actualmente en el orden de los 240-250.000 MD – y la
falta de Solvencia y Liquidez Fiscal para poder atender sus servicios
llevaron al gobierno CFK, en el último tramo de su mandato, a acelerar
la vuelta del país al Mercado Internacional de Capitales, en línea con
la Hoja de Ruta Boudou.
El gravísimo traspié de la Crisis de los Holdouts – ratificaciones
del fallo Griesa, mediación Pollack y formalización del desacato – ha
venido dificultando obviamente las negociaciones de refinanciación de
vencimientos pero no habría significado, sin embargo, el fin de las
expectativas de volver a colocar Deuda Externa sino sólo el problema de
la jurisdicción bajo la cual hacerlo.
En los hechos, la Argentina sigue colocando Deuda Externa, aunque lo hace en forma indirecta.
Las colocaciones de bonos en dólares a tasas altísimas – del orden de
un 9 % anual – por parte de YPF y varias provincias (empezando por la
CABA y siguiendo por las gestiones de la Provincia de Buenos Aires, que
son los distritos más endeudados), viene a constituirse así en una forma
de obtención de divisas con deuda, como en los viejos tiempos de
Martínez de Hoz y de la Convertibilidad menemista.
El Presupuesto 2015 permite al gobierno tomar deuda este año por un
total de hasta 133.600 MD: 46.100 por Operaciones de Crédito Público de
refinanciación de deudas, 50.300 por Operaciones de Endeudamiento
Adicional para Obras Públicas e Infraestructura y 37.200 por Operaciones
de Crédito para el trienio 2016-2018.
Esto es, que al stock de deuda impagable de los 250.000 MD antes
citado éste gobierno K está facultado para añadirle más de 100.000 MD,
igualmente impagables.
La mayoría de estos nuevos préstamos – cuyos desembolsos han
comenzado – proviene actualmente de China: 4.700 MD para las represas de
Santa Cruz (Kichner y Cepernic), 2.100 MD para compras de vagones y
materiales ferroviarios (Ministro de Interior/Transporte Randazzo,
pre-candidato presidencial K), 423 MD para la compra de barcazas
fluviales, 430 MD para proyectos de riego en la Provincia de Entre Ríos
(gobernador Uribarri, pre-candidato presidencial K) y, lo más
importante, el swap de monedas por 11.000 MD (de los que se llevan
utilizados 3.100).
Toda esta formidable masa de Deuda Nueva K – que se suma a la deuda
pública impagable existente – se está instrumentando “delante de las
narices” de todo el mundo; y la Clase Política (Oficialismo y Oposición)
no dice nada al respecto.
EN CONCLUSIÓN.
Frente a esta situación de endeudamiento crónico, creciente e
impagable – frente a esta trampa de Deuda Perpetua – la Clase Política
es idiota o cómplice ?
En principio, son las dos cosas a la vez pero prevalentemente la
segunda: los políticos no se equivocan tanto como parece; saben que la
obsecuencia y la servidumbre al Sistema de la Deuda es conditio sine qua non para aspirar al gobierno.
Por eso, con la Deuda pasa lo mismo que con la Droga y otras formas
de Corrupción: nadie pelea en el mundo “contra la droga” sino “por la
droga”, porque de allí provendrán ingentes fondos electorales y
políticos.
De allí que la partidocracia – los candidatos más probables (Macri,
Massa y Scioli) y los de menores chances (De la Sota, Uribarri,
Randazzo, etc.) – estén todos empeñados, en mayor o menor medida, en la
misma carrera de endeudamiento que el gobierno K.
Saben que la adscripción al Sistema de la Deuda – el mecanismo de
refinanciamiento permanente y toma de nueva deuda que, como todas las
administraciones anteriores, utilizó y utiliza la administración K para
mantener su supervivencia financiera y política – es el sistema cuya
continuidad tienen que garantizar ellos para tratar de llegar al
gobierno, cosa que luego quién lo logre rotulará burlescamente “acceso
al Poder”.
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 28.2.2015