domingo, 31 de enero de 2016

¿Quién va a pagar la Deuda K?


 









Deuda Externa

¿Quién va a pagar la Deuda K?

2/3/2015
Decididamente la administración CFK, en las postrimerías de su gestión, está dispuesta a hacer cualquier cosa para pasarle su Crisis de Deuda al próximo gobierno.  Al aumento sistemático de la Deuda del Estado que se ha producido durante la “década ganada” se suma ahora una arremetida final o nueva ola de endeudamiento – la tercera en importancia después del Proceso y la Convertibilidad – que tiene su explicación en la necesidad de supervivencia financiera y política de la actual administración.  Ni el oficialismo ni la oposición política, empero, dicen quién y cómo va a pagar esta Deuda, como no sea contrayendo nuevas deudas.





EVOLUCIÓN DE LA DEUDA K.



El gobierno Kirchner – según datos del Ministerio de Economía (MECON) – heredó de la administración Duhalde-Lavagna una Deuda Pública de 152.600 MD (stock al 30.6.03, en Millones de Dólares).

 La presidenta CFK dijo en Setiembre pasado que durante toda la administración Kirchner se pagaron más de 190.000 MD por concepto de Deuda, si bien no hay información desagregada alguna sobre este monto.


Hoy – última informe oficial al 30.6.14 – el saldo de la Deuda es de 210.800 MD (198.900 de Deuda Performing o regularizada y 11.900 de Holdouts o bonistas que no entraron en el Megacanje 2005-2010).


En este monto no están incluidos entre 10-15.000 MD de cupones PBI pendientes de pago, que el gobierno considera Deuda Contingente cuando se trata de deuda en firme pero no registrada como tal.


Además, la cifra de la deuda con los holdouts está subestimada porque después del fallo Griesa se estima que los reclamos de bonistas que no entraron en los canjes (fundamentalmente FB-Fondos Buitre) suman entre 20-30.000 MD, no 12.000.

 Por otra parte, dada la fuerte toma de nuevas deudas desde mediados del año pasado hasta la fecha – datos que tradicionalmente el gobierno retacea con una injustificada demora en su publicación – agregando estos datos se puede estimar que la Deuda Pública en cabeza del Estado Central estaría hoy en los 240-250.000 MD.

 Este saldo no comprende la Deuda Pública de Provincias/Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios, Banco Central (BCRA) y juicios contra el Estado con sentencia en firme.

 Después del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 el gobierno se jactó de haber reducido la Deuda a unos 150.000 MD: 126.500 de Deuda Performing más 23.600 de Holdouts; sin contar la emisión de 30.000 MD de cupones PBI.


Tomado así, entre puntas (2003-2014), el crecimiento de la Deuda del Estado durante la administración K habría sido de unos 100.000 MD (250 contra 150 mil MD).


Por ende, no es cierto que la Argentina se haya ni se esté des-endeudando.




CRISIS DE LA DEUDA K.



Estrictamente hablando, el gobierno Kirchner nunca salió de la Crisis de Deuda: sólo refinanció y refinancia todas sus obligaciones a medida que vencen – a costa de abonar más intereses – pagó y sigue pagando deuda de terceros (organismos financieros internacionales y acreedores privados) con Deuda intra-Estado y toma nuevas deudas.

 Eso es lo que técnica y prácticamente ha hecho durante toda su gestión, sin bajar el stock de la Deuda Pública sino, por el contrario, aumentándolo.


El gobierno no tiene capacidad de pago demostrada sobre estas obligaciones, no tiene Solvencia ni Liquidez para afrontarlas con recursos genuinos y sólo puede mantenerse en el Sistema de la Deuda con refinanciaciones permanentes.

 Este esquema, sin embargo, parece haber llegado hoy a un nuevo límite de posibilidades para la administración K.



  1. FRACASO DEL MEGACANJE.



El Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 no fue una operación exitosa sino un nuevo pateo para adelante de la Crisis de Deuda, sin mejoras de saldo real: no es verdad que la Argentina tuvo una quita en la reestructuración porque esa quita – del 44 % promedio y no del 66 como dice el gobierno – fue más que compensada con cupones PBI por el 48 %.



Pero además este canje fracasó porque no logró el alivio esperado con el nuevo cronograma de pagos y a los dos años ya no se podía cubrir con recursos corrientes del Estado: por eso se apeló al aumento de las retenciones a las exportaciones de granos (Resolución 125/08), a la estatización de las AFJP (Octubre/2008) y al uso de las Reservas Internacionales (RI) del BCRA para poder pagar Deuda Externa (Enero/2006 al FMI y desde comienzos de 2010).



Paralelamente, el haber dejado afuera bonos impagos en manos de los holdouts por más de 20.000 MD (en su mayoría FB que compraron títulos argentinos a precio de bonos-basura) iba a traerle al país graves consecuencias que eran sólo cuestión de tiempo ya que esos títulos iban a ser reclamados judicialmente en el extranjero.





  1. LA CRISIS DE LOS HOLDOUTS.



La derrota legal ante los FB es básicamente culpa de la errónea estrategia legal, financiera y política de la administración K:



  • Primero, porque el gobierno Kirchner no quiso plantear el problema de la ilegitimidad de la Deuda.



  • Segundo, porque reconoció el Valor Nominal de las acreencias en lugar del Precio de Compra de los títulos.



  • Tercero, porque después del Megacanje 2005 dictó las leyes cerrojo que dejaron vulnerable al Estado frente al reclamo del Pari Passu.



El gobierno Kirchner parece que recién se dio cuenta que los FB eran “malos” y perseguían ganancias extraordinarias cuando perdió, con el fallo Griesa, el juicio-testigo en todas las instancias legales de los Estados Unidos.



Pero tanto o más grave aún es que la presidenta CFK habría contado con que su “vocación pagadora” le iba a facilitar una consideración favorable – o al menos dilatoria – por parte de la Corte Suprema Norteamericana para poder transferirle el problema de los holdouts al próximo gobierno después de haber aceptado los laudos del CIADI, de haber reconocido las indemnizaciones a Repsol por YPF, de haberse allanado a las exigencias totales del Club de París, de renovar los planes trienales de financiamiento con el Banco Mundial y con el BID, y de haber comenzado a emitir Deuda en Pesos y en Dólar-Linked.



La burla de las expectativas K desnudó las falencias de arrastre en materia legal y precipitó la nueva crisis financiera de Deuda, que necesitaba de la Hoja de Ruta Boudou – arreglo con Holdouts y Club de París – para volver a colocar más Deuda Externa en el Mercado Internacional de Capitales.



La propuesta de Convención Multilateral sobre Reestructuración de Deudas Soberanas ante la Asamblea General de la ONU – en línea con la iniciativa del FMI que otrora planteara la vice-jefa Anne Krueger en 2002 – aparentemente resultó insuficiente para cambiar los términos del problema concreto de los holdouts en general y del fallo Griesa en especial.



La última argumentación del gobierno – el peligro de la cláusula RUFO, para tratar de eludir el derecho de los bonistas que entraron en el Megacanje – iba a transformarse en su último embrollo: la exigencia a coro de los FB y del mediador Pollack, desde afuera, con el acompañamiento del establishment financiero local, esperando el fin de la “excusa” del gobierno K para sentarse a negociar de una vez por todas la forma de pago a los acreedores.

 Ante la reticencia del gobierno a volver a la mesa del mediador designado por Griesa – que en la práctica actuaría ya como coordinador de una nueva reestructuración de Deuda con los FB y el resto de los Holdouts – el juez formalizó el Desacato y la Argentina quedó en una posición de rebeldía que muy difícilmente tenga resultado favorable pero que pudiera cumplir el objetivo de dilatar a cualquier costo (costo que pagará el país) sus responsabilidades de negociación traspasándoselas a la nueva administración electa.

 Mientras tanto – como muestra de la complicidad del gobierno K y de la partidocracia opositora con el Sistema de la Deuda – yace cajoneada en el Congreso la creación de la Comisión Investigadora de la Deuda Externa que contempla la Ley 26.984, paradójicamente titulada Ley de Pago Soberano.





  1. LA DEUDA INTRA-ESTADO.

 La clave de la supervivencia financiera de la administración K reside en la utilización en gran escala de la Deuda intra-Sector Público, es decir, de la toma de nueva deuda proveniente de dinero administrado por el propio Estado, fundamentalmente ANSES, BCRA y Banco Nación (BNA).

 Esto ha significado que la Deuda con Terceros – básicamente la Deuda Pública Externa – se fuese pagando con Deuda intra-Estado, lo que implica transferirle el costo irrecuperable de la deuda pagada al Estado y, por ende, al Pueblo Argentino.

 Ha sido y es una forma de decir: pagamos todo lo que se nos exige – sin cuestionar su legitimidad – a costa de “tragarnos” nuestra propia deuda.



Pero, cuál es ese costo para el país ?:



  1. El desvío de altísimos fondos públicos aplicables al crecimiento económico hacia pago de servicios de la Deuda por Capital, Intereses, cupones PBI y Honorarios/Gastos.


  1. El desfinanciamiento del Sistema Previsional – cuyos recursos, en más de un 60 %, se encuentran prestados al Tesoro sin capacidad de recupero – y de gran parte de los Fondos Fiduciarios o Fideicomisos Públicos (como el FFRE y otros).

 La descapitalización del BCRA, que sólo cuenta como disponibles la mitad de sus Reservas Brutas (17.000 sobre 31.500 MD), que tiene el 66 % de su Activo prestado al Tesoro (85.300 MD) sin capacidad de recupero, que acumula una deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac con Bancos equivalente a 35.200 MD – una deuda que renueva y aumenta cada semana (pagando tasas de interés del orden del 30 % anual) – y que aumenta progresivamente su rubro de Otros Pasivos – que ya suman 6.300 MD – con préstamos de Bancos Centrales extranjeros (Francia, China y BIS de Basilea).



Este último punto – como ya lo hemos observado en múltiples oportunidades, significa que, en la práctica, el BCRA se encuentra en estado de quiebra y que la distribución de utilidades contables que está realizando no sólo no se corresponden con ganancias genuinas sino que constituyen una forma de vaciamiento del Banco.


El endeudamiento en Letras/Notas del BCRA supone además una vulnerabilidad jurídica que no escapa a las denuncias de los FB ya que, por la teoría del Alter Ego, se cuestiona la independencia del banco en relación al Poder Ejecutivo y se evidencia la conformación de una Deuda Pública indirecta tomada por vía lateral al Fisco.

 Así es como el Kirchnerismo ha venido aguantando su Crisis de Deuda y así es como está difiriendo una crisis financiera inevitable a costa de aumentar a niveles impagables la Deuda intra-Estado.

 La combinación de fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna, Crisis de los Holdouts y Deuda intra-Estado define la encrucijada en que se encuentra la administración Kirchner hoy, después de sus 12 años de gestión.

 

FUTURO DE LA DEUDA K.



Hoy el relato kirchnerista hace agua: es el producto de un Gobierno sin Política – sujeto a improvisaciones, desprolijidades y corruptelas en su manejo del “día a día” – de la falsía del Des-endeudamiento y del mito del Modelo.


El stock de la Deuda Pública del Estado Central – que, como hemos visto, estaría actualmente en el orden de los 240-250.000 MD – y la falta de Solvencia y Liquidez Fiscal para poder atender sus servicios llevaron al gobierno CFK, en el último tramo de su mandato, a acelerar la vuelta del país al Mercado Internacional de Capitales, en línea con la Hoja de Ruta Boudou.

 El gravísimo traspié de la Crisis de los Holdouts – ratificaciones del fallo Griesa, mediación Pollack y formalización del desacato – ha venido dificultando obviamente las negociaciones de refinanciación de vencimientos pero no habría significado, sin embargo, el fin de las expectativas de volver a colocar Deuda Externa sino sólo el problema de la jurisdicción bajo la cual hacerlo.

 En los hechos, la Argentina sigue colocando Deuda Externa, aunque lo hace en forma indirecta.


Las colocaciones de bonos en dólares a tasas altísimas – del orden de un 9 % anual – por parte de YPF y varias provincias (empezando por la CABA y siguiendo por las gestiones de la Provincia de Buenos Aires, que son los distritos más endeudados), viene a constituirse así en una forma de obtención de divisas con deuda, como en los viejos tiempos de Martínez de Hoz y de la Convertibilidad menemista.


El Presupuesto 2015 permite al gobierno tomar deuda este año por un total de hasta 133.600 MD: 46.100 por Operaciones de Crédito Público de refinanciación de deudas, 50.300 por Operaciones de Endeudamiento Adicional para Obras Públicas e Infraestructura y 37.200 por Operaciones de Crédito para el trienio 2016-2018.

 Esto es, que al stock de deuda impagable de los 250.000 MD antes citado éste gobierno K está facultado para añadirle más de 100.000 MD, igualmente impagables.


La mayoría de estos nuevos préstamos – cuyos desembolsos han comenzado – proviene actualmente de China: 4.700 MD para las represas de Santa Cruz (Kichner y Cepernic), 2.100 MD para compras de vagones y materiales ferroviarios (Ministro de Interior/Transporte Randazzo, pre-candidato presidencial K), 423 MD para la compra de barcazas fluviales, 430 MD para proyectos de riego en la Provincia de Entre Ríos (gobernador Uribarri, pre-candidato presidencial K) y, lo más importante, el swap de monedas por 11.000 MD (de los que se llevan utilizados 3.100).    


Toda esta formidable masa de Deuda Nueva K – que se suma a la deuda pública impagable existente – se está instrumentando “delante de las narices” de todo el mundo; y la Clase Política (Oficialismo y Oposición) no dice nada al respecto.





EN CONCLUSIÓN.



Frente a esta situación de endeudamiento crónico, creciente e impagable – frente a esta trampa de Deuda Perpetua – la Clase Política es idiota o cómplice ?


En principio, son las dos cosas a la vez pero prevalentemente la segunda: los políticos no se equivocan tanto como parece; saben que la obsecuencia y la servidumbre al Sistema de la Deuda es conditio sine qua non para aspirar al gobierno.


Por eso, con la Deuda pasa lo mismo que con la Droga y otras formas de Corrupción: nadie pelea en el mundo “contra la droga” sino “por la droga”, porque de allí provendrán ingentes fondos electorales y políticos.

 De allí que la partidocracia – los candidatos más probables (Macri, Massa y Scioli) y los de menores chances (De la Sota, Uribarri, Randazzo, etc.) – estén todos empeñados, en mayor o menor medida, en la misma carrera de endeudamiento que el gobierno K.

 Saben que la adscripción al Sistema de la Deuda – el mecanismo de refinanciamiento permanente y toma de nueva deuda que, como todas las administraciones anteriores, utilizó y utiliza la administración K para mantener su supervivencia financiera y política – es el sistema cuya continuidad tienen que garantizar ellos para tratar de llegar al gobierno, cosa que luego quién lo logre rotulará burlescamente “acceso al Poder”.

 

Lic. Héctor L. GIULIANO

Buenos Aires, 28.2.2015