Se viene el inevitable Gran Choque
Los despachos de los mentideros políticos instalados
en la Casa de Gobierno de Entre Ríos no se toman vacaciones y dejan
trascender cuestiones que van marcando cierto hastío en el nuevo
gobernador ante las diversas situaciones que se generan alrededor del ex
mandatario y de su hijo Mauro a quien exigió se le diera el ministerio
de gobierno y justicia. Sergio Urribarri, además de las causas
judiciales iniciadas en su contra, ha perdido más rápido de lo que se
esperaba su poder político y muchos creen que eso se ha de evidenciar
cuando la Cámara de Diputados retome su labor. Su hijo lo único que ha
hecho hasta ahora es triplicar la cantidad de funcionarios en su área,
complicando a Bordet y su firme intención de austeridad.
PARANA (Urgente24). Gustavo Bordet llegó al gobierno luego de un
acuerdo político ideado por el ex gobernador Sergio Urribarri y que
nunca previó lo que podía suceder. El triunfo de Bordet llegó solo
porque en la oposición planteada por Cambiemos no había una propuesta
seria, pero por lo demás la idea de Urribarri, que hizo bajar todas las
candidaturas y no permitió internas, fue un rotundo fracaso y llevó al
PJ entrerriano a la peor derrota de su historia en el balotaje de
noviembre.
Urribarri nunca pensó que eso podría ocurrir y mucho menos que el
FpV se quedaría también sin nada a nivel nacional. Cambiemos se quedó
con media provincia y obligará al nuevo gobierno a negociar cada ley que
necesite. También deberá negociar otras necesidades con un gobierno
nacional de otro color, algo a lo que no se estaba acostumbrado hacer.
Bordet, en ese sentido mostró que puede hacerlo, pero para ello debió
mostrar también total independencia. La ayuda conseguida para aliviar la
grave situación de los inundados de Concordia, más la promesa lograda
para llevar adelante las obras necesarias para evitar futuras
consecuencias ante las crecidas de los ríos, es todo mérito suyo.
Según los mentideros de la Casa Gris, Urribarri se encontraría muy
preocupado por todo lo que le ha sucedido en los últimos tiempos “Él es
muy afecto a todo lo que tenga que ver con lo esotérico y por eso cree
que todo lo que le ocurre se debe a alguna brujería”, comenta alguien
que conoce muy bien como escuchar a través de las paredes en la casa de
gobierno, y agrega “El pato (apodo del ex gobernador), ya ni duerme
esperando el día que Bordet lo deje definitivamente de lado.
Le tiene terror a ese momento ya que él no tiene, como tuvo Busti
por ejemplo, la posibilidad de decir me traicionaron. Sabe que si Bordet
le pega el portazo quedará en el desierto más absoluto”.
Sergio Urribarri construyó su poder en base a alcahuetes y
obsecuentes de poca estofa y aunque varios de ellos lograron mantenerse
en el gobierno, difícilmente esos personajes vayan a defenderlo si es
que el nuevo gobernador decide, algún día, no tolerar más al ex
mandatario. Los que dicen escuchar tras las paredes aseguran que ese día
no estaría tan lejano.
Pero además de las cuestiones judiciales que deberá enfrentar, y
que no se presentarían fáciles (al finalizar el período de la feria
judicial habría importantes novedades debido a ciertas pruebas aportadas
en el último día hábil), Urribarri, tiene otro problema originado por
haber perdido tan rápidamente su poder político. Según se comenta ello
quedaría reflejado al regreso de la actividad legislativa.
En tanto, el hijo del ex mandatario, Mauro Urribarri, designado
ministro de Gobierno y Justicia, se está convirtiendo en un problema
para el gobernador Gustavo Bordet, quien desde el primer día puso de
manifiesto su interés por llevar adelante una gestión marcada por la
austeridad.
Urribarri hijo, está haciendo todo lo contrario y en menos de un
mes de gobierno ya triplicó la cantidad de funcionarios del ministerio a
su cargo y pasó de tener dos secretarías a seis. Por otro lado gastó
una importante suma en reequipar las oficinas del ministerio cambiando
los muebles por otros más a “su” estilo.
Pero además de eso, que ya es bastante para el estilo Bordet, se
habrían producido varios cortocircuitos con los integrantes de las
fuerzas de seguridad que a regañadientes habían aceptado estar bajo el
mando de Mauro Urribarri.
Otro de esos chisporroteos se habría producido entre el ministro y
su secretario de Justicia, Martín Uranga, un hombre que llegó a ese
lugar por el acuerdo con la fuerza política que lidera el diputado
nacional Julio Solanas, y que es uno de los dirigentes que “los
Urribarri” sospechan como integrante del grupo que quiere aislar al ex
gobernador. El motivo de la disputa habría sido porque Mauro le recortó
gastos a la secretaría a cargo de Uranga.
Todo esto hace suponer a quienes se ocupan de los mentideros dentro
de la Casa Gris, que Bordet no ha de demorar mucho tiempo más en seguir
tolerando a “los Urribarri” como parte de su gobierno. Para ello,
comentan en cercanías del nuevo mandatario, se ha preocupado en designar
a gente de su extrema confianza para que se ocupen de la redacción de
la nueva Ley de Ministerios (Bordet asumió sin contar con esa Ley,
debido a los desmanejos institucionales de Sergio Urribarri), que es
imprescindible para el desarrollo institucional de su gobierno.
Muchos creen que ese será el momento adecuado para que Bordet se
desprenda definitivamente de “los Urribarri” y los envíe a cuarteles de
invierno.
Siempre y cuando que los que escuchan a través de las paredes hayan
escuchado bien. O que “los Urribarri” consigan un nuevo brujo que les
permita neutralizar el supuesto “maleficio” que los viene perjudicando.