Carta abierta al Secretario de Derechos Humanos de la Nación
Sr. Secretario de Derechos Humanos de la Nación
Don Claudio B. Avruj
De mi consideración:
Su
 reciente afirmación de que “no es una buena noticia” la liberación de 
imputados en juicios de lesa humanidad, contiene un trasfondo que me 
preocupa.
Sabrá Ud. que fueron 
liberados ancianos cuyo tiempo en prisión había superado con creces el 
plazo procesal sin haberse llegado al dictado de sentencia. Es decir, 
señor Secretario de Derechos Humanos, que les correspondía la 
excarcelación, independientemente de que para Ud. sea una buena o mala 
noticia.
En la piedra basal del Derecho Criminal se lee: “nullum crimen nulla poena sine praevia lege”.
Además
 la presunción de inocencia es una garantía constitucional, por lo 
tanto, Señor Secretario, si para usted es una “mala noticia” que una 
persona – que ha sufrido cárcel sin que se pruebe su delito ni se dicte 
sentencia dentro del plazo procesal establecido legítimamente – sea 
beneficiada con el Derecho Humano de la excarcelación, lo lamento y, 
sinceramente, más aún lamento que ocupe Ud. un cargo de semejante 
importancia.
Creí que algo cambiaría 
en nuestra República respecto del concepto, respeto y reconocimiento de 
los Derechos Humanos y que todos volveríamos a ser iguales ante la Ley.
Por
 otra parte, debería Ud. leer la Declaración Universal de los Derechos 
Humanos de 1948, especialmente sus artículos 7, 8, 10 y fundamentalmente
 el inciso 2 del art. 11. Podrá así comprobar que en nuestra Patria se 
está violando un derecho humano como es ignorar que al momento del hecho
 no existía la tipificación de Delito de Lesa Humanidad, por lo tanto no
 sería aplicable la imprescriptibilidad y en consecuencia los delitos 
imputados estarían prescriptos.
Pero 
aunque supongamos que Ud. desconozca las elementales nociones de Derecho
 Penal, Derechos Humanos o Derecho Constitucional, más razonable sería 
que se abstenga de emitir imprudentes opiniones en aras de la 
importancia de su cargo.
Ante el 
entusiasmo con que ha encarado el inicio de sus funciones, le consulto 
si similar rigor se aplicará con los terroristas que asolaron nuestra 
Patria. Porque debe saber Ud. que hay muchas mujeres a quienes les han 
quitado la esperanza de ver a sus maridos, hijos y nietos, las hay en 
toda la Nación, no son solo las víctimas de la represión estatal, 
privilegiadas beneficiarias de indemnizaciones de dudosa legitimidad.
También
 fueron argentinos los hombres, mujeres y niños que cayeron por el 
traicionero fuego de los apátridas terroristas. Ellos no tienen placas, 
medallas, honores ni estaciones de subte que los recuerden, tampoco sus 
familiares cobraron indemnizaciones.
Pero
 lo mínimo que merecen en un gobierno democrático que se precie de 
respetar los derechos de sus habitantes es justamente respeto e igualdad
 ante la ley.
Saludo al Sr. Secretario atte.
 


 
