martes, 2 de julio de 2019

OLA DE SECUESTROS

El contraalmirante Francisco Alemán sometido a interrogatorio durante su largo cautiverio
Al día siguiente de la asunción de Cámpora, es decir, el 26 de mayo de 1973, el ERP anunció que seguiría arremetiendo contra las empresas de capital extranjero y a las Fuerzas Armadas, pero que respetaría al nuevo gobierno “siempre que éste no atacase al pueblo”.
En respuesta a esa actitud, la Juventud Peronista acusó a la agrupación de contrarrevolucionaria y rechazó una donación de 300.000 dólares que la compañía Ford pensaba hacer en Villa Constitución, provincia de Santa Fe, forzada por la organización guevarista.
Dando un paso más temerario aún, la agrupación juvenil extendió el calificativo a toda acción ajena al movimiento justicialista en un claro intento por neutralizar el accionar del ERP.
Como para reforzar esas medidas, las nuevas autoridades legalizaron el proscripto Partido Comunista Argentino, que previamente había anunciado su apoyo al flamante gobierno y dieron nuevas muestras de acercamiento a la izquierda intentando demostrar que no era contra ella la cosa.
Según “Le Monde” de París, el triunfo justicialista había provocado inquietud en el régimen brasilero y sus fuerzas armadas, temerosos de revivir los avances que el líder del movimiento había llevado a cabo en la década del cincuenta, al apoyar y financiar, entre otras cosas, la candidatura de Getulio Vargas y candidatos como Ademar Pereira de Barros, gobernador del estado de San Pablo.


Lo que más preocupaba a los cariocas era una Argentina incorporada al Pacto Andino, pues tendrían en ella a un serio competidor por tratarse de una verdadera potencia regional tanto en el producto bruto nacional como en número de habitantes, con un volumen de exportación dos veces superior al suyo.
Según el órgano de prensa francés, los temores de Brasil se veían un tanto apaciguados por la turbulenta situación interna de su vecino, presagio de una verdadera guerra civil que mantendría ocupado a su flamante régimen, intentando apagar las llamas que él mismo acababa de avivar con la liberación de centenares de subversivos y terroristas.
Según los analistas cariocas, a los argentinos les iba a resultar en extremo difícil regular la inflación ante la promesa de los incrementos salariales y la guerra al capital extranjero prometida por amplios sectores del gobierno y el espectro político local, cuando era precisamente de éste último que dependía su economía.

Numerosos comentaristas –dijo “Le Monde”– no ocultan su escepticismo respecto al nuevo dirigente, al que se le auguran, de forma más o menos discreta, los mismos fracasos económicos que al presidente chileno Allende.
A todo esto, ¿qué era de los numerosos secuestrados que las guerrillas tenían en su poder? 
El mismo 28 de mayo, cerca del mediodía, la esposa del almirante Alemán se presentó en el imponente edificio del Congreso, acompañada por el capitán Carlos de la Peña, para dialogar con el vicepresidente de la Nación, Vicente Solano Lima, quien la había citado la noche anterior (22:30), por vía telefónica. La señora ingresó por Hipólito Yrigoyen, sin formular declaraciones y al cabo de una hora, se retiró por la misma puerta, sin responder preguntas.
Finalmente, el 30 de mayo, Juan Carlos Gené se hizo cargo del Canal 7 en una ceremonia encabezada por el secretario de Prensa y Difusión, José María Castiñeira de Dios, quien fue el encargado de ponerlo en funciones en nombre del presidente de la Nación.
Se encontraban presentes en el salón, además del director saliente, Darío Castel, actores y figuras del momento, entre ellas Norma Aleandro, Carlos Cores, Marilina Ross, Federico Luppi, Emilio Alfaro, Carlos Carella y Roberto Galán (la mayoría compañeros de Gené en el exitoso ciclo “Cosa Juzgada” que se emitió por Canal 11 entre 1969 y 1971), quienes entonaron la Marcha Peronista y hasta prorrumpieron en gritos como “Juan Carlos se hace cargo del canal, para llevar adelante el proyecto nacional”.
El día anterior, hicieron lo propio los interventores de las universidades nacionales designados por el Poder Ejecutivo, entre ellos el comunista Rodolfo Puiggrós en la Universidad de Buenos Aires, a quien le tomó juramento el ministro de Cultura y Educación, Jorge Taiana.
Rodolfo Puiggrós pone en funciones al interventor de la Facultad de Farmacia
y Bioquímica al Dr. Marcelino Cereijido
(Fotografía: "La Razón")
Tras la demagógica arenga que Puiggrós pronunció al asumir el cargo, Taiana puso al frente de la Universidad de La Plata al profesor Mario Agoglia, al Dr. Víctor Benamo, en la Universidad del Sur y al Dr. Adolfo López Domínguez, en la Universidad Nacional del Litoral y a los decanos y delegados de las distintas facultades. De estos últimos, vale la pena mencionar al de Farmacia y Bioquímica, Marcelino Cereijido, el RP Justino O'Farrell en Filosofía y Letras y al licenciado Horacio Pericoli en Agronomía.
Al poner en funciones al primero, Puiggrós manifestó: "Con el triunfo popular ha penetrado en la Universidad la verdadera revolución y con ella terminamos con la vieja retórica del ya difundido liberalismo, que usufructuó el ámbito universitario a espaldas del pueblo".
Al tomar el mando el segundo expresó: "La posibilidad que se nos brinda de inaugurar la nueva Universidad Nacional y Popular se debe a que han  caído compañeros como Carlos Olmedo, Manuel Belloni y Diego Frondizi".
En el Colegio Nacional de Buenos Aires ocurrió algo similar. El viernes 1 de junio, en horas de la mañana, Rodolfo Puiggrós puso en funciones al nuevo delegado interventor, Dr. Raúl Aragón. "...desde hace una semana no se pueden medir los cambios introducidos en un orden cultural que que fue hasta hace poco monopolio de la inteligencia liberal, pero que ya la ha perdido -manifestó el rector de la Universidad de Buenos Aires para agregar- No queremos una Universidad uniformada y tampoco hacemos discriminaciones, lo que hacemos es separar los patriotas de los enemigos de la patria, entonces no discriminamos, solo propiciamos la higiene nacional".
Al hacer uso de la palabra, Aragón agradeció las expresiones vertidas, recalcó que había recibido el cargo de un gobierno popular, con sustento en la clase trabajadora y finalizó nombrando a los ex alumnos comprometidos en la lucha contra la dictadura, entre ellos Fernando Luis Abal Medina, su hermano Juan Manuel, Carlos Gustavo Ramus y Mario Eduardo Firmenich. Mientras lo hacía, el estudiantado entonaba consignas de guerra como "FAR y Montoneros, son nuestros compañeros" y "Vamos a llegar al socialismo nacional".
El Dr. Raúl Aragón recibe la dirección del Colegio Nacional de Buenos Aires
de manos de Puiggrós. En su discurso, mencionará a los Abal Medina, Ramus
y Firmenich como "heroicos" ex alumnos comprometidos con la lucha armada.
Obsérvense los carteles detrás
(Fotografía: "La Razón")

A las 0:30 del 1 de junio, un vehículo de la custodia asignada al titular de ENTEL, coronel Horacio Sidders, reparó en un automóvil estacionado en Dorrego y Luis María Campos, en cuyo interior se encontraban cuatro personas en actitud sospechosa.
Un agente de civil se aproximó al grupo, para identificar a sus ocupantes, pero cuando se encontraba a escasos metros de distancia, desde el interior abrieron fuego, al tiempo que el conductor pisaba el acelerador y se alejaba por Dorrego, a gran velocidad, intentando alcanzar la Av. Libertador.
Al menos dos patrulleros se lanzaron tras él, intercambiando disparos a través del Rosedal, aunque no lograron alcanzarlo1.
Por entonces, la ola de violencia tenía en vilo al gobierno y motivaba la salida de numerosos residentes extranjeros.
Ese mismo día, medio centenar de ejecutivos de la empresa Otis S.A., filial de la fábrica de ascensores Otis Elevator Company, abandonó el país con destino a Brasil, llevándose consigo a sus familias y pertenencias. La orden había llegado directamente de Nueva York, previa reserva de las habitaciones correspondientes en el Hotel “Excelsior” de Río de Janeiro, donde los evacuados debían ser alojados.
Se trataba de estadounidenses, canadienses, italianos, franceses, españoles y un mexicano, a quienes siguieron personal de otras multinacionales, amenazados todos por la seguidilla de secuestros y asesinatos que se venía sucediendo en los últimos años.
Las agrupaciones subversivas, en especial el ERP, las extorsionaban desde hacía tiempo, forzándolas a efectuar donativos a entidades de salud y beneficencia, reparto de víveres en los barrios carenciados, incrementos salariales para el personal de planta y desembolsos de toda índole.
-La situación política está muy mal –dijo uno de aquellos emigrados durante su escala en San Pablo- hasta tal punto que el gobierno nada hace al respecto.
La compañía había sido conminada a entregar ropa, dinero y alimentos al Hospital de Niños por un valor de $100.000.000, así como otros 400.000.000 a diferentes entidades y un aumento del 100% en los sueldos del personal, de lo contrario, sus directivos y empleados jerarquizados sufrirían secuestros, atentados y homicidios.
También la empresa Gilera padeció presiones al ser condenado a muerte su gerente general, Gian Carlo Dolce “por alta traición al movimiento obrero”. Fue necesario reforzar su custodia y extremar medidas para evitar que fuese raptado.
La organización terrorista atentaba contra las fuentes de trabajo y ponía en riesgo centenares, por no decir miles de puestos ante la posibilidad de que las mismas se retirasen del territorio nacional2. Solo una banda de infradotados podía obrar de esa manera, en un país carente de industria propia y por consiguiente, imposibilitado de generar recursos.
En la zona de Malaver, el ERP secuestró a Mirta Mabel Pérsico, joven estudiante de 16 años, hija del reconocido orfebre Armando Pérsico. El hecho se produjo en la vía pública, cuando su padre la llevaba en auto al Colegio del Sagrado Corazón de San Martín. 
Al mismo tiempo, la guerrilla mantenía cautivos a Rolando Felipe Larraux, empresario de 58 años, presidente de la empresa láctea La Armonía S.A., al ingeniero Aarón Beilinson, propietario de la constructora Babic S.A. de La Plata y al empresario británico Charles Agnew Lockwood, presidente de Aero Argentina S.A., del Ingenio La Esperanza. y los Laboratorios Glaxo así como vicepresidente de Leng, Roberts & Cía. y director de numerosas compañías.
Larraux fue apresado a la salida del restaurant “Aquelao” de Longchamps, a donde había ido a cenar con un amigo, oportunidad en la que los desconocidos se llevaron también su Peugeot 504, en tanto Beilinson, cuando circulaba en su coupé Torino por la ciudad de las diagonales.
Ing. Aarón Beilinson
(Fotografía: "La Nación")
Fue liberado la madrugada del 3 de junio, previo pago de diez millones de pesos. El empresario manifestó haber estado detenido en una carpa de 1,70 x 1,70 metros ubicada en un sótano, que sus captores tenían capuchas, hablaban en voz baja y no le dejaron ver la luz natural en tanto duró su cautiverio.
Extraño juego del destino. El aludido profesional, padre de Skay Beilinson, guitarrista de la célebre banda de rock Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota, un pilar del movimiento en los años ochenta, fue privado de su libertad y amenazado de muerte por el ERP, organización en la que militaba activamente Jorge Horacio Moura (nombre de guerra “Manuel”, grado: sargento), hermano de los fundadores de la no menos legendaria agrupación Virus, de la misma ciudad, compañeros de ruta de una impresionante movida cultural que bregaba por la paz y hacía reclamos de justicia.
El día anterior, sábado 2de junio, falleció en el Hospital Argerich, del barrio de Constitución, Germán Gavio, de 16 años, el militante de la JP que había sido baleado, la tarde del 25 de mayo, durante los “festejos” por la asunción de Cámpora.
Domiciliado en Lugano 799, Banfield, agonizó nueve días, sin que los médicos pudiesen revertir su cuadro3.
Increíblemente, en la provincia de Tucumán, su gobernador, Amado Juri, instruyó al Ministerio de Bienestar Social de su provincia para otorgar a los militantes del movimiento Uturunco una pensión vitalicia, movido seguramente por la disminución visual que experimentaba su antiguo comandante, Carlos Enrique Díaz.
Una noticia que la ciudadanía esperada con ansiedad en esos días era la aparición con vida de los numerosos secuestrados que la guerrilla mantenía en diferentes puntos del país.
El primero en ser liberado fue el comandante de Gendarmería Jacobo Nasif, la mañana del 5 de junio, luego de 44 días de cautiverio.
Aún era de noche cuando cerca de las 6.40 a.m., Teófilo García conducía por la Av. Roque Sáenz Peña, procedente de Alta Córdoba, donde acaba de dejar unos pasajeros. Esperaba ser relevado por su compañeros dado que su turno había terminado y en eso iba pensando cuando al llegar al Parque Las Heras un hombre en mangas de camisa le hizo señas para que se detuviese. García frenó y sin esperar, el desconocido abrió la puerta y ascendió, al tiempo que decía:
-Me han liberado…, me han liberado.
-¿Cómo? – preguntó el conductor algo nervioso, mirando a su pasajero por el espejo retrovisor.
-Soy el comandante Nasif. Lléveme a la Regional Noroeste de la Gendarmería Nacional. Me han liberado después de 40 días…
García no lo dudó, puso primera y enfiló directamente hacia la dependencia, ubicada en Hipólito Yrigoyen 445, pasando incluso los semáforos en rojo cuando la situación lo permitía.
Los efectivos que se encontraban en el edificio no dieron crédito al verlo ingresar. Lo condujeron a su despacho, le prepararon un café y se comunicaron con su familia para darle la buena nueva.
El encuentro con su mujer y sus hijos fue de una gran emotividad. Abrazos interminables, gritos, besos, lágrimas. Incluso varios de sus compañeros de armas se encontraban allí, exultantes.
Inmediatamente después recibió a la prensa a la cual brindó detalles de su odisea.
-Bueno… -dijo sonriente- pregunten.
Las requisitorias se sucedieron unas a otras, posibilitando a Nasif explicar que fue muy bien atendido, que no pasó ninguna necesidad y que sólo había sufrido un gran agobio espiritual.
-Soy creyente y Dios me ayudó – aclaró.
Luego siguió relatando las vicisitudes de su encierro, explicando que no tenía idea del lugar donde había estado encerrado, que luego de ser encapuchado, lo subieron a un vehículo y que antes de llegar a destino, dieron numerosas vueltas.
-Solo sé que era una habitación ubicada en una planta baja de una casa, en donde permanecí siempre vigilado por personas encapuchadas que se turnaban en la tarea. En ningún momento presentí mi liberación y cuan do en la madrugada de hoy me colocaron primero una capucha y luego, sobre esta, una especie de túnica que me cubría todo el cuerpo, entreví la posibilidad de retornar junto a los míos.
Al ser indagado sobre su liberación, Nasif añadió:
-Me trasladaron en un automóvil, supongo y luego de dar muchas vueltas llegué al lugar en el que me dejaron abandonado. Cuando me saqué la especie de funda que me cubría y la capucha vi que me hallaba junto al Parque Las Heras, en una calle lateral. Entonces me dirigí hasta el lugar en donde me levantó el taxista.
Cuando le preguntaron detalles sobre su reclusión, respondió:
-Durante mi encierro fui interrogado en unas pocas ocasiones sobre problemas de rutina. Creo que sobre esta parte la organización que me secuestró dio a conocer un comunicado y por lo poco que me han dicho del contenido del mismo entiendo que consigna la verdad. 
En más de una ocasión se le permitió escribir cartas a sus familiares y en todo momento, sus captores se autodenominaron integrantes del ERP.
-No se me hizo en ningún momento exigencia alguna, siempre fui correctamente tratado y todas mis necesidades se atendieron solícitamente.
Sobre el final, Nasif dijo que se sentía feliz por hallarse entre los suyos y que estaba dispuesto a retomar sus funciones de manera inmediata.
Pasadas las 8 a.m., el Ejército Revolucionario del Pueblo emitió un comunicado que hizo llegar a la representación de “La Razón” en Córdoba, a través de un muchachito correctamente vestido.
El joven ingresó sigilosamente, dejó un papel doblado sobre el mostrador y se retiró.
-Aquí le dejo esto – le dijo al empleado cuando se dirigía a atenderlo. 
Decía el parte:

Córdoba, 5 de junio de 1973.
A la clase obrera y al pueblo.
Habiéndose certificado plenamente la liberación y correcto estado de salud de los combatientes de la libertad, rescatados e indultados el 25 de mayo y días subsiguientes, el ERP procede a poner en libertad al comandante de Gendarmería Jacobo Nasif, en perfecto estado de salud. Ejército Revolucionario del Pueblo.
El documento tenía un sello rojo con el distintivo de la agrupación y traía anexo un plano del lugar donde el cautivo había sido liberado. Inmediatamente después, la Gendarmería Nacional emitió su propio oficio, aclarando su posición frente a la lucha contra la subversión.
Ese mismo día trascendió el contenido de una carta que el almirante Alemán había hecho llegar a su esposa el día 20 de mayo.

Querida Martha y Pinty:
Hoy vuelvo a escribirles después de bastante tiempo. Hoy es 18 de mayo. Me encuentro bien físicamente y soy bien tratado. En mi libreta de mano dejé unos recibos de OSN para pagar, te recomiendo te fijes la fecha de vencimiento de la póliza del auto que está en la guantera. Tratá de arreglar para que Marcial se vaya desde la tarde a casa y salga a la mañana con Pinty, tratando que Cuevas los pase a buscar.
Siempre los tengo presentes, igual que a los familiares y amigos que los acompañan.
Les envío un fuerte abrazo a los dos.
Don 
La liberación de Nasif infundió esperanzas en la familia del marino y la llevó a mantener las expectativas en alto dado que se hablaba insistentemente de que iba a aparecer con vida de un momento a otro, pero ese mismo día, se produjo un nuevo hecho de sangre que llevó al gobierno a mantener la guardia en alto.
La noche del 4 de junio fue asesinado en la puerta de su domicilio de Sarandí, Bernardo Pascual Almada, delegado gremial de la destilería YPF de Dock Sud, de 43 años de edad. 
El lugar donde se produjo el hecho era un paraje obscuro y solitario junto al arroyo Sarandí, un vecindario de casas humildes y calles de tierra, bastante peligroso de transitar de noche. 
El comandante Nasif de regreso con su familia
(Fotografía: "La Razón")

Almada era divorciado y por esa razón, vivía solo. Su vivienda en Estanislao Zeballos 3515 era poco frecuentada y según los vecinos, era difícil encontrarlo allí porque trabajaba todo el día. Era una persona poco comunicativa, retraída y callada, aunque amable y tranquila. 
Esa noche, a las 21:30, se encontraba en su casa acompañado de otra persona cuando repentinamente sonó el timbre. Almada salió a atender y al hacerlo, cruzó el pequeño jardín delantero donde a un costado tenía una huerta.
Ni bien llegó al pequeño portón metálico se dispuso a abrir pero antes de decir nada, recibió varios tiros a quemarropa, resultando alcanzado por dos de ellos en el abdomen y la cabeza.
Sin esperar más, los agresores subieron a un automóvil y escaparon a gran velocidad en tanto Almada, sujetándose el vientre, se lanzó a la carrera hacia la terminal de colectivos que se encontraba frente a su domicilio, intentando buscar ayuda.
Varios trabajadores que en esos momentos lavaban los coches en la estación lo vieron caer en mitad de la calle y corrieron a socorrerlo, pero cuando llegaron junto al cuerpo, éste yacía sin vida.
La persona que lo acompañaba salió al exterior, atraída por los estampidos y al ver a Almada desangrándose, le pidió a los presentes que fueran por ayuda. Varios de ellos se dirigieron al cercano edificio de bomberos, en uno de cuyos camiones el occiso fue evacuado hacia el hospital regional.
Verificado su deceso, el cuerpo fue depositado en la morgue del cementerio de Avellaneda, donde permaneció varios días sin ser reclamado.
En cuanto a las causas de su defunción, las mismas no fueron develadas pero todo parecía indicar que su militancia sindical era la clave.
Un vecino señala el lugar donde quedó tendido el cuerpo de Almada
(Fotografía: "La Razón")

El jueves 7 de junio, en horas de la madrugada, el ERP liberó al contraalmirante Francisco Alemán, luego de 67 días de cautiverio. Lo hizo en el Puente de La Noria, ahí donde la Av. General Paz toca con el Riachuelo, en plena noche, pasadas las 5 a.m., cuando obreros y trabajadores comenzaban a circular para dirigirse a sus tareas habituales.
Hacía frío y estaba obscuro cuando sus captores detuvieron el auto y le indicaron que descendiera.
-Puede bajar – sintió que decía una voz desde el asiento posterior.
No podía ver nada porque una venda cubría sus ojos debajo de los anteojos negros. Apenas percibió, cuando lo subieron, que viajaba en el asiento de adelante, junto al conductor y que otras dos personas lo hacían en la parte de atrás.
Minutos antes de salir lo habían drogado con una inyección, le pusieron gotas en los oídos y se los cubrieron con algodones, para que no distinguiera nada. Profundamente dormido, lo sacaron del sótano en el que lo habían tenido cautivo y lo introdujeron en el vehículo, a bordo del cual se despertó cuando circulaban por las calles de la ciudad.
El prisionero abrió la puerta e intentó bajar, pero le resultó difícil mover las piernas. El largo encierro lo había entumecido y se hallaba muy debilitado, por lo que uno de los sujetos que viajaba con él, se bajó y lo ayudó a salir.
Después de tomarlo por los hombros, lo hizo descender y con sumo cuidado lo condujo hasta una pared baja, donde lo dejó sentado. Antes de retirarse, le dijo que contara hasta cien y recién entonces se quitara la venda de los ojos; Alemán le recordó que no tenía dinero y el desconocido le dio $4000,-, para luego regresar al automóvil y alejarse.
Cuando el marino se quitó el vendaje, notó que estaba en un lugar solitario, de casas humildes, poco iluminado, pero a lo lejos distinguió una avenida que resultó ser la General Paz y hacia allí se dirigió, caminando con mucha dificultad.
Lo primero que hizo al llegar, fue comprar un diario y después de preguntar que colectivo lo llevaba a Retiro, abordó un interno de la línea 28 (ex 208), cuyo chofer le indicó que se había equivocado porque se dirigía en sentido contrario. No sin dificultad, Alemán volvió a descender, cruzó la avenida y se ubicó detrás de una hilera de trabajadores, en la misma terminal.
El contraalmirante Alemán (de anteojos obscuros)
llega a su domicilio acompañado por el encargado
del garage "Pigeón Hole", Cosme Pirraglia
(Fotografía: "La Razón")
Una vez arriba, se ubicó en uno de los asientos del fondo, junto a la ventanilla, y comenzó a leer el periódico, con el cual trataba de cubrirse para no ser reconocido.
El largo trayecto finalizó a las 6:30, cuando ya de día, descendió frente
Eran las 6:50 cuando Cosme Pirraglia, el encargado del estacionamiento, lo vio entrar. El hombre quedó perplejo al reconocerlo y enseguida lo condujo hasta la casilla, donde le sirvió un mate. Alemán le dijo que prefería esperar ahí, hasta que el portero de su edificio abriese la puerta de servicio (Rodríguez Peña 2095), porque quería evitar a los periodistas y así se hizo. Permaneció en el lugar, conversando hasta las 7 a.m., cuando subieron ambos a un Peugeot 504 rojo, matrícula C-433.675 y se dirigieron al domicilio del marino, con Pirraglia el volante y aquel en la parte posterior, sin embargo, los representantes de la prensa se percataron de su presencia y cuando lo vieron ingresar y subir las escaleras hasta el tercer piso, se lanzaron tras él. Vestía un pullover rojo escote en V, pañuelo al cuello, pantalón beige y anteojos negros; se lo veía delgado y algo despeinado pero perfectamente afeitado y un tanto cojo.
Noteros, cameraman y fotógrafos corrieron como perros de presa para alcanzarlo, pero no lo lograron. Alemán llegó a la puerta de servicio de su departamento y comenzó a tocar el timbre con insistencia.
-¿Quién es? – se escuchó decir a una voz femenina al otro lado.
-Abrí vieja – respondió el militar.
La puerta se abrió y tanto el contraalmirante como Pirraglia entraron rápidamente, antes de que sus seguidores les dieran alcance.
No es difícil imaginar la emoción de los esposos al reencontrarse. Fue necesario que la policía desalojara el lugar, así como el palier del edificio y que formara un cordón de seguridad para evitar que la gente se acercase. Los intentos que se efectuaron para obtener alguna declaración a través del portero eléctrico fueron infructuosos.
Pasados los minutos iniciales, Alemán se retiró a descansar, necesitado como estaba de recuperar fuerzas.
No pasó mucho tiempo para que se hiciesen presentes los primeros allegados. A las 7:30 lo hizo el capitán José Luis Speroni, quien manifestó al periodismo su satisfacción.
-Acabo de enterarme por la radio. Estoy muy feliz con el desenlace – dijo pletórico de alegría.
Inmediatamente detrás apareció el capitán de fragata Carlos de la Peña, quien ingresó por la puerta de servicio sin formular declaraciones, e inmediatamente después el capitán Jorge Ledesma, los almirantes Domínguez y Larrañaga, el capitán Ayanguren y sus pares, Roberto Franco y Félix Federico Fitte.
Antes de las 9 a.m., el contraalmirante Alemán abordó su automóvil y se dirigió al Hospital Naval, sito en Canalejas y Ambrosetti, para hacerse los chequeos de rigor. Guiaba el vehículo el capitán De la Peña y lo acompañaban su esposa y su hijo.
El contraalmirante Alemán sube por las escaleras de servicio
hacia su departamento, intentando eludir a la prensa
(Fotografía: "La Razón")
Al llegar al nosocomio fue internado en la habitación “L” del 8º piso, junto al Salón de Recuperaciones y se le realizó un examen completo, que comenzó a las 10:45 con un electrocardiograma que arrojó resultados positivos. Según los partes posteriores, emitidos por el Dr. Carmelo Spotoco, los estudios salieron bien pese a que el marino mostraba una marcada pérdida de peso y presentaba dificultades al caminar.
Según declaraciones formuladas a la prensa, Alemán estuvo alojado en una incómoda celda ubicada en un sótano especialmente acondicionado cuyas dimensiones eran tan reducidas, que apenas podía dar un paso hacia adelante y otro hacia atrás. Contaba con una cama, una silla, una mesa de luz y una lamparita eléctrica que colgaba de dos cables sobre una pared.
La alimentación había sido normal, dos veces al día, la cual le bajaban a través de una rampa desde el piso superior.
Sus captores estaban siempre encapuchados y apenas hablaban. Sólo los escuchaba en murmullos, cuando dialogaban en la planta baja o cuando le enviaban el alimento a través de la rampa. Fuera de ello, lo único que recordaba era el lejano ruido de un tren, que pasaba muy espaciadamente, el canto de un gallo, el paso de un botellero, el de un vendedor de churros y niños jugando en la lejanía. El cálculo que llevó durante el tiempo de cautiverio fallaría por apenas una semana dado que al momento de ser liberado, creía que era el 15 de junio.
Solo en tres o cuatro ocasiones, descendió un sujeto encapuchado, que dijo ser el comandante, acompañado por dos guardias armados que también llevaban el rostro cubierto.
Alemán fue sometido a interrogatorio y mantuvo largas conversaciones que versaban en temas tan variados como la Marina Mercante, los sucesos de Trelew y la marcha del nuevo gobierno. La noticia del asesinato de Hermes Quijada lo sumió en un profundo abatimiento, pues tenía amistad con el almirante abatido pero nunca supo nada del secuestro de Nasif.
En cierta ocasión enfermó del hígado pero al negarse a ser atendido por un médico de la organización, le proporcionaron remedios que terminaron por curarlo. El lugar estaba decorado con una fotografía del Che Guevara.
Cuando promediaba su cautiverio, fue sacado de su celda y conducido a una habitación profusamente decorada con banderas del ERP, donde lo obligaron a tomar asiento junto a una de ellas, frente a una filmadora.
-Lo vamos a someter a interrogatorio y usted va a contestar - le dijeron varios encapuchados.
Cuando todo estuvo listo, la persona encargada de la cámara hizo una seña y un compañero suyo, parado a su lado, comenzó a leer.
-El acusado, detenido por el Ejército Revolucionario del Pueblo y puesto a disposición de un tribunal revolucionario -comenzó diciendo el subversivo- Nombre.
-Francisco Alemán.
-Edad
-Cincuenta y dos.
-Profesión.
-Marino.
-Grado.
-Contralmirante.
-Funciones que ha desempeñado.
-Subsecretario de la Marina Mercante, director del personal, director de instrucción, director de bienestar, comandante del "9 de Julio", comandante del "Rosales".
-Alemán está acusado de gravísimos delitos contra la clase obrera y el pueblo y contra los intereses del Estado de los que deberá responder ante un tribunal revolucionario -dijo la voz en off mientras como fondo se escuchaba la Marcha del guerrillero- Esos delitos son hasta ahora los siguientes. Primero: corresponsabilidad en la decisión de ejecutar fríamente a los héroes de Trelew. Alemán era miembro del órgano máximo de la Marina, el consejo de almirantes que se reunió varias veces entre el 15 y el 22 de agosto de 1972, para aprobar y/o adoptar esa bárbara decisión. Segundo: ser uno de los principales gestores, junto al almirante Gnavi, en esa época comandante en jefe de la Marina, de la privatización de la empresa estatal ELMA. Tercero: sustracción directa y por medio de negociados, en sociedad con Gnavi y otros individuos, de varios miles de millones de pesos de propiedad del Estado. Estos delitos de robo y estafa en perjuicio del Estado fueron cometidos valiéndose de su cargo de subsecretario de ELMA y de su amistad personal con el general Alejandro Agustín Lanusse. Cuarto: bárbara persecución a la clase obrera en su carácter de segundo del capitán Laplacette, interventor de la CGT nacional y de todos los sindicatos obreros a partir de septiembre de 1955. Quinto: propietario, en sociedad con el capitán De la Peña, de una agencia policía privada dedicada a la represión de los obreros fabriles del Gran Buenos Aires bajo contrato de las distintas empresas explotadoras. El tribunal revolucionario del Ejército Revolucionario del Pueblo mantendrá informada a la clase obrera y al pueblo de las alternativas del juzgamiento de Alemán, así como de la pena que en definitiva le corresponda por los gravísimos delitos cometidos.- Gloria eterna a los héroes de Trelew. Libertad a todos los combatientes del pueblo. No a la tregua al ejército opresor ni a las empresas explotadoras. Por la unidad de las organizaciones armadas, a vencer o morir por la Argentina.
La filmación fue dada a conocer junto con un comunicado de la organización, tras la aparición del alto oficial
Al día siguiente fue liberada también Mirta Mabel Pérsico, tras el pago de un abultado rescate que dejó a su padre prácticamente en la ruina.
-Les puedo asegurar que quedé enterrado para toda la vida – le dijo Pérsico al periodismo a poco de la aparición de su hija4.
Era la respuesta del ERP, a la política del nuevo gobierno, tras los indultos otorgados el 25 de mayo.
Producida la aparición de Alemán, el ERP emitió un nuevo comunicado en el que daba a conocer los motivos de su liberación.

El Tribunal Revolucionario informa sobre el resultado del juicio a que fue sometido el contraalmirante de las Fuerzas Armadas contrarrevolucionarias Francisco Alemán, detenido el día 1º de abril de 1973. En el transcurso del juicio, el contraalmirante Alemán fue interrogado sobre diversos actos de la dictadura y de las Fuerzas Armadas contrarrevolucionarias, de las que el prisionero es parte integrante, y que ya fueron dadas a conocer oportunamente.
Habiéndose certificado plenamente la liberación y correcto estado de salud de los combatientes de la libertad, rescatados e indultados el 25 de mayo y días subsiguientes, el Ejército Revolucionario del Pueblo procede a poner en libertad al contraalmirante Francisco Alemán en perfecto estado de salud, siendo las 5.30 horas.
El ERP reitera su posición de no dar ninguna tregua al ejército opresor ni a las empresas explotadoras. Pero no dirigirá sus ataques contra las instituciones gubernamentales ni contra ningún miembro del gobierno del presidente Cámpora, porque considera que este gobierno representa la voluntad popular y, respetuosos de esa voluntad, nuestra organización no lo atacará mientras este no ataque al pueblo ni a la guerrilla.
Creemos que este gobierno, tanto por quienes lo integran como por su programa y sus métodos, no será una solución a los afligenets problemas de la clase obrera y el pueblo. Vemos que en el gabinete dado a conocer aparecen personajes tales como Gelbard, socio comisionista del capital imperialista; Otero, burócrata sindical; López Rega, de reconocida ideología fascista; Benítez, Gómez, etc., fieles representantes del peronismo burgués; Osinde, creador de DIPA.
En su programa, con la sola excepción de la liberación de los presos políticos y la derogación de la legislación represiva, no existe ningún punto progresista o revolucionario. En los métodos, evitando la movilización de las masas y planteándole la “reconstrucción nacional” en común con los que lo explotan y reprimen.
Consideramos que este es un modelo menos propicio para dar tregua al enemigo. Por el contrario, hoy es más necesario que nunca evitar que éste gane tiempo y prepare una nueva ofensiva. Para evitarlo, para ir de acuerdo a los verdaderos intereses de la clase obrera y el pueblo se deben intensificar las movilizaciones de las masas, de las organizaciones guerrilleras, redoblar la lucha en todos los terrenos e incorpora a ella a los más amplios sectores de las masas5.
Como se ha dicho, junto al comunicado, el ERP hizo pública una carta y una grabación, con los resultados del juicio al que había sometido el contraalmirante, un texto manipulado, firmado bajo apremios, como se desprende fácilmente de su lectura.

Yo, contralmirante Francisco Alemán, prisionero de guerra del ERP. Hago esta declaración ante el Tribunal Revolucionario, sin ningún tipo de coacción.
Reconozco que el gobierno implantado en 1966 quiebra la norma institucional y constituye un gobierno de fuerza, el que al limitar o cercenar  determinados derechos o libertades individuales puede ser calificado como dictadura.
Reconozco que en esa limitación o cercenamiento de derechos o libertades individuales se incluyen  la disolución de los partidos políticos y toda actividad de ese tipo en el país, hecho que se manifiesta en el campo gremial en lo que se refiere a los gremios combativos así denominados.
Reconozco por haber tomado estado público los casos de torturas a detenidos políticos o gremiales, que en alguna de ellas fueron probadas, así como al haberse encontrado en otros casos elementos o lugares donde se llevaban a  cabo.
Reconozco que en medio de esta situación aparece la guerrilla, y que la calificación de delincuente común de los guerrilleros es un hecho históricamente coherente con todos los gobiernos de fuerza.
Reconozco que el gobierno adopta a través de los organismos de seguridad medidas de represión, interviniendo fuerzas militares en algunos casos.
Reconozco por haber tomado estado público, que en lo referente a la política económica se han  producido algunos hechos, como transferencia de empresas, ventas de bancos particulares argentinos a bancos extranjeros, sin poder precisar si ello es debido a la política seguida o a la decisión de los capitales nacionales.
Reconozco que el acontecimiento de Trelew resulta, según la versión oficial que poseo, lamentable y doloroso, todo ello a confirmarse con las conclusiones del sumario. Si los hechos se ajustaran a la versión que recibo en estos momentos, el hecho sería reprobable e ignominioso.
Firmado. Alemán6.
Imágenes



Cámpora y Solano Lima asisten a la jura de la Suprema Corte de Justicia


(Imagen: "La Nación")




Nasif liberado junto a su esposa e hijos


(Fotografía: "La Razón")



Charles A. Lockwood


ejecutivo británico secuestrado


(Fotografía: "La Nación")





El contraalmirante Alemán ingresa al
Hospital Naval para someterse a un chequeo
(Fotografía: "La Razón")




La esposa del marino llega al nosocomio


(Fotografía: "La Razón")
Notas
1 El automóvil policial recibió varios impactos en su carrocería; los atacantes se escabulleron, perdiéndose en dirección norte.
2 Solamente en Otis trabajaban 1800 personas.
3 Fue inhumado en el cementerio de Lomas de Zamora esa misma tarde.
4 En un país de rufianes como la Argentina, no es de extrañar que una asociación delictiva, ajena a los hechos, haya intentado cobrar el dinero, tentativa que la policía logró desbaratar a tiempo.
5 “La Razón”, viernes 8 de junio de 1973, p. 12.
6 Ídem.

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