PERÓN PRESIDENTE
Largas hileras para votar en Palermo (Imagen: "La Razón") |
Finalmente 12 de septiembre, la ciudadanía regresó a las urnas para elegir nuevo presidente.
A escasos seis meses de los comicios que llevaron a Cámpora al poder, los argentinos votaban nuevamente, esta vez con el líder justicialista como candidato.
El pueblo peronista, amplia mayoría desde 1945, se hallaba feliz ante la perspectiva de que su conductor se convirtiese por tercera vez en presidente de la Nación, pero no alcanzaba a comprender porque llevaba como compañera de fórmula a su mujer, la persona más incapaz, falta de carisma y ajena a los vaivenes de la política que existía en este mundo. Aun así, esa mayoría acudía pletórica a las urnas, deseosa de llevar a Perón nuevamente al Sillón de Rivadavia y vivir bajo su gobierno.
Quienes no se hallaban para nada felices, eran los sectores de izquierda, en especial aquellos que decían pertenecer al peronismo y no entendían o se negaban a ver las maniobras de su conductor.
Los montoneros no daban crédito a lo que sucedía y a toda costa trataban de simular su malestar, improvisando argumentos, manipulando los hechos y organizando charlas o encuentros para justificar tal proceder.
En agosto, Firmenich dijo ante militantes de la JP: “Tenemos una contradicción ideológica con Perón, pero también tenemos una coincidencia estratégica”. No sabía cómo explicar a sus seguidores, en especial a los más jóvenes las actitudes de Perón y a toda costa trataba de encubrir el camino a la ruptura.
A escasos seis meses de los comicios que llevaron a Cámpora al poder, los argentinos votaban nuevamente, esta vez con el líder justicialista como candidato.
El pueblo peronista, amplia mayoría desde 1945, se hallaba feliz ante la perspectiva de que su conductor se convirtiese por tercera vez en presidente de la Nación, pero no alcanzaba a comprender porque llevaba como compañera de fórmula a su mujer, la persona más incapaz, falta de carisma y ajena a los vaivenes de la política que existía en este mundo. Aun así, esa mayoría acudía pletórica a las urnas, deseosa de llevar a Perón nuevamente al Sillón de Rivadavia y vivir bajo su gobierno.
Quienes no se hallaban para nada felices, eran los sectores de izquierda, en especial aquellos que decían pertenecer al peronismo y no entendían o se negaban a ver las maniobras de su conductor.
Los montoneros no daban crédito a lo que sucedía y a toda costa trataban de simular su malestar, improvisando argumentos, manipulando los hechos y organizando charlas o encuentros para justificar tal proceder.
En agosto, Firmenich dijo ante militantes de la JP: “Tenemos una contradicción ideológica con Perón, pero también tenemos una coincidencia estratégica”. No sabía cómo explicar a sus seguidores, en especial a los más jóvenes las actitudes de Perón y a toda costa trataba de encubrir el camino a la ruptura.
El ERP fue mucho más directo y transparente a la hora de pronunciarse. En su edición del 21 de septiembre (Nº 25), “Estrella Roja” publicó la siguiente declaración:
NO
A LAS ELEECCIONES
El 23 de setiembre, el
pueblo será convocado nuevamente a una consulta electoral. A través de ella,
las clases dominantes procurarán mantener el régimen de explotación y de
dominación existente, con el respaldo que significarán los votos obtenidos. De
esta manera, estos sectores, creerán contar con el aval que necesitan para
poder reprimir a las organizaciones armadas y al pueblo. Las masas, faltas de
entusiasmo y en medio de una gran indiferencia, tendrán que participar de una
elección donde no se les plantea ninguna opción valedera frente a la política
de las clases dominantes y el imperialismo. Las masas han elegido ya, desde
hace rato, formas más directas de expresar su opinión frente a los problemas
que las aquejan. Es así como todos los días vemos como el pueblo lucha contra
los explotadores nacionales y extranjeros a través de sus movilizaciones,
explosiones callejeras y tomas de establecimientos fabril es y de campo.
Nuestro Ejército Revolucionario del Pueblo, aun reconociendo que las elecciones
pueden ser un arma más de lucha en determinadas circunstancias, sabe también
que las elecciones por sí solas son incapaces de ganar el poder para la clase
obrera y el pueblo, menos aún en estas elecciones totalmente condicionadas por
las clases dominantes. Que, para que las · grandes masas explotadas puedan
realmente acceder al _ poder es necesario que el pueblo pueda conquistarlo y
defenderlo con la fuerza de las armas. La experiencia de todas las revoluciones
del mundo así Jo han demostrado. Y lo que está ocurriendo en Chile es el mejor
ejemplo que podemos presentar. Es por ello que nosotros nos proponemos
construir un Ejército Revolucionario del Pueblo, para que, creciendo "de
lo pequeño a lo grande" logre vencer y reemplazar al Ejército de los Lanusse,
López Aufranc y Carcagno, vendido al imperialismo. Frente a estas elecciones, y
ante la imposibilidad de poder elegir entre ninguno de los candidatos una
opción combativa y revolucionaria que represente fielmente los intereses de la
clase obrera y el pueblo, nuestro ERP decide abstenerse y expresar su repudio a
toda la política explotadora de las clases dominantes y el imperialismo
colocando en los votos que depositaremos consignas tales como:
¡VOTO POR LOS HEROES DE
TRELEW POR LA INVESTIGACION DE LOS HECHOS DE TRELEW, EZEIZA Y DEMAS CRIMENES
POR LA VIGENCIA DE LAS LIBERTADES ' DEMOCRATICAS, POR EL SOCIALISMO!
Y como para no dejar dudas en cuanto a su posición, en las páginas 6, 7 y 8, trajo una abierta declaración de guerra al gobierno y al próximo presidente. La misma se titulaba “POR QUE EL E.R.P. SEGUIRÁ COMBATIENDO”, en sus párrafos principales decía:
El 6 de setiembre pasado el Ejército
Revolucionario del Pueblo procedió a la ocupación del Comando de Sanidad
Militar con los resultados que son públicamente conocidos.
No es nuestra intención el análisis político-militar
de la acción en sí, tarea que corresponde al Comité Militar en el Parte de
guerra que se publica aparte. Lo que queremos es señalar es marco político
nacional en que esta acción se da y cómo ella entronca en ese marco.
Ante todo, cabe destacar la envergadura de
la operación, pues si bien el ERP en ningún, momento dejó de operar, fue la
primera operación de gran envergadura que se produce después del 25 de Mayo. ·
No es de extrañar pues, la reacción que han tenido
todas las fuerzas patronales, reaccionarias y pro-Imperialistas de nuestro
país.
El comunicado oficial del gobierno y el Gral.
Perón en declaraciones de prensa nos tacha de "delincuentes comunes"
utilizando los mls111os términos con que nos definían Lanusse, López Aufranc y
demás personeros de la Dictadura Militar.
Balbín usa los mismos términos y se queja de
que la amnistía arrancada por las masas populares el 25 de Mayo fortaleció a la
guerrilla.
Los bloques parlamentarios, la burocracia de
la CGT y de las 62, las entidades patronales como la CGE, se suman al coro,
rivalizando a ver quién nos tira el insulto de mayor calibre.
En síntesis, el argumento central de quienes
pretendieron usar las luchas del pueblo y su vanguardia armada, pero que ahora
se sienten molestos porque nuestra presencia y las luchas de las masas estorban
los planes patrona, les de nuevo acuerdo con el imperialismo, es el siguiente
bajo la Dictadura Militar era justificado nuestro accionar, ya que la opresión de
nuestro pueblo, ante la falta de democracia no encontraba otros canales para
expresarse que la acción armada. Pero ahora, hay democracia, hay un gobierno
popular, las cosas mejoran para el pueblo argentino. No existe pues
justificativo alguno para la guerrilla y quienes persisten "en ponerse al
margen de la ley" estorban la "reconstrucción nacional", atentan
contra la "unidad nacional" y son simples delincuentes, "agentes
del caos".
Así pues, empecemos por ver qué ha y de cierto
en eso de la democracia, el gobierno popular y las mejoras para nuestro pueblo.
Y después de explicar las penurias por las que pasaba el pueblo, su predisposición al trabajo, su apoyo al gobierno y la política reaccionaria de éste, acorde a la del régimen militar que había entregado el poder el pasado 25 de mayo, finalizaba con la mencionada declaración de guerra.
Por todo esto y mucho más que nuestro pueblo
conoce en su propia carne y en su propia sangre, en sus problemas sin resolver,
en el hambre y la miseria que siguen existiendo, en el atropello represivo que
vuelve, es que sostenemos que éste no es un gobierno popular.
Que la democracia existente es muy relativa
y que se prepara una dura represión para terminar con ella. Que el nivel de
vida de las masas no ha mejorado y -que va a empeorar a corto plazo, sin
perspectivas de mejora. Que no se está trabajando por la liberación nacional,
sino por la dependencia negociada.
Por todo ello es que el EJERCITO
REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO seguirá combatiendo, atacando a las FF.AA.
contrarrevolucionarias y a las empresas monopólicas, cada ·vez más firmemente
enraizado en la mente y los corazones del pueblo, cada día más unido a las
masas que luchan por su destino.
Amenazas y declaraciones al margen, ese día, 14.334.253 electores emitieron su voto en las 55.475 mesas habilitadas a lo largo y ancho del país. Debían elegir candidatos para completar el período iniciado el 25 de mayo, interrumpido bruscamente 49 días después, tras las inesperadas renuncias de Cámpora y Solano Lima.
Colas en el Registro Nacional de las Personas para obtener el documento que permitirá emitir el voto. La gente se deja estar hasta último momento (Imagen: "La Razón") |
Entre el 22 y el 23 de septiembre de 1973, largas hileras se formaron frente al Registro Nacional de las Personas para obtener los documentos de identidad y las escuelas donde se habían montado los cuartos obscuros con las correspondientes boletas.
El acto electoral se desarrolló con total normalidad, registrándose unos pocos incidentes menores, algo llamativo en un país inmerso en la violencia extrema. En la Capital Federal, se establecieron 7.372 mesas para 2.079.654 sufragantes, quienes debían elegir entre las fórmulas Perón-Perón, Balbín-De la Rúa, Manrique Martínez Raymonda y Juan Carlos Coral-Francisco Páez.
Una inusitada actividad se registró desde temprana hora en la Casa de Gobierno y el Ministerio del Interior, hacía donde debían llegar los resultados, para su posterior recuento.
El titular de aquella cartera, Benito Llambí, se presentó en la Casa Rosada a las 10:25 de la mañana y tras imponerse de las primeras novedades, efectuó una recorrida por el salón donde se habían instalado las pizarras para dialogar con los responsables y desearles la mejor de las suertes.
Perón siguió las elecciones desde su casa, sentado frente al televisor, en compañía de Lastiri, Lorenzo Miguel, Humberto Martiarena (jefe del bloque de senadores justicalistas), José Luis Pirraglia (líder de la Juventud Sindical Peronistas), María Estela, López Rega, su hija Norma y catorce personas más.
El 24 de septiembre era una certeza que Perón había ganado por amplia mayoría. Los primeros cómputos comenzaron a arrojar una diferencia aplastante y sobre el final, permitieron determinar que su victoria fue por amplia mayoría.
Esa misma tarde, los datos generales, arrojaban los siguientes resultados:
PERÓN-PERÓN 7.360.607 votos, con el 61% del total
BALBÍN-DE LA RUA 2.901.910, con el 24,37%
MANRIQUE MARTÍNEZ RAYMONDA 1.445.126, con el 12,13%
CORAL-PAEZ 188.194 con el 1,58%
VOTOS IMPUGNADOS 11.544 (0,09%)
VOTOS EN BLANCO 188.194
VOTOS ANULADOS 41.096
Una prueba más de que Perón era realmente invencible y que a la izquierda, en las urnas, no la votaba nadie.
La mañana del mismo 24, el vencedor de las elecciones recibió sonriente a los periodistas en su residencia de Gaspar Campos. Pronunció unas palabras para ellos, les agradeció su labor y procedió a responder preguntas.
Un sonriente Perón recibe a la prensa en al día siguiente de las elecciones. Fue ganador por amplia mayoría. A su lado el suboficial Juan Esquer, jefe de su custodia personal (Imagen: "La Razón") |
El líder justicialista obtuvo la mayoría absoluta en 22 de las 24 provincias y la mayoría simple de votos en la Capital Federal y el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, batiendo sus propios récords en elecciones anteriores y la diferencia entre el primero y segundo candidato, algo que no ha vuelto a repetirse hasta el día de hoy. El Frente de Izquierda Popular (Lista 14), liderado por el historiador Jorge Abelardo Ramos obtuvo más votos de los previstos dado que, luego de su magra elección el 11 de marzo anterior, optó por volcar sus votos al movimiento justicialista, presentando una boleta tramposa en la cual la fórmula Perón-Perón aparecía impresa con grandes caracteres, mucho más que los del nombre del partido, maniobra que repetiría diez años después, en los comicios del 30 de octubre de 1983, cuando el advenimiento de la democracia que nos iba a salvar de todo.
Las proféticas palabras que el líder justicialista pronunció en Asunción, a poco sede ser derrocado, parecieron cumplirse con exactitud.
-General –le preguntó un corresponsal extranjero durante la rueda de prensa que brindó en octubre de 1955-, ¿Qué tiene pensado hacer para regresar al poder?
-¿Yo?... nada. Todo lo harán mis enemigos.
Y así sucedió.
Veinticuatro horas después, la policía de la provincia de Córdoba halló el cadáver de José Roque Damiano, de 29 años de edad, activista del gremio taxista, cercano a la JP y militante de la Juventud Trabajadora Peronista, cuya oposición al secretario general Mauricio Labat, alias “El Sapo”, era harto conocida.
El cuerpo, apareció bajo un puente del Río Primero y presentaba signos de haber sido torturado. Unos días antes, había desaparecido Olga Acosta, de 23 años, secretaria del Ateneo “Evita Combatiente”, del barrio Biallet Massé, al sur de la capital mediterránea.
Nada dijo Perón de esas muertes, como tampoco de otros hechos que llevaban el sello sindical. Era evidente que el cable cifrado enviado por el embajador John Davies Lodge el 1 de junio de 1973 al Departamento de Estado, decía la verdad:
Peronistas preparando un movimiento
contra el terrorismo. Lorenzo Miguel
junto con otros líderes gremiales preparan una campaña antiterrorista y
antitrotskista junto con autoridades del Partido Justicialista, preocupados por
el avance de la izquierda en las comisiones internas fabriles1.
Imágenes
Hall central del Palacio de Tribunales Allí también se dirige la gente para renovar su documento y poder votar (Imagen: "La Razón") |
Boleta del FREJULI |
La fórmula radical |
Al día siguiente de las elecciones Perón recibe al periodismo en su residencia de Gaspar Campos (Imagen: "La Prensa") |
Notas
1 Extraído
de Sergio Bufano y Lucrecia Teixidó, Perón
y la Triple A. Las 20 advertencias a Montoneros, Sudamericana, Buenos
Aires, 2015, p. 96. Citan a “La Razón”, 5 de septiembre de 1973.
Publicado 27th June 2016 por Alberto N. Manfredi (h)