PALABRAS FINALES
La guerra del Atlántico Sur, como todo conflicto armado,
tuvo consecuencias nefastas y dejó cicatrices que todavía no han cerrado. Sin
embargo más allá de su significado, también resultó positivo. Yo agradezco a Dios por ella, por sus
muertos, sus heridos, sus mutilados y sus combatientes, quienes constituyen un
verdadero blasón para nuestra nación. Agradezco los actos de heroísmo que
dejaron en alto el nombre y el honor del país y antes del 2 de abril, muy
pocos argentinos creíamos capaces de realizar.
1982 fue un año glorioso en el cual la Argentina peleó por lo
que consideraba suyo.
Como he dicho en una carta enviada a un sitio chileno,
fue, peleó y perdió, pero al menos peleó y lo intentó, sin medir las
consecuencias, asombrando al mundo con las increíbles proezas de su Fuerza
Aérea y Aviación Naval, con la epopeya de sus submarinos, con el coraje de sus
combatientes, quienes lucharon cuerpo a cuerpo en las altas cumbres contra
tropas altamente capacitadas, algo que no se veía desde la Primera Guerra Mundial; con los
náufragos del “Belgrano” resistiendo en la noche los embates de un feroz temporal,
con los abnegados conscriptos enfrentando a efectivos profesionales, con sus
comandos y sus fuerzas especiales llevando a cabo misiones detrás de las líneas
enemigas, con sus técnicos e ingenieros resolviendo los complejos mecanismos
del sistema Exocet/Super Etendard, sin el auxilio de sus constructores
franceses quienes se retiraron al estallar la crisis sin brindar una sola
explicación; por el armamento improvisado que supo poner en funcionamiento para
disminuir el potencial enemigo, por el coraje de aquellos civiles que se
atrevieron a hacer frente a los Harrier con sus Learjet desarmados, guiando a
los aviones propios y efectuando misiones de exploración e incluso, atrayendo sobre
sí al adversario para posibilitar a nuestros cazas llegar a los objetivos.
Lo repetiremos hasta el cansancio porque es algo que no se
ve todos los días: Argentina sola y aislada, económicamente quebrada, sancionada, con una estrategia pésima y un
armamento vetusto, combatió contra una superpotencia mundial dotada de la
tercera flota más poderosa del mundo que además, contaba con el apoyo de los
Estados Unidos, la OTAN,
la Comunidad Económica
Europea y el conjunto de las naciones que alguna vez formaron parte del Imperio
Británico.
Ese accionar movió al enemigo a escribir de nuestros hombres
cosas que nunca hubiéramos imaginado. Sólo vaya como ejemplo las palabras del almirante Woodward en el prólogo de su libro. Y no solamente él sino también la prensa y la bibliografía
internacional han hecho referencia a la bravura de nuestros guerreros, en
especial la británica, llegando al caso de que hasta han aparecido cómics en
Europa reproduciendo las hazañas de nuestra aviación.
La
gran pregunta que nos hacemos es: ¿qué hubiera ocurrido si nuestro país
hubiese contado con un Estado Mayor competente, con una estrategia
efectiva y con armamento adecuado? ¿Que habría sucedido si todas las
bombas hubiesen explotado, si el 2 de mayo hubiese soplado viento en el
Atlántico Sur para poder lanzar el ataque aeronaval desde el
portaaviones, si nuestras corbetas hubiesen dispuesto de armamento
sofisticado y no se le hubiesen trabado las piezas de a bordo al tercer o
cuarto disparo como le ocurrió a la "Guerrico" en las Georgias, si los
pésimos submarinos alemanes de la clase 209/1200 no hubiesen presentado
tantos inconvenientes, si los cables de filoguiado de los torpedos no se
cortaban, si nuestras tropas hubiesen contado con visores nocturnos?
¿Qué, si hubiésemos conseguido más Exocets? Si con todo eso logramos
provocarle semejante daño al enemigo tal como él mismo lo reconoció,
¿cuáles habrían sido las consecuencias de haber dispuesto de submarinos
nucleares, de misiles Sidewinder todo sector, de destructores y fragatas
de última generación, de cazas como los Harrier, de apoyo satelital, ni
que decir si alguna nación pusilánime nos hubiese pasado información
por lo bajo para beneficiarnos, como le sucedió a Gran Bretaña?
Hoy la
Argentina cuenta con héroes, verdaderos titanes que han dado
todo, incluso la vida, en defensa de un ideal, demostrando un coraje que nadie sospechaba.
Es preciso explotar eso, inculcarlo en la población, enseñarlo en las escuelas
y fomentarlo en todos los niveles si lo que queremos es recuperar la confianza
en nosotros mismos y volver a recorrer el camino de grandeza que nuestra nación transitó alguna vez.
Publicado 26th February 2015 por Malvinas.Guerra en el Atlántico Sur