martes, 2 de julio de 2019

LIBERACIÓN MASIVA DE SUBVERSIVOS

Presos políticos aguardan su salida en el penal de Devoto

La madrugada del 24 de mayo su produjo en Rosario un típico caso de “fuego amigo” o “fuego aliado”, situación común en todas las guerras, en la que dos secciones de un mismo
bando se enfrentan por error.
Ese jueves, por la noche, dos efectivos de la Gendarmería Nacional (un sargento y un soldado) montaban guardia en el domicilio del comandante general Alberto Pedro Fernández, jefe de la Sección Noreste de la repartición, sito en Bulevar Oroño 1019, cuando pasó por el lugar una patrulla del Batallón de Comunicaciones 121 a bordo de una pick-up, en las que viajaban soldados de uniforme y ropas de civil al mando del teniente coronel Héctor Norberto Iglesias1.
Eran las 5:50 a.m. y aún no había amanecido cuando los militares repararon en la presencia de los gendarmes. Según testigos presenciales del hecho, el vehículo militar hizo tres pasadas a baja velocidad y a las 06:10, se detuvo frente a la vivienda para identificar a los sospechosos.
Dada la obscuridad imperante, los custodios no repararon en que se trataba de tropas del Ejército y creyendo que eran atacados por subversivos, extrajeron sus pistolas 45 y abrieron fuego.
La respuesta nos e hizo esperar, los soldados se parapetaron detrás de los autos estacionados y algunos árboles y devolvieron la agresión con sus fusiles automáticos, generando un violento tiroteo que se prolongó por espacio de veinte minutos.
Justo en ese momento, pasaban por la vereda de enfrente cuatro operarios de la empresa Aguas y Energía Eléctrica, Alfredo Tuero, Carlos del Barrio y José Sohne e Iván Carlos Perrune, de 38 años, auxiliar principal de la División Comercial, quien acababa de bajar de un colectivo de la línea 210.


Como todas las mañanas, caminaban juntos hasta la dependencia, ubicada a solo dos cuadras, en Bulevar Oroño 1260 cuando se produjo el acontecimiento. Los trabajadores se encontraban al 1062 de la mencionada arteria cuando la balacera estalló, situación que los obligó a echarse cuerpo a tierra en busca de protección.
-¡¡No dispares, somos de Agua y Energía!! – alcanzó a gritar uno de ellos.
Pero ya era tarde.
Una bala alcanzó a Perrune en la cabeza, hiriéndolo de muerte.
Para entonces, los gendarmes habían solicitado apoyo por radio al comando central, distante a cuatro cuadras de distancia, así como al Destacamento Nº 3, desde donde partieron varios hombres armados. Inmediatamente después, llamaron al Comando Radioeléctrico de la policía provincial que sin perder tiempo, despachó varios patrulleros.
El enfrentamiento alcanzó su clímax con la llegada de los refuerzos. Perrune yacía sobre la acera, desangrándose y sus compañeros se mantenían agazapados, sin moverse, para no correr la misma suerte cuando se dispararon los primeros gases lacrimógenos para dispersar a los contendientes.
Tan intenso fue el intercambio de disparos, que las paredes de la propiedad donde vivía el comandante de la Gendarmería, así como las de los inmuebles cercanos y varios árboles, fueron acribillados por decenas de impactos.
Veinte minutos después, el combate finalizó y eso le permitió a la policía acudir en auxilio de los trabajadores.
Al ver inconsciente a Perrune, los agentes del orden radiaron un mensaje solicitando una ambulancia en tanto sus compañeros, procedían a desarmar e identificar a los implicados en el altercado.
El trabajador fue derivado a la cercana Asistencia Pública al tiempo que la noticia llegaba a las autoridades de la empresa y a la dirigencia sindical, quienes esa misma mañana organizaron una reunión de emergencia para tratar el asunto y adoptar medidas.
Decidieron un paro de actividades de 24 horas a partir de las 8.30 a.m. y el cierre de la compañía, en tanto se abocaban de lleno a un plan de acción para encarar el problema. A las 10:30 el coronel Luis Alberto Sarmiento convocó a las autoridades del sindicato de Luz y Fuerza y a los representantes locales de la CGT para ofrecer sus disculpas y dar las explicaciones del caso. El encuentro tuvo lugar en el Comando del II Cuerpo de Ejército y a él acudieron el secretario de la central gremial regional, Alfredo Galbán; su tesorero, Oscar Bustos; el secretario general de Luz y Fuerza, Egidio Perretta y el subsecretario de Prensa, Domingo Merello, quienes le exigieron a Sarmiento una investigación exhaustiva y el pronto esclarecimiento de los hechos. Este, por su parte informó, que actuaría la justicia militar y que no se detendría hasta determinar lo sucedido.
Perrune falleció a las 19:10 de esa misma tarde, producto de la hemorragia y la pérdida de parte de su masa encefálica. Dejaba una esposa y tres hijos pequeños, de quienes era único sostén.
El II Cuerpo de Ejército y la jefatura de Policía emitieron sendos comunicados, lo mismo la central obrera y el Sindicato de Luz y Fuerza, en cuyo texto manifestó: “…hasta el último día los coletazos trágicos de la dictadura golpean a las fuerzas del trabajo […]. Perrune debería ser la última víctima de las dictaduras militares”.
Poco después, trascendió que a las 0:15 a.m., los detenidos políticos de la Unidad 16, lindante al penal de Caseros, se habían apoderado de su pabellón. Con el paso de las horas, se supo que los incidentes se generaron en el sector de presos comunes y que la situación obligó a los guardias a arrojar gases lacrimógenos.
Ante esa situación, los amotinados se atrincheraron en la biblioteca y una vez dentro, provocaron un incendio de proporciones, utilizando como combustible gran cantidad de volúmenes que habían retirado de los estantes.
Los bomberos acuden a combatir el incendio originado por los presos comunes en la
biblioteca del penal de Caseros. A la derecha, los detenidos J. O. Ocampo y Renato
Mateazzi dialogan con el diputado Hugo Franco del FREJULI
(Fotografía: "La Razón")
Cuando las llamas alcanzaron el consultorio odontológico, las autoridades del penal llamaron a los bomberos, quienes acudieron con una escalera mecánica para alcanzar el sector siniestrado desde el exterior.
A las 7 a.m., los presos depusieron su actitud y le pidieron a los detenidos políticos que intercediesen por ellos ante las nuevas autoridades, para lograr un mejor trato y la reducción de las penas.
Como no podía ser de otro modo, mientras se desarrollaban los acontecimientos, se hicieron presentes numerosos militantes de la JP, así como legisladores y letrados, destacando principalmente el concejal del FREJULI, Juan Carlos Gómez, el abogado Enrique Shargorodsky y el diputado de la misma agrupación, Hugo Franco, quien llegó minutos después de finalizado el motín.
Por expresa disposición de Cámpora, la tarde del 25 de mayo fueron liberados todos los detenidos políticos del país, un total de 371 personas distribuidas en diferentes unidades penitenciarias, a lo largo y ancho de la geografía nacional.
En su gran mayoría (por no decir el total), militaban en las organizaciones subversivas de izquierda que venían desolando a la nación desde 1970, a saberse, Montoneros, ERP, FAR, FAL y FAP.
Esteban Righi, uno de los
responsables de la decisión
La decisión se dio a conocer a través de un comunicado oficial firmado por el ministro del Interior, Esteban Righi y el de Justicia, Antonio J. Benítez, en el que se establecían claramente los alcances del indulto, el cual fue publicado en todos los medios, así como reproducido por las emisoras de radio y televisión. Argentina se ponía la soga al cuello al liberar a tamaña cantidad de terroristas y darles amparo y espacio en el ámbito político y administrativo, así como en diferentes campos de acción.
El artífice de aquella jugada fue Juan Manuel Abal Medina, que en su rol de secretario general del Movimiento Peronista, gozaba de amplia libertad para moverse, así como de un poder equiparable y en algunos casos mayor, que el de cualquier ministro de la República. 
Finalizados los actos en la Casa de Gobierno, la multitud permaneció en Plaza de Mayo hasta las 18 horas, cuando siguiendo directivas de la JP, se puso en marcha por Av. de Mayo y Rivadavia, en dirección a la Unidad Penal de Villa Devoto, ubicada al noroeste de la Capital Federal.
Luciendo sus pancartas, entonando cánticos y amenazando a media humanidad, una extensa columna motorizada integrada por ómnibus de línea, transportes escolares, camiones, camionetas, automóviles particulares y motocicletas, alcanzó Acoyte y de allí siguió hasta Av. San Martín, para doblar por Álvarez Jonte y continuar hasta Bermúdez.
Era la “marcha de las antorchas” o “marcha de la liberación”, que se proponía rodear la cárcel para exigir la liberación de los “compañeros detenidos”.
-¡A la lata, al latero, venimos a Devoto a liberar los compañeros! – entonaba la multitud a medida que iba llegando y se apiñaba frente al gran portón de acceso, fuertemente custodiado.
La cifra de 30.000 manifestantes que dieron “La Razón” y otros medios de información nos parece excesiva pero el número que sitio el correccional por las cuatro arterias, fue realmente impresionante.
El Decreto Nº 11, firmado por Cámpora no daba lugar a dudas y así lo dejó ver el comunicado conjunto mencionado anteriormente:

Los ministros del Interior y de Justicia, hacen saber al pueblo de la Nación que cumpliendo orden expresa del presidente de la República, se ha ordenado dictar un decreto disponiendo el indulto inmediato de los presos políticos detenidos en las cárceles de la República, sin perjuicio de la remisión al Honorable Congreso de la correspondiente ley de amnistía. Se hace saber que el mensaje del Poder ejecutivo por el cual se remite el mencionado proyecto de ley de amnistía al Parlamento ha sido ya firmado por el presidente de la República.

A poco de conocido el anuncio, Righi ofreció declaraciones a los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno.
-…la amnistía, además de significar la inmediata liberación de los presos borra todos los efectos del proceso y la pena sufrida por los detenidos.
Inmediatamente después, el ingeniero Raúl Mercante, secretario del ministro, primo del emblemático militar que desempeñó un rol fundamental en los primeros tiempos del movimiento2 y ex ministro de Obras Públicas de la Nación, se hizo presente en la Sala de Periodistas para reiterar el contenido del comunicado y volver a aclarar que el mismo alcanzaba solamente a los presos políticos y no a detenidos comunes. Versiones que circulaban desde hora temprana daban cuenta de que muchos de ellos también serían liberados y eso había generado los incidentes de Caseros.
Ni bien llegaron a Devoto, algunos manifestantes treparon a las ventanas y colgaron carteles con las leyendas Montoneros, ERP, FAP. FAL, FAR y JP en tanto otros, con sus rostros cubiertos por pasamontañas o envueltos en pañuelos, pintaban con aerosoles las paredes aledañas y las de casas particulares.
-Somos militantes activos y todavía nos buscan – mintieron al ser interrogados por los periodistas.
Estaban liberando a los detenido a por causas políticas, borrándoles los prontuarios y condonándoles las penas y aquellos farsantes hablaban de la posibilidad de ser encarcelados.
Para entonces, los presos comunes se hallaban asomados por los techos y ventanas de los pisos superiores y solicitaban a los gritos ser liberados también. Al no encontrar respuesta, procedieron a incendiar colchones y frazadas cambiando sus demandas por las de mejoras en el trato y las condiciones de detención.
De repente, un joven no identificado corrió por la calle Bermúdez y arrojó una bomba molotov por sobre los portones, provocando un principio de incendio en el hall de acceso y con ello la alarma de los guardias, quienes amenazaron con usar sus armas en caso de ser agredidos.
Columnas portando antorchas rodean el penal de Devoto a las 20:50
(Fotografía: "La Razón")
Un grupo de muchachones con brazaletes de la JP se lanzó en persecución del agresor, el cual fue alcanzado a las pocas cuadras, para ser conducido a empellones a un lugar no identificado.
Mientras tenían lugar esas escenas, se pedía calma por los altoparlantes y la gente continuaba llegando al penal, portando antorchas y entonando cánticos. A las 21:30 horas se hizo presente Juan Manuel Abal Medina, acompañado por varias personas.
Se abrió camino con gran dificultad, fuertemente escoltado por elementos de la JP y al llegar frente al portón, descendió del automóvil para ingresar rápidamente, sin mirar a nadie. Una vez dentro, se encontró con varios legisladores y abogados entre ellos Rodolfo Ortega Peña, con quienes inició el diálogo con las autoridades carcelarias.
Media hora después, se asomó por las almenas, en la parte alta del edificio, acompañado por numerosas personas, una de ellas sosteniendo un altavoz.
-¡Compañeros –se lo escuchó decir a través del aparato- ya se han iniciado las gestiones para lograr la liberación de todos los presos políticos. Bajo mi responsabilidad y la de los diputados nacionales que me acompañan, ellos van a quedar libres en forma inmediata!
Un gran griterío coronó sus palabras. Inmediatamente después, tomó el parlante Pedro Cazes Camarero, militante del ERP, a quien las autoridades de la cárcel autorizaron su presencia allí.
-¡Hace unos minutos hablé por teléfono con el ministro del Interior, doctor Righi, quien me expresó que el presidente Cámpora está dispuesto a firmar el indulto. Se están ahora instrumentando todas las medidas para producirlo y sus disposiciones alcanzarán a los detenidos en Trelew. Les piso paciencia porque estos trámites demandarán algunas horas más.
Un rugido de desaprobación se elevó entonces al cielo nocturno.
-¡El ministro Righi me pidió que les expresase que se retiren del lugar –continuó Cazes-, pero como no nos dio pruebas para garantizar que realmente se tomará la medida, creo que convendría no desconcentrarse. El gobierno popular prometió no reprimir al pueblo y creo que no lo hará. Así que les pido que no se retiren.
Nuevos aullidos y más cánticos saludaron las palabras del subversivo. Entonces la gente entonó estribillos partidarios y mientras lo hacía, saltaba y tronaba los tambores.
Varios minutos después se vio salir del penal a los diputados Héctor Sandler de Udelpa y Rodolfo Vittar del FREJULI.
La algarabía volvió a estallar cuando a las 22:30 se anunció por radio que Cámpora acababa de firmar el indulto.
Hubo gritos, aplausos, redobles, cantos y vivas en tanto la JP establecía un perímetro defensivo para despejar la calle Bermúdez y permitir la aproximación de los vehículos que debían transportar a los presos.
El primero en hacerlo fue un camión de ganado, que se acercó de culata para facilitar el acceso.
La gente cantaba y bailaba cuando las hojas de metal se abrieron y aparecieron Gabriel Gotibelli, Julio Cabrera, Carlos Moro, Emilio Ibarra, Julio César Rivadeira y Juan Longibor, los primeros liberados.
Se vivieron entonces escenas de emoción, con abrazos, besos, apretones de manos y sonrisas.
Los recién salidos se subieron a la caja trasera del camión y allí se encontraban cuando apareció el segundo contingente, formado por Delia de Gómez, María Gramajo de Ibarra, Manuel Charani, Jorge Emilio Giménez y Lucía de Carabello.
Llega un primer camión a la cárcel. El primer contingente
de liberados se encuentra arriba, en la parte posterior
(Fotografía: "La Razón")

La excitación iba en aumento a medida que iban saliendo los detenidos; fue cuando los manifestantes comenzaron a presionar sobre los portones y a los guardias no les quedó más remedio que arrojar gases lacrimógenos.
En medio de las corridas, los presos comunes iniciaron desmanes, solicitando ser liberados también.
A las 23:55 llegó al lugar Rodolfo Galimberti, un convidado de piedra que todavía gozaba de mucho poder. Con buena parte de la JP respondiéndole, solicitó la palabra para apaciguar a los exaltados y organizó nuevos cordones de contención, intentando establecer el orden. En ese momento salió por el portón un nuevo liberado, quien de manera inmediata fue rodeado y vitoreado por la multitud. Alguien le pidió que hable y decenas de voces apoyaron la demanda.
-¡Compañeros, este es el día más feliz de mi vida porque es el pueblo el que me ha liberado. Pero ahora tenemos que seguir la lucha por la liberación iniciada por los jóvenes montoneros. Hay que trabajar con los buenos y echar a los traidores de la CGT. Sé que no será un camino fácil y que vamos a tener muchos muertos más, pero el pueblo y la clase obrera, finalmente, escribirán su página en la historia.
“Tenemos que seguir la lucha por la liberación iniciada por los jóvenes montoneros”, “Traidores de la CGT”, “Vamos a tener muchos muertos más”, era evidente que los beneficiados por el indulto no salían a la calle en pos de la paz, ni para alcanzar la concordia y trabajar por la unidad, pues según sus declaraciones, no estaban dispuestos a acatar decisiones y mucho menos a estrechar la mano que les tendía el irresponsable jefe de gobierno. Los cánticos que entonaba la turba no presagiaban nada bueno tampoco y arreciaban a medida que eran liberados los detenidos.
-¡Cinco, por uno, no va a quedar ninguno!
-¡Santucho, Pujadas, la patria liberada!
-¡Rucci, traidor, a vos te va a pasar lo mismo que a Vandor!
-¡Far y Montoneros, son nuestros compañeros!
El público comenzaba a desconcentrarse cuando se escucharon disparos de armas de fuego. La gente regresó para ver que sucedía y entonces se dijo que varias personas habían intentado abrir el portón por la fuerza y al verse desbordadas, provocaron la reacción de las fuerzas de seguridad.
Dos adolescentes resultaron muertos, Miguel Seir de 17 años y otro muchacho de 16, que se hallaba junto a él, además de otras siete personas heridas, que cayeron sangrando sobre el pavimento.
Abal Medina se dirige a la multitud desde los techos de la prisión
Lejos de allí, en la sede partidaria del justicialismo, sita en Av. La Plata 256, reinaba gran expectativa por lo que sucedía en las cárceles, especialmente las de Devoto y Caseros. 
Pasadas las 0 horas, los militantes que se encontraban en el lugar hacían aprestos para recibir a los liberados y en esas se encontraban cuando a las 0:35 llegó el primer camión, trayendo a quienes a esa altura eran catalogados como “héroes nacionales”. Para entonces, un millar de personas de agolpaba frente a la puerta y otras seguían llegando a medida que pasaban los minutos.
La aparición del vehículo fue saludada con gritos, vivas y aplausos. Los indultados saltaron a tierra y se estrecharon en abrazos con familiares y amigos, palmeándose, zamarreándose y dándose besos. El segundo camión llegó media hora después y al igual que el primero, fue rodeado por una verdadera multitud.
Se le negó el acceso al periodismo, lo mismo a la gente que se había acercado a compartir el momento y no pertenecía a la conducción del movimiento, pero algunos de los liberados aceptaron dialogar con la prensa.
-¡El tío Camporita nos dio esta libertad, muchachos –dijo uno-, estamos muy felices, pero sabemos que todavía hay algunos compañeros en Villa Devoto! – finalizó a medida que alzaba el tono de su voz.
-¡Hubo otro gran escándalo después que nos fuimos nosotros – gritó otro.
-¿Queremos saber qué pasa! – agregaron varios.
-¡¿Por qué no dan la lista completa de los compañeros que salieron en libertad?!
Enseguida se notaron algunas presencias significativas, muchas de ellas comedidos del ambiente artístico que mostraron su “vena política” apenas unos meses atrás, entre ellos el cantante Piero, la actriz Marilina Ross y los integrantes del Cuarteto Zupay, quienes ingresaron en la sede sin mayores problemas.
Al cabo de media hora, los ex presos políticos se asomaron al balcón para saludar a las personas que se encontraban reunidas en la calle.
A las 1:10 horas, se hicieron presentes dos oficiales de policía, quienes después de soportar abucheos e insultos, le solicitaron a Abal Medina que la gente no fuera al penal de Caseros, como se tenía previsto, porque había un tumulto de envergadura y eso podía complicar las cosas.
El alto dirigente estuvo de acuerdo y en ese sentido, impartió instrucciones para que la gente permaneciese en el lugar o se retirarse a sus domicilios, en tanto algunos diputados partieron hacia el penal, con el fin de intermediar. A las 02:00 se retiró Galimberti, acompañado de varias personas y media hora después, la multitud se empezó a desconcentrar.
Estaba claro para ese entonces, que los indultos alcanzaban solamente a los presos políticos pero hasta hoy se asegura con insistencia que esa fatídica noche también salieron a la calle presos comunes, algunos de alta peligrosidad, beneficiados en cierto modo por la amistad que habían establecido con cabecillas de las agrupaciones subversivas detenidos en el lugar.
En otros puntos del país se vivieron escenas similares.
A las 07:45 del 26 de mayo, fueron indultados en Rawson 154 detenidos, todos pertenecientes a organizaciones subversivas, principalmente el ERP y las FAR. Para ello, fue suscripta un acta con el comandante de la correspondiente región militar, coronel Leopoldo Fortunato Galtieri, rubricada por el diputado nacional Diego Muñiz Barreto y el gobernador de Chubut, Dr. Benito Fernández.
Una vez recuperada su libertad, los ex detenidos fueron conducidos al Hotel Provincial, donde se reencontraron con sus familiares y a las 09:30 iniciaron una marcha a pie hasta el centro de la ciudad, distante a 20 kilómetros, finalizando su recorrido en la Plaza Independencia, para escuchar los discursos de varios oradores, entre ellos el mencionado Muñiz Barreto.
Luego del acto, los liberados ofrecieron una conferencia de prensa en el Teatro Municipal e inmediatamente después, partieron hacia el aeropuerto, donde los aguardaban dos aviones enviados expresamente por el gobierno nacional para trasladarlos a sus lugares de origen, un Douglas DC-6, matrícula LV1IOR y un BAC 1-11, ambos de la empresa Austral, a los que comenzaron a subir pasadas las 14:00 (2 p.m.).
El segundo de ellos aterrizó en Ezeiza a las 16:00 horas, en medio de gran expectativa.
Las paredes de la aeroestación habían sido cubiertas con pintadas de aerosol que decían “Ezeiza tomada”, “Montoneros”, “8 de Octubre”, “FAR” y la estrella de cinco puntas con la inscripción “ERP” o “22” en su centro.
Cuando el avión rodaba hacia el edificio central, numerosas personas corrieron hacia él, acercándose peligrosamente a sus hélices. Fue necesario que los pilotos virasen un tanto a la derecha para evitar a los más imprudentes.
-No se acerquen a los aviones, compañeros –decían los altavoces- porque si no el avión se va a ir. Por favor tengan calma. No hagan… que nosotros estamos para cosas más serias. La batalla la dimos anoche en Villa Devoto, por favor, deténganse…
La solicitud fue acatada solo en parte, porque el público continuaba acercándose al aparato y lo seguía a la carrera mientras se desplazaba sobre la capa asfáltica.
Cuando las turbinas se detuvieron, la marea humana se tornó incontenible. El avión fue rodeado y numerosos militantes comenzaron a garabatear sobre su fuselaje, escribiendo con aerosoles Montoneros, ERP, JP, FAR, FAP, FAL y la V con la P encima.
Durante la corrida, dos niños cayeron al suelo y una bandera de las FAR quedó tirada cerca de ellos.
Al abrirse la portezuela, lo primero que se vio fue a las azafatas vestidas de naranja e inmediatamente después a los primeros liberados, quienes comenzaron a descender la escalerilla al grito de “¡¡Perón, Perón!!”, mientras hacían la “V” de la victoria (o de Vuelve, según como se lo quiera inetrpretar). La alegría no tenía límites y el fervor iba en aumento. 
-¡¡Estuve allá desde el 71 –le dijo Juan Cucuret a los periodistas en medio de besos, abrazos y palmadas, teniendo que gritar para ser escuchado. Me verduguearon varias veces, entre ellos un comandante mayor de Gendarmería. Varias veces estuve castigado. No sé qué voy a hacer ahora. Reintegrarme a la lucha, seguramente!!
Los periodistas pugnaban por acercarse a los recién llegados e intentaban arrancarles alguna declaración las típicas preguntas obvias que suelen formular.
-¡¡Soy uruguayo, con seis años de residencia en el país y cuatro de detenido –agregó entre lágrimas Juan Carlos Sena, de 32 años-. No sé bien de que nacionalidad soy porque estos se han portado como machos!!
La madre de Daniel Villa, de 23 años, por poco se desmaya al ver a su hijo, detenido desde 1971.
-¡¡Bajé por atrás vieja, por atrás, qué alegría, qué alegría…!!
Casi enseguida apareció el primer ómnibus al que subieron algunos indultados con sus familiares y allegados. A las 16:35 aterrizó el Douglas DC-6, con los 58 liberados restantes. 
-¡¡Perón, Evita, la patria socialista!! – gritaba la multitud.
-¡¡Cinco, por uno, no va a quedar ninguno!!
-¡¡Santucho, Pujadas, la patria liberada!!
-¡¡¡Si Evita, viviera, sería montonera!!!
Era impresionante la cantidad de banderas del ERP y Montoneros que flameaban en esos momentos.
Al igual que ocurrió con el primer avión, los recién llegados descendieron entonando cantos y haciendo gestos de triunfo, encabezados por el abogado Eduardo Duhalde y el diputado Muñiz Bareto, quien llevaba con él una copia del decreto de indulto que había llevado a Rawson esa misma mañana.
Uno de los liberados, Leonel Maidana, de Santa Fe, dijo abrazado a sus seres queridos, mientras lucía orgulloso una boina negra con una aparatosa estrella guevarista en su frente:
-Lo más importante de todo es ver aquí a todo un pueblo que está expresando su forma de sentir. Tenemos que agradecer a todo este pueblo que se ha hecho presente acá; realmente la lucha de él es la que nos ha arrancado [de la cárcel].
Andrés Barrionuevo hizo un relato pormenorizado de sus privaciones, en especial, los encierros en pequeñas celdas en las que los reos no se podían acostar y se veían forzados a pasar 24 horas de pie (el tiempo que duraba el castigo). Según relató, la comida era escasa y de muy mala calidad, manifestando su agradecimiento al pueblo de Rawson por haberles hecho llegar alimentos en buen estado.
En esos momentos, arreciaron los cantos contra Rucci y la conducción de la CGT.
-¿Es cierto que los detenidos tomaron esta mañana la cárcel de Trelew? – le preguntó a Eduardo Duhalde el reportero de “La Razón”.
-Efectivamente –respondió-. El establecimiento fue copado por los detenidos para asegura la liberación de todos ellos ante las trabas en el cumplimiento del decreto.
Sebastián Llorens descendió del avión en compañía de su madre, que había viajado en las primeras horas del día para acompañarlo en su regreso.
-Mi hijo tiene 25 años y estuvo a disposición del Poder Ejecutivo dos años y medio: Tengo otros dos hijos y también estuvieron detenidos. Anoche fueron liberados los otros dos y yo fui buscar a este. No puedo más de la emoción. Déjeme llorar – manifestó su madre.
Oscar Antonio Martínez fue uno de los últimos en descender. Se abrazó a su gente justo debajo del avión y luego habló con la prensa.
-¿Cuánto tiempo estuvo detenido?
-Más de un año.
-¿Por qué causa?
-Se me acusó de robar un camión con carne y distribuirla en una villa de emergencia en Tucumán.
-¿Estudiante?
-Sí, de Aeronáutica Civil. Pienso seguir estudiando.
Y sin decir más, se alejó con sus familiares.
-Yo no me quiero acordar de los tiempos pasados –dijo el actor Sergio Schenider-. Solo quiero mirar para adelante. Quiero seguir luchando para concretar este esfuerzo de todos. 
Al ser requerido al respecto, el aludido agregó:
-Nos trataron como a todos los presos, quizá con un poco más de rabia que lo acostumbrado.
En La Plata, mientras tanto, la Cámara de Diputados y Senadores, promulgó la ley por medio de la cual se dejaba en libertad a los 19 presos políticos detenidos en diferentes penales bonaerenses.
La sesión estuvo presidida por el vicegobernador Victorio Calabró –que hizo uso de la palabra-, seguido inmediatamente después por el senador Carlos A. Gastaldi y el ministro de Gobierno, Dr. Ricardo Maritátegui.
La Ley de Amnistía fue sancionada en la Cámara de Diputados de la Nación en forma unánime, el 27 de mayo a las 3:15, luego de ocho horas y quince minutos de sesión. En el senado se tardó la mitad (cuatro horas, treinta minutos), tras la monótona exposición del jefe de bloque justicialista, José Humberto Martiarena.
Solo Fernando De la Rúa, senador radical, puso algunos reparos a la ley, defendiendo la posición de su bloque.
-El país necesita unirse y reencontrarse; por eso apoyaremos una ley de amnistía que sirva para la pacificación y el olvido pero el artículo primero del proyecto oficial extiende su jurisdicción abriendo las puertas peligrosamente a lo que podría considerarse delincuencia común y al artículo séptimo por establecer un precedente incorrecto pues incita al Congreso a ejercer facultades que son propias del Poder Ejecutivo como la de indultar, además de invadir la esfera del Poder Judicial por cuanto son los jueces quienes deben aplicar la ley en cada caso concreto.
El senador Hipólito Solari Yrigoyen (UCR) apoyó la postura, manifestando que la ley en cuestión debía servir efectivamente a la unión y a la paz social entre todos los argentinos “…aunque sabemos que no logrará por sí sola tan altos objetivos, si bien sabemos que ayudará a lograrlos”.
Y luego agregó:
-En la hora del triunfo de la soberanía popular, tras múltiples sacrificios y sacrificados para lograrla, queremos iniciar ahora una nueva etapa de concordia; una etapa que tiene fines superiores y que reclama eso que esta generación está reclamando.
Esa mañana, el flamante presidente recibió en su despacho al vicepresidente del Presidium del Soviet Supremo, Vitalii Petrovich Ruben; al viceprimer ministro de la República Federal de Alemania, Dr. Gerhard Weiss; a su par chileno Salvador Allende (10:55 horas), al representante de Colombia, senador Rafael Caicedo Espinosa, quien acudió acompañado
por su embajador en Buenos Aires, Hernando Pastrana Borrero3; al senador venezolano Humberto Silva Valdivieso, al ministro de Turismo de Siria, Abdullah Al-Khany; al presidente del Consejo Legislativo de Checoslovaquia, Karol Laco; al viceprimer ministro de Vietnam del Sur, Nguyen Luu-Vien y a los vicepresidentes de Rumania, Bulgaria y Corea del Norte, Miro Constantinescu, Krastio Tritchkov y Kang Rjangur.
¿Se iba a la izquierda la Argentina?
El mundo fijaba su mirada en ella y seguía con atención los sucesos que tenían lugar los dos últimos días. Diarios e informativos de todos los rincones de la Tierra cubrían las noticias y daban considerable difusión al proceso nacional.
“Le Monde” de París y “The Times” de Londres le dedicaron amplios espacios en sus portadas, lo mismo el “New York Times”, el “Washington Post”, el conservador “Daily Telegraph”, el “Corriere de la Sera”, “La Stampa”, el “Pravda”, el “Granma” de La Habana, “O Globo” de Rio de Janeiro y la “Folha” de San Pablo.
Cámpora despide a Allende en el Aeroparque Metropolitano. Tres meses después
el mandatario chileno será depuesto por un golpe de Estado y asesinado por su
guardia de korps cubana
(Fotografía: "La Razón")
El 28 de mayo a las 11.05, Argentina y Cuba reanudaron relaciones diplomáticas, luego de once años de interrumpidas a causa de la Crisis de los Misiles y la intervención militar de nuestro país en el Caribe.
El anuncio lo hicieron Cámpora y Dorticós en la Casa de Gobierno, tras una reunión de 75 minutos, generando la consabida satisfacción en la izquierda y el espacio intelectual argentino. En coincidencia con ello, el secretario de Estado Norteamericano, William P. Roger inició una gira de 17 días por América Latina y el Caribe, destinada a estrechar alianzas.
-Los he invitado a este despacho –dijo Cámpora al anunciar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con el régimen castrista- luego de una larga conversación con el doctor Dorticós, presidente de la hermana República de Cuba. Fue una reunión afectuosa, cariñosa, amistosa y profunda -¿por qué no agregarle conceptos?- que hace a la historia de ambos pueblos. Quiero significarles, señores periodistas, que esta invitación a ustedes la hemos resuelto ambos presidentes, y tiene el propósito de anunciarles que, desde este momento, están restablecidas las relaciones diplomáticas y amistosas que nunca han sido de mala voluntad. Esta reanudación de relaciones la anuncié en nuestras pautas programáticas. El pueblo argentino votó por ello. Esta desición que hemos adoptado el doctor Dorticós y yo es una manifestación apoyada por el pueblo argentino, mucho más allá del resultado de las elecciones del 11 de marzo. Está ligada con el reencuentro de todos los argentinos, Este es un hecho realmente histórico y patriótico. El de hoy ha de ser un día más de júbilo de todos los que queremos hacer vivir a nuestro pueblo. Es, en verdad, un hecho de trascendencia histórica.
A continuación, hizo uso de la palabra el presidente cubano.
-Hemos mantenido hace unos instantes una reunión muy amistosa con el doctor Cámpora. Fue muy cordial y muy fraternal y la creemos trascendente. El acuerdo a que hemos arribado respecto al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y oficiales entre Argentina y Cuba, constituye la continuidad de las relaciones nunca violentadas entre los pueblos argentino y cubano. Creo, sinceramente, que este acto tiene una significación histórica para ambos pueblos, para Argentina, para Cuba, para América Latina y para el mundo. Es el rencuentro oficial de dos pueblos hermanos que han marchado juntos en sentimientos, en aspiración, en objetivos históricos comunes. Esta decisión cuenta, obviamente, con el respaldo jubiloso y unánime del pueblo cubano. El gesto del gobierno que preside el doctor Cámpora lo interpretamos como un gesto fraterno, como un gesto de soberanía, de independencia y creo -repito- este acto trasciende en la historia de América Latina. Entiendo que este hecho inicia una etapa de relaciones entre Argentina y Cuba, fecunda en múltiples aspectos. Y, además, señores periodistas, s e inicia una etapa de amistad entre los dirigentes de ambos pueblos. He quedado profundamente conmovido por el vigor del pueblo argentino y extraordinariamente agradecido en nombre del pueblo cubano por los sentimientos y expresiones de solidaridad y de cariño que en estos días hemos recibido del pueblo argentino. En nombre del pueblo de Cuba, muchas gracias al pueblo argentino. Gracias a usted, señor presidente Cámpora.
Tras el prolongado abrazo que siguió a continuación, se procedió a un breve brindis y por la tarde, el canciller cubano Raúl Roa García se hizo presente en la Casa de Gobierno, para reunirse con su par argentino, Dr. Juan Carlos Puig, a efectos de rubricar los respectivos protocolos.
Durante aquella jornada, guerrilleros pertenecientes al ERP, tomaron por asalto los talleres ferroviarios de Campana.
El pelotón, integrado por 15 efectivos armados, llegó a las 05:30 a.m. y luego de arengar a los empleados, distribuyó ejemplares de “Estrella Roja”, lanzó volantes y al cabo de media hora se dio a la fuga en varios automotores.
Cámpora y Dorticós de estrechan en un abrazo tras anunciar la reanudación
de las relaciones diplomáticas luego de once años de interrumpidas
(Fotografía: "La Razón")
Por tarde, se anunció que a la mañana siguiente, el presidente Cámpora visitaría el Colegio Militar de la Nación para asistir a los festejos por el 163º aniversario de la creación del Ejército Argentino. El primer mandatario asistiría acompañado por el vicepresidente Solano Lima, el ministro de Defensa, Ángel Federico Robledo; el general de división, Jorge Raúl Carcagno y altas autoridades civiles y militares, entre las que se encontraban delegaciones de la Armada, la Fuerza Aérea Argentina, la Gendarmería Nacional y Prefectura Naval. 
También se supo que Juan Carlos Gené, otro actor devenido en militante, había sido nombrado administrador general de LS 82 TV Canal 7, funciones que asumiría el miércoles 30 de mayo, en horas del mediodía y que el Partido Comunista Argentino había sido legalizado.
Pero la noticia que conmocionó a la opinión pública fue el anuncio de que el máximo jefe del movimiento, general Juan Domingo Perón, estaría de regreso en junio, para establecerse definitivamente en nuestro medio y que en ese sentido, se acondicionaba la residencia de la calle Gaspar Campos, en Vicente López y se realizaban gestiones para recobrar la emblemática quinta “17 de Octubre” de San Vicente, trámites a los que se hallaban abocados Alejandro Díaz Bialet y Santiago Díaz Ortiz.
Mientras tanto, las repercusiones por la liberación de los presos políticos continuaban.
En Mendoza, por ejemplo, el gobernador Alberto Martínez Baca proclamó “héroes de la liberación nacional” a dos ex detenidos de esa provincia, Pedro Funes, de 58 años y Joaquín Rojas, de 27, a quienes fue a esperar al aeropuerto de El Plumerillo. En Tucumán, el titular del Poder Ejecutivo, Armando Juri y su ministro político, Aníbal del Río, agasajaron a al menos 6 de los 20 presos liberados de la cárcel local de Villa Urquiza, oportunidad en la que se pronunciaron duras palabras contra la policía provincial y en Santa Fe, el gobernador Silvestre Begnis firmó el decreto que permitió la excarcelación de 25 subversivos, tanto en la capital como en la ciudad de Rosario. 




Imágenes

Devoto horas antes de la liberación en masa

La Juventud Peronistas trabaja en la organización de la Marcha
de  las Antorchas día antes de la asunción de Cámpora al poder

Militantes conocidos en la manifestación

Aguardando la salida

Juan Manuel Abal Medina dialoga con el ministro Righi
para disponer la salida de los presos políticos
"V" de Vuelve y puños en alto, la Argentina se coloca la soga al cuello


El primer contingente aborda un camión de reparto de carne.
Escenas de descontrol en la cárcel de Devoto

Acto montonero

El actor-militante Juan Carlos Gené se hace cargo de Canal 7
(Fotografía: "La Razón")

Jorge Taiana saluda al interventor comunista de la
Universidad de Buenos Aires, Rodolfo Puiggrós
(Fotografía: "La Razón")

Comienzan a descender los liberados de Rawson.
En la parte superior, haciendo la "V" de la victoria
el subversivo Giustoni, implicado en el asesinato
del general Juan Carlos Sánchez
(Fotografía: "La Razón")

Llegan a Ezeiza los presos políticos liberados en Rawson

Pintadas en los fuselajes de los aviones

La esposa del almirante Alemán llega al Congreso de la Nación
para dialogar con el vicepresidente Solano Lima
(Fotografía: "La Razón")



Reanudadas las relaciones diplomáticas en mayo
Cuba abrió su embajada en la calle Virrey del Pino
al 1800, en el elegante barrio de Belgrano. El consulado
hizo lo propio en Marcelo T. de Alvear al 500
(Fotografía: "La Prensa")


Notas
1 En esos momentos el comandante Fernández y su familia se encontraban en Buenos Aires, para asistir a la ceremonia de despedida que el presidente Lanusse iba a ofrecer en el Edificio Centinela, sede del Comando de la Gendarmería Nacional. Al momento de producirse el enfrentamiento, se encontraba en su domicilio un hijo estudiante, que resultó ileso.
2 El teniente coronel Domingo Alfredo Mercante fue uno de los hombres fuertes del peronismo a partir de 1945. Secretario de Trabajo y Previsión desde ese año hasta el siguiente; gobernador de la provincia de Buenos Aires de 1946 a 1952, fue uno de los organizadores de la gran marcha del 17 de octubre de 1945. Su figura comenzó a declinar al cuestionar algunas medidas adoptadas por Perón. Había sido su testigo de casamiento cuando aquel contrajo matrimonio con Evita y era propietario de la quinta de San Vicente, que el mandatario le compró en 1946.
3 Hermano del presidente de Colombia, Misael Eduardo Pastrana y tío del futuro presidente Andrés Pastrana.



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