PADRE CERIANI: MUERE FRAILE GUERRILLERO
Mirando al mundo
ESPERANDO EL JUICIO UNIVERSAL
Enseña el Catecismo Mayor:
Si
todos, inmediatamente después de la muerte, hemos de ser juzgados por
Jesucristo en el juicio particular, ¿por qué todos hemos de ser juzgados
en el juicio universal?
Hemos de ser juzgados todos en el juicio universal por varias razones:
1ª. para gloria de Dios;
2ª. para gloria de Jesucristo;
3ª. para gloria de los Santos;
4ª. para confusión de los malos;
5ª. finalmente, para que el cuerpo tenga con el alma su sentencia de premio o de castigo.
¿Cómo se manifestará la gloria de Dios en el juicio universal?
En el juicio
universal se manifestará la gloria de Dios, porque todos conocerán con
cuanta justicia gobierna Dios el mundo, aunque ahora se ven muchas veces
afligidos los buenos y en prosperidad los malos.
¿Cómo se manifestará en el juicio universal la gloria de Jesucristo?
En el juicio
universal se manifestará la gloria de Jesucristo porque habiendo sido
injustamente condenado por los hombres, aparecerá entonces a la faz de
todo el mundo como juez supremo de todos.
¿Cómo se manifestará la gloria de los Santos en el juicio universal?
En el juicio
universal se manifestará la gloria de los Santos porque muchos de
ellos, que murieron despreciados de los malos, serán glorificados a la
vista de todo el mundo.
¿Cuál será en el juicio universal la confusión de los malos?
En el juicio
universal será grandísima la confusión de los malos, mayormente la de
aquellos que oprimieron a los justos o procuraron en vida ser estimados
como hombres buenos y virtuosos, al ver descubiertos a todo el mundo los
pecados que cometieron, aún los más secretos.
Fray Antonio Puigjané murió el martes 27 de agosto a los 91 años.
Esperando el Juicio Universal, ya se ha presentado al Juicio Particular… Juicios sin apelaciones ni amnistías…
El sacerdote
capuchino había nacido en Córdoba, el 13 de junio de 1928. Sus últimos
años los vivió recluido en un sector del convento de Nuestra Señora del
Rosario, en el barrio porteño de Pompeya. Concluyó allí, de manera
domiciliaria, una condena de 20 años de prisión por su participación en
la toma del cuartel de La Tablada, sucedido el 23 de enero de 1989 por
el Movimiento Todos por la Patria (MTP).
Las primeras
acciones de fray Puigjané como sacerdote tuvieron lugar en diversas
villas de Mar del Plata; poco después se unió al trabajo de Monseñor
Enrique Satanelli (alias Angelelli), en la localidad riojana de
Anillaco. Más tarde se trasladó a la Villa Itatí, de Quilmes, diócesis
descarriada por Monseñor Novak, y realizó tareas pastorales en el Río de
Quilmes y en el barrio Los Talas.
Viajó a
Nicaragua en 1987, cuando los sandinistas llevaban ocho años en el poder
y se quedó en Managua, donde se plegó a la decisión de sumarse a la
conducción del Movimiento Todos por la Patria (MTP), liderado por Enrique Gorriarán Merlo.
El MTP surge en 1986 a partir de la fracción del PRT-ERP encabezada por Gorriarán Merlo.
El MTP surge
bajo el espectro de lo que significó la revolución nicaragüense
dirigida por el Sandinismo en toda Latinoamérica. Gorriarán había
participado junto a un grupo del PRT-ERP en esta gesta, tomando las
tareas de contrainteligencia, formación de la policía sandinista y la
eliminación de elementos contrarrevolucionarios, como así también a la
Brigada Simón Bolívar, de orientación trotskista (formada por Nahuel
Moreno).
Es al calor
de esta experiencia que Gorriarán Merlo va a trasladar el modelo
sandinista al MTP, en el sentido de un movimiento político amplio, en el
que se encuentran sectores de reformistas, cristianos, justicialistas,
entre otros. Es interesante destacar el llamamiento que hacían en el
órgano de difusión partidaria, la revista Entre Todos, donde debajo del título hacen un llamamiento a todos los sectores que buscaban la liberación: “Peronistas, radicales, intransigentes, cristianos, socialistas, comunistas, independientes”.
Es a través de este movimiento amplio que se va a ver cristalizado el modelo de construcción partidaria sandinista.
Fray Antonio volvió a Buenos Aires, y no pasó mucho tiempo para que el MTP
intentara copar el cuartel de La Tablada. En esos momentos estaba
asignado con el Padre Luis Farinello, otro que está esperando el Juicio
Universal…
Recordemos que el tal Farinello, entre otras lindezas, en 1967 acompañó con su firma a cientos de sacerdotes que adhirieron al Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo, y militó en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, en sintonía con los lineamientos pastorales de los monseñores Novak, Hesayne, de Nevares, Devoto, entre otros…
Fray Puigjané fue condenado a 20 años de prisión: los fiscales Raúl
Plee, Pablo Quiroga y Santiago Pablo Bermúdez lo habían señalado junto
con Roberto Felicetti como “el mayor exponente de la asociación ilícita investigada”.
Los primeros siete años estuvo en la cárcel en Caseros y luego, dos
en Ezeiza. En 1998, cumplió 70 años y le fue concedida la prisión
domiciliaria en la casa de retiro de los Hermanos Capuchinos de Coghlan.
Luis Coccia, el párroco de Nuestra Señora del Rosario, fue quien
confirmó que a las 10:45 del martes 27 de agosto “el mismo que lo creó
por amor lo glorificó ahora y está definitivamente en el reino de Dios.
Antonio ya participa de la condición de los santos y está
definitivamente con Dios para interceder por nosotros y por esta patria
también tan necesitada, la Argentina”.
La mesa directiva del MTP poco
antes del copamiento de La Tablada: Roberto Felicetti, Jorge Baños,
Francisco Provenzano y Fray Antonio Puigjané.
El MTP,
liderado desde la clandestinidad por Enrique Gorriarán Merlo, decidió
tomar el cuartel de La Tablada en enero de 1989 para, dicen ellos,
“frustrar un golpe de Estado carapintada” y promover la “insurrección
popular” durante el gobierno de Alfonsín.
Gorriarán
Merlo presentó el diseño de la operación el fin de semana anterior al
ataque en dos quintas alquiladas del Gran Buenos Aires. Durante esos dos
días el grupo que tomaría el Regimiento de Infantería Mecanizada 3 de
La Tablada hizo prácticas de tiro y atendió sus instrucciones.
Eran 46: 40
hombres, 6 mujeres. Algunos de ellos habían combatido con el ERP y en
Nicaragua con el sandinismo. Otros sólo habían tirado al blanco y otros
ni siquiera habían disparado a nada ni nadie en toda su vida.
También
formarían parte de la operación un grupo de apoyo compuesto por una
decena de militantes, quienes permanecerían en calles adyacentes al
cuartel y que luego agitarían la movilización popular hacia la Plaza de
Mayo, si la toma se cumplía.
El ataque
estaba proyectado para las 6 de la mañana del 23 de enero de 1989. El
plan original preveía que, tres horas después que un camión rompiera el
portón del Regimiento de Infantería, salieran con los tanques blindados
del Ejército que tomarían de los galpones, y se iniciaría la
movilización con gente de las barriadas y las villas miserias de La
Matanza. Sería el modo de anunciar que el ataque al cuartel había
frustrado el golpe de Estado de los militares carapintadas.
El
Movimiento Todos por la Patria se había anticipado al golpe, había
salvado a la democracia, y esa acción, legitimada por el pueblo,
obligaría a Raúl Alfonsín a adoptar políticas de transformación social.
Había 23
kilómetros para recorrer desde La Tablada a Plaza de Mayo. La dirección
del MTP imaginaba que se desandarían con vehículos militares y tanques,
rodeados por el pueblo.
“Este es el último tren de la historia y hay que tomarlo”, explicó Gorriarán a los suyos el fin de semana antes del ataque.
Los levantamientos carapintadas fueron el argumento del MTP para fundar el ataque.
Fue a partir
de entonces cuando Gorriarán ordenó desenterrar las armas escondidas en
el monte jujeño desde 1981 y trasladarlas a Buenos Aires. Después de la
rebelión de Seineldín, el MTP denunció públicamente un golpe de Estado.
Era un golpe inminente. Se estaba gestando en complicidad con el
candidato peronista Carlos Menem y contaba con el apoyo del líder
metalúrgico Lorenzo Miguel.
Esto lo afirmó en conferencia de prensa uno de los miembros fundadores del MTP, el abogado Jorge Baños.
Tenía 32 años. Había sido militante del Partido Intransigente (PI) y
hasta hacía dos años era abogado del Centro de Estudios Legales y
Sociales (CELS). Su denuncia tuvo amplia difusión en los medios y sobre
todo en Página/12, como venía sucediendo. El diario había sido
financiado con dinero que Gorriarán Merlo enviaba del exterior. En ese
tiempo, Gorriarán se mantenía prófugo y con pedido de captura.
Once días después de la conferencia de prensa, Baños moriría en el ataque al cuartel La Tablada.
El
Movimiento Todos por la Patria (MTP) había sido fundado originalmente en
Nicaragua en 1986 por Gorriarán Merlo, un grupo de ex guerrilleros del
ERP y otros dirigentes setentistas. En Argentina, su Junta Promotora
incorporó a militantes barriales, cristianos, trabajadores, estudiantes y
otros tantos que llegaban desde el Partido Intransigente (PI), la UCR,
el peronismo, la izquierda tradicional, o desde ningún lado. El MTP
representaba su primer acercamiento a la militancia.
Pronto se lanzó el mensuario Entre Todos los que queremos la liberación. Con artículos y columnas de periodistas de sólida trayectoria, que a su vez era reconocidos por sus labores en otros medios, Entre Todos transmitía
el ideario del MTP: un modelo de organización amplio y pluralista, que
criticaba el peso de la deuda externa en la economía, solicitaba
créditos para la producción y auspiciaba la defensa y profundización del
sistema democrático, entre otros ítems, demandas que solían estar a
tono con la mayoría del arco partidario en aquella primavera
alfonsinista.
Su director era “Quito” Burgos, de 50 años, quien también, como Baños, moriría en La Tablada.
Con su vocación frentista, el MTP construía arraigo político y cultural —Fito Páez tocó en un acto del Movimiento en la Federación de Box, León Gieco en
la inauguración de un local en Lanús—, y también el MTP se expandía y
construía alianzas en distintas provincias; una de ellas, quizá la más
importante, con el Movimiento Cordobés.
Su
participación en las elecciones legislativas de 1987, sin embargo, fue
levemente decepcionante: no logró introducir ningún representante en los
municipios de los distritos en los que logró presentarse.
Fue entonces
que, por decisión de Gorriarán Merlo, el MTP abandonó la construcción
frentista y reivindicó el rol de la vanguardia revolucionaria, como
inspirador y organizador de TODAS las luchas del pueblo.
En ese “TODAS”, se abría la puerta, aunque de manera no explícita, a la lucha armada.
El 23 de
enero de 1989, se presentaba como un día caluroso y algo nublado. Ese
día a las 6.15 de la mañana, un grupo de 45/50 hombres y mujeres,
irrumpieron en los cuarteles del Regimiento de Infantería Mecanizado 3
General Belgrano y del Escuadrón de Caballería Blindado 1 de la Tablada.
Ingresaron embistiendo y derribando el portal de entrada de la
guarnición, utilizando un Camión de Coca Cola, que habían robado minutos
antes, una Camioneta Ford Ranchero, 3 Renault 12 blancos, 1 Ford Falcon
verde y una Camioneta Toyota. Al ingresar el camión, arrolla al soldado
que estaba de guardia, asesinándolo instantáneamente.
Al momento de irrumpir en el cuartel de La Tablada lanzaron panfletos con las leyendas “VIVA el Cnel. SEINELDIN!!! VIVA el T. Cnel. RICO!!! VIVA LA PATRIA!!!” Incluso había carteles firmado por el “Frente de Resistencia Popular”, todavía inexistente, que sería la nueva denominación del MTP si triunfaba en su objetivo.
Debido a los
escasos efectivos que se encontraban en el cuartel como consecuencia de
la licencia anual y a la hora en que se produjo el ataque, oportunidad
en que el personal aún no había regresado del franco de fin de semana,
el grupo terrorista logró el copamiento de la unidad militar en un
reducido lapso, explotando el factor sorpresa y la capacidad de fuego
con que contaban.
Adentro de
la unidad militar, los guerrilleros fueron valientemente repelidos por
el fuego del Mayor Horacio Fernández Cutiellos y sus soldados, que
comienzan la resistencia y agotan hasta la última bala.
Tiempo después, el
Mayor Fernández Cutiellos fue herido, tomado prisionero, torturado (le
cortaron la lengua y los testículos) y ejecutado en presencia de los
conscriptos.
Entre otros muchos,
también murió el conscripto Tadeo Tardía, a quien Francisco Provenzano
le pasó por arriba con el camión con el que entró al regimiento.
El Ejército tuvo 9 muertos:
el mayor Horacio Fernández Cutiellos, el teniente Ricardo A Rolón, los
sargentos primeros Ramón W. Orué y Ricardo R. Esquivel, el cabo primero
José R. Albornoz, y los soldados Leonardo M. Díaz, Domingo Grillo,
Roberto Taddía y Héctor Cardoso.
Hubo además, entre los hombres del Ejército, 24 heridos.
La Policía de la Provincia de Buenos Aires tuvo 4 muertos y 24 heridos; y la Policía Federal, 2 heridos.
Entre el personal civil se registraron 2 muertos y 4 heridos.
Ellos ofrecieron su sangre y sufrieron serias mutilaciones en un claro acto de servicio por la Patria.
El Comunicado Oficial, firmado por el entonces vocero presidencial, José Ignacio López, dice: “La banda armada que esta mañana atacó el Regimiento 3 de Infantería, con asiento en La Tablada, ha apelado a procedimientos sanguinarios, lo que será inútil pretender fundar en consideraciones políticas o ideológicas. Se trata de delincuentes“.
El fraile y las madres…
Probada es
la responsabilidad moral e ideológica que le cabe a Fray Antonio
Puigjané en el hecho criminal provocado por la organización armada
marxista que intentó copar sangrientamente el Regimiento de La Tablada.
Hasta el
momento de su muerte, este agente del marxismo leninismo internacional
jamás dio la menor muestra de arrepentimiento por su deleznable acción; y
prosiguió sus tareas al servicio de la propaganda castrocomunista
firmando cuanta declaración de apoyo a la Tiranía materialista y atea de
la isla caribeña se formuló.
Además, se
ha solidarizado con el blasfemo León Ferrari durante la sacrílega
muestra que este otro activista realizara con gran escándalo.
Luego de
estar suspendido en su ministerio por su Congregación, volvió a dar misa
y a administrar los sacramentos. Según Puigjané fue gracias a una
gestión personal del Cardenal Jorge Bergoglio:
“…yo
me quedo con lo que Jorge es ahora, con el tipo maravilloso y humilde
que conozco y al que considero mi amigo. Cuando estaba en la cárcel, era
el único que mantenía contacto conmigo y le hacía llegar mis cartas a
Quarracino. Raro, ¿no? Y cuando salí, gracias a Jorge, obtuve nuevamente
el permiso para dar misa, que mi congregación me había quitado. Y eso
para mí, y para cualquier sacerdote, es como el aire que respiro. Me
viene a visitar siempre, me abraza, me tutea y me pide que rece por él,
que le hacía falta. Yo estoy infinitamente agradecido por su ayuda.” (Cf. Olga Wornat – Nuestra Santa Madre – Cap. 12 El nuevo jefe).
Pero hay más todavía…
Por el sitio de Internet de la Asociación Madres de Plaza de Mayo se informó que su “Universidad” organizó un Seminario de Teología de la Liberación,
que tuvo por “docentes” a Fray Antonio Puigjané, al Padre Jesús Olmedo,
el Padre Marcelo Trejo (mano derecha del sodomita Maccarone), el Padre
Delfor Brizuela, el Padre Carlos Gómez, el Padre Alejandro Blanco,
Patricio Doyle (ex-sacerdote adscripto al indigenismo), el Pastor Arturo
Blatezky (de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, miembro, junto
con el Obispo de Neuquén, Monseñor Melani, del Movimiento Ecuménico por
los Derechos Humanos), Oscar Campana (director de la revista “Vida
Pastoral” de la Sociedad de San Pablo) y Diana Maffia (explícita
partidaria del aborto y la contranatura, copartícipe de encuentros con
la Asociación de Mujeres Meretrices por los Derechos Humanos y la
Asociación Lucha por la Identidad Travesti y Transexual).
Triste
elenco, que actuó bajo la coordinación de Antonio Fenoy (ex-sacerdote,
que fue dejado cesante como docente de catequesis en La Plata por
enseñar doctrinas contrarias a la Iglesia Católica) y de Ernesto
Martínez.
El objetivo
del Seminario impartido por tan valioso “cuerpo docente” es “comprender
el carácter revolucionario del mensaje de Jesús y su proyecto de
liberación de los pueblos”, buscando solucionar definitivamente “los
temas que atraviesan la fe cristiana y su praxis política”.
Viejos amigos
Y no todo termina aquí…
La agrupación supuestamente católica conocida como Opción Preferencial Por los Pobres,
salió a la luz pública alrededor del año 2001, nucleados sus miembros
alrededor de quien se auto titulaba como “referente”, el Padre Eduardo
De la Serna, con frondosos antecedentes a favor del castrocomunismo.
Fray Antonio
Puigjané fue uno de sus primeros miembros, y manifestó la pauta de la
ideología de la banda, así como de sus fuentes de reclutamiento: según
sus propias fuentes propagandísticas, contarían con 142 sacerdotes
adictos y quinientos adeptos entre religiosas y laicos. Por debajo de De
la Serna, dos personajes fungen como “delegados”: son los Padres
Marcelo Ciaramella y Marcos Alemán, S.J.
Diseminados
por todo el país, el núcleo principal se encontraba en el Obispado de
Quilmes, al que pertenecían De la Serna y Ciaramella. Pero en Buenos
Aires lo tenían los Padres Bernardo Hughes, pasionista, propulsor —con
la total anuencia del Cardenal Primado— de los reiterados vejámenes a la
Parroquia de la Santa Cruz, convertida en epicentro de ruidosas
celebraciones marxistas y kirchneristas; y también, en sintonía con el
Primado, de la canonización de los terroristas palotinos.
Otro integrante significativo de Opción Preferencial…, es el famoso “Quito” Mariani, autor del “Sin Tapujos”, donde alardea tanto de sus pecados carnales como de sus herejías.
¿Se le ocurrirá a Decimejorge canonizar a Fray Antonio?
En todo caso, Luis Coccia ya lo ha declarado santo súbito: “el
mismo que lo creó por amor lo glorificó ahora y está definitivamente en
el reino de Dios. Antonio ya participa de la condición de los santos y
está definitivamente con Dios para interceder por nosotros y por esta
patria también tan necesitada, la Argentina”.
¡Amén!
Emilio Guillermo Nani, héroe de Malvinas y de La Tablada
Por estar relacionada, reiteramos la publicación de la Carta de un héroe a un traidor.
Se trata de
la carta del Teniente Coronel Emilio Guillermo Nani al Obispo de 9 de
Julio, Monseñor de Elizalde, por su Comunicado por el caso del ex
capellán de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Padre Christian
Federico Von Wernich. Ver Aquí
Señor
Obispo de 9 de Julio
Mons. Martín de Elizalde
De mi consideración:
Con estupor
he leído en el diario Clarín del día de la fecha, que una nueva
iniquidad se estaría por cometer con el R.P. Christian von Wernich, esta
vez de mano de la jerarquía eclesiástica, que lejos de demostrar la
grandeza inspirada en Nuestro Señor Jesucristo, se sumaría a la chusma
sedienta de sangre y colmada de odios, rencores y sed de revanchas.
Hacerse eco
de un fallo de un tribunal popular disfrazado de justicia, por el que
desfilaron mendaces testigos a quienes se les dio crédito de veracidad
en sus repugnantes declaraciones, no haría más que convalidar lo
apartados que están los obispos de la grey católica y lo cercanos que se
encuentran de sus enemigos.
Explíqueme
el porqué de tan veloz respuesta, cuando guardaron ominoso silencio ante
los crímenes del cura Antonio Puigjané, con quien, no sólo no se tomó
ninguna medida, sino que lo cobijaron y protegieron.
Explíqueme
el silencio ante los crímenes cometidos por las organizaciones
terroristas, como por ejemplo los del Ejército Montonero —del cual el
cura Adur fue su capellán, o las complicidades –entre otros— de los
curas Mujica, Vernazza, Carbone, Capitanio, Cuberly, los hermanos Dri,
los llamados curas palotinos, las monjas francesas, o de los obispos
Hesaynne, Novak y de Nevares, por sólo mencionar a unos pocos, que no
sólo convalidaron las más de 20.000 acciones perpetradas por ellas en la
década del ’70 (asesinatos selectivos, secuestros, atentados con
bombas, copamientos de pueblos, unidades militares y comisarías, etc.),
al no emitir jamás la menor condena y sí fueron severos críticos de lo
actuado por las FF.AA. en cumplimiento de claras órdenes
gubernamentales.
Monseñor, yo
jamás sentí odios a pesar de tener sobrados motivos para ello: en el
año 1977 intentaron secuestrar a mi hija mayor cuando tenía sólo 5 años
de edad —cosa que jamás se le ha borrado de su mente–; durante los años
’70 mi familia fue víctima de graves amenazas y, como broche de oro, el
23 de Enero de 1989, durante la recuperación del Cuartel de La Tablada
atacado por la organización terrorista Movimiento Todos por la Patria,
conducida, entre otros, por el cura Puigjané, estuve a punto de perder
la vida al ser gravemente herido. No satisfechos con ello, estos
“jóvenes idealistas” conducidos por esa caricatura de sacerdote, no
vacilaron en volver a amenazar a mi familia aprovechándose de las
circunstancias de encontrarme internado en terapia intensiva. Hoy como
consecuencia de las conductas ambiguas (o quizá no tan ambiguas) de una
sociedad hipócrita —de la cual el clero forma parte— tengo el temor de
comenzar a tener sentimientos que no quiero albergar en mi espíritu.
Luego de
esas vivencias, con tristeza y consternación, veo que después de tantos
años de silencio, los obispos decidirían romperlo, pero no para exigir
la Verdad, como lo pidió el Cardenal Bergoglio, sino para convalidar la
mentira.
De proceder
de esta manera, no harán más que agregar más resentimiento al que, desde
el 25 de Mayo de 2003, se ha venido fomentando desde los más altos
niveles de los poderes del estado.
¿Qué clase
de obispos son que, para congraciarse con la chusma terrorista que atacó
a la sociedad argentina, no vacilan en sumarse a los ataques contra
quienes la defendieron?
¿Qué los
hace convertirse en seres especuladores y complacientes que, para eludir
los cargos de supuestas complicidades con quienes cumplieron con el
sagrado deber de defender a la Patria, a más de 30 años, no dudan un
instante en aducir o demostrar coincidencias ideológicas con quienes la
atacaron?
¿En qué se han convertido que no vacilan en complacer a los terroristas enquistados en los poderes del estado?
¿Qué confianza podemos tener en esta clase de pastores que tienen un discurso diferente para cada circunstancia?
Si Ud. es capaz de dar respuestas a estos interrogantes, las recibiré con sumo agrado.
Creo que ha
llegado el momento de definir de qué lado están, sacándose
definitivamente la careta: si del de quienes impulsaron la agresión
marxista y atacan sistemáticamente a la Santa Iglesia Católica
Apostólica Romana o del de quienes jamás nos hemos apartado de ella.
Atentamente,
Emilio Guillermo Nani
Teniente Coronel (R)
Veterano de Guerra
Ahora detenido… Esperando tranquilamente el Juicio Universal…
No tema,
señor Teniente Coronel, porque en el juicio universal será grandísima la
confusión de los malos, mayormente la de aquellos que oprimieron a los
justos o procuraron en vida ser estimados como hombres buenos y
virtuosos, al ver descubiertos a todo el mundo los pecados que
cometieron, aún los más secretos.
Ese día, con
sus dos ojos, podrá mirar, la frente alta, a Fray Antonio Puigjané, a
Gorriarán Merlo, y a todos los sinvergüenzas nombrados más arriba…,
incluyéndolo a Jorge Mario Bergoglio, cuya exigencia de Verdad se
volverá en su contra…
Padre Juan Carlos Ceriani