sábado, 31 de agosto de 2019

NUEVOS CHOQUES Y DESPLAZAMIENTOS


El Ejército boliviano ocupa el Campamento Central de la guerrilla



La noticia de la captura de Regis Debray y Ciro Roberto Bustos estalló en los medios de información del mundo, provocando la consiguiente agitación. El Che se referirá a ello a fines de mayo, al redactar el resumen del mes:

El status del Chino ha cambiado y será combatiente hasta la formación de un segundo o tercer frente. Dantón y Carlos cayeron víctimas de su apuro, casi desesperación, por salir y de mi falta de energía para impedírselos, de modo que también se cortan las comunicaciones con Cuba (Dantón) y se pierde el esquema de acción en la Argentina (Carlos).

A lo que el Che también se refirió, fue al nuevo enemigo que se incorporaba a la lucha.

Parece seguro que los norteamericanos intervendrán fuerte aquí y están mandando helicópteros y, parece, boinas verdes, aunque no se han visto por aquí.

Eso, más el hallazgo del diario de “Braulio” en el Campamento Central, vino a complicar las cosas en demasía. La guerrilla estaba a la deriva, sin bases de apoyo y las FF.AA. bolivianas estrechaban cada vez más el cerco, por lo que se tornaba imperioso captar al campesinado y sublevar las minas.

En el bando contrario, la preocupación primaba en el Alto Mando y la moral de las tropas decaía a cada momento después de tres combates en los que habían sido prácticamente vapuleadas, demostrando una impericia y falta de profesionalidad alarmantes. Para peor, esas sensaciones era transmitida a las unidades de apoyo que iban llegando a Camiri, a saberse, el Regimiento 2 de Artillería “Bolívar”, procedente de Viacha (174 hombres), la Escuela Militar de Clases de Cochabamba (85 hombres), el Centro de Instrucción de Operaciones en la Selva con asiento en Riberalta (71 hombres) y el Regimiento 2 de Infantería de Sucre (45 hombres), pues como dice el general Gary Prado, los cuadros participantes de esas acciones contagiaban su actitud derrotista ni bien tomaban contacto con los recién llegados1.
El cuadro de situación no podía ser peor. Siguiendo el relato del oficial boliviano, el terreno y el clima también constituían serios obstáculos; la falta de caminos tornaba en extremo dificultosos los desplazamientos, los cauces de los ríos, en especial el Ñancahuazu y sus afluentes, constituían verdaderas trampas mortales al correr encajonados por valles de piedra y selva tupida, la vegetación era un verdadero impedimento dado lo enmarañada y agreste que se presenta en esos parajes, las alturas obstaculizaban la observación y la niebla matinal brindaba al enemigo una excelente cobertura.
De ahí las instrucciones del Comando del Ejército a la IV División a través de la Orden General de Operaciones 4/67, estableciendo la organización de un dispositivo defensivo apoyado por patrullas de corto radio de acción en cada una de sus áreas, a los efectos de aislar la zona ocupada por el enemigo y evitar su abastecimiento.
De regreso de su gira por Europa y Estados Unidos, el general Ovando reasumió sus funciones como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y organizó el Comando de Operaciones Antiguerrilleras con asiento en Camiri, solicitando al gobierno declarar zona militar al Teatro de Operaciones. Al mismo tiempo, se estrecharon los contactos con la Argentina, Brasil y Estados Unidos, para coordinar con sus servicios de inteligencia los procedimientos y determinar si efectivamente el Che Guevara se encontraba en la región.
El análisis de la documentación y los objetos secuestrados durante la ocupación de los campamentos guerrilleros, así como los distintos allanamientos que se llevaron a cabo en las principales ciudades del país, brindaron a los militares bolivianos los primeros indicios de esa presencia, pero necesitaban corroborarlo para proceder en consecuencia y justificar ante el mundo sus inminentes acciones.
La opinión pública local se hallaba preocupada por la inacción que estaban mostrando las fuerzas armadas pero la misma, según Gary Prado, tenía su justificación.
Siguiendo directivas del Alto Mando, se estaban llevando a cabo importantes reajustes en el dispositivo ofensivo, en especial las unidades que a corto plazo se iban a comprometer en la lucha armada; se completaba el reclutamiento iniciado en el mes de marzo a efectos de organizar una nueva brigada destinada a la lucha antiguerrillera, se efectuaba la selección de los cuatros (650 efectivos) para reorganizar el Regimiento “Manchego”, dedicado hasta ese momento a actividades agrícolas al norte de Santa Cruz de la Sierra2 y en “La Esperanza”, recibían instrucción las tropas de elite (Rangers), comandadas por el mayor Miguel Ayoroa Montaño, fuerza que se completaba con elementos de otros regimientos, entre ellos el Grupo 8 de Caballería de Santa Cruz, al que pertenecía el capitán Gary Prado Salmón3.
Esa era la situación, cuando a las 18.00 horas del 16 de abril, el Comando de la IV División expidió la Orden General de Operaciones 5/67, estableciendo la necesidad ocupar las áreas a asignar y montar un dispositivo defensivo, previo reconocimiento del terreno, gravitando con sus propios medios los posibles ejes progresivos del enemigo a efectos de montar emboscadas y preparar golpes de mano, tendientes a cortarle los accesos a las fuentes de suministro, así como cualquier intento de salida hacia otras regiones.
El dispositivo operacional quedó conformado de la siguiente manera:

Compañía “A” (Lafuente): ocupar Lagunillas y el Pincal.

Compañía “B” (Moreira): ídem el área de Yumau.

Compañía “C” (Oxa): área de Tiraboy.

Compañía “D” (López): área de de Tatarenda.

Compañía “E” (Pacheco): área de Ñancahuazu.

Compañía “F” (Arnez): Pirirenda.

Fracción Vargas: Quebrada de Overa4.


Con respecto a este plan de operaciones, el embajador Henderson manifestó sus reparos al Departamento de Estado norteamericano en un nuevo cablegrama confidencial, enviado el 20 de abril.

Bolivia está desarrollando dos estrategias contradictorias en relación a la respuesta con la que hay que enfrentarse a la amenaza guerrillera: por una parte intenta incrementar el Ejército con un gran número de soldados de leva; por la otra, adiestra y envía sobre el terreno pequeñas unidades bien preparadas para afrontar las dificultades más inmediatas. Nuestro gobierno prefiere la segunda opción porque responde de manera más racional a las actuales necesidades. […]. Después, Morris ha reiterado la posición estadounidense sobre el uso del napalm (evidenciando los peligros que podrían surgir en el ámbito de las relaciones internacionales) y a pedido al embajador que transmita esa preocupación al gobierno boliviano5.

La presencia guerrillera en cercanías de Muyupampa, representaba una seria amenaza para la población, pacífica y sumisa en extremo. Con el ejército acampando en sus contornos, era probable que se produjesen enfrentamientos en epicentro, de ahí la delegación que el pueblo envió a parlamentar, encabezada por el subprefecto Corcuyá6, el padre alemán Leo Schwartz y el doctor Mario Cuéllar, médico de la comunidad.
El encuentro tuvo lugar en la casa de Nemesio Carballo, plena zona rural, donde los invasores habían acampado para adquirir productos y merendar.
Pasado el mediodía, se presentó en la finca una camioneta portando bandera blanca, detalle que el Che apunta el día 20 de abril. Eran los enviados que llegaban a dialogar.
En su libro, el general Gary Prado reproduce el diálogo en detalle:

Padre Schwartz: venimos en representación del pueblo que se encuentra alarmado por la presencia de ustedes. Se cree que ustedes quieren ingresar al pueblo.

“Inti” Peredo: Evidentemente nuestra intención es llegar al pueblo para aprovisionarnos de víveres. Suspendimos un ataque porque observamos la presencia de gente civil armada.

Padre Schwartz: ¿Qué es lo que quieren y cuáles sus objetivos?

“Inti” Peredo: Nos hemos levantado porque estamos hartos de soportar tanta injusticia. Queremos cambiar el régimen actual porque somos fiel expresión de la gente pobre.

Subprefecto Corcuyá: ¿No hay alguna forma para terminar esta lucha y llegar a una pacificación? Con esta lucha se ha intranquilizado y enlutado al pueblo.

“Inti” Peredo: Por favor, no hable de pacificación. Ese término ha sido inventado por Barrientos y estamos cansados de escucharlo.

Doctor Cuéllar: Ustedes no tienen [ni] un poco de sensibilidad. Creo que también son humanos como nosotros y tienen que tener lástima de la gente que va a morir. Ustedes mismos no deben estar felices por el camino que han escogido. Sufren hambre, sed y cansancio, cuando podían estar tranquilos en sus hogares.

“Inti” Peredo: Usted tiene razón, pero sabe usted que todo premio significa un sacrificio y que en toda guerra muere gente inocente. Porque estamos seguros de nuestros ideales y de que es la única forma de poder cambiar el actual estado de las cosas del país es que nos hemos armado. Hemos renunciado a todo. Habemos profesionales, médicos, geólogos, ingenieros. Nuestra guerra no durará un año, sino muchos. Es muy posible que la mayoría sucumba, pero tenemos la seguridad de que vendrán días mejores para el país. Somos bolivianos y habemos de diferentes partidos PRIN, MNR, PC y también hay cristianos y no cristianos. Y a propósito, ¿Qué es de los tres periodistas extranjeros, seguramente están presos?

Subprefecto Corcuyá: Efectivamente, están presos pero se los trata bien.

Doctor Cuéllar: Inclusive le he prestado atención médica a uno de ellos.

“Inti” Peredo: Eran nuestros prisioneros. Hace dos días que los tomamos pero los tuvimos que dejar en libertad porque dificultaban nuestras maniobras. Además no les permitimos que obtuvieran fotos.

Padre Schwartz: ¿No hay forma de dejar las armas y dejar tranquilo al pueblo ya que los pobladores nada tienen  que ver con ustedes?

“Inti” Peredo: Necesitamos conseguir víveres y drogas. Éstas no las queremos para nosotros, sino para la gente campesina que se encuentra enferma y para los mismos soldados del ejército que cayeran heridos. Nosotros les vamos a pagar el costo de todos estos elementos. Usted doctor, a ver, escriba una lista de todo lo que necesitamos, charque, arroz, frijoles, harina, manteca, antibióticos, sulfas y otras drogas para primeros auxilios.

Subprefecto Corcuyá: Es difícil conseguir lo que piden. Debemos informar de ello a las autoridades militares y es muy difícil que nos autoricen.

“Inti” Peredo: Hasta las 18.00 de hoy jueves tienen plazo para traernos lo que hemos pedido. El punto de reunión será éste. Si hay alguna acción con el ejército es mejor que no vengan y si es más tarde de lo que hemos señalado, ni se atrevan a aparecer por estos lugares.

Finalizado el parlamento, la embajada abordó nuevamente la camioneta y se retiró. La respuesta del Ejército llegó cuatro horas después, cuando una formación de tres AT-6 bombardeó la posición, forzando a los guerrilleros a buscar cobertura.
Los aviones llegaron desde el norte accionando sus ametralladoras y en una segunda pasada, arrojaron sus bombas, dañando parte la propiedad.
Una de las esquirlas alcanzó a “Papi” cuando corría a buscar refugio, hiriéndolo levemente. El experimentado combatiente cayó al suelo pero si incorporó enseguida y con la ayuda de sus compañeros, corrió hasta un conjunto de árboles para agazaparse entre ellos.
El Che en su diario, le restó importancia a la acción pero fue el primer indicio de que los pilotos bolivianos estaban ajustando la mira.
La aviación boliviana ataca a la guerrilla. "Papi" resulta herido (Imagen: El Che Guevara de Paolo Heusch, con Francisco Rabal)

La guerrilla se retiró por el camino de Ticucha (22.30), llevándose los dos caballos que había confiscado, uno de ellos el que había utilizado Roth para llegar desde Lagunillas y tres horas después, se detuvo en un claro a reponer fuerzas. Pasaron por la finca del campesino Roso Carrasco, en Taperillas, donde adquirieron víveres y siguieron hasta la intersección de los caminos a Monteagudo y Muyupampa, un paraje inhóspito, próximo a Coripati, donde se encontraba la propiedad de Adolfo Rodas. Agotados y famélicos, se detuvieron a racionar, necesitados de reponer fuerzas y planificar sus siguientes tácticas.
A la par que se desarrollaban esos acontecimientos, las radios anunciaban la captura de tres mercenarios, uno de origen francés, otro argentino y el tercero inglés en tanto el gobierno establecía la censura a nivel nacional.
En cuanto a la ayuda extranjera que Bolivia estaba recibiendo en esos días para contrarrestar el accionar guerrillero, dos documentos esclarecedores revelan que Washington nada tuvo que ver con el uso de bombas incendiarias por la aviación, como falsamente se la había acusado desde La Habana (y se lo sigue haciendo aún).

El Departamento de Estado constata que Argentina ha proporcionado a Bolivia cierta cantidad de gel, componente base del napalm, y cien cápsulas para bombas de este tipo. Si estos artefactos fueran utilizados y la cuestión fuese de dominio público entre asistentes a reuniones de la coordinadora [militar latinoamericana] de La Paz, se llegaría a la inevitable conclusión de que el gobierno de Estados Unidos ha aprovisionado de napalm a los bolivianos. La cuestión nos preocupa […]7.

Washington temía las repercusiones que aquel accionar podía generar y sobre todo, ser acusada de estar proveyendo armamento prohibido por la Convención de Ginebra cuando en realidad, se lo hacía desde Buenos Aires.
Al día siguiente, el embajador Henderson confirmaba la información:

Utilizando los canales militares regulares, hemos comunicado al gobierno boliviano los aspectos negativos del posible uso de napalm. No tenemos pruebas de que el gobierno lo haya utilizado ya en las acciones de contraguerrilla o tenga la intención de hacerlo. Por iniciativa suya, hace dos años nuestra embajada pidió oficialmente la eliminación de todo el napalm estadounidense, y no ha tenido nada que ver con la adquisición o el uso de éste por parte de los bolivianos. Tenemos constancia de que, hace un año aproximadamente, el gobierno de La Paz adquirió napalm a Argentina y sabemos que, recientemente, ha aumentado sus arsenales8.

El 21 de abril la columna guerrillera se dirigía a Taperillas, con la idea de alcanzar Ticucha. Ese día ocupó la hacienda Ciripoti y tomó prisioneros a todos sus ocupantes. Poco después, capturó una camioneta de YPFB cuyos ocupantes se hallaban concentrados en las huellas que habían dejado y horas después hizo lo propio con un camión repleto de comestibles, en especial plátanos.
La idea era cargar la camioneta con la mayor cantidad posible de provisiones y abandonar ese paraje lo antes posible pero previamente, el Che, que para entonces había cambiado su nombre de guerra por el de “Fernando”, montó una emboscada integrada por “Papi”, “Urbano” y “Pachungo”, para que la tropa completase  la faena a cubierto.
El 22, los guerrilleros se encontraban en el interior de la hacienda cuando una patrulla del Centro de Instrucción de Operaciones en la Selva (CIOS), al mando del capitán Pacheco, se aproximó al lugar.
Advertido por los campesinos, el oficial eludió la emboscada, así como los PO que el Che había situado en diferentes sectores y alcanzó el perímetro de la finca, divisando a lo lejos las fogatas del enemigo. El general Reque Terán se limita a decir que el pelotón rodeó la propiedad y la ocupó sin resistencia, para encontrar en su interior, a sus moradores maniatados. La guerrilla se había llevado los víveres, cuatro caballos y otros elementos, tomando hacia el norte, en dirección a Ticucha.
Gary Prado tiene otra versión.
Después de sobrepasar la emboscada, el capitán Pacheco cruzó a campo traviesa hasta los límites de la finca y después de observar las fogatas y los movimientos en torno a ellas, ordenó abrir fuego.
Su proceder fue completamente errado porque, a decir del general Prado, debió cercar la propiedad o al menos bloquear las rutas de escape, pero en lugar de ello ordenó disparar desde una distancia de 100 metros y eso posibilitó la fuga del enemigo.
El 21 de abril la guerrilla capturó una camioneta
y un camión repletos de víveres 

Prado dice que la gente del Che se retiró hacia El Mesón sin ser perseguida, en tanto Reque Terán asegura que sí lo fue y que una sección comandada por el subteniente Carlos Monje Landívar, llegó a accionar sus armas, sin ocasionar bajas.
Bien o mal, la acción del capitán Pacheco forzó la estampida del invasor y provocó el desprendimiento del “Loro” que en la confusión, quedó a la deriva, sin volver a reunirse con el resto de la columna.
Ese mismo día, el general Barrientos mantuvo una charla informal con el embajador Henderson, durante la cual le dio a entender que el Ejército boliviano no pensaba hacer prisioneros entre los subversivos. El legado se apresuró a informar la novedad a su gobierno a través de un telegrama secreto despachado a las 16.10 horas, remarcando que durante la conversación, le había hecho ver al mandatario lo contraproducentes que podían resultar las prácticas ilegales y que lo más aconsejable era constituir tribunales de guerra para someter a los prisioneros a procesos regulares. Sin embargo, según su opinión, no había logrado convencer al militar boliviano10.
En Buenos Aires, en tanto, el embajador Martins se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores, Nicanor Costa Méndez11, para escuchar de su boca que la columna guerrillera en Bolivia no contaba con el apoyo del campesinado, ni las clases trabajadoras y que no tenía referencias sobre la muerte de Regis Debray. También le mencionó la preocupación de su gobierno por el uso de napalm por parte de las Fuerzas Armadas bolivianas y pidió trabajar en el asunto12. Era el doble discurso que caracteriza a los gobiernos en tiempos de conflicto.

 


Notas
1 Gary Prado Salmón, op. Cit., p. 136.
2 Más precisamente en la localidad de Guabirá.
3 La flamante unidad quedaba subordinada al teniente coronel José R. Gallardo.
4 Gary Prado Salmón, op. Cit., pp. 148-149.
5 Mario José Cereghino, Vincenzo Vasile, op. Cit., pp. 70-71 (Memorándum de la conversación entre Julio Sanjinés Goitía, embajador boliviano en Washington, y Patrick F. Morris, responsable del Departamento de Estado para Asuntos Bolivianos y Chilenos, confidencial, 20 de abril de 1967, NARA, Rg 59, General Records of the Departamen of State, 1967-1969, sobre 1523, fascículo Def Bol/ I.I.67.).
6 En algunas fuentes aparece como Corcuí.
7 Mario José Cereghino, Vincenzo Vasile, op. Cit., p. 71 (Circular enviada por el Departamento de Estado a todas las sedes diplomáticas estadounidenses en América Latina, confidencial, 20 de abril de 1967, 16:35 horas, NARA, Rg 59, General Records of the Departamen of State, 1967-1969, sobre 1523, fascículo Def Bol/ I.I.67.).
8 Mario José Cereghino, Vincenzo Vasile, op. Cit., pp. 71-72 (Telegrama enviado al Departamento de Estado por el embajador Henderson, La Paz, confidencial, 21 de abril de 1967, 21:30 horas, NARA, Rg 59, General Records of the Departamen of State, 1967-1969, sobre 1895, fascículo Pol 23-9 Bol/ I.I.67.).
9 Gary Prado Salmón, op. Cit., p. 155.
10 Mario José Cereghino, Vincenzo Vasile, op. Cit., pp. 72-73 (Telegrama enviado al Departamento de Estado por el embajador Henderson, La Paz, secreto, 22 de abril de 1967, 16:10 horas, NARA, Rg 59, General Records of the Departamen of State, 1967-1969, sobre 1895, fascículo Pol 23-9 Bol/ I.I.67.).
11 Canciller argentino durante la guerra del Atlántico Sur en 1982.
12 Mario José Cereghino, Vincenzo Vasile, op. Cit., p. 73 (Telegrama enviado al Departamento de Estado por laembajada estadounidense en Buenos Aires, confidencial, 22 de abril de 1967, 18:00 horas, NARA, Rg 59, General Records of the Departamen of State, 1967-1969, sobre 1895, fascículo Pol 23-9 Bol/ I.I.67.).