lunes, 19 de agosto de 2019
EL DINERO NO "TRABAJA"
La paradoja del interés bancario
Si yo
necesitara pedir prestado un lote de semillas de soja para sembrar en mi
campo, y conociendo que puedo cosechar 3.000 kg por hectárea en
correspondencia con 70 kgs de semilla plantadas, puedo deducir que por
cada semilla prestada consigo 43 semillas en la cosecha.
Resumiendo, 1 kg de semilla prestada me devuelve 43 kgs.
Si acaso el proveedor de semillas me exigiera a cambio de su préstamo un
10 % de beneficio, para mi es perfectamente viable devolverle dado que
como agricultor puedo crear riqueza, y puedo producir soja nueva a
partir del préstamo.
Sin embargo, en la economía cuando hablamos de devolver un interés en
moneda de curso legal es físicamente inviable, dado que la única
institución que puede emitir moneda de curso legal es el banco central.
Cuando un banco central crea dinero usando tinta y papel, y exige su
devolución con intereses, es imposible que las empresas y los
particulares puedan devolverlo porque ese dinero no existe ni existirá
en la economía.
Cualquier empresa para poder funcionar necesita dinero líquido, y si
para conseguirlo debe pagar intereses, entonces la empresa cargara a sus
productos el costo financiero total.
Este costo financiero se traslada al precio final de todos los productos
de todas las empresas, y así se forma un aumento generalizado de
precios, al que nosotros llamamos inflación.
Por supuesto que el pensamiento académico no reconoce al interés como el
factor determinante y generador de la inflación, y esto se debe a que
el poder financiero tapa con sus influencias cualquier crítica referida a
la usura y el anatocismo, fuente de poder y dominación de esa
industria.
La pregunta inteligente que deberíamos hacernos es: porque razón el
Banco Central debería cobrar intereses a los ciudadanos de una nación
por el solo hecho de imprimir papel con tinta en una imprenta?, sin
costo financiero
Es una falacia gigante lo que muchos monjes de la usura predican por ahí, en cuanto a que "el dinero trabaja", o que "el dinero debe ser puesto a trabajar".
Mentira, las personas trabajan y no el dinero.
Esta falacia es fruto de una perversión cultural desde el mundo
académicos que aceptan al interés como un instrumento maravilloso para
regular el mercado y para compensar el sacrificio de postergar consumo.
En realidad, el interés del préstamo es una perversión porque:
1- Es intrínsecamente inflacionario y produce un daño enorme a la economía.
2- Produce una enorme transferencia de riqueza desde los que trabajan y
viven de su esfuerzo y creatividad, hacia los que acumulan.
3- El crecimiento del interés compuesto es antinatural dado que sigue
una curva exponencial infinita mientras que los recursos del planeta son
finitos.
4- Atenta contra el orden de méritos en una sociedad, puesto que el
banquero consigue beneficios extremadamente superiores al industrial y
demás empresarios productivos.
5- Le asigna un poder omnipotente al banquero por encima del resto de
los empresarios, porque controlan el crédito y deciden quien vive y
quien desaparece dentro de la economía.
6- Los banqueros controlan cualquier gobierno, manipulando la “falsa
democracia” y los “medios de desinformación” que le pertenecen
Marcelo Sanchez Alonso