ANEXO XX. CARTA DE UN HÉROE HARTO DE AGRAVIOS
A los pusilánimes
En
el año 2008, el valeroso sargento ayudante ( R ) Oscar Reinaldo
Carabajal, veterano ex combatiente de Malvinas perteneciente al Ejército
Argentino, dio a conocer una carta destinada a ese grupo de cobardes
que enrolados en las agrupaciones de ex combatientes, sólo saben
lloriquear y prestarse al juego de corruptos y perversos, denigrando y
calumniando a las Fuerzas Armadas de la Nación con el oprobioso
propósito de obtener prebendas.
Para esos pusilánimes que por simples migajas hasta su hombría y dignidad han llegado a vender y
sobre todo para los integrantes del CECIM, Centro de Ex Combatientes de
La Plata, que por marchar hacia donde soplan los vientos apoyaron la
decisión del Concejo Deliberante de Mar del Plata, de retirar el cuadro
del heroico capitán Pedro Giacchino del recinto de sesiones, va
dirigida esta carta, escrita por un soldado de verdad, un hombre cabal,
muy diferente a ellos, que denigran la tierra que los cobija y a la
argentinidad toda.
Como
Suboficial Retirado del Ejército Argentino y como Veterano de
Guerra, quiero expresar mi bronca ante tanto agravio por parte de una
minoría de soldados ex combatientes de Malvinas (CECIM), y
quiero decirles a esos llorones cobardes, que al momento de
producirse la guerra se encontraban cumpliendo con una ley de la
Nación, aprobada por el Congreso de la Nación, es decir civiles, no
militares, y desde hace 26 años que buscan culpables por haber
participado en la defensa de nuestro territorio, no fueron
voluntarios, no tienen las agallas suficientes como para eso, pero
hoy se creen y quieren hacer creer a la sociedad que son los únicos
que combatieron, que los oficiales y suboficiales somos unos
“cobardes, torturadores y represores”. Me cansé de estos nenes
de mamá.
Quiero
decirles a estos cobardes que, con 23 años, tuve el honor de
conducir en el frente de batalla a verdaderos soldados, que no
arrugaron ni en los momentos más difíciles; es más, en una
oportunidad, les dije “lo único que podemos hacer es apoyar a
primera línea y vamos a combatir hasta el final, no creo que nos
tomen prisioneros” y fuimos, como verdaderos soldados, a dar la
vida por ese pedazo de suelo argentino sin quejarnos.
No
nos tocó, no tuvimos suerte, pero hoy llevan con orgullo la
condición de veteranos de guerra, sin lloriqueos; por esto y
mucho más, no puedo seguir permitiendo que un grupo minúsculo de
pusilánimes pisotee la memoria de señores oficiales como el
teniente Roberto Estévez y de los señores suboficiales como el
sargento Antonio “Perro” Cisneros, Ismael García, Sbirt y tantos
otros que dieron su vida en el frente de combate.
También
quiero decirles, señores llorones, que tuve el honor de combatir a
la par de señores suboficiales, como el sargento Juan López, el
cabo 1º Daniel Fernández y los cabos (todos de 19 años) Alejandro
Luján, Ramón Najar, Sixto Escobar, Aguirre Orlando, todos
pertenecientes al glorioso Batallón de Comunicaciones 181 y
que todos, de una manera u otra, arriesgaron sus vidas y no andan
llorando por los rincones.
Quiero
decirles a estos mantequitas que no vi nunca a familiares de los
suboficiales y oficiales caídos en combate llorando y dando
lástima por todos los medios por lo que les pasó; al contrario, se
sienten orgullosos de que su hijo, hermano o padre hayan dado su
vida por este bendito país; que los antes nombrados y muchos como
ellos no se merecen ser involucrados y llamados cobardes, que
estos valientes guerreros no se detuvieron a perder el tiempo para
estaquear soldados; solamente se dedicaron a cumplir con su
objetivo, defender nuestra soberanía nacional, aun a costa de sus
vidas, y así lo hicieron.
Estos
hombres deben ser honrados y no difamados por estos cobardes
llorones que se encuentran apadrinados por parte de algunos
sectores políticos y la señora de Bonafini; ya todos sabemos quién
es: todo lo que no va con sus ideales son traidores y asesinos,
caso Rucci, y que dejen de poner trabas para que se amplíe la ley
12.006, Pensión Honorífica Islas Malvinas, de la Provincia de
Buenos Aires, que nos corresponde, porque así lo dice la
Constitución en su Art. 16 “principio de igualdad ante la ley”,
porque el enemigo no hacía diferencia entre oficiales,
suboficiales o soldados, todos somos veteranos de guerra, y si
hubo algún oficial o suboficial que hayan hecho abuso de autoridad
durante el conflicto, que se los denuncie y que la ley los juzgue
como corresponde, pero que no nos metan a todos en la misma bolsa.
Caso
contrario, estamos bastardeando y pisoteando la memoria de los
10 oficiales y 230 suboficiales muertos pertenecientes a la
Armada Argentina, los 14 oficiales y 36 suboficiales muertos del
Ejército, los 36 valientes pilotos y los 14 suboficiales de la
Fuerza Aérea, los 2 oficiales y los 5 suboficiales de
Gendarmería Nacional y los 2 suboficiales de Prefectura Naval;
en total, 349 muertos entre oficiales y suboficiales que hoy son
custodios de nuestras islas Malvinas.
Seguramente,
para los pusilánimes del CECIM, estos héroes son “cobardes,
torturadores y represores”. ¿Qué les decimos a los familiares? ¿Que
se merecían morir por ser miembros de las Fuerzas Armadas? ¿Que la
ley es solamente para algunos y no para todos? O, mejor dicho, la ley
ampara a los cobardes que fueron obligados y no a los que fueron
por propia voluntad?
Pero, claro, estamos en el mundo del revés.
Pero, claro, estamos en el mundo del revés.
Señores
cobardes y llorones: ustedes sí son cobardes, porque se esconden
detrás del poder político y yo soy suboficial retirado del
Ejército argentino y me siento orgulloso de serlo y les puedo
asegurar que no soy cobarde, torturador ni represor.
Bahía Blanca
Oscar Reinaldo Carabajal,
sargento ayudante ( R )
Ejército Argentino
Fuente: El Tábano
Publicado 28th January 2015 por Malvinas.Guerra en el Atlántico Sur