sábado, 3 de agosto de 2019

ANEXO XX. CARTA DE UN HÉROE HARTO DE AGRAVIOS

A los pusilánimes






En el año 2008, el valeroso sargento ayudante ( R ) Oscar Reinaldo Carabajal, veterano ex combatiente de Malvinas perteneciente al Ejército Argentino, dio a conocer una carta destinada a ese grupo de cobardes que enrolados en las agrupaciones de ex combatientes, sólo saben lloriquear y prestarse al juego de corruptos y perversos, denigrando y calumniando a las Fuerzas Armadas de la Nación con el oprobioso propósito de obtener prebendas. 

 Para esos pusilánimes que por simples migajas hasta su hombría y dignidad han llegado a vender y sobre todo para los integrantes del CECIM, Centro de Ex Combatientes de La Plata, que por marchar hacia donde soplan los vientos apoyaron la decisión del Concejo Deliberante de Mar del Plata, de retirar el cuadro del heroico capitán Pedro Giacchino del recinto de sesiones, va dirigida esta carta, escrita por un soldado de verdad, un hombre cabal, muy diferente a ellos, que denigran la tierra que los cobija y a la argentinidad toda.

Como Sub­ofi­cial Reti­rado del Ejér­cito Argen­tino y como Vete­rano de Gue­rra, quiero expre­sar mi bronca ante tanto agra­vio por parte de una mino­ría de sol­da­dos ex com­ba­tien­tes de Mal­vi­nas (CECIM), y quiero decir­les a esos llo­ro­nes cobar­des, que al momento de pro­du­cirse la gue­rra se encon­tra­ban cum­pliendo con una ley de la Nación, apro­bada por el Con­greso de la Nación, es decir civi­les, no mili­ta­res, y desde hace 26 años que bus­can cul­pa­bles por haber par­ti­ci­pado en la defensa de nues­tro terri­to­rio, no fue­ron volun­ta­rios, no tie­nen las aga­llas sufi­cien­tes como para eso, pero hoy se creen y quie­ren hacer creer a la socie­dad que son los úni­cos que com­ba­tie­ron, que los ofi­cia­les y sub­ofi­cia­les somos unos “cobar­des, tor­tu­ra­do­res y repre­so­res”. Me cansé de estos nenes de mamá.

Quiero decir­les a estos cobar­des que, con 23 años, tuve el honor de con­du­cir en el frente de bata­lla a ver­da­de­ros sol­da­dos, que no arru­ga­ron ni en los momen­tos más difíciles; es más, en una opor­tu­ni­dad, les dije “lo único que pode­mos hacer es apo­yar a pri­mera línea y vamos a com­ba­tir hasta el final, no creo que nos tomen pri­sio­ne­ros” y fuimos, como ver­da­de­ros sol­da­dos, a dar la vida por ese pedazo de suelo argen­tino sin quejarnos.
No nos tocó, no tuvi­mos suerte, pero hoy lle­van con orgu­llo la con­di­ción de vete­ra­nos de gue­rra, sin llo­ri­queos; por esto y mucho más, no puedo seguir per­mi­tiendo que un grupo minúsculo de pusi­lá­ni­mes piso­tee la memo­ria de seño­res ofi­cia­les como el teniente Roberto Esté­vez y de los seño­res sub­ofi­cia­les como el sar­gento Anto­nio “Perro” Cisneros, Ismael Gar­cía, Sbirt y tan­tos otros que die­ron su vida en el frente de combate.
Tam­bién quiero decir­les, seño­res llo­ro­nes, que tuve el honor de com­ba­tir a la par de seño­res sub­ofi­cia­les, como el sar­gento Juan López, el cabo 1º Daniel Fer­nán­dez y los cabos (todos de 19 años) Ale­jan­dro Luján, Ramón Najar, Sixto Esco­bar, Agui­rre Orlando, todos per­te­ne­cien­tes al glo­rioso Bata­llón de Comu­ni­ca­cio­nes 181 y que todos, de una manera u otra, arries­ga­ron sus vidas y no andan llo­rando por los rincones.
Quiero decir­les a estos man­te­qui­tas que no vi nunca a fami­lia­res de los sub­ofi­cia­les y ofi­cia­les caí­dos en com­bate llo­rando y dando lás­tima por todos los medios por lo que les pasó; al con­tra­rio, se sien­ten orgu­llo­sos de que su hijo, her­mano o padre hayan dado su vida por este ben­dito país; que los antes nom­bra­dos y muchos como ellos no se merecen ser invo­lu­cra­dos y lla­ma­dos cobar­des, que estos valien­tes gue­rre­ros no se detu­vie­ron a per­der el tiempo para esta­quear sol­da­dos; sola­mente se dedi­ca­ron a cumplir con su obje­tivo, defen­der nues­tra sobe­ra­nía nacio­nal, aun a costa de sus vidas, y así lo hicieron.
Estos hom­bres deben ser hon­ra­dos y no difa­ma­dos por estos cobar­des llo­ro­nes que se encuen­tran apa­dri­na­dos por parte de algu­nos sec­to­res polí­ti­cos y la señora de Bona­fini; ya todos sabe­mos quién es: todo lo que no va con sus idea­les son trai­do­res y ase­si­nos, caso Rucci, y que dejen de poner tra­bas para que se amplíe la ley 12.006, Pen­sión Hono­rí­fica Islas Mal­vi­nas, de la Pro­vin­cia de Bue­nos Aires, que nos corres­ponde, por­que así lo dice la Cons­ti­tu­ción en su Art. 16 “prin­ci­pio de igual­dad ante la ley”, por­que el enemigo no hacía dife­ren­cia entre ofi­cia­les, sub­ofi­cia­les o sol­da­dos, todos somos vetera­nos de gue­rra, y si hubo algún ofi­cial o sub­ofi­cial que hayan hecho abuso de autoridad durante el con­flicto, que se los denun­cie y que la ley los juz­gue como corresponde, pero que no nos metan a todos en la misma bolsa.
Caso con­tra­rio, esta­mos bas­tar­deando y piso­teando la memo­ria de los 10 ofi­cia­les y 230 sub­ofi­cia­les muer­tos per­te­ne­cien­tes a la Armada Argen­tina, los 14 ofi­cia­les y 36 suboficia­les muer­tos del Ejér­cito, los 36 valien­tes pilo­tos y los 14 sub­ofi­cia­les de la Fuerza Aérea, los 2 ofi­cia­les y los 5 sub­ofi­cia­les de Gen­dar­me­ría Nacio­nal y los 2 sub­ofi­cia­les de Pre­fec­tura Naval; en total, 349 muer­tos entre ofi­cia­les y sub­ofi­cia­les que hoy son custodios de nues­tras islas Malvinas.
Segu­ra­mente, para los pusi­lá­ni­mes del CECIM, estos héroes son “cobar­des, torturadores y repre­so­res”. ¿Qué les deci­mos a los fami­lia­res? ¿Que se mere­cían morir por ser miem­bros de las Fuer­zas Arma­das? ¿Que la ley es sola­mente para algu­nos y no para todos? O, mejor dicho, la ley ampara a los cobar­des que fue­ron obli­ga­dos y no a los que fue­ron por pro­pia volun­tad?
Pero, claro, esta­mos en el mundo del revés.
Seño­res cobar­des y llo­ro­nes: uste­des sí son cobar­des, por­que se escon­den detrás del poder polí­tico y yo soy sub­ofi­cial reti­rado del Ejér­cito argen­tino y me siento orgu­lloso de serlo y les puedo ase­gu­rar que no soy cobarde, tor­tu­ra­dor ni represor.

Bahía Blanca
Oscar Reinaldo Carabajal,
sar­gento ayudante ( R )
Ejér­cito Argen­tino
Fuente: El Tábano


Publicado por