Horacio
Verbitsky, terrorista, doble agente, malparido, traidor,
mercenario, propagandista de Onganía, escriba
del
proceso, Manfroni.
Al igual que durante todos estos años de kirchnerismo
pero en la década del 60´, Horacio Verbitsky fue propagandista rentado del
gobierno de turno, a la sazón comandado por el Tte. Gral. Juan Carlos
Onganía.Tras incursionar en el periodismo militante de facto, el intrépido
Horacio se sumó y subordinó a las huestes del asesino Mario Firmenich en
calidad de agente de inteligencia de Montoneros, la iconográfica organización
homicida en cuya estructura de espionaje Verbitsky escaló hasta ser el número dos
del escalafón, después de Rodolfo Walsh. Su labor como espía al servicio del
terrorismo urbano habría sido tan eficaz, que según el ex secretario de la SIDE
Miguel Angel Toma, el propio Verbitsky manejó las comunicaciones cuando sus
camaradas asesinaron a José Ignacio Rucci en septiembre de 1973. Seguidamente,
confirma Toma que Verbistky también participó del copamiento al Regimiento 29
en Formosa en octubre de 1975, en el cual Montoneros asesinó a 12 soldados. En ese
interregno, Verbitsky tampoco se perdió de participar del rentable secuestro de
los hermanos Born, siendo que aquel fue justamente el encargado de trasladar
parte del enorme botín de U$60 M. recaudado a Cuba en tandas de cinco millones
de dólares.
Pero fue el 15 de marzo (una semana antes del golpe cívico-militar
de 1976), cuando se produjo otro espectacular atentado con explosivos en la
playa de estacionamiento del Edificio Libertador (sede del Ejército). En la
masacre murió Blas García resultando mutilados diecisiete militares y seis
civiles: Verbitsky fue acusado de protagonizar el atentado no por la “derecha
gorila” sino por sus propios camaradas Montoneros: Rodolfo Galimberti y Juan
Daniel Sverko confirmaron el papel de Verbitsky en careo judicial[1]. Luego,
Verbitsky se vio envuelto en el atentado homicida más sangriento de toda la
década del 70´( la voladura del comedor de la Policía Federal en julio del 76´
en el cual hubo 22 muertos y 60 mutilados)[2], crimen del cual fue exculpado en
el año 2007 pero no por inocente sino por prescripción: recordemos que para la
justicia kirchnerista los delitos cometidos por los asesinos que operaron bajo
las órdenes de Firmenich “prescriben”, máxime si dichos asesinatos son
“juzgados” por una Jueza tan solícita al poder de turno como María Servini de
Cubría[3], que fue precisamente quien benefició al personaje de marras con la
citada impunidad. Recibos de sueldo firmados por Horacio Verbitsky, cuando se
desempeñaba como colaborador del órgano de prensa oficial La Hipotenusa,
durante el gobierno del general Juan Carlos Onganía.
Pero
no cabe duda de que en los años 70’ el modo de manejarse de Verbitsky en el
aparato de espionaje de Montoneros fue sumamente hábil: de los 62 integrantes que
formaban parte de la estructura de inteligencia, el único que sugestivamente
jamás estuvo detenido ni desaparecido fue justamente él (los otros 61 cayeron
en desgracia): ¿habilidad para evadir “la represión” o connivencia con esta?.
Interesa la pregunta porque su jefe inmediato, el mencionado Rodolfo Walsh
habría sido “entregado” en 1977´ precisamente por Verbitsky, tesis que no sólo
sugirió Miguel Bonasso[4] (ex Jefe de prensa de Montoneros) sino que
desarrolló minuciosamente el periodista Carlos Manuel Acuña en su libro
dedicado a biografiar al malviviente en cuestión[5].
Y
habría sido en mérito por brindar tan eficiente prestación al gobierno del
Teniente General Jorge Rafael Videla, que el polifacético Verbistky consiguió
luego un empleo bien remunerado similar al que obtuvo durante los tiempos de
Onganía: intelectual orgánico al servicio de otro gobierno de facto, en este
caso escribiendo para la Fuerza Aerea del Proceso de Reorganización Nacional en
calidad de subalterno del Comodoro Juan José Guiraldes[6]. Documento del
Instituto Argentino de Historia Aeronaìutica Jorge Newbery, órgano dependiente
del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea, que confirma que Verbitsky pasó de
agente Montonero a cobrar mensualmente de los “genocidas”, a la sazón la cifra
de $700.000 entre octubre de 1978 y marzo de 1979.
Al
regresar la democracia en 1983 y tras tantas peripecias ecuménicas
(propagandista de Onganía, agente Montonero y escriba del Proceso de
Reorganización Nacional), Verbitsky se convirtió en un exitoso empresario
de los Derechos Humanos, presidiendo la conocida y acaudalada firma CELS
(Centro
de Estudios Legales y Sociales), entidad financiada no por los magros ahorros
de la militancia proletaria sino por los desembolsos de la Fundación Ford
(inseparablemente unida a la CIA según confesión de James Petras[7]), la ONU,
la Embajada de Holanda, la Unión Europea y un sinfín de entidades
representativas de la finanza trasnacional, las cuales le proveen regularmente
al amanuense “marxista” un dolarizado sponsoreo según consta en la página
oficial del mismísimo CELS[8], fortuna a la que cabe sumar toda la subvensión
estatal que el kirchnerismo le dispensó durante más de diez años al diario
“Página 12” (dónde Verbistky funge de plumífero estrella), publicación fundada
en los años 80´ con dinero manchado con sangre: el asesino y líder del ERP
(Ejército Revolucionario del Pueblo) Enrique Gorriarán Merlo fue por entonces
el principal mecenas del bullanguero pasquín psicobolche según confesión de
Jorge Lanata, fundador de la publicación[9].¿A qué viene tamaña semblanza
dedicada a un facineroso de este calibre?. Ocurre que no deja de llamarnos la
atención que un personaje con tan sanguinario pasado e indecoroso presente, sea
hoy quien desde “Página 12” siga pontificando e indagando sobre “el pasado de
las personas”, pero no por lo mucho que estas pudieron haber delinquido (tal su
caso) sino por lo que estas simplemente pudieron haber pensado o escrito, y
esto fue lo que sucedió por milésima vez la semana pasada, siendo en esta
ocasión el ensañamiento fue para con el jurista Carlos Manfroni.
Luego,
este último se vio obligado a renunciar a un cargo que le fuera ofrecido en el
Ministerio de Seguridad, sólo y tan sólo porque hace 40 años escribió una serie
de reflexiones en la revista Cabildo con las que Verbitsky se manifestó en
desacuerdo[10] y entonces, sólo bastó que el agente multilateral le baje
el pulgar a alguien para que ese alguien deba ser neutralizado.
O
sea, Verbitsky con sus operaciones de prensa termina decidiendo quién se
encuentra habilitado y quien no para ejercer como funcionario público. A todo
esto nos preguntamos, ¿qué cosas opinaba Verbitsky hace 40´ años?. Lo
preocupante no es lo que opinaba sino lo que hacía: se dedicaba al crimen
organizado. En suma, esta y no otra es la trayectoria y moral de quien hoy obra
de censor ideológico y fiscal mediático, y con total ligereza decreta quien es
el bueno, quien es el malo, quien merece un cargo, quien merece el ostracismo y
hasta es el propio Verbitsky el venerado corregidor que se toma la potestad de
decidir a quien acusar de pedófilo: tal como lo hizo con el actual Presidente
Mauricio Macri apenas seis meses atrás en surrealista nota
suya[11]. Verbitsky en la televisión, antes de mandar a borrar sus difamaciones
contra el todavía Cardenal Bergoglio.¿Por qué concederle a semejante rufián
tamaño lugar en el estrado de la ética?. ¿Con qué pergaminos se le otorga a un
mercenario polifuncional tamaña autoridad rectora para catequizar en la
desdichada República Argentina?.Lo más insólito de todo lo aquí expuesto, es
que el de sinfín felonías que Verbitsky difunde dominicalmente son tomadas por
serias no ya por un sector de la progresía vernácula (que siempre lo tuvo en el
pedestal del humanismo filantrópico) sino del centrismo bienpensante, aquel que
“no necesariamente comparte las ideas de Verbitsky pero lo respeta como
prestigioso periodista”. Pues
no
permitamos que este villano prosiga gozando de esta inmerecida cuota de crédito
social, dado que a pesar de haber vivido como vivió, hoy Verbitsky tiene la
suerte de no estar ni muerto ni preso y lo menos que puede hacérsele al
susodicho (cuanto más no sea como simbólico acto de justicia) es ignorarlo,
haciendo caso a omiso de sus habituales vómitos escriturales en los que ni él
mismo cree, tanto es así que ni osa mantener ni sostener las mentiras que
anota: el propio autor fue quien ordenó borrar recientemente del archivo online
de “Página 12” sus propias columnas en las que difamaba con especial inquina contra
el Papa Francisco[12], injurias que hoy mandó esconder de la web procurando así
evitar quedar tan groseramente malparado.Notas:[1] Ver Acuña: Verbitsky de
la Habana a la fundacion Ford. Ed. del Pórtico, pág 165.[2] Así lo
confirmó el propio Miguel Angel Toma en reportaje publicado por la revista
Revista Noticias, ejemplar 15 de diciembre de 1991, página 59.[3] Delitos
de terroristas ex Montoneros no son de lesa humanidad. La Cámara Federal
porteña ratificó el sobreseimiento, por prescripción del delito,
de Firmenich, Verbitsky, Sofovich y otros cuatro imputados. Los
acusan de atacar con explosivos la superintendencia de la Policía en 1976.
Ver
La
hija de Rodolfo Walsh defendió a Bonasso y apuntó contra Verbitsky (27/09/15).
La
tesis de la traición a Walsh puede leerse por ejemplo en Carlos Manuel Acuña.
“Verbitsky, de la Habana a la Fundación Ford”, Ed. del Pórtico,
2003.[6] Acusan a Horacio Verbitsky de haber trabajado para la dictadura.
Documentos recientes confirmanque el columnista estrella del diario Página 12 escribió
discursos para uno de los máximos responsables de la
represión
durante el último golpe militar. Infobae. 18/05/2015. Ver nota completa en el
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