EL ERP ENTRA EN ESCENA
1970
finalizó con la jura de tres nuevos secretarios de Estado, el ingeniero Evar A.
Pérez Leirós en Obras Públicas y Transporte, el Dr. Juan José Etala en
Seguridad Social y el capitán de navío (RE) Carlos Alberto Ibarra, a cargo de la Marina Mercante.
La
ceremonia tuvo lugar el 30 de diciembre al mediodía, en el Salón Blanco de la Casa Rosada y contó
con la asistencia de ministros, funcionarios, dirigentes y comandantes de las
tres armas, quienes escucharon los nombramientos de boca del escribano general
de Gobierno, Dr. Jorge Ernesto Garrido, encargado de dar lectura a las
designaciones.
Por la
misma época, se anunciaba un llamativo cambio de estructura en la Policía Federal y
finalizaba el curso para oficiales de la policía bonaerense, destinado a
contrarrestar el accionar de la subversión. En la ceremonia de cierre, que se
llevó a cabo en la Academia Superior,
el jefe de la repartición, coronel Pedro Osvaldo Quiroga, manifestó:
Nuestro país, tierra
tradicionalmente de paz, de trabajo, del
derecho, vive agredido hoy por las acciones de la guerra revolucionaria,
todavía ante un gran sector de la sociedad, absorto, inerme, que no atina
siquiera a la defensa vigorosa de los principios que sustentan su estilo de
vida. Por la vía del asesinato, el secuestro, robo, saqueo y destrucción
organizada, se pretende generalizar la violencia para imponernos estructuras
comunistas caducas, perimidas, basadas en el yugo de millones de hombres que
gimen su dolor sin esperanzas, que viven del ultraje a su espíritu y a su condición
humana1.
Los
primeros seis meses del año fueron testigos de gran número de atentados y
encontraron a la policía intentando esclarecer un extraño suceso acaecido en
Córdoba, para tratar de determinar si se debía al accionar de la subversión o a
un hecho de delincuencia común.
El 1 de
enero de 1971, un hombre y una mujer se hicieron presentes en las oficinas de
la casa mortuoria San Cayetano, ubicada en la calle San Jerónimo 382 de la
ciudad de Córdoba, interesados en contratar un servicio. El hombre, que
manifestó ser abogado, dijo que se encontraba allí en representación de un
amigo, cuyo padre acababa de fallecer en Villa María y pidió información en
cuanto a precios, horarios y modalidades de pago. Tras una rápida evaluación de
los costos, procedió a pagar, indicando que la ambulancia funeraria debía
presentarse en Mariano Moreno 1052, en el lapso de una hora y media.
Finalizados
los trámites, la pareja se retiró y los empleados comenzaron los
preparativos, para tener todo listo a la hora convenida.
Cerca
de las 3:30 p.m., la ambulancia se hizo presente en el domicilio indicado,
constatando la presencia de dos jóvenes en motocicleta, quienes les indicaron
que los siguiesen.
Los
empleados de la funeraria fueron conducidos hasta una obra en construcción,
ubicada en Paraguay 1081, donde a punta de pistola, fueron obligados a
descender e ingresar en el edificio, para ser maniatados y amenazados. Antes de
partir, sus captores les aclararon que si no querían sufrir consecuencias, debían
esperar allí dos horas y luego buscar ayuda.
Cuando
los asaltantes abandonaban el edificio, el conductor de la ambulancia les dijo
que la misma presentaba desperfectos mecánicos pero éstos no le creyeron y se
retiraron, llevándose el vehículo con el féretro en su interior. Sin embargo, a
las pocas cuadras, el vehículo presentó fallas y eso los obligó a abandonarlo,
con una de las ruedas traseras en llanta.
Investigaciones
llevadas a cabo con posterioridad, permitieron a la policía, establecer que se
trataba de una célula de sediciosos que intentaba dar sepultura clandestina a
uno de los suyos, de ahí las medidas que se extremaron para dar con su paradero
y proceder a su detención.
El 29
de julio de 1970, tuvo lugar en una isla del Delta del Paraná, el V Congreso
del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), al que asistieron los
máximos dirigentes de la izquierda trotskista nacional. En la oportunidad,
Mario Roberto Santucho, uno de sus fundadores, presentó un programa, elaborado
junto al ex Tacuara José Joe Baxter, en el que, lisa y llanamente, proponía la
lucha armada para alcanzar el poder.
Entre
los presentes se encontraban Enrique Gorriarán Merlo, Luis Enrique Pujals,
Benito Jorge Urteaga, Domingo Menna, Jorge Carlos Molina, Miguel Ángel Polti,
la esposa de Santucho, Ana María Villarreal y posiblemente Haroldo Conti y
Eduardo Raúl Merbilháa.
Se
trataba de gente capacitada, que provenía diferentes extracciones sociales, aunque no
demasiado elevadas. Sólo Santucho pertenecía a una familia de la alta burguesía
santiagueña. Su padre, era procurador y titular de un estudio jurídico contable
y su madre una ex docente, hija del hombre fuerte de Gramilla, localidad
ubicada al oeste de la capital provincial2. Gorriarán Merlo y
Urteaga eran hijos de comerciante de clase media, nacidos ambos en San Nicolás
de los Arroyos, Domingo Menna provenía de un hogar de inmigrantes3 y
Ana María Villarreal era una estudiante de Bellas Artes, cuyo padre se dedicaba
a la restauración de cuadros.
Mario Roberto Santucho |
Ese
día, los asistentes escucharon a Baxter proponer la incorporación del PRT a la IV Internacional
Trotskista y al siguiente, tomaron parte en los intensos debates que arrojaron
como resultado la formación de un ejército revolucionario con el objeto de
iniciar la guerra civil, para desalojar al gobierno e instaurar un régimen de
extracción popular.
Acordada
la formación de una fuerza militar, los concurrentes pusieron manos a la obra,
decididos a iniciar acciones a la mayor brevedad posible pues ya había otras
organizaciones empeñadas en la guerra popular y estaban ansiosos por
incorporarse a ella.
La
organización dedicó el último semestre a afianzar su estructura y establecer un
plan de lucha, destinado a captar fondos y conseguir armas.
Las
operaciones se iniciaron en el mes de enero del año siguiente, con el ataque a la Comisaría 24ª de Rosario
y el asalto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Metán, provincia
de Salta, donde se apropiaron de una máquina de escribir y un mimeógrafo; en
Rosario asaltaron el local de reparaciones Telcom, haciéndose de equipos de
comunicaciones y en los días siguientes, redujeron a varios agentes del orden
para arrebatarles sus armas, pero a los pocos días, la policía detuvo a varios
de sus integrantes, entre ellos Domingo Menna, Alicia Quinteros, Hugo Alberto
Sosa y Eduardo Potti, éste último herido al ser allanada la vivienda donde
dormía.
Pese a
que se trató de un golpe duro, la naciente fuerza tuvo bríos suficientes como
para seguir adelante y sin amilanarse, continuó golpeando, primero, al copar las
instalaciones de la constructora Argentina Vosin S.A., sobre la Ruta 36, en la provincia de
Córdoba, apoderándose de cuatro uniformes, cinco revólveres y transistores
portátiles; reduciendo agentes de policía en la vía pública para despojarlos de
su armamento, repartiendo alimentos en barrios carenciados de Rosario y robando
equipos de transmisión, indumentaria y dinero, una constante entre enero y
abril.
Durante
una salto a un ómnibus, en el sector serrano de Córdoba, se produjo un tiroteo
con agentes del orden que se encontraban a bordo, de resultas del cual, una
pasajera fue herida levemente y un policía muerto de cuatro balazos.
En
febrero los insurgentes tomaron por asalto la casa de Alberto Martins, en
Rosario y además de robarle sus armas, le sustrajeron $180.000 Ley 18.188. Días
después, izaron una bandera de la agrupación (mitad blanca, mitad celeste, con
una estrella roja en el centro), en la plazoleta del Barrio Primera Junta de la Capital Federal,
pegaron carteles y distribuyeron volantes.
Los
asaltos a unidades policiales con la finalidad de acopiar armamento continuaron
con alarmante frecuencia, al tiempo que se reportaban robos de caudales a
entidades bancarias, financieras y firmas particulares e incluso acciones más
violentas como la quema de un patrullero en Córdoba, por el Comando Che
Guevara.
El
hecho más resonante tuvo lugar el 6 de febrero de 1971, con el copamiento del
Sanatorio San Lucas, en el corazón de San Isidro. En la oportunidad, los
insurgentes se apoderaron de medicamentos, analgésicos, anestésicos,
alcaloides, suero, jeringas, agujas hipodérmicas, instrumental quirúrgico,
vendajes, apósitos, un equipo de electrocoagulación, un cardioscopio, aparatos
ortopédicos y una máquina de escribir. Antes de retirarse, pintaron consignas
del ERP y dieron a conocer las causas de su lucha en defensa del pueblo.
Demostrando gran entereza, una enfermera, reducida junto al resto del personal,
espetó a la combatiente que tenía a su lado, diciéndole que en lugar de hacerse
la guerrillera, se dedicase a formar una familia y criar hijos.
En el
ataque al destacamento policial del Balneario “La Florida”, fue abatido un
suboficial que se resistió y en el enfrentamiento acaecido el 11 de marzo, en
el Barrio M. Fragueiro de la ciudad de Córdoba, fueron detenidos Pablo Llorens
y Ana María Villarreal de Santucho cuando trataban de repartir carne de un
camión secuestrado.
El ERP respondió tratando de volar los carros de asalto del Batallón de
Infantería de la policía provincial y cuando las fuerzas el orden allanaron una
imprenta clandestina en Alto Alberdi, sus ocupantes se dieron a la fuga,
abatiendo por error a un médico que pasaba junto a su esposa e
hiriendo a uno de los policías.
Otra acción de destacar fue el copamiento de la emisora Canal 10 de Córdoba, ocurrido el 28 de marzo, oportunidad en la que los subversivos pasaron una proclama revolucionaria y emitieron la imagen del Che Guevara junto al lema “A vencer o morir por la Argentina - ERP”
Reunión plenaria del ERP |
Otra acción de destacar fue el copamiento de la emisora Canal 10 de Córdoba, ocurrido el 28 de marzo, oportunidad en la que los subversivos pasaron una proclama revolucionaria y emitieron la imagen del Che Guevara junto al lema “A vencer o morir por la Argentina - ERP”
Acciones
en Santa Fe, Tucumán y Rosario nos muestran a la organización extendiendo su
radio de acción, paso previo a operaciones de envergadura, que sus oponentes ni
siquiera imaginaban.
En el
mes de abril, el ERP lanzó a la calle el primer número de “Estrella Roja”, su
órgano oficial, una publicación clandestina, impresa en mimeógrafos robados, a
través de la cual, dio a conocer su programa de acción, su intención de formar
comandos de apoyo y sus acciones militares.
El Ejército Revolucionario del Pueblo
está combatiendo en forma organizada, uniendo su actividad a la de otras
organizaciones hermanas, asumiendo junto a ellas la responsabilidad militar en
el proceso de guerra revolucionaria que ha comenzado a vivir nuestro pueblo en
su lucha contra la opresión económica, política, cultural y militar que la dictadura ejerce en representación del
imperialismo yanqui y del capitalismo argentino.
Es nuestra participación combatiente
en la guerra de la
Segunda Independencia, continuación de la que los fundadores
de nuestra nacionalidad, el pueblo y los héroes San Martín, Güemes, Belgrano,
etc., sus soldados y guerrilleros, los anónimos hombres y mujeres que se
sacrificaron junto a ellos, libraron de 1810 a 1824 contra la dominación española.
Hoy como entonces la lucha será larga.
Hoy como entonces debemos enfrentar a un enemigo superior. Hoy como entonces la
guerra revolucionaria argentina y latinoamericana se desarrollará en un proceso
prolongado y comenzando por puñados de revolucionarios irá encontrando apoyo
popular, irá ganando los corazones y las mentes de las masas, hasta el momento
del triunfo final, sólo posible con el concurso y la participación más plena y
activa de la clase obrera, el estudiantado y todo el pueblo patriota,
antidictatorial y antiimperialista.
Porque ésta es una guerra del pueblo,
nuestras operaciones tienen un objetivo principal: despertar la conciencia
popular, mostrar a todos los patriotas, el camino revolucionario4.
Así se
presentaba la dirigencia del Ejército Revolucionario del Pueblo, para detallar,
más adelante, su plan de acción.
Nuestro Programa de lucha es claro.
Queremos la liberación nacional y social de nuestra Patria. Queremos:
1º. - En lo político:
a) Ruptura de los pactos que nos
comprometen con EEUU y otros países extranjeros. Su publicación y denuncia.
b) Establecimiento de un sistema de
gobierno de Democracia Social, Gobierno Revolucionario del Pueblo, dirigido por
la clase obrera.
c) Juzgamiento de los delincuentes
políticos, usurpadores del poder, etc.
d) Plena participación en el poder de
todo el pueblo, a través, de sus organismos de masas.
2º. - En lo económico:
a) Ruptura de los acuerdos con el
Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo y todo otro
organismo de penetración y control imperialista.
b) Expropiación sin pago y
nacionalización de todas las empresas de capital imperialista y de capitalistas
nacionales que los apoyen.
c) Nacionalización de la Banca y el Crédito.
d) Nacionalización del Comercio
Exterior.
e) Reforma Agraria.
f) Administración obrero-estatal de
todas las viviendas alquiladas propiedad de grandes capitalistas y entrega en
propiedad a sus inquilino.
b) Alfabetización de todo el pueblo,
establecimiento posterior de la enseñanza secundaria obligatoria y apertura de
las Universidades al Pueblo, mediante programas masivos de becas.
c) Eliminación de la desocupación y
reapertura de las fábricas cerradas en la última década por el interés de las
grandes empresas, en perjuicio de obreros y poblaciones.
d) Jornales pensiones y jubilaciones
dignos, que eliminen la miseria popular.
e) Absoluta libertad de cultos
religiosos
4º. - En lo militar:
a) Supresión del ejército burgués, la
policía y todo otro organismo represivo y su reemplazo por el Ejercito
Revolucionario del Pueblo y las milicias Armadas Populares, es decir por el pueblo
en armas.
b) Todo militar o funcionario patriota
que abandone los órganos represivos tiene su puesto de lucha en la fuerza
militar popular.
ARGENTINOS: El Ejército Revolucionario del
Pueblo convoca a todos los patriotas a asumir sus responsabilidades, a ocupar
su puesto de lucha en nuestra Guerra Revolucionaria del Pueblo, en esta guerra
de la Segunda
Independencia. El General San Martín y al Comandante Guevara
son nuestros máximos ejemplos: seguir e imitar su pensamiento y acción, y el de
nuestros héroes y mártires del pasado y el presente, es la tarea de la hora5.
Las
acciones del mes de mayo fueron en el mismo tenor: ataques a agentes del orden,
asaltos a camiones de mercadería, reparto de su contenido en barrios
carenciados, izamiento de banderas con la imagen del Che Guevara, distribución
de volantes, copamiento de comisarías y la colocación de bombas en diversos
sitios, tres de ellas en los frentes de las comisarías 10ª, 7ª y 14ª de
Rosario, otras diez en diferentes compañías de origen norteamericano, siempre
en la misma ciudad y una en el automóvil particular del titular de la seccional
13ª de Santa Fe, después de ametrallar el frente de la 10ª.
Bandera del ERP |
El alto
oficial logró desactivar el explosivo antes de que el mismo estallara e
inmediatamente informó del hecho al cuartel central provincial a efectos de
adoptar las medidas del caso.
El 22
de abril, el denominado Comando “Ángel Bengochea” del ERP tomó por asalto los
Laboratorios Parke-Davis de la ciudad de La Plata y se llevó una importante cantidad de
medicamentos, en especial anestésicos y antibióticos; cinco días después, otro
pelotón se apoderó del Frigorífico Nelson, de la ciudad de Santa Fe, para
sustraer carne y repartirla en las barriadas humildes.
Advertidas
las autoridades, se apersonaron en el lugar varios patrulleros, entablándose un
violento tiroteo durante el cual, fue herido un sargento de policía en tanto
los insurgentes lograron evadirse sin sufrir bajas.
En una
de aquellas acciones, acaecida en Córdoba la mañana del 17 de abril (10:30 a.m.),
la policía abatió a tres militantes del ERP, propinándole a la estructura de la
todavía endeble organización, un inesperado golpe.
Se
trataba de Marcelo Lezcano (nombre de guerra “Pelado”), oriundo de Yerba Buena,
provincias de Tucumán; José Alberto Polti, hermano de Miguel Ángel, natural de
Morteros (Córdoba) y Juan del Valle Taborda, de Oncativo, quienes al momento de
ser interceptados, circulaban a bordo de una Pick-Up Ford F-100, recientemente
robada.
Los
subversivos circulaban por Jerónimo Luis de Cabrera y Fragueiro cuando desde un
patrullero, les dieron la orden de alto. Lejos de acatarla, aceleraron por la
primera y al llegar a Lavalleja, doblaron hacia el Barrio San Martín, perseguidos
por otros móviles que habían acudido al llamado.
El
relato de “Estrella Roja” habla de una diferencia numérica de diez a uno a
favor de sus perseguidores y pone hincapié en el hecho de que una vez agotadas
las municiones, los combatientes, indefensos, fueron acribillados a mansalva.
Era el
tono con el que se solían referir los hechos, victimizando a los suyos, siempre
en heroica desventaja y mostrando a quienes tenían enfrente como asesinos
despiadados.
Lo
cierto es que al verse cercados, los subversivos intentaron abrirse paso a
tiros y terminaron abatidos.
El
23 de mayo, la organización secuestró a
Stanley Ferrer Sylvester, gerente del frigorífico Swift de Rosario y cónsul
honorario británico en esa ciudad.
En su
Comunicado Nº 5, dio cuenta de la detención e hizo pública su intención de someter
a las empresas imperialistas a la justicia popular, exigiendo como rescate, el
reparto de alimentos en villas de emergencia del Gran Rosario, por un valor de
$25.000.000 Ley 18.138.
Cumplida
la demanda, el cónsul fue liberado.
El 28
de mayo el Congreso sancionó la Ley 19.053 que creaba la Cámara Federal en lo Penal,
destinada a combatir a la guerrilla. En respuesta, las bandas subversivas
redoblaron su accionar, demostrando mayor violencia y determinación.
El 1 de
junio estalló una bomba en el puente que une las localidades de Santo Tomé con La Redonda, provincia de
Santa Fe, atentado que se adjudicó una nueva agrupación autodenominada Ejército
de Liberación Nacional. Al día siguiente, el ERP efectuó varios ataques explosivos,
volando una caseta de la empresa de energía Segba, en pleno centro de Buenos
Aires, haciendo detonar un artefacto en el cine “Metro”, sobre la calle
Cerrito, otro en una cabina telefónica ubicada en Av. Corrientes y Esmeralda6
y tres más en diferentes puntos del país, a saberse, el domicilio del coronel
(RE) Mario Eliseo Cabanillas, en los Laboratorios Roux Ocefa, ambos en la
ciudad de Salta y los depósitos de Masalin & Celasco, en Rosario.
La
escalada fue “in crescendo” y sacudió con violencia durante todo el mes, alternada
con asaltos a agentes del orden, siempre para hacerse de pertrechos;
distribución de alimentos y útiles escolares en barrios humildes; reparto de
volantes en la vía pública; izado de la banderas en establecimientos de enseñanza
y entidades deportivas, asaltos a comisarías y atentados contra domicilios
particulares.
Una de
las acciones más resonantes tuvo lugar el 10 de junio, cuando un destacamento
del ERP emboscó en Córdoba al jeep del Ejército patente Nº 11856.Tras tirotear al
vehículo desde diferentes ángulos, los guerrilleros redujeron al personal que
viajaba a bordo (dos hombres) y se apoderaron de dos ametralladoras Pam con sus
respectivos cargadores, una bayoneta de FAL, noventa y seis proyectiles calibre
9 mm y un
casco. Inmediatamente después incendiaron el vehículo y se dieron a la fuga,
todo a la vista de los transeúntes que pasaban por el lugar.
Los ataques a camiones de alimentos fueron constantes |
El día
21, la agrupación tomó por asalto las oficinas de la empresa de transporte
“Ciudad de Córdoba”, sustrayendo una importante suma de dinero y quemando
documentación. Antes de retirarse, los insurgentes pintaron la estrella de
cinco puntas con la inscripción “ERP” en su centro y posteriormente emitieron
un comunicado, explicando que los motivos de la acción habían sido en apoyo a
los conductores, quienes en esos momentos se hallaban en conflicto con la
patronal. También se sucedieron varios ataques contra la empresa Fiat en
diferentes concesionarias de Buenos Aires y La Plata, cinco de ellos con
explosivos (29 de junio)7 y el asalto a las oficinas del abogado
Edmundo Piscitello, su representante legal, en Córdoba, donde también quemaron
documentación y parte de las instalaciones.
Pero el
ERP no actuó solo aquel agitado mes. Además de las incursiones de Montoneros y
las FAR, por esos días reaparecieron las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL),
las mismas que el 5 de abril de 1969 asaltaron el cuartel del Regimiento I
“Patricios” en Campo de Mayo, sustrayendo un centenar de fusiles FAL calibre
7,62, para iniciar acciones armadas.
El 9 de
junio, la agrupación, encabezada por Alejandro Rodolfo Baldú y Carlos Della
Nave8, hizo estallar una bomba en el domicilio particular del gerente
de la empresa de ómnibus Chevalier S.A.; el 12 asaltó las oficinas de la firma
Sommer S.A., llevándose una importante suma de dinero; cinco días después le arrebató
el arma y uniforme a un agente de policía (todas esas acciones tuvieron lugar
en Buenos Aires); el 19 acometió contra la vivienda del Sr. Paz Cestino,
director del Hospital “Melchor Romero” de La Plata, apropiándose de armas y dinero y el 22 se
apoderó de un camión con alimentos, que luego distribuyó en un barrio pobre de la Capital Federal.
En la
misma edición (Nº 3), “Estrella Roja” menciona el despojo a un agente de
policía en la localidad tucumana de Las Banderillas (27 de junio), hecho que se
adjudicaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y la acción llevada a
cabo por Montoneros el día anterior, en el domicilio del presidente de
Chrysler-Fevre Argentina S.A., Cornelio O. Oriantes, ubicado localidad de
Victoria, partido de San Fernando, donde lanzaron una bomba molotov, emitiendo
posteriormente el correspondiente comunicado, en apoyo de los obreros de la
firma, también en conflicto.
Notas
1 “La Nación”, Bs. As, domingo 3
de enero de 1971, p.10.
2 El abuelo materno de
Santucho había sido intendente municipal, juez de paz y jefe de policía de la
localidad.
3 Nació en
Casalanguida, localidad de los Abruzzos, en 1947.
4 “Estrella Roja”, Nº
1, abril de 1971, p. 1.
5 Ídem.
6 Se trataba en
realidad de cohetes lanza volantes.
7 En este caso
apoyando a los obreros en huelga.
8 “Estrella Roja” las
confunde con las Fuerzas Argentina de Liberación (antes Frente Argentino de
Liberación), que utilizó las mismas siglas, organización subversiva que tuvo su
génesis en el grupo insurgente fundado por Juan Carlos Cibelli, Jorge Pérez y
Jorge Boreán, que en 1962 llevó a cabo el ataque al Instituto Geográfico
Militar, en el barrio de Palermo y tuvo como asesor intelectual a Silvio
Frondizi, hermano del derrocado presidente.
Fuentes
-Daniel
de Santis, “Un Partido para combatir por el Socialismo”, Juventud Guevarista,
26 de febrero de 2016
(http://www.juventudguevarista.com.ar/un-partido-para-combatir-por-el-socialismo/).
-Revista
“Estrella Roja”, Nº 1 (abril 1971), 2 (mayo 1971) y 3 (junio 1971).
-Ramón
Genaro Diaz Bessone, Guerra revolucionaria en la Argentina (1959-1978),
Círculo Militar, Bs. As., 1988.
Publicado 27th June 2016 por Alberto N. Manfredi (h)