miércoles, 26 de junio de 2019

EL ERP ENTRA EN ESCENA



1970 finalizó con la jura de tres nuevos secretarios de Estado, el ingeniero Evar A. Pérez Leirós en Obras Públicas y Transporte, el Dr. Juan José Etala en Seguridad Social y el capitán de navío (RE) Carlos Alberto Ibarra, a cargo de la Marina Mercante.
La ceremonia tuvo lugar el 30 de diciembre al mediodía, en el Salón Blanco de la Casa Rosada y contó con la asistencia de ministros, funcionarios, dirigentes y comandantes de las tres armas, quienes escucharon los nombramientos de boca del escribano general de Gobierno, Dr. Jorge Ernesto Garrido, encargado de dar lectura a las designaciones.
Por la misma época, se anunciaba un llamativo cambio de estructura en la Policía Federal y finalizaba el curso para oficiales de la policía bonaerense, destinado a contrarrestar el accionar de la subversión. En la ceremonia de cierre, que se llevó a cabo en la Academia Superior, el jefe de la repartición, coronel Pedro Osvaldo Quiroga, manifestó:


Nuestro país, tierra tradicionalmente  de paz, de trabajo, del derecho, vive agredido hoy por las acciones de la guerra revolucionaria, todavía ante un gran sector de la sociedad, absorto, inerme, que no atina siquiera a la defensa vigorosa de los principios que sustentan su estilo de vida. Por la vía del asesinato, el secuestro, robo, saqueo y destrucción organizada, se pretende generalizar la violencia para imponernos estructuras comunistas caducas, perimidas, basadas en el yugo de millones de hombres que gimen su dolor sin esperanzas, que viven del ultraje a su espíritu y a su condición humana1.

Los primeros seis meses del año fueron testigos de gran número de atentados y encontraron a la policía intentando esclarecer un extraño suceso acaecido en Córdoba, para tratar de determinar si se debía al accionar de la subversión o a un hecho de delincuencia común.
El 1 de enero de 1971, un hombre y una mujer se hicieron presentes en las oficinas de la casa mortuoria San Cayetano, ubicada en la calle San Jerónimo 382 de la ciudad de Córdoba, interesados en contratar un servicio. El hombre, que manifestó ser abogado, dijo que se encontraba allí en representación de un amigo, cuyo padre acababa de fallecer en Villa María y pidió información en cuanto a precios, horarios y modalidades de pago. Tras una rápida evaluación de los costos, procedió a pagar, indicando que la ambulancia funeraria debía presentarse en Mariano Moreno 1052, en el lapso de una hora y media.
Finalizados los trámites, la pareja se retiró y los empleados comenzaron los preparativos, para tener todo listo a la hora convenida.
Cerca de las 3:30 p.m., la ambulancia se hizo presente en el domicilio indicado, constatando la presencia de dos jóvenes en motocicleta, quienes les indicaron que los siguiesen.
Los empleados de la funeraria fueron conducidos hasta una obra en construcción, ubicada en Paraguay 1081, donde a punta de pistola, fueron obligados a descender e ingresar en el edificio, para ser maniatados y amenazados. Antes de partir, sus captores les aclararon que si no querían sufrir consecuencias, debían esperar allí dos horas y luego buscar ayuda.
Cuando los asaltantes abandonaban el edificio, el conductor de la ambulancia les dijo que la misma presentaba desperfectos mecánicos pero éstos no le creyeron y se retiraron, llevándose el vehículo con el féretro en su interior. Sin embargo, a las pocas cuadras, el vehículo presentó fallas y eso los obligó a abandonarlo, con una de las ruedas traseras en llanta.
Investigaciones llevadas a cabo con posterioridad, permitieron a la policía, establecer que se trataba de una célula de sediciosos que intentaba dar sepultura clandestina a uno de los suyos, de ahí las medidas que se extremaron para dar con su paradero y proceder a su detención.


El 29 de julio de 1970, tuvo lugar en una isla del Delta del Paraná, el V Congreso del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), al que asistieron los máximos dirigentes de la izquierda trotskista nacional. En la oportunidad, Mario Roberto Santucho, uno de sus fundadores, presentó un programa, elaborado junto al ex Tacuara José Joe Baxter, en el que, lisa y llanamente, proponía la lucha armada para alcanzar el poder.
Entre los presentes se encontraban Enrique Gorriarán Merlo, Luis Enrique Pujals, Benito Jorge Urteaga, Domingo Menna, Jorge Carlos Molina, Miguel Ángel Polti, la esposa de Santucho, Ana María Villarreal y posiblemente Haroldo Conti y Eduardo Raúl Merbilháa.
Mario Roberto
Santucho
Se trataba de gente capacitada, que provenía diferentes extracciones sociales, aunque no demasiado elevadas. Sólo Santucho pertenecía a una familia de la alta burguesía santiagueña. Su padre, era procurador y titular de un estudio jurídico contable y su madre una ex docente, hija del hombre fuerte de Gramilla, localidad ubicada al oeste de la capital provincial2. Gorriarán Merlo y Urteaga eran hijos de comerciante de clase media, nacidos ambos en San Nicolás de los Arroyos, Domingo Menna provenía de un hogar de inmigrantes3 y Ana María Villarreal era una estudiante de Bellas Artes, cuyo padre se dedicaba a la restauración de cuadros.
Ese día, los asistentes escucharon a Baxter proponer la incorporación del PRT a la IV Internacional Trotskista y al siguiente, tomaron parte en los intensos debates que arrojaron como resultado la formación de un ejército revolucionario con el objeto de iniciar la guerra civil, para desalojar al gobierno e instaurar un régimen de extracción popular.
Acordada la formación de una fuerza militar, los concurrentes pusieron manos a la obra, decididos a iniciar acciones a la mayor brevedad posible pues ya había otras organizaciones empeñadas en la guerra popular y estaban ansiosos por incorporarse a ella.
La organización dedicó el último semestre a afianzar su estructura y establecer un plan de lucha, destinado a captar fondos y conseguir armas.
Las operaciones se iniciaron en el mes de enero del año siguiente, con el ataque a la Comisaría 24ª de Rosario y el asalto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Metán, provincia de Salta, donde se apropiaron de una máquina de escribir y un mimeógrafo; en Rosario asaltaron el local de reparaciones Telcom, haciéndose de equipos de comunicaciones y en los días siguientes, redujeron a varios agentes del orden para arrebatarles sus armas, pero a los pocos días, la policía detuvo a varios de sus integrantes, entre ellos Domingo Menna, Alicia Quinteros, Hugo Alberto Sosa y Eduardo Potti, éste último herido al ser allanada la vivienda donde dormía. Pese a que se trató de un golpe duro, la naciente fuerza tuvo bríos suficientes como para seguir adelante y sin amilanarse, continuó golpeando, primero, al copar las instalaciones de la constructora Argentina Vosin S.A., sobre la Ruta 36, en la provincia de Córdoba, apoderándose de cuatro uniformes, cinco revólveres y transistores portátiles; reduciendo agentes de policía en la vía pública para despojarlos de su armamento, repartiendo alimentos en barrios carenciados de Rosario y robando equipos de transmisión, indumentaria y dinero, una constante entre enero y abril.
Durante una salto a un ómnibus, en el sector serrano de Córdoba, se produjo un tiroteo con agentes del orden que se encontraban a bordo, de resultas del cual, una pasajera fue herida levemente y un policía muerto de cuatro balazos.
En febrero los insurgentes tomaron por asalto la casa de Alberto Martins, en Rosario y además de robarle sus armas, le sustrajeron $180.000 Ley 18.188. Días después, izaron una bandera de la agrupación (mitad blanca, mitad celeste, con una estrella roja en el centro), en la plazoleta del Barrio Primera Junta de la Capital Federal, pegaron carteles y distribuyeron volantes.
Los asaltos a unidades policiales con la finalidad de acopiar armamento continuaron con alarmante frecuencia, al tiempo que se reportaban robos de caudales a entidades bancarias, financieras y firmas particulares e incluso acciones más violentas como la quema de un patrullero en Córdoba, por el Comando Che Guevara.
El hecho más resonante tuvo lugar el 6 de febrero de 1971, con el copamiento del Sanatorio San Lucas, en el corazón de San Isidro. En la oportunidad, los insurgentes se apoderaron de medicamentos, analgésicos, anestésicos, alcaloides, suero, jeringas, agujas hipodérmicas, instrumental quirúrgico, vendajes, apósitos, un equipo de electrocoagulación, un cardioscopio, aparatos ortopédicos y una máquina de escribir. Antes de retirarse, pintaron consignas del ERP y dieron a conocer las causas de su lucha en defensa del pueblo. Demostrando gran entereza, una enfermera, reducida junto al resto del personal, espetó a la combatiente que tenía a su lado, diciéndole que en lugar de hacerse la guerrillera, se dedicase a formar una familia y criar hijos.
En el ataque al destacamento policial del Balneario “La Florida”, fue abatido un suboficial que se resistió y en el enfrentamiento acaecido el 11 de marzo, en el Barrio M. Fragueiro de la ciudad de Córdoba, fueron detenidos Pablo Llorens y Ana María Villarreal de Santucho cuando trataban de repartir carne de un camión secuestrado.
El ERP respondió tratando de volar los carros de asalto del Batallón de Infantería de la policía provincial y cuando las fuerzas el orden allanaron una imprenta clandestina en Alto Alberdi, sus ocupantes se dieron a la fuga, abatiendo por error a un médico que pasaba junto a su esposa e hiriendo a uno de los policías.
Reunión plenaria del ERP

Otra acción de destacar fue el copamiento de la emisora Canal 10 de Córdoba, ocurrido el 28 de marzo, oportunidad en la que los subversivos pasaron una proclama revolucionaria y emitieron la imagen del Che Guevara junto al lema “A vencer o morir por la Argentina - ERP”
Acciones en Santa Fe, Tucumán y Rosario nos muestran a la organización extendiendo su radio de acción, paso previo a operaciones de envergadura, que sus oponentes ni siquiera imaginaban.
En el mes de abril, el ERP lanzó a la calle el primer número de “Estrella Roja”, su órgano oficial, una publicación clandestina, impresa en mimeógrafos robados, a través de la cual, dio a conocer su programa de acción, su intención de formar comandos de apoyo y sus acciones militares.

El Ejército Revolucionario del Pueblo está combatiendo en forma organizada, uniendo su actividad a la de otras organizaciones hermanas, asumiendo junto a ellas la responsabilidad militar en el proceso de guerra revolucionaria que ha comenzado a vivir nuestro pueblo en su lucha contra la opresión económica, política, cultural y militar que la  dictadura ejerce en representación del imperialismo yanqui y del capitalismo argentino.
Es nuestra participación combatiente en la guerra de la Segunda Independencia, continuación de la que los fundadores de nuestra nacionalidad, el pueblo y los héroes San Martín, Güemes, Belgrano, etc., sus soldados y guerrilleros, los anónimos hombres y mujeres que se sacrificaron junto a ellos, libraron de 1810 a 1824 contra la dominación española.
Hoy como entonces la lucha será larga. Hoy como entonces debemos enfrentar a un enemigo superior. Hoy como entonces la guerra revolucionaria argentina y latinoamericana se desarrollará en un proceso prolongado y comenzando por puñados de revolucionarios irá encontrando apoyo popular, irá ganando los corazones y las mentes de las masas, hasta el momento del triunfo final, sólo posible con el concurso y la participación más plena y activa de la clase obrera, el estudiantado y todo el pueblo patriota, antidictatorial y antiimperialista.
Porque ésta es una guerra del pueblo, nuestras operaciones tienen un objetivo principal: despertar la conciencia popular, mostrar a todos los patriotas, el camino revolucionario4.

Así se presentaba la dirigencia del Ejército Revolucionario del Pueblo, para detallar, más adelante, su plan de acción.

Nuestro Programa de lucha es claro. Queremos la liberación nacional y social de nuestra Patria. Queremos:
1º. - En lo político:
a) Ruptura de los pactos que nos comprometen con EEUU y otros países extranjeros. Su publicación y denuncia.
b) Establecimiento de un sistema de gobierno de Democracia Social, Gobierno Revolucionario del Pueblo, dirigido por la clase obrera.
c) Juzgamiento de los delincuentes políticos, usurpadores del poder, etc.
d) Plena participación en el poder de todo el pueblo, a través, de sus organismos de masas.
2º. - En lo económico:
a) Ruptura de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo y todo otro organismo de penetración y control imperialista.
b) Expropiación sin pago y nacionalización de todas las empresas de capital imperialista y de capitalistas nacionales que los apoyen.
c) Nacionalización de la Banca y el Crédito.
d) Nacionalización del Comercio Exterior.
e) Reforma Agraria.
f) Administración obrero-estatal de todas las viviendas alquiladas propiedad de grandes capitalistas y entrega en propiedad a sus inquilino.
b) Alfabetización de todo el pueblo, establecimiento posterior de la enseñanza secundaria obligatoria y apertura de las Universidades al Pueblo, mediante programas masivos de becas.
c) Eliminación de la desocupación y reapertura de las fábricas cerradas en la última década por el interés de las grandes empresas, en perjuicio de obreros y poblaciones.
d) Jornales pensiones y jubilaciones dignos, que eliminen la miseria popular.
e) Absoluta libertad de cultos religiosos
4º. - En lo militar:
a) Supresión del ejército burgués, la policía y todo otro organismo represivo y su reemplazo por el Ejercito Revolucionario del Pueblo y las milicias Armadas Populares, es decir por el pueblo en armas.
b) Todo militar o funcionario patriota que abandone los órganos represivos tiene su puesto de lucha en la fuerza militar popular.

ARGENTINOS: El Ejército Revolucionario del Pueblo convoca a todos los patriotas a asumir sus responsabilidades, a ocupar su puesto de lucha en nuestra Guerra Revolucionaria del Pueblo, en esta guerra de la Segunda Independencia. El General San Martín y al Comandante Guevara son nuestros máximos ejemplos: seguir e imitar su pensamiento y acción, y el de nuestros héroes y mártires del pasado y el presente, es la tarea de la hora5.

Las acciones del mes de mayo fueron en el mismo tenor: ataques a agentes del orden, asaltos a camiones de mercadería, reparto de su contenido en barrios carenciados, izamiento de banderas con la imagen del Che Guevara, distribución de volantes, copamiento de comisarías y la colocación de bombas en diversos sitios, tres de ellas en los frentes de las comisarías 10ª, 7ª y 14ª de Rosario, otras diez en diferentes compañías de origen norteamericano, siempre en la misma ciudad y una en el automóvil particular del titular de la seccional 13ª de Santa Fe, después de ametrallar el frente de la 10ª.
Bandera del ERP

El alto oficial logró desactivar el explosivo antes de que el mismo estallara e inmediatamente informó del hecho al cuartel central provincial a efectos de adoptar las medidas del caso.
El 22 de abril, el denominado Comando “Ángel Bengochea” del ERP tomó por asalto los Laboratorios Parke-Davis de la ciudad de La Plata y se llevó una importante cantidad de medicamentos, en especial anestésicos y antibióticos; cinco días después, otro pelotón se apoderó del Frigorífico Nelson, de la ciudad de Santa Fe, para sustraer carne y repartirla en las barriadas humildes. Advertidas las autoridades, se apersonaron en el lugar varios patrulleros, entablándose un violento tiroteo durante el cual, fue herido un sargento de policía en tanto los insurgentes lograron evadirse sin sufrir bajas.
En una de aquellas acciones, acaecida en Córdoba la mañana del 17 de abril (10:30 a.m.), la policía abatió a tres militantes del ERP, propinándole a la estructura de la todavía endeble organización, un inesperado golpe.
Se trataba de Marcelo Lezcano (nombre de guerra “Pelado”), oriundo de Yerba Buena, provincias de Tucumán; José Alberto Polti, hermano de Miguel Ángel, natural de Morteros (Córdoba) y Juan del Valle Taborda, de Oncativo, quienes al momento de ser interceptados, circulaban a bordo de una Pick-Up Ford F-100, recientemente robada.
Los subversivos circulaban por Jerónimo Luis de Cabrera y Fragueiro cuando desde un patrullero, les dieron la orden de alto. Lejos de acatarla, aceleraron por la primera y al llegar a Lavalleja, doblaron hacia el Barrio San Martín, perseguidos por otros móviles que habían acudido al llamado.
El relato de “Estrella Roja” habla de una diferencia numérica de diez a uno a favor de sus perseguidores y pone hincapié en el hecho de que una vez agotadas las municiones, los combatientes, indefensos, fueron acribillados a mansalva.
Era el tono con el que se solían referir los hechos, victimizando a los suyos, siempre en heroica desventaja y mostrando a quienes tenían enfrente como asesinos despiadados.
Lo cierto es que al verse cercados, los subversivos intentaron abrirse paso a tiros y terminaron abatidos.
El 23  de mayo, la organización secuestró a Stanley Ferrer Sylvester, gerente del frigorífico Swift de Rosario y cónsul honorario británico en esa ciudad.
En su Comunicado Nº 5, dio cuenta de la detención e hizo pública su intención de someter a las empresas imperialistas a la justicia popular, exigiendo como rescate, el reparto de alimentos en villas de emergencia del Gran Rosario, por un valor de $25.000.000 Ley 18.138.
Cumplida la demanda, el cónsul fue liberado.
El 28 de mayo el Congreso sancionó la Ley 19.053 que creaba la Cámara Federal en lo Penal, destinada a combatir a la guerrilla. En respuesta, las bandas subversivas redoblaron su accionar, demostrando mayor violencia y determinación.
El 1 de junio estalló una bomba en el puente que une las localidades de Santo Tomé con La Redonda, provincia de Santa Fe, atentado que se adjudicó una nueva agrupación autodenominada Ejército de Liberación Nacional. Al día siguiente, el ERP efectuó varios ataques explosivos, volando una caseta de la empresa de energía Segba, en pleno centro de Buenos Aires, haciendo detonar un artefacto en el cine “Metro”, sobre la calle Cerrito, otro en una cabina telefónica ubicada en Av. Corrientes y Esmeralda6 y tres más en diferentes puntos del país, a saberse, el domicilio del coronel (RE) Mario Eliseo Cabanillas, en los Laboratorios Roux Ocefa, ambos en la ciudad de Salta y los depósitos de Masalin & Celasco, en Rosario.
La escalada fue “in crescendo” y sacudió con violencia durante todo el mes, alternada con asaltos a agentes del orden, siempre para hacerse de pertrechos; distribución de alimentos y útiles escolares en barrios humildes; reparto de volantes en la vía pública; izado de la banderas en establecimientos de enseñanza y entidades deportivas, asaltos a comisarías y atentados contra domicilios particulares.
Los ataques a camiones de alimentos
fueron constantes
Una de las acciones más resonantes tuvo lugar el 10 de junio, cuando un destacamento del ERP emboscó en Córdoba al jeep del Ejército patente Nº 11856.Tras tirotear al vehículo desde diferentes ángulos, los guerrilleros redujeron al personal que viajaba a bordo (dos hombres) y se apoderaron de dos ametralladoras Pam con sus respectivos cargadores, una bayoneta de FAL, noventa y seis proyectiles calibre 9 mm y un casco. Inmediatamente después incendiaron el vehículo y se dieron a la fuga, todo a la vista de los transeúntes que pasaban por el lugar.
El día 21, la agrupación tomó por asalto las oficinas de la empresa de transporte “Ciudad de Córdoba”, sustrayendo una importante suma de dinero y quemando documentación. Antes de retirarse, los insurgentes pintaron la estrella de cinco puntas con la inscripción “ERP” en su centro y posteriormente emitieron un comunicado, explicando que los motivos de la acción habían sido en apoyo a los conductores, quienes en esos momentos se hallaban en conflicto con la patronal. También se sucedieron varios ataques contra la empresa Fiat en diferentes concesionarias de Buenos Aires y La Plata, cinco de ellos con explosivos (29 de junio)7 y el asalto a las oficinas del abogado Edmundo Piscitello, su representante legal, en Córdoba, donde también quemaron documentación y parte de las instalaciones.
Pero el ERP no actuó solo aquel agitado mes. Además de las incursiones de Montoneros y las FAR, por esos días reaparecieron las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), las mismas que el 5 de abril de 1969 asaltaron el cuartel del Regimiento I “Patricios” en Campo de Mayo, sustrayendo un centenar de fusiles FAL calibre 7,62, para iniciar acciones armadas.
El 9 de junio, la agrupación, encabezada por Alejandro Rodolfo Baldú y Carlos Della Nave8, hizo estallar una bomba en el domicilio particular del gerente de la empresa de ómnibus Chevalier S.A.; el 12 asaltó las oficinas de la firma Sommer S.A., llevándose una importante suma de dinero; cinco días después le arrebató el arma y uniforme a un agente de policía (todas esas acciones tuvieron lugar en Buenos Aires); el 19 acometió contra la vivienda del Sr. Paz Cestino, director del Hospital “Melchor Romero” de La Plata, apropiándose de armas y dinero y el 22 se apoderó de un camión con alimentos, que luego distribuyó en un barrio pobre de la Capital Federal.
En la misma edición (Nº 3), “Estrella Roja” menciona el despojo a un agente de policía en la localidad tucumana de Las Banderillas (27 de junio), hecho que se adjudicaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y la acción llevada a cabo por Montoneros el día anterior, en el domicilio del presidente de Chrysler-Fevre Argentina S.A., Cornelio O. Oriantes, ubicado localidad de Victoria, partido de San Fernando, donde lanzaron una bomba molotov, emitiendo posteriormente el correspondiente comunicado, en apoyo de los obreros de la firma, también en conflicto.

Desde la izq. Mario Roberto Santucho, Benito
Jorge Urteaga y Enrique Gorriarán Merlo

Notas
1 “La Nación”, Bs. As, domingo 3 de enero de 1971, p.10.
2 El abuelo materno de Santucho había sido intendente municipal, juez de paz y jefe de policía de la localidad.
3 Nació en Casalanguida, localidad de los Abruzzos, en 1947.
4 “Estrella Roja”, Nº 1, abril de 1971, p. 1.
5 Ídem.
6 Se trataba en realidad de cohetes lanza volantes.
7 En este caso apoyando a los obreros en huelga.
8 “Estrella Roja” las confunde con las Fuerzas Argentina de Liberación (antes Frente Argentino de Liberación), que utilizó las mismas siglas, organización subversiva que tuvo su génesis en el grupo insurgente fundado por Juan Carlos Cibelli, Jorge Pérez y Jorge Boreán, que en 1962 llevó a cabo el ataque al Instituto Geográfico Militar, en el barrio de Palermo y tuvo como asesor intelectual a Silvio Frondizi, hermano del derrocado presidente.

Fuentes
-Daniel de Santis, “Un Partido para combatir por el Socialismo”, Juventud Guevarista, 26 de febrero de 2016 (http://www.juventudguevarista.com.ar/un-partido-para-combatir-por-el-socialismo/).
-Revista “Estrella Roja”, Nº 1 (abril 1971), 2 (mayo 1971) y 3 (junio 1971).
-Ramón Genaro Diaz Bessone, Guerra revolucionaria en la Argentina (1959-1978), Círculo Militar, Bs. As., 1988.

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