sábado, 29 de junio de 2019

LLANTO Y PESAR EN LA ARGENTINA

La cureña traslada los despojos del general Juan Carlos Sánchez desde el
Regimiento de Infantería "Patricios" al Panteón Militar en el Cementerio de la Chacarita
(Fotografía: "La Razón")

“FUERON ASESINADOS AYER EL GENERAL SANCHEZ Y EL DR. OBERDAN SALLUSTRO”, señalaban los titulares de “La Nación” el martes 11 de abril de 1972. “MATARON A SALLUSTRO” se leía en la sexta edición de “La Razón”, la noche del 10. “FUE ASESINADO EL GENERAL JUAN C. SANCHEZ. ULTIMARON A SALLUSTRO”, rezaban los encabezados de “El Litoral” y así, en la misma línea, iban todos de diarios.
La prensa internacional también manifestó su estupor, en especial la italiana, donde la noticia pegó con más fuerza que en ningún otro lugar.
“La Stampa”, el periódico de la familia Agnelli (propietarios de la FIAT), dedicó nueve columnas al hecho, al que calificó de “repugnante”. También hizo punzantes comentarios sobre la situación nacional y profetizaba sobre el peligro que entrañaba la violencia instalada el país, la cual, dada su virulencia, amenazaba con llevarlo hacia la extrema derecha. El milanés “Corriere della Sera” calificaba al ERP con un simple grupo extremista al que la justicia social le interesaba en lo más mínimo, y definía a Sallustro como a un hombre democrático atrapado en una difícil encrucijada. Por su parte, “Il Messagero” de Roma, improvisaba al hablar de un atentado en el que la policía mucho tenía que ver, un dislate que terminaría refutado con el transcurso de las acciones. 

Como era de esperar, el comunista “L’Unitá” responsabilizó de todo al gobierno argentino, acusándolo de haber rechazado toda posibilidad de transacción con los secuestradores y empeñarse en una cacería sin cuartel que acabó de manera trágica.
En España, la situación era la misma. El madrileño “Ya” tituló su edición: “Sallustro y el general Sánchez asesinados en Argentina”.
“Varias hipótesis se dan sobre el atentado contra el general Sánchez –señalaba el mencionado órgano de prensa-. Uno lo atribuyen al ERP o izquierda extrema; otros a la extrema derecha, pensando que se ha producido con las mismas características y similar sistema al empleado en Chile para asesinar al general Schneider, comandante en jefe del Ejército, antes de las elecciones que llevaron al poder al doctor Allende. En todo caso, el asesinato del general Sánchez parecería ser un hecho más a sumarse a los sucesos que pretenden impedir la salida electoral”.
También los medios de Ururguay, Chile, México, Colombia y Paraguay -país natal de Sallustro-, se ocuparon ampliamente el tema, así como los en Brasil, Estados Unidos y el resto de Europa. Incluso las emisoras suspendieron sus programaciones habituales para dar a conocer el suceso.
En Río de Janeiro, Gerardo Freire, presidente de la bancada oficial, condenó los atentados durante una sesión que se llevó a cabo en la Cámara de Diputados el mismo 10 de abril; en Santiago de Chile, “El Mercurio” refirió que “…el despiadado sacrificio de vidas humanas en aras de obscuros fanatismos constituye la negación del desarrollo de la convivencia civilizada” y en la nota editorial enfatizaba:

El general de división Juan Carlos Sánchez, comandante del II Cuerpo de Ejército y uno de los militares más prominentes del país, fue baleado en Rosario, en una conjura que revela una premeditación y alevosía execrables. La muerte del industrial Oberdan Sallustro, director general de la rama argentina de la firma Fiat, resulta aún tan penosa como la anterior. La víctima era por completo ajena al debate político interno del país vecino y, sometido [sic] a un injusto cautiverio por sus captores, nada podía hacer para defenderse. Sus víctimas lo ultimaron a sangre fría y sobre seguro.

“Excelsior” de México aseveró, por su parte:

Los asesinos materiales, los mismos miembros de un ejército que no ha dado la cara en un combate abierto, que ya lleva en su haber el asesinato de Sallustro y el del general Juan Carlos Sánchez, han manchado la causa e la revolución con sus atentados terroristas.

Desde Asunción, llegó a la Casa Rosada un cablegrama del general Alfredo Stroessner, presidente del Paraguay, lamentando la muerte del general Sánchez.

En nombre de mi pueblo y las fuerzas armadas de mi país, me permito hacer llegar nuestras más sentidas condolencias en este luctuoso evento que enluta a la hermana tierra argentina.


-¡¡Desgraciados –gritó Attila Sallustro en los pasillos del estadio San Paolo de Fuorigrotta, al conocer la noticia- Lo han matado!!

La gente a su alrededor intentó contenerlo cuando salió a los gritos de su oficina.

-¡¡Asesinos, mataron a Oberdan!! ¡¡No le digan nada a mi hermano Oreste, está convaleciente, sufrió recientemente un infarto. Esperemos que no se entere de ese crimen horrendo por otras fuentes!!

El propio Gianni Agnelli, el hombre más poderoso de Italia y tal vez de Europa entera, fue quien le había comunicado la infausta noticia.
Attila se dirigió a su automóvil seguido por varias personas y una vez al volante pidió que lo dejasen regresar solo a su domicilio.

-Quiero volver solo a mi casa. Les pido por favor que no llamen a la casa de mi hermano Oreste.

El auto salió a gran velocidad y luego de atravesar buena parte de la ciudad, se detuvo en el departamento de vía Mazzini, donde su esposa, la recordada actriz rusa Lucy D’Albert, lo estaba esperando.

-¡Lo han matado! –le dijo al verla, estrechándola en un abrazo, sin poder contener las lágrimas- ¡Lo han matado!

Permanecieron durante varios minutos, llorando amargamente y luego partieron hacia la casa de Oreste, para ponerlo al tanto y contenerlo.
La Federación Italiana de Trabajadores Metalúrgicos dio a conocer un comunicado en el que se solidarizaba con la familia Sallustro y responsabilizaba al gobierno argentino por la muerte del industrial. La FIAT de Brasil también se manifestó al respecto, así como su colectividad italiana, cuyo vocero, Elio Peccei, hermano de Aurelio y presidente de la compañía en aquel país, expresó su consternación, recordando la reciente visita que el occiso había realizado a San Pablo.
Desde Córdoba, el general Alcídes López Aufranc, comandante del III Cuerpo de Ejército, dio a conocer un comunicado que en sus partes salientes decía:

Los agentes del terror y el odio podrán sentirse satisfechos de su obra. Un industrial, una modesta trabajadora y un soldado han sucumbido bajo las balas asesinas y arteras de quienes del calor popular que sólo logran las causas nobles, pretenden imponerse por la violencia y la muerte.
Ha querido la providencia que en una trágica conjunción hayan caído en una misma jornada, hombres y mujeres representativos de los distintos sectores del pueblo argentino. Por eso es necesario que todos y cada uno de los habitantes de este suelo formulen sus propias reflexiones y que por intermedio de las distintas organizaciones, aclaren su posición en esta hora que es definitoria para el futuro del país.
El ejército lamenta hoy estos asesinatos que constituyen un hito más en la triste historia de crímenes con que la subversión jalona su actividad. El ejército y todos sus integrantes saben y son conscientes que el enemigo no cejará en su empeño de impedir que las Fuerzas Armadas y la ciudadanía lleven al país a su definitiva normalización institucional, porque también saben que los elementos subversivos son acérrimos enemigos de la democracia y la soberanía popular, materializada a través de sus instituciones republicanas.

Mientras Attila hacía saber que permanecería en Italia, acompañando a su convaleciente hermano Oreste, el presidente de aquel país, Giovanni Leone, hizo llegar a la esposa del ejecutivo asesinado un sentido telegrama, de pesar:

La despiadada muerte de su marido ofende profundamente la conciencia de la humanidad porque viola las leyes más sagradas de la convivencia civil. Seguro de ineterpretar los sentimientos de toda la Nación, rindo homenaje a la memoria de Oberdan Sallustro, víctima de un incalificable acto de violencia que suscita un unánime desdén y súplica. En recuerdo de su marido, que dedicó su laboriosa actividad a la cooperación entre Italia y Argentina, le envío a usted y a sus familiares el más conmovido pésame1.

La Santa Sede también dio a conocer su congoja. Lo hizo a través del cardenal secretario de Estado, monseñor Juan Villot, quien dio lectura al cablegrama que Su Santidad le había enviado la noche anterior al cardenal de Nápoles Corrado Ursi. Decía el mismo:

El santo Padre, que como es notorio se había premiosamente ocupado para obtener la liberación, se enteró con dolor de la triste noticia de la muerte de Oberdan Sallustro y dirige a usted, pastor de la arquidiócesis de donde era originaria la familia, de la víctima, la expresión de firme reprobación por un acto de incalificable barbarie que pisotea todo derecho humano y sentido cristiano. Su Santidad le encarga que se haga presente ante la familia Sallustro de su profundo pésame y, mientras asegura oraciones en sufragio del extinto, imparte como confortación por grave luto una particular bendición apostólica2.

La FIAT también se pronunció desde Turín, difundiendo un comunicado en el que reflejaba el pesar que toda la corporación experimentaba por el trágico desenlace:

La FIAT se entera con consternación que el doctor Oberdan Sallustro, director general de la Fiat Concord, ha sido muerto en Argentina. Ante el delito, ante el sacrificio de una vida humana, la empresa invita a todos sus colaboradores a mantenerse unidos junto a la familia del doctor Sallustro y los colegas de Fiat Concord. Para expresar su solidaridad a los parientes del doctor Sallustro y a los trabajadores argentinos, la dirección general pide a todos los trabajadores de la FIAT en el mundo que suspendan mañana (por el 11 de abril) sus actividades durante algunos minutos.

Sumamente conmovido, Gianni Agnelli también se expidió al respecto.

El episodio de Sallustro ha terminado de la manera más trágica y absurda. Hicimos mucho. Hicimos todo lo que estaba dentro de nuestras posibilidades. Habíamos incluso empezado a alentar esperanzas, y con algún fundamento, pero lamentablemente al final, todo fue en vano. Sólo espero que la gente comprenda que la violencia no da resultados y no debe quedar impune. Es sólo un indicio de barbarie. Esperemos que lo que ha sucedido no siente un precedente. Esto es lo más peligroso que podía haber acontecido.

En Washington la noticia fue trataba en los más altos niveles y en Chile, la filial local de FIAT -dependiente de la central argentina-, organizó un homenaje consistente en un alto de cinco minutos en todas las actividades a partir de las 10 a.m., tanto en las oficinas centrales como en la planta de montaje, las concesionarias y diferentes los talleres. En la oportunidad, su presidente, Francisco Giovine, declaró:

…el doctor Sallustro era para nosotros un maestro, un guía. Personalmente yo estaba bajo sus órdenes y le tenía una profunda estimación.

Desde todos los rincones de la Tierra llegaban expresiones de repudio y desconsuelo. La Unión Industrial Argentina (UIA), se expidió por ambos casos, lo mismo la Acción Coordinadora de las Instituciones Empresarias Libres (ACIEL), la Confederación General Económica, la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), distintos colegios de abogados, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, la Federación Universitaria-Sector La Plata y la CGT, que con las firmas de su secretario general, José Ignacio Rucci y su segundo, Hugo Barrionuevo, expresó:

Argentinos, la patria nos convoca en esta hora difícil y seamos dignos de ella que nunca esgrimió el asesinato como instrumento de liberación. El pueblo se ve conmovido en lo más profundo de sus sentimientos cristianos ante el asesinato de seres humanos. Frente a este nuevo acto de violencia planificada y ejecutada a sangre fría, que nada tiene que ver con las legítimas protestas de los trabajadores ante la grave crisis que soportan, no hay lugar para especulaciones mezquinas, ni menos aún silenciar el espontáneo y categórico repudio a quienes, desde las sombras, intentan torcer el supremo objetivo de la nación.

También las 62 Organizaciones, encabezadas por Casildo Herrera, su máximo dirigente, se expidieron a través de un documento entregado al presidente de la Nación, en el que se condenaba enérgicamente la violencia imperante y el fatal desenlace de los últimos acontecimientos.

Los hechos de violencia que suceden en el país –a los que hoy se suman el asesinato de un General de la Nación- exigen definiciones claras en todos los sectores de la vida nacional. Las 62 Organizaciones no vacilan en condenar este crimen…


Cerca de las 17:00, una ambulancia se hizo presente en Castañares 5413, para retirar el cuerpo. La policía debió contener a reporteros y curiosos que pugnaban por acercarse a los accesos a la vivienda y de ese modo permitir tanto la entrada como salida del vehículo.
El mismo fue conducido a la morgue judicial donde quedó en depósito hasta su traslado a la casa mortuoria, encargada de conducirlo posteriormente a la capilla ardiente en el santuario de Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, cuya piedra fundamental había sido colocada por el extinto en el mes de diciembre de 1966, junto con el cardenal primado Antonio Caggiano y monseñor Antonio Segura.
Una ambulancia retira el cuerpo de Sallustro
del chalet de Villa Lugano
(Fotografía: "La Razón")

A las 23:00, la viuda y la hija del industrial asesinado llegaron al templo, acompañadas por familiares, amigos y allegados.
La señora de Sallustro hizo una inspección ocular del lugar donde se había montado la capilla ardiente y después de dar su consentimiento, subió al primer piso, donde tenían sus habitaciones las hermanas de la congregación religiosa de Santa Ursula, quienes le prodigaron todo tipo de atenciones. Cinco minutos después, se hizo presente Aurelio Peccei y luego el embajador italiano, Giuseppe de Rege Thesauro di Donato e San Raffaele, acompañado por su señora esposa y otros integrantes de la legación. Fueron conducidos a los pisos superiores y allí permanecieron, acompañando a la viuda y la hija hasta el día siguiente.
Recién a las 23:25 llegó la ambulancia con los restos del industrial. De la misma descendieron sus tres hijos varones y algunos de sus amigos, quienes ingresaron al recinto sin formular declaraciones.
Costó mucho trasladar el féretro, dada la gran cantidad de personas que se habían dado cita en el lugar. Ni bien lo ingresaron, se cerraron las puertas de la capilla fueron cerradas, quedando dentro la familia, allegados y autoridades, entre ellos Peccei, el embajador italiano y su esposa. Eran las 20:00 cuando el padre Horacio Moreno, cura párroco de Nuestra Señora de Fátima, de Martínez, rezó un responso y ni bien finalizó, las puertas volvieron a abrirse para permitir el ingreso del público.
Debido a la tensión y el clima imperante, la señora de Sallustro sufrió un desmayo, por lo que debió ser asistida por varios de los presentes. Como consecuencia de ello, la policía obligó a la concurrencia a formar una hilera y la mantuvo a la espera unos minutos antes de permitirle paso frente al féretro, lenta y mesuradamente. La fila que se formó llegaba hasta el exterior y ocupaba buena parte de la vereda.
Gran revuelo se produjo cuando se hizo presente Octavio Sallustro, recién llegado de Paraguay, en compañía del embajador argentino en ese país. Luego se vio ingresar al general Pascual Ángel Pistarini, a los dirigentes demócrataprogresistas Horacio R. Thedy y Camilo Muniagurría, a personal jerarquizado de la FIAT y figuras del quehacer nacional.
En horas de la madrugada, cerca de las 0:40, hizo su arribo el presidente de la Nación, teniente general Alejandro Agustín Lanusse, acompañado por la primera dama, Ileana Bell. Con él llegaron el ministro del Interior, Arturo Mor Roig, el de Bienestar Social, Francisco Guillermo Manrique, secretarios, funcionarios, directores y altos oficiales de las Fuerzas Armadas.
Entraron por la calle Arzobispo Espinosa, luego de que la policía interrumpiera el tránsito y el flujo de personas, montando una rigurosa guardia armada. Lanusse subió al el primer piso para saludar a los deudos y después bajó hasta el templo, para orar delante del cajón.
Se dice que durante el breve diálogo que mantuvo con la señora de Sallustro, esta le manifestó su deseo de que la muerte de su esposo pudiese contribuir a la pacificación del país: “Sólo puedo decirle, señor presidente, que deseo que la muerte de mi esposo sirva para darle paz a este país, al que tanto amó Oberdan y descansa uno de nuestros hijos”.
Cuando el primer mandatario se retiró, se permitió nuevamente el ingreso del público, parte del cual salía del templo con expresión compungida y lágrimas en los ojos. Minutos después, la señora de Sallustro bajó a rezar el Rosario junto a los restos de su esposo, siempre acompañada por sus hijos, la esposa del embajador italiano y otras damas,
La nota la dio Giovanni Agnelli, quien viajó especialmente desde Italia para darle el pésame a la familia. El empresario abordó su avión particular en Turín, hizo escala en Roma, atravesó el océano y en horas de la mañana (11 de abril), aterrizó en Ezeiza para dirigirse directamente al santuario de La Boca. Permaneció allí algunos momentos, le dio el pésame a la viuda, los hijos y el hermano del industrial ultimado, habló con Peccei, el embajador italiano y los ejecutivos de la FIAT y emprendió el regreso al aeropuerto, para regresar inmediatamente a su país.
El general Lanusse y su esposa
luego de darle el pésame a la familia
(Fotografía: "La Razón")

Mientras tanto, el desfile continuaba incesante. Más de 2000 personas pasaron por el santuario para despedir los restos de Sallustro. A las 09:30, el canónigo Isidro Piedrabuena pronunció el responso; cerca de las 10:00, el arzobispo coadjutor de Buenos Aires, monseñor Juan Carlos Aramburu, leyó la nota de pésame enviada por el Santo Padre y alrededor de las 11:00 llegaron la señora del intendente de la ciudad de Buenos Aires, Haydée Iris Romairone de Montero Ruiz y el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Lorenzo Miguel. Pasadas las 11:55, a poco del arribo del general Francisco Imaz, ex interventor de la provincia de Buenos Aires, la hija del Dr. Sallustro solicitó asistencia porque su madre se había vuelto a descompensar.
La misa tuvo lugar a las 15:30 y estuvo presidida por el cardenal primado de la Argentina, Antonio Caggiano, secundado por el presbítero Octavio Nicolás Derisi, el párroco de la iglesia, presbítero Vittorio Dall Bello, el provincial de los scalabrinianos, padre Ernesto Milán y su ex director, padre Adelino Di Carli.
Entre las personalidades presentes en la ocasión, se pudo observar a la señora Susana Herrera de Aramburu, el empresario Alfredo Fortabat, el ex ministro de Relaciones Exteriores Juan B. Martin, su señora esposa y otras figuras destacadas del quehacer nacional.
Finalizada la ceremonia, un impresionante cortejo se puso en marcha hacia el cementerio de Olivos, donde se encontraba (y aún está allí) el panteón familiar. Las escenas fueron registradas por las cámaras de noticiosos, medios de prensa y órganos de difusión nacionales y extranjeros3.


No menos multitudinarias fueron las exequias del general Juan Carlos Sánchez en el Regimiento de Infantería “Patricios”, del barrio de Palermo. Allí, como en Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, el desfile fue incesante y en él se entremezclaron altos jefes militares, oficiales, suboficiales, tropa, representantes del gobierno, miembros del clero y figuras destacadas del quehacer nacional, además de familiares, allegados y amigos.
Junto al féretro, rodeado de coronas y ofrendas florales, se encontraban su señora esposa, Olga Lis del Valle Herrera de Sánchez y sus hijos, Mercedes, Roberto y Carlos, permanentemente consolados por los presentes, en especial los altos oficiales que les rodeaban. Una guardia de honor custodiaba los accesos al recinto, luciendo el histórico uniforme del regimiento.
Entre quienes destacaron de manera especial los generales Tomás Sánchez de Bustamante, comandante del I Cuerpo de Ejército, Jorge Cáceres Monié, Alcides López Aufranc, comandante del III Cuerpo; Manuel Ceretti, del IV, Rafael Herrera, Jorge Cárcano y Haroldo Pomar; el gobernador de la provincia de Santa Fe, general Guillermo Rubén Sánchez Almeyra y el brigadier mayor Ezequiel Martínez.
A las 10:00 horas, la familia solicitó un momento de intimidad por lo que la capilla fue desalojada y permaneció cerrada el público durante cinco minutos. Superado ese lapso, ingresó el empleado de la funeraria para sellar el féretro, esto en presencia de los altos jefes militares.
Lanusse llega al velatorio del general Sánchez en el Regimiento de Infantería "Patricios" (Fotografía: "La Razón")

En ese momento se vio ingresar al vicario castrense, cardenal Antonio Caggiano, acompañado por el capellán mayor del Ejército, monseñor José Menestrina, quien ofició la misa de cuerpo presente, seguida por el responso a cargo del primero.
A las 10:35 hizo su entrada el presidente de la Nación, teniente general Alejandro Agustín Lanusse, acompañado por su esposa quien se ubicó junto a uno de sus hijos, Marcos Alejandro Lanusse, presente en el lugar desde temprana hora. Junto con él, llegaron el ministro Mor Roig, el secretario de prensa Edgardo Sajón y miembros del gabinete.
“A esta hora de la mañana el público ocupaba apretadamente las instalaciones, y parte del parque adyacente –dijo “La Razón” en su edición del 11 de abril- Un profundo silencio, las formaciones militares y el dolor que trasuntaba la escena conmovían a todos. Ciento veinte coronas se esparcían por el lugar: estas serían repartidas luego en 18 carrozas fúnebres y los asistentes ocuparían 24 coches. A las 11.5 el clarín del regimiento Patricios dio un toque de atención. Los soldado asumieron la posición de firmes y la banda comenzó a ejecutar la Marcha Fúnebre de Chopin”.
Al pronunciar las palabras de despedida, el general Lanusse dejó a un lado el discurso que tenía preparado y desde el púlpito, improvisó una emotiva y   afectuosa alocusión.

Tenía unas palabras preparadas para expresarlas en este acto. Algo aquí ya se ha dicho. Mucho más se podría y se debería decir sobre el general Juan Carlos Sánchez, pero como en este mismo lugar lo expresara un señor general hace pocos meses, cuando llegamos a acompañar los restos de un oficial del Ejército también sacrificado en esta causa, estas circunstancias no son para hablar; tampoco, y aunque nos cueste, para dar rienda suelta a nuestros sentimientos.
Mucho es lo que hizo Sánchez pero mucho es lo que debemos seguir haciendo.
Y así, comprendiendo –como lo han dicho mis predecesores en uso de la palabra-, el gran dolor de los suyos, a quienes sé que les podrá llegar la fuerza para afrontar esta hora, particularmente de sus hijos, que tienen  una madre argentina que como tantas otras, sufre resignada y sin conformidad, a usted, señor teniente general, os digo: vuestra vida fue un ejemplo. Vuestra muerte es también un ejemplo, pero es también ujn compromiso. Y lo cumpliremos.

Llegada la hora de partir, el féretro fue envuelto en la bandera argentina, se colocó sobre él la gorra y el sable del general y tomando cada una de sus manijas, los generales Ochoa, Ceretti, Herrera y Cárcano, junto a allegados y Roberto, el hijo mayo del extinto, lo condujeron hasta el portón de entrada, distante a doscientos metros de la capilla.
La procesión pasó por entre la guardia de honor y así ganó el exterior de la unidad militar, donde aguardaban los autos fúnebres. Soldados conscriptos acomodaron el ataúd sobre la cureña en tanto la banda militar seguía ejecutando los sones4.


Dos días después, los diarios daban cuenta del hallazgo de un comunicado en el Monumento a la Bandera (Rosario), en que el ERP y las FAR se adjudicaban la autoría del atentado que le costara la vida al general Sánchez.
Ese mismo día, efectivos del II Cuerpo de Vigilancia de la Policía Federal detuvieron en Tagle 2762, frente a la embajada de Chile, en el aristocrático barrio de Palermo Chico, a cuatro hombres y una mujer, que resultaron ser Jorge Benito Urteaga, Mario Raúl Klachko, Eduardo Roberto Coppo y Juan M. Carrizo (el nombre de la detenida se mantuvo en reserva). Los sujetos fueron derivados al edificio de la Superintendencia de Seguridad Nacional, donde llegaron fuertemente custodiados, para ser interrogados por su titular en persona, general de brigada Alberto Samuel Cáceres, jefe de la Policía Federal. De esa manera, se pudo saber que el mismo 10 de abril, los cinco detenidos intentaron pedir asilo en la cercana embajada de Perú, sobre Av. Libertador 1750, pero dada la hora, encontraron la legación cerrada, por lo que probaron hacer lo propio en la del país araucano.
La muchacha, acompañada por dos individuos, tocó el timbre en la lujosa residencia y al ser atendida por el portero, manifestó visiblemente nerviosa su necesidad de hablar con el embajador5. Para su desazón, el ordenanza le explicó que el dignatario sólo atendía a personas que previamente hubiesen solicitado audiencia y finalizó diciendo que para verlo, debían tramitar un turno.
Cuatro de los cinco subversivos detenidos en Palermo Chico (Fotografía: "La Razón")

Mucho más tensa, la mujer manifestó que tenía urgencia de viajar a Chile (aludió razones de índole familiar) y por esa razón necesitaba la firma del representante diplomático. Sin embargo, ante una nueva negativa, optó por retirarse en dirección al Monumento de los Españoles, sito en Av. Libertador y Sarmiento.
En esos momentos, uno de los custodias de la misión, extrañado por el tenor de la conversación y el nerviosismo evidenciado por la joven, se comunicó por radio con el Comando de Operaciones de la Policía Federal, advirtiendo lo sucedido y señalando que los sospechosos se dirigían a pie hacia el mencionado paseo.
Un patrullero del II Cuerpo de Vigilancia partió hacia el lugar y al llegar a la Plaza Artigas, reparó en cinco individuos que conversaban sentados en un banco. Al dar la voz de alto, los mismos se incorporaron y cuando les ordenaron alzar los brazos, se los palpó de armas y se les requirió su documentación personal, ello mientras uno de los agentes procedía a solicitar apoyo a otras unidades.
Establecidas sus identidades, los cinco individuos fueron conducidos a la Superintendencia de Seguridad donde las fuerzas del orden pudieron confirmar que, efectivamente, se trataba de Urteaga, Coppo, Carrizo y Klachko -además de la mujer- y que los tres primeros se habían evadido de la cárcel de Villa Urquiza, provincia de Tucumán, durante el cruento operativo en el que perdieron la vida cinco celadores y resultaron heridos varios más6.


Imágenes



Una multitud de periodistas y curiosos se congrega
frente al chalet de Castañares 5413
(Fotografía: "La Razón")



Attila Sallustro junto a su esposa
la actriz Lucy D'Albert



La esposa del Dr. Sallustro es asistida
por dos sacerdotes. A la izquierda el
padre Horacio Moreno, cura párroco de
Nuestra Señora de Fátima de Martínez
(Fotografía: "La Razón")



Llega el cuerpo de Sallustro (Fotografía: "La Razón")



El Santuario de Nuestra Señora Madre de los Emigrantes en La Boca,
donde se llevó a cabo el velatorio del industrial, el mismo que había
ayudado a construir
(Fotografía: "La Razón")



El cortejo se pone en marcha hacia el Cementerio de Olivos
donde se encuentra el panteón familiar
(Fotografía: "La Razón")



El comandante del Regimiento de Infantería "Patricios"
acompaña a monseñor José Menestrina, capellán mayor
del Ejército, quien ofició la misma de cuerpo presente del
general Juan Carlos Sánchez
(Fotografía: "La Razón")



Lanusse pronuncia su alocución desde el púlpito (Fotografía: "La Razón")
Notas

1 El gobierno italiano también emitió un mensaje, deplorando el asesinato y condenando a sus autores. Decía el mismo: “Ante el asesinato del director general de Fiat Argentina Oberdan Sallustro, el gobierno italiano, seguro intérprete de la emoción y el desconcierto de la opinión pública, expresa su profunda execración. El recurso de este delito, que repugna la conciencia civil, debe ser firmemente rechazado como negtación de los principios de humanidad. Los esfuerzos para salvar la vida del doctor Sallustro fueron vanos. Las invitaciones a la razón no tuvieron eco, mientras prevaleció la más deplorable violencia. El embajador de Italia en Buenos Aires ha sido encargado de expresar su viva deploración al gobierno argentino”.

2 La Santa Sede envió un segundo telegrama a la Nunciatura Apostólica en la Argentina, para que en nombre del Santo Padre se le hiciese llegar a la familia Sallustro su sentido pésame.

3 El féretro del industrial ítalo-paraguayo fue depositado en el panteón familiar, junto al de su hijo.

4 Los restos del general Sánchez fueron inhumados en el Panteón Militar del Cementerio de la Chacarita.

5 Ramón Huidobro.

6 A raiz de estas detenciones, se practicaron allanamientos en diferentes puntos de la Capital Federal, los principales, en Av. Corrientes y Estado de Israel, Av. La Plata y Corrales y Paraguay y Talcahuano, sin resultados positivos. Los detenidos manifestaron que además de Sallustro, planeado secuestrar al poderoso empresario Alfredo Fortabat y al general Julio Alsogaray, ex comandante en jefe del Ejército en tiempos del teniente general Juan Carlos Onganía.




Fuentes
-Ramón Genaro Diaz Bessone, Guerra revolucionaria en la Argentina (1959-1978), Círculo Militar, Bs. As., 1988.
-Diarios “La Nación”, “La Prensa”, y “La Razón”, abril de 1972.


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