Boletin 61 - julio 2005 El desplome de la República¨ y ¨La sombra del General Carcagno¨.
Significado de la palabra:
"OTROSÍ" Nro. 61 – julio del 2005
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"Ha fallecido el Dr. Víctor Eduardo Ordóñez"
por ´Prensa Independiente´
Este es el último folleto ´OTROSI´ editado en vida por su creador e infatigable columnista, Don Víctor Eduardo Ordóñez.
El
19 de septiembre próximo pasado falleció nuestro gran amigo, compañero
de desvelos y ciudadano ejemplar, una mente clara, un constante defensor
de la Nación Argentina, de pluma valiente e independiente con
permanentes escritos en medios de prensa, donde marcaba claros caminos.
Fue un hombre de siempre serenos pero firmes juicios, emocionaban el
convencimiento patriótico y las condiciones morales de una persona que
sufría la Argentina de estos penosos días; de línea claramente nacional
se destacó por su tolerancia a otras ideas y nos dispensó su amistad a
nosotros ubicados en la centro derecha liberal, de él aprendimos que los
rótulos políticos separan artificialmente más que los reales contenidos
de las diferentes ideas.
Lo hemos tratado asiduamente, un privilegio, trabajando varios temas codo a codo. Hemos tenido además desde hace años el honor de asumir la tarea de construir el sitio web de ¨OTROSI¨ y subir textualmente al mismo los claros conceptos - los compartieramos o no en cada caso - que él volcaba al papel con su vieja pero inseparable máquina de escribir, en los periódicos folletos.
Solo
nos queda seguir adelante sin desmayos, tratando de mantener esa llama
de principios y convicciones. .. Oramos por el eterno descanso de su
alma.
Editor de Prensa Independiente
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Indice del ´OTROSI´ Nro. 61, con links directos:
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Los últimos comportamientos del estado argentino actual - de rencor montonero, de espíritu trasgresor y de inspiración marxista o neomarxista que se hace llamar “progresista” - no obstante ser previsibles
dado que estaba en la lógica de aquel rencor, de aquel espíritu y de
aquella inspiración, no dejaron de sorprender. Si esos avances de estos
proto y posterroristas montados al poder alarman, tanto y más lo deben
hacer la indiferencia y la pasividad cuando no la complicidad con que la
sociedad en su conjunto - incluyendo las Fuerzas Armadas y las de
seguridad, precisamente las más afectadas por el desborde totalitario al
que nos referiremos - reaccionó ante los atropellos más salvajes contra las instituciones de que se tenga memoria en la república organizada.-
Antes
de entrar en otro tipo de consideraciones hemos de advertir que nada de
este proceso de demolición y de sustitución al que asistimos se podrá
comprender si no se parte del hecho evidente de que los derrotados de
ayer están gobernando hoy. Sin derecho ni legitimidad -
en todo caso, una meramente formal y aritmética pero a todos nos consta
que el presidente Kirchner careció de apoyo electoral, circunstancia de
la que él y su elenco tienen plena conciencia, razón por la cual
procuran en las elecciones legislativas de octubre que su gestión sea
plebiscitada - está,
sin embargo, llevando a cabo una revolución más profunda de lo que se
supone; excediendo y abusando de la voluntad de la sociedad que en
ningún momento de la campaña del 2003 fue convocada a pronunciarse sobre
el tema de la represión ni de las leyes de perdón.-
Por lo pronto en el corto lapso de su mandato - expresión
relativa y confusa ésta del mandato puesto que en realidad no hay
mandantes, excepto los terroristas muertos y los sobrevivientes -
consiguió una formidable acumulación de poder, logrando imponer su
voluntad sobre los otros dos, aparte del ejecutivo en el que lo ejerce
con tiránica prepotencia.
En el fuero penal federal no tuvo inconvenientes porque implícitas reglas de juego marcaron desde siempre que es un espacio al servicio del gobernante de turno; en cuanto a la Corte Suprema los supo vencer con idéntica dosis de audacia y de decisión con que obtuvo de un Congreso pusilánime y corrupto la suma del poder público (las
facultades extraordinarias para disponer a antojo del presupuesto
nacional de manera de beneficiar o perjudicar a quien fuere, sea
gobernador o intendente y la incontinencia en el dictado de decretos de
necesidad y urgencia, campo en el que batió “records” sin que nadie en
el parlamento se preocupara por controlarlos).
Avanzó con buscada espectacularidad sobre el alto tribunal y haciendo caso omiso del decreto que él mismo dictara (222/3) designó a riguroso dedo a sus nuevos integrantes en reemplazo de los que provenían de la administración de Carlos Menem; o sea que reemplazó
una “mayoría automática” por otra igualmente disciplinada con la
diferencia que esta nueva responde no sólo a las instrucciones recibidas
desde la Casa Rosada sino también a sus exigencias ideológicas con las que, por lo demás, coincide.
Por
esto es que la Corte de Zaffaroni y de Argibay - a la que se plegó con
todo sentido de la oportunidad Petracchi, de origen alfonsinista -
comenzó por declarar la constitucionalidad del despojo de que habían
sido objeto los ahorristas por parte del estado y de los bancos
particulares (con lo que hizo zafar a las arcas públicas de un deterioro del que no hubiera podido recomponerse) sino que se lanzó sobre la
absurda y tétrica tesis de que hubieron en el país dos violencias, una
legal (y, por lo tanto, prescriptible) y otra ilegal (y, en
consecuencia, imprescriptible y ni siquiera amnistiable).
Para el primer terrorismo (nunca calificado así) todos los derechos, consideraciones y garantías, para el otro todos
los agravios, todas las negaciones del derecho, toda la persecución
judicial, y cuando no hubiese motivo para la prosecución de la causa, un
retardo en adoptar medidas que pudieran beneficiar a los militares
implicados.
El
terrorismo “bueno” que goza de todas las garantías y de las más
complacientes interpretaciones es el que fuera practicado por Montoneros
y por los asesinos del ERP
que, como veremos, en su hora no se privaron de proclamar a voz en
cuello sus crímenes ni de presentarlos como victorias del pueblo en
ejercicio de una democracia extraña encarnada en esa vanguardia
homicida.
El terrorismo “malo” e imperdonable es el llevado por el estado. Nunca
estos jueces llaman al primero subversión, como debiera porque tal
designación suena a reproche lo que en esta nueva jurisprudencia no
resulta admisible. Hasta en la terminología utilizada y mientras no
puedan menos, estos jueces prevaricadores se cuidan con esmero para no
caer en contradicciones lógicas, limitándose a las propiamente jurídicas
de las que tan deshonestamente abusan.-.
La
Corte Prevaricadora - mano larga de montoneros y erpianos-, que se
apresta a destrozar a la república cuya custodia le fuera encomendada,
decidió en medio de hipócritas tecnicismos la aplicación con efecto
retroactivo de determinados tratados internacionales sobre derechos
humanos y crímenes de lesa humanidad.
Lo curioso es que el tribunal no vacila
- ni se detiene a justificarlo- en alegarlos contra los principios
generales del derecho penal, empezando por el de irretroactividad.
Sigue
con todos los demás en la medida en que le sea necesario para
satisfacer su ideología y, en especial, las instrucciones recibidas;
y así van cayendo el de la ley más beneficiosa al acusado, el de cosa
juzgada y la intangibilidad de los decretos de amnistía.
Más que curioso es que procedimientos de tamaña y grosera ilegalidad hayan sido adoptados por teóricos
que desde el libro y la cátedra así como en el ejercicio de sus
funciones judiciales vienen proclamando y aplicando - con frecuencia
hasta el absurdo- las máximas y aun más distorsionadas garantías. Estos garantistas militantes, que no ven delincuentes en ninguna parte y que se complacen en sobreseer a los peores criminales, se muestran tan severos a la hora de juzgar a militares y policías, como si éstos fueren especialmente condenables al punto que no les reconocen ningún atenuante: es
como si a los uniformados se los colocara al margen del derecho, como
apestosos que no merecen justicia ni consideración: ellos deberán probar
su inocencia que no se les presume.
En cambio, a los que tomaron la iniciativa del terror - como con expreso orgullo lo manifiestan - se los califica de simpáticos y hasta nobles delincuentes políticos. De esta manera los magistrados van mucho más allá de sus atribuciones y de sus posibilidades y
penetran en el interior de cada individuo determinando la intención que
movió a los terroristas y el ideal que los movió. Y así pueden llegar a
la conclusión que sembraron la muerte y la guerra en
su condición de obvios reivindicadotes de una sociedad más justa y
sostenidos por el sueño del “hombre nuevo”, sospechosa utopía en cuyo
nombre se cometieron los más aberrantes atentados y secuestros.-
De cualquier forma nos parece oportuno señalar, por lo menos, dos puntos fundamentales –que no son los únicos- de los pronunciamientos de la Corte Prevaricadora - CP.
Uno es que las dos leyes declaradas inconstitucionales habían sido consideradas constitucionales en su composición anterior. El segundo
es que, en realidad, no se cuenta con una definición exacta ni aceptada
por todos de lo que debe entenderse por crimen de lesa humanidad, fuera
de lo dispuesto en las normas del tribunal de Nuremberg; allí se
acuerda que el mismo consistirá en todo tipo de agresión y lesión contra
una persona o una colectividad en virtud de su raza, ideario político,
religión y cualquier otro factor de similar índole.
A los miembros de la CP se les escapó
- o dejaron escapar- el hecho que a los terroristas de los 70 se los
persiguió en su calidad de delincuentes (comunes y no políticos, como se
empeña en distinguir ese otro empleado del PE, Claudio Bonadío) y no
por su raza, religión, etc.
Hecho
no menor que sirve para acreditar no sólo la tramposa ineptitud de los
miembros de la CP sino los límites a donde están dispuestos a llegar: concretamente,
si esto es el gobierno montonero en acción, este poder judicial montado
por Kirchner es una forma de los tribunales del pueblo que tan
folklórico y retórico orgullo despertaban en estos asesinos seriales y
sistemáticos que hoy vuelven enaltecidos e impunes.-
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Por invitación del comandante en jefe del Ejército
general Roberto Bendini el grupo piquetero que responde a Luis D’ Elía
dispuso por 48 horas de las instalaciones de Campo de Mayo. El hecho es
ilegal además de insólito ¿Por qué se les otorga a bochincheros
oficiales, a delincuentes comunes (que arrasaron sin consecuencias una
comisaría ante la pasividad del gobierno y de la justicia) un lugar
destinado a otros fines y no al de recreo o de deliberación de
marginales?.
Se supone que esos terrenos son para cumplimiento de objetivos militares
y no para facilitar una convivencia indeseable, incomprensible y
peligrosa. A partir de ahora no habrá razones para que el máximo jefe
militar se niegue a otorgar un disfrute similar a cualquier otra
agrupación, de la índole que fuere, que se lo solicitare, por ejemplo
las Madres o las Abuelas.-
El recuerdo con el Operativo Dorrego,
llevado a cabo en tiempos del presidente Héctor Cámpora, es inevitable.
En esa ocasión desfilaron conjuntamente tropas del Ejército y
militantes montoneros; fue un alarde de soberbia y se inauguraban así
contactos institucionales que significaban dos cosas: el Ejército se
arrepentía implícitamente por su acción antisubversiva y Montoneros se
legitimaba y empezaba a formar parte de un arma que hasta entonces los
había combatido. Se echaban las bases de una nueva convivencia o sea de
un nuevo estado, nada menos.
En
1973 no se produjo la pasividad de los oficiales que - aun confundidos e
infiltrados - no tuvieron necesidad de reaccionar porque la situación
política les proporcionó una salida que, lamentablemente, no tardaría en
clausurase: hoy
el panorama se dibuja distinto; con una cierta abulia o conformidad o
indiferencia o cansancio entre los oficiales que parece que ven lo que
ocurre como un proceso inevitable y fatal y que no los implica
individual ni corporativamente, como una secuencia ante la cual no hay
más que resignarse.
Sería terrible que el episodio fuere interpretado así. Recibir
a delincuentes y transgresores en la base militar más grande del país
no es abrirse a la sociedad, una sociedad que no le reclama nada a las
FF. AA. sino que lo sean en verdad.
No es tampoco un gesto de reconciliación que nadie (o muy pocos)
reclaman puesto que no hay conflicto que superar, digan y crean lo que
sea Kirchner, Bendini y Godoy, Verbitski y Bonasso....
Haber habilitado las puertas de Campo de Mayo es algo peor,
si cabe, que compartir con enemigos latentes y que jamás dejarán de
serlo del poder militar: es revolver la conciencia castrense justamente
en momentos en que la lucha, aunque algunos se empeñen en ignorarlo o en
disminuirlo, nunca cerrada, se empina en sus peores expresiones como
que ahora se da desde el gobierno.
Estamos ante una nueva guerra revolucionaria y hay que saber quien es y donde está el enemigo, siempre más cerca de lo que supone. Aparte de imprudente y de ridícula ¿cómo
calificar esta actitud que golpea en el interior de la fuerza y
desubica a sus hombres y, en especial, los que están siendo perseguidos
por una “justicia injusta”? ¿Se cree verdaderamente que se trata de un acercamiento o, más bien, de una entrega? ¿O de una claudicación?
Víctor Eduardo Ordóñez
"CUANDO LA GUERRA ES JUSTA
EL QUE NO MATA PECA"
(San Agustín)
Nota: Mantendremos en servicio el sitio web de ´OTROSI´ para que sea un archivo de consulta permanente de los escritos de Víctor Eduardo Ordóñez e iremos agregando al mismo sus demás notas en otros medios de prensa.