miércoles, 26 de junio de 2019

"OTROSI" Nº50 - diciembre 2003 - "¿Hasta donde llegará?"

Significado de la palabra:

OTROSÍ. (Del lat. alterum, otro, y sic, así.) adv. c. Demás de esto, además. Ú. por lo común en lenguaje forense. Il m. Der. Cada una de las peticiones que se ponen después de la principal.

Boletin 50 - diciembre 2003 - 

"¿Hasta donde llegará?"


"OTROSÍ" Nro. 50 – diciembre del 2003

¿HASTA DONDE LLEGARÁ?
A medida que el gobierno del Dr. Kirchner prosigue su marcha – bajo la inspiración de quien no está dispuesto a “dejar los principios en la puerta de la Casa Rosada”, según nos prometió desde el primer momento - se puede comprobar que, si bien es posible que su abierta tendencia a los ideales y a los idealistas de los 70 se fue disimulando algo con el paso del tiempo, en modo alguno se contuvo y cada tanto reaparece.-
Tan es así que, quiéralo o no, el propio presidente está envuelto en una interna de la izquierda pos-armada que en estos momentos alcanzó su punto más alto y, como no podía ser de otro modo tratándose de personajes de esta calaña, por cuestiones de intereses contantes y sonantes (las míticas “patéticas miserabilidades” de nuestro folklore político).-
Bonasso se enfrenta con Verbitzky por un dinero (aparentemente restos de secuestros de la “era dorada”) extraviado camino a Perú.


Por su parte la dudosa abuela Estela de Carlotto renunció intempestivamente a la Comisión de la Memoria (extraño y tendencioso organismo-engendro creado con dinero oficial en la provincia de Buenos Aires) por discrepancia precisamente a propósito del manejo de ese dinero oficial. Se susurra que Graciela Cerruti – directora de una revista de lujo que edita la citada Comisión, mujer por lo demás muy cercana a Horacio Verbitzky - no habría dado correcta cuenta de la partida que le fuera asignada por el gobierno provincial.-
No debe tratarse de un caso menor puesto que provocó el retiro de la presidente de las Abuelas de Plaza de Mayo y de tres o cuatro de los directivos de esta institución dedicada a destrozar familias disfrazando su rencor bajo el nombre de justicia.-
El bien pagado premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, por su parte, se mostró contrariado con la indómita gran mamá y se atrincheró detrás de Cerrutti a la que, entre otros cargos, se le imputa el pago de sueldos desproporcionadamente elevados.
Es que, evidentemente, a la “izquierda paqueta” de todas partes del mundo le gusta vivir bien y gastar, en especial de lo ajeno. Aparte de las indemnizaciones – que en la Argentina ascienden a varios miles de millones de dólares - se muestra harto dispuesta a obtener el último rédito que pueda a sus crímenes que para estos efectos no parecen haber prescripto. Hay que convencerse y terminar con un mito que ya lleva demasiado tiempo y causado demasiado perjuicio y es que la izquierda es desinteresada y que no se encuentra atada en esas feas preocupaciones burguesas que constituyen el desdoro de lo que ella misma llama la “derecha”, a la que le endilga los peores vicios.
Muy por el contrario, todo este ´progresismo´, escondido o refulgente y que se presenta como el portador exclusivo de las banderas de la decencia, se suele mover por los peores apetitos que cada tanto explotan como el pus contenido. De allí que suene a burla y a ficción su pretensión de erigirse como la salida, como lo nuevo, como lo esperado. Filosóficamente no sabemos pero políticamente son férreos realistas.-
El presidente se fue a Benito Juárez a rendirle homenaje – no sabemos en calidad de qué, si de primer magistrado o de añorante de la época de los crímenes y de los atentados - a cuatro desaparecidos, esos raros idealistas que mataban y morían sin saber mucho porqué.-
Debemos recordarle, por si no lo sabe (aunque sin duda bien que lo sabe) que dos de sus llorados amigos (Basile y Pacheco) no son desaparecidos sino que cayeron en enfrentamientos armados con las fuerzas de seguridad. O la SIDE – ahora a su disposición - no funciona o su flamante diputado Bonasso le pasa mal los datos.
En cualquier caso hace pésimo Kirchner en poner chapas y nombres de terroristas cuya única virtud es hoy despertar su emoción de setentista rezagado ¿Se preguntó porqué murieron sus amigos, en qué circunstancias, cuales fueron sus culpas y si ellos, a su vez, mataron a alguien, quizá a un vecino del pueblo? Al proceder de una manera tan desaprensiva y arbitraria, tan “sentimental” y unilateral el primer magistrado contribuye – o pretende hacerlo - a la confusión y a mantener viva una emoción que pocos comparten ni entienden, rescatando un estado de ánimo por completo minoritario y artificial. Y que no tiene derecho a extenderlo al resto de la sociedad que no le importa “eso” o que lo olvidó o que trata de olvidarlo.-
Estos gestos demagógicos son terribles y crueles porque actualizan la perversidad de esos años sin el contexto en que se dio; o sea que la gente - desinformada o indiferente - puede llegar a sentir una cierta adhesión por esos jóvenes muertos por causas confusas pero nobles. Ahora se invirtió el lema de otrora alegado por los comunicadores de la izquierda: “por algo será” para referirse a los caídos por la represión sin que nadie entonces reaccionara. Ahora se vuelve a decir: “por algo será” pensando en que esos muchachos violentos tenían razones para matar, secuestrar y poner bombas.
Esto es lo que se propuso la izquierda pos-armada (legalizar exaltando “aquello” que hicieron sus jóvenes homicidas hoy propuestos como ejemplos) que llegó con Kirchner al poder y es lo que explica estos homenajes ofensivos para las víctimas del terrorismo y para los que lo enfrentaron y derrotaron.-
El almirante Mayorga es un alto oficial de la Armada argentina de mucho prestigio. Tuvo la poco oportuna ocurrencia de recordarle al presidente Kirchner que no es hijo de las Madres ni de las Abuelas como el primer mandatario declaró ante la ONU poco tiempo ha y lo sigue reiterando cada vez que puede. Este simple, indispensable y legítimo esfuerzo de conservar la identidad propia y la de la mayoría de sus compatriotas le valió una sanción inusualmente severa, aplicada por el Comandante en Jefe almirante Godoy.
No vamos a entrar a considerar la justicia, el sentido o el exceso de la pena impuesta sino que, simplemente, vamos a afirmar - concediendo que se trató de una falta disciplinaria- que voces como la del almirante Mayorga - dentro o fuera del código militar, cassi no importa ya a esta altura de los acontecimientos y de la gravedad de los dichos del presidente ante la máxima asamblea internacional - resultan indispensables para mantener con un mínimo de claridad la conciencia nacional, tan predispuesta a las peores deformaciones bajo la acción libre y sin contrapesos de los mass media al servicio de un terrorismo que no termina de desaparecer y que muestra capacidad para volver en sus nombres y en sus símbolos.
A propósito ¿el código de justicia militar no comprende al jefe último de las Fuerzas Armadas (el presidente de la república) o éste puede decir lo que quiera sin tener que rendir cuenta ante ninguna autoridad institucional?
¿Está exento de toda responsabilidad para poner su ideología y sus contenidos de conciencia como política de estado y como voluntad de la nación?
El presidente colombiano Alvaro Uribe ha enviado al congreso de su país un proyecto de ley que, en realidad, sorprende que no se encuentre en vigencia desde hace tiempo teniendo en cuenta la guerra revolucionaria que esta pobre nación hermana viene sufriendo desde hace más de 40 años. Por ese proyecto se dispone la realización de una serie de intervenciones policiales (como allanamientos, escuchas telefónicas, etc.) sin necesidad de decisión judicial.
Por supuesto se produjo una reacción unánime de los organismos de derechos humanos a nivel internacional, los mismos que permanecieron callados cuando idénticas atribuciones se le acordaron al presidente de Estados Unidos para enfrentar su propio terrorismo y de las que ya venía disfrutando el tirano Castro.
No es de extrañar esta actitud, tan habitual en la izquierda de todo matiz que sólo protesta cuando ella se ve agredida. Su lema pareciera ser: todos los derechos para la Revolución, ninguno para la Reacción.
Así se comporta el progresismo en todas partes: cuando ataca es mesiánico, cuando es repelido es la víctima; en el primer caso todo le está permitido, en el otro el enemigo debe restringirse al máximo y ha de respetar a su agresor actuando en el más estricto marco legal.
Para asegurar tal ignominia y semejante suicidio están los jueces como Bonadío en la Argentina y Garzón en España. Todo un mecanismo que se echa a andar cuando las circunstancias lo requiere. Es hora que todos los gobiernos que se enfrentan con enemigos armados y totales - como la subversión sostenida por Cuba y añorada por Kirchner - asuman su obligación, su necesidad y su derecho de dotarse a sí mismo de todas las armas que fueren menester para derrotar a quien los ataca desde la sombra.-
De adoptarse la unilateral posición de la izquierda se dará el resultado que es ésta la que fija y determina las condiciones legales y morales de la guerra que ella misma desató lo que equivaldría a cederle toda la iniciativa en la valoración del conflicto.-
Pablo Mendelevich, ex empleado de Timmerman en el diario “La Opinión” de tan infeliz memoria, sacó en “La Nación” del 23 de noviembre pasado una nota sobre “el debut del terror”; si el artículo se hubiera referido a la aparición de los Uturuncos, por ejemplo o a otros movimientos similares que ya había comenzado a prepararse para librar la guerra revolucionaria que habría de envolver a nuestra sociedad por una década más, que hicieron su aparición criminal a comienzos de los 60 y años posteriores, podría haber revestido cierto interés porque reflejaría el enfoque desde un ángulo comprometido pero honesto del espectro.
Sin embargo, Mendelevich prefirió recortar su memoria y, dando un salto arlequinesco en la crónica histórica, no tuvo inconveniente científico en colocar el origen del terrorismo en la Argentina en 1973 –exactamente el 23 de noviembre- cuando una bomba colocada en el auto del entonces senador “radical” (en realidad pieza de Montoneros que ya había empezado a asolarnos) lo hirió de gravedad.
El atentado le fue atribuido, al parecer con razón, a las Tres A, la siniestra organización – con algo de criminal y algo de esotérica- fundada e inspirada por José López Rega, hombre de confianza del ya presidente Perón.
Aquí más que ocultamiento hay deformación. Porque ese 23 de noviembre de 1973 no nació el terrorismo en el país ni fue ése el primer atentado. En rigor, la bomba colocada debajo del automóvil del senador fue una respuesta – aturdida, inconexa, apresurada - al terrorismo ya lanzado para entonces y no, precisamente por la iniciativa del gobierno.
La aparición de la Triple A fue una declinación inaceptable e incomprensible, además de innecesaria, del poder y de la facultad de represión del estado en un grupo paramilitar; lo que por cierto de manera alguna ilegitima la acción represora que el estado mismo tomó a su cargo por intermedio de las fuerzas armadas. Que es lo que el autor de esta nota-homenaje persigue con su redacción truncada y hemipléjica, recordando una parte – la menos significativa - de la historia.
Porque el mensaje que Pablo Mendelevich quiere que quede en la memoria colectiva de los argentinos es que un grupo de forajidos, supuestamente al servicio del orden agredido, fue el responsable del terror que había comenzado antes y que se habría de desencadenar incontenible enseguida. Burdo escamoteo de este discípulo y practicante de la dialéctica aprendida en las páginas de La Opinión que fue el instrumento utilizado para introducir el gusto por la violencia en la burguesía universitaria de entonces.-
Dios guarde a la Patria
por Dr. Víctor Eduardo Ordóñez

FOTOCOPIE Y DISTRIBUYA
Dr. Víctor Eduardo Ordóñez
Si Ud. está de acuerdo, háganoslo saber y envíenos su ayuda
Casilla de correo 80 Sucursal 7 Carrasco 31-37 (1407) Capital Federal