sábado, 29 de junio de 2019

"OTROSI" Nº53 - mayo 2004 - "La rendición fue más total" y "¿Hasta donde llegará?"


Significado de la palabra:

OTROSÍ. (Del lat. alterum, otro, y sic, así.) adv. c. Demás de esto, además. Ú. por lo común en lenguaje forense. Il m. Der. Cada una de las peticiones que se ponen después de la principal.

Boletin 53 - mayo 2004 - 

"La rendición fue más total" y "¿Hasta donde llegará?"




"OTROSÍ" Nro. 53 – mayo del 2004
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Indice con links directos:
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"LA RENDICIÓN FUE MAS TOTAL"
El nefasto 3 de marzo - día que deberá olvidarse de la memoria de la Armada porque fue una rendición sin gloria y recordarlo como ejemplo de lo que no hay que hacer - el almirante Jorge Godoy hizo algo más y peor que anunciar la entrega de las instalaciones navales al enemigo.
Procedió contra el reglamento y, al mismo tiempo, contra la realidad histórica y el sentido común. En cumplimiento de órdenes superiores (las del presidente Kirchner) él también descolgó el cuadro del almirante Eduardo Massera que, con todo derecho, figuraba en la sala dedicada a aquellos que fueron comandantes.
Con mayor sentido del ridículo y de la discreción, prescindió del banquito (al que con gracia José Gobello propuso incluir en el futuro "museo de la memoria") ya mítico del general Bendini y actuó a solas, sin la presencia de esas indiscretas y divertidas cámaras de TV que registran cada debilidad y traspié que pueden..
Pero el acto bochornoso se cumplió y el almirante, seguramente, de inmediato informó con disciplina castrense al comandante supremo que así lo había dispuesto. Con su conciencia ya tranquilizada se retiró a su despacho convencido de haber cumplido con alguna convención internacional (no se sabe cual), de ésas que protegen a los terroristas.-


No sabemos si el almirante Godoy asumió el nivel de su responsabilidad al comportarse de esta manera hasta las últimas consecuencias. O, en su caso, en qué tipo de especulaciones -más o menos maquiavélicas - se perdió para aceptar y cumplir personalmente tan innoble mandato. Ni qué criterio de obediencia debida aplicó para deshonrar de tal forma y en tal magnitud no sólo su uniforme sino a la fuerza que la nación (no el gobierno ni la dirigencia política ni los organismos de derechos humanos) puso a su cargo. ¿Qué buscó, qué supuso, qué pretendió al actuar así?
Se confundió en algo muy esencial y muy evidente: enfrente no había ningún enemigo en condiciones de exigirle semejante tributo. Se equivocó si dio por perdida la guerra que sus subordinados (antiguos compañeros) habían ganado. Se volvió a equivocar si creyó que la guerra subversiva (y, consecuentemente, la antisubversiva) había terminado.
No advirtió (o no quiso advertir, apurado por las órdenes presidenciales) que la misma se había reanudado apenas finalizada la anterior, la propiamente armada. Estos años - de sordo rencor y de reubicación de las tropas montoneras y erpianas ahora en los lugares del poder - no pasaron en vano sino que fueron utilizados por la subversión para alterar la historia vivida y para hacerse olvidar sus crímenes.
Ahora esa guerra - cuya mayor habilidad consistió en hacer creer que no había sucedido - se reanuda. Lo sabemos, con otras características, con otros métodos, incluso con otros nombres. Firmenich, por ejemplo, no puede volver, tragado por la propia dinámica que él mismo desató, Santucho muerto no encontró sucesor en su carrera de asesino serial, los Montoneros demostraron acabadamente que son infértiles y que, en rigor, no sólo no elaboraron ningún un programa que llevar a cabo sino, que no tienen la mínima capacidad de gobierno y que es el disfrute de éste lo que los movió.
Este no es un dato secundario y debió ser tenido especialmente en cuenta por los responsables de las Fuerzas Armadas - en este caso de la Marina - para disponer del contexto político en el que se adoptó la decisión de la entrega. Porque el gobierno montonero de Kirchner carece de políticas ciertas y de respuestas concretas para los problemas argentinos.y su única preocupación es la de reivindicar a los terroristas de un cuarto de siglo atrás y es a ésta a la que se adaptan sin resistencia los comandantes de las tres armas ¿Porqué comprometerse con un gobierno y con una gestión signada e inspirada por el enemigo y que en las otras áreas va directamente al fracaso, cuyos síntomas ya se empiezan a percibir?
Pero Godoy hizo más. O, mejor, hizo menos. Permitió que el acto de toma de la ESMA fuese llevado a cabo por medio de un lumpen que asoló sus instalaciones, violando y destrozando la mitad de sus oficinas, implantaran el rostro del Che Guevara sobre la bandera patria, se tapizaran sus paredes con carteles de las Madres y, para culminar de un modo simbólico, grotesco y desagradable, se tocara el himno nacional en tono de rock en la versión de García, un exponente de la decadencia y de la descomposición.
A tanto llegaron los excesos - ante la pasividad de la policía, la ausencia de los hombres de la Armada y la pasividad de la justicia - que el propio presidente vaciló y se mostró arrepentido de la realización del acto. Fue como si constatara en ese momento que había desatado los demonios de la Caja de Pandora al punto que él no podía ya dominarlos.
Lo que empezó como un gesto de retórica vana, casi un divertimento se transformara no para espanto - porque los progresistas no se espantan de sus propias desmesuras - sino para alarma ante un paso del que resultará difícil volver. Porque a los unos se les concedió demasiado y a los otros se los ofendió demasiado.
El proyecto de unión con que llegó la socialdemocracia hoy gobernante se hizo añicos en esas horas del 24 de marzo del 2004 en las que cada uno actuó como lo que realmente es. Todo a cargo de una pequeña multitud que pretendía representar a todos los argentinos y apenas si estaban ellos, los verdaderos y supuestos presos de la ESMA.
Todo muy hipócrita, muy falso, muy virtual, una gran ficción cuyo principal protagonista - aunque ausente - fue el almirante Godoy. Nos preguntamos todavía si se preocupó lealmente en hacer la denuncia judicial correspondiente y llevarla adelante o se conformará con el gesto ritual de la presentación ante el juez Bonadío que es un personaje solícito del régimen, del que cuadre.-
Rendirse por la orden dada por el jefe enemigo es un absurdo militar, político, jurídico y ético y eso es lo que hizo Jorge Godoy.-
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¿HASTA DONDE LLEGARA?
Kirchner - hombre mediocre pero de odios duraderos y profundos - ciertamente dista de ser un buen gobernante y, de hecho, no gobierna. Se deja llevar por los acontecimientos y, tal vez satisfecho de dirigir un país periférico, ha optado (como todos sus predecesores) porque nuestra suerte y destino se jueguen en otras latitudes. Así contempla, distraído, cómo la economía empieza a paralizarse primero y a desmoronarse después, cómo van bajando paulatinamente los precios de los productos argentinos cómo trepa la tasa internacional de interés al ritmo del de barril de petróleo.
Esto poco y nada le preocupa porque lo suyo está en otra parte, sus inquietudes son ajenas a estos vaivenes planetarios. El no es un estadista sino un vengador, no es un pensador sino un ideólogo, no es un político en la acepción noble y clásica sino un artesano del rencor y del enjuague. Por esto es que lo prioritario de su agenda - en verdad lo único que lo reclama - es reinstalar las hasta hace poco dispersas fuerzas subversivas de todos los colores para reiniciar el ataque contra el orden republicano, débil pero perfectible. El mismo ataque que había quedado en suspenso a finales de los años 70, década de la formación "intelectual" del hoy presidente.-
Aparte de designar como embajador en España a un amigo suyo de las milicias montoneras - integrante que fue como él de la juventud maravillosa de entonces - Carlos Bettini, hizo lo propio con Néstor Timmerman como cónsul en Nueva York del que lo peor que podemos decir es que sigue las huellas de su papá Jacobo con el que hasta comparte el mismo desagradable gesto de quien se siente en el exilio.
Con respecto al primero tomó estado público no su currículum sino su prontuario por boca -ni más ni menos - de la insospechable Patricia Bulrich quien pudo haber sido su correligionaria y compañera de aventuras y de inquietudes por aquellos magníficos tiempos en los que la izquierda armada tenía convicciones, soluciones y armas.
En el presente nuestro nuevo representante en la Madre Patria - más bien burgués y ricachón el mozo - se manifestó no sólo un lobbysta más o menos descarado sino un delincuente económico que, por esos azares de la justicia argentina, viene escapando a las redes que atraparon en su tejido a Carlos Menem.
En cuanto al hijo del fundador de La Opinión - útero en el que se engendraron los peores especimenes de la subversión, desde Walsh hasta Bonasso y Verbiztky (ambos confidentes del primer magistrado) - fue el que pronunció por TV en el programa Hora Clave de un impertérrito Mariano Grondona y en su presencia una fórmula definitoria de lo que es su ideario y de lo que sería su gobierno: las Fuerzas Armadas no tienen función que cumplir en el estado que Timmerman y los suyos pergeñan. Exactamente proclamó por un medio masivo de comunicación su programa de extinción de nuestras instituciones militares.
Claro, sin reacción alguna de parte de sus responsables (¿) probablemente por que Godoy, Bendini ni Rhode, marchitos en el cumplimiento de sus deberes, no tienen tiempo de ver televisión. Nos cabe preguntar ¿si se hubieran enterado qué habrían hecho ante los planes del enemigo que tuvo a bien informarles? Y ¿cómo compatibilizarían su inactividad bélica -rendición expresa sin luchar, cumplimiiento ciego de órdenes ilegítimas y absurdas, sometimiento al ridículo público, pedido unilateral de perdón - con la noticia de su anunciada y deseada desaparición? ¿No les dice nada la circunstancia de que tamaño energúmeno pase a ocupar el, quizá, más codiciado puesto del servicio exterior del país? Su asepsia disciplinaria llega al suicidio.-
Como es de público y notorio, Kirchner se encuentra absorbido desde que asumió el gobierno en cuestiones más importantes que la de atender al bien común de los argentinos . Su tema central, su problema mayor es vengar los 70 y reactualizar ese pasado que añora al parecer cada vez más. Y no se detiene en discursos ni retóricas. Acaba de nombrar jefe de instrucción de la policía de la provincia de Buenos Aires a Jorge Omar Lewinger (a) "el francés" en la jerga de la terrorista organización que integró desde su fundación, FAR de la que llegó a ser comandante de la Columna 8, caracterizada por su barbarie en los atentados que cometió.
Es una obvia filtración en una fuerza de seguridad que se destacó especialmente en la represión de los subversivos que tomaron a finales del gobierno de Alfonsín el regimiento de La Tablada, encerrándolos allí hasta la llegada de las fuerzas del Ejército que recuperaron el establecimiento. Una institución así de desagradable para la memoria terrorista no podía quedar impune: ese mismo terrorismo en el poder bajo el comando de Kirchner decidió recomponerla con un signo contrario
Es una forma, si dispone del tiempo necesario, de crear un nuevo ejército "popular" por ahora de un modo clandestino pero más adelante cuando Montoneros, ERP. FAR y similares, sean un recuerdo y un referente - la policía bonaerense pasará a ocupar el lugar de éstas y a cumplir sus funciones. Entre leninista y gramsceana la estrategia montonera se apresta para todos los frentes.
Para más datos, se ha de saber que el nuevo funcionario policial integró la delegación argentina (¿) a la reunión de La Habana de 1967 de la que habría de surgir el terrorismo sistematizado de O.L.A.S. que se encargó de diseñar y coordinar la violencia guerrillera en todo el continente. En esa embajada el flamante jefe de una de las fuerzas de seguridad más importantes del país fue acompañado por el legendario Williams Cooke, la simpática asesina del general Aramburu, Arrostito, su cómplice en la aventura Fernando Abal Medina, el ideólogo máximo del crimen en la Argentina - inspirador hasta su separación del asesino serial Roberto Santucho - Nahuel Moreno; y otros prohombres del averno que concurrieron a la fundación de una entidad que atacaba un imperialismo en nombre y al servicio de otro y que pretendía defender las naciones hispanoamericanas actuando en representación de intereses internacionales.
Este es el hombre que el primer magistrado se ocupó de insertar en la policía, justo en el momento en que el organismo nacional se vuelve a resquebrajar bajo los golpes de una realidad que no merece la atención de este gobierno montonero llegado, como se dijo, para vengarse y no para administrar.-
"Hebe Bonafini es una mujer detestable. Vive del cuento y del dolor ajeno. Es la más conocida de las Madres de Plaza de Mayo. La diferencia entre la Bonafini y el resto de sus compañeras es que a la gorda no le desapareció hijo alguno durante la dictadura militar. Los hijos de la foca porteña y batasunera viven en Paris con su padre ... Se fueron porque no podían soportar a su madre sencillamente La gorda se anudó el pañuelo blanco en la cabeza y ha recorrido el mundo de gorra y en asientos de primera clase ... un amplio sector de auténticas madres de desaparecidos se escindieron del grupo radical de la gorda por graves y profundos desacuerdos con el proceder y el buen vivir de la impostora y nauseabunda porcina ... probablemente algún pico del dinero recaudado con los secuestros y chantajes de la ETA ha terminado en el bolsillo de la vociferante puerca ... Alfonso Ussía".
Este texto violento pero exacto de un indignado periodista español comenta el aporte que el gobernador socialista de Asturias Alvarez Arece le hizo a la Bonafini de 180.000 euros. De esta manera es lindo ser perseguida a partir del desconocimiento de los unos y de la imaginación de otros .. Y la solemne complicidad de la CONADEP.-

Víctor Eduardo Ordóñez


"CUANDO LA GUERRA ES JUSTA
EL QUE NO MATA PECA"
(San Agustín)



FOTOCOPIE Y DISTRIBUYA

Dr. Víctor Eduardo Ordóñez

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