domingo, 23 de junio de 2019

Anselm Grün: un hereje en la playa


Anselm Grün: un hereje en la playa

Hace ya más de mes y medio que, en la costera ciudad de Mar del Plata tuvo lugar la disertación del heterodoxo monje ambulante Anselm Grün, benedictino de la New Age.
Con pinta de profeta , Grün habla y publica urbi et orbi diciendo lo que le viene a la gana sin ser jamás llamado al orden.
Con tino, caridad y prudencia, un lector de nuestro sitio nos ha enviado esta carta para su publicación donde se denuncia el caso para,

Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
 

Mar del Plata, 02 de mayo de 2019
Su Excelencia Mons. Gabriel Mestre:
Dado el derecho (e incluso el deber) de laico de manifestar opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia (Canon 212§3, del Código de Derecho Canónico), debo decir que la conferencia titulada “Una Espiritualidad para nuestro tiempo», del monje benedictino Anselm Grün en la Diócesis de Mar del Plata, el día 30 de Abril a las 19:30, nunca debió haber ocurrido, ya que su prédica contribuye a la confusión de los fieles con enseñanzas contrarias al Catecismo de la Iglesia Católica.
Fray Nelson Medina O.P, en su publicación titulada “Que ya no nos confunda más Anselm Grün”, escribe: “Lo que Grün dice sobre el diablo, o sobre los demonios, no es la enseñanza de la Iglesia. El benedictino afirma que la teología dogmática enseña esto: “El diablo y los demonios son poderes personales pero no son personas; impiden mi desarrollo personal; pertenecen como a mi lado oscuro; pero el diablo no es persona como Dios es persona o como un ser humano es persona; pero el diablo es una imagen de la dimensión profunda del mal.” Ahí tienen ustedes a Jung: el arquetipo de la maldad no existe más que como arquetipo, que es lo mismo que piensa Grün.
El P. Gabino Tabossi, en su trabajo titulado “Una aproximación a la teología de Anselm Grün”, deja al descubierto el concepto de salvación y felicidad del monje benedictino: «Para salvarse y ser feliz hay que pecar, o al menos, evadir el deseo de erradicación de lo que nuestros preconceptos culturales consideran como conductas ‘anormales’».
Sobre nuestros primeros padres: «Nuestro autor cree que el pecado original fue una cosa necesaria y loable en cuanto que, tras él, los primeros padres pudieron ‘conocer el bien y el mal’, ganar en conciencia, aumentar la propia ciencia moral».
Sobre el aborto: “Hoy existe otro peligro de abuso: se abusa del nombre de Dios para fines políticos. Se empieza en el nombre de Dios una guerra contra las así llamadas “semillas del mal”. En nombre de Dios se asesina o insulta a Parlamentarios, que buscan honradamente leyes sensatas para regular la problemática del aborto…” (Anselm Grün, Los Diez Mandamientos, San Pablo, Bs. As., 2007, 46).
Contra la Humanae Vitae: “El Papa Pablo VI con su encíclica Humanae vitae nos decepcionó mucho a los estudiantes de teología. Allí cedía frente a una minoría conservadora”. (Anselm Grün, reportaje comprometido, 30-34)
Contra la Teología Moral: “Me cuesta entender ciertos desarrollos internos de la Iglesia. No puedo evaluar en qué medida estos desarrollos y reacciones dependen directamente del Papa o si fuerzas conservadoras en Roma utilizaron la frecuente ausencia del Papa [Juan Pablo II] para poner en escena sus juegos de poder. Lo que me da pena es que la teología romana se limite principalmente a cuestiones de moral. (…). Se mantienen aún tiesos en temas como la sexualidad y el celibato. (…) También preguntas como el tratamiento de divorciados que vuelven a casarse y la cuestión del asesoramiento a mujeres confrontadas con el tema del aborto parecen ser tratadas en Roma con poco tacto”.
Grün, en su obra “Evangelio y psicología profunda” págs. 41-42, sostiene que: “Muchas parábolas no hablan expresamente de Dios. Se limitan a describir experiencias de la vida ordinaria por medio de imágenes y de símbolos. […] Pero tan pronto como empecemos a sumergirnos en el corazón de la parábola, empezarán a transformarse nuestros pensamientos y deseos, nuestras fuerzas y ardor del corazón, empezaremos a poner nuestra vida rumbo a Dios. En mis cursos de psicoterapia suelo distribuir entre los participantes preguntas como las siguientes para su trabajo personal y la reelaboración de la parábola”.
Al respecto, el P. Horacio Bojorge S.J. dice que “se ve claramente confirmada por esta práctica la convicción de Anselm Grün de que el sentido literal es inútil para la terapia del alma. Lo que debería hacer con sus pacientes sería empezar por enseñarles el sentido literal de las mismas. Todas ellas hablan de Cristo, Hijo de Dios, de la divina regeneración, de la vida filial. Y esto es lo que puede sanar a las almas, porque es el camino elegido por Cristo Médico”. “El sentido literal no es alcanzable desde la psicología profunda, ni desde la teología de la liberación, ni desde dentro de los límites de la razón, ni desde las metas de la autoayuda”.
El Concilio Vaticano I volvió a condenar los usos acomodados y más aún los irreverentes, y sugirió que todo uso acomodado bordea la irreverencia con la Palabra divina o la usurpación de su autoridad o de su sentido. (Sesión III, Constitución dogmática sobre la fe católica, Cap. 2, De la revelación. Canon 4-5 Denzinger Schönmetzer 3007 (1788))
Su Excia Mons. Héctor Aguer, calificó de «perniciosísimo» a Anselm Grün, por ser un eco de la cultura New Age. Mons. Aguer indicó que toda la espiritualidad difundida por Grün está basada en las teorías del psicoanálisis de Carl Jung, abundantes en gnosticismo. Para el Prelado, el trabajo del monje benedictino «es una especie de transcripción pseudoespiritual de la simbología de Jung».
San Juan Pablo II ha alertado respecto al “[…] renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma de la llamada New Age. No debemos engañarnos pensando que ese movimiento pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, es decir, esa postura del espíritu que, en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra sustituyéndola por palabras que son solamente humanas. La gnosis no ha desaparecido nunca del ámbito del cristianismo, sino que ha convivido siempre con él, a veces bajo la forma de corrientes filosóficas, más a menudo con modalidades religiosas o pararreligiosas, con una decidida aunque a veces no declarada divergencia con lo que es esencialmente cristiano”. (Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la esperanza, Barcelona (Plaza & Janés) 1994, pp. 103-104). 3
S.S. el Papa Emérito Benedicto XVI escribió en su obra “Jesús de Nazareth” (págs 11-12) sobre la interpretación psicologista simbólica de Drewermann y Grün: “Hay que decir, ante todo, que el método histórico –precisamente por la naturaleza intrínseca de la teología y de la fe- es y sigue siendo una dimensión del trabajo exegético a la que no se puede renunciar. En efecto, para la fe bíblica es fundamental referirse a hechos históricos reales. Ella no cuenta leyendas como símbolos de verdades que van más allá de la historia, sino que se basa en la historia ocurrida sobre la faz de la tierra. El factum historicum no es para ella una clave simbólica que se puede sustituir, sino un fundamento constitutivo. Et incarnatus est: con estas palabras profesamos la entrada efectiva de Dios en la historia real.
Si dejamos de lado esa historia, la fe cristiana como tal, queda eliminada y transformada en otra religión”.
En la profunda convicción de que tanto usted como yo profesamos y defendemos la misma religión (y no “otra religión”) y que, además, las medias verdades son peores que las mentiras, me despido atentamente con todo mi filial cariño, puesto en la esperanza de que usted tome en consideración esta carta en la que solamente me he limitado a transmitir lo que autores absolutamente incontrastables piensan sobre Anselm Grün.
Javier Rohringer
DNI 33.102.403