Anselm Grün: un hereje en la playa
Hace ya más de mes y medio que, en la costera ciudad de Mar del Plata tuvo lugar la disertación del heterodoxo monje ambulante Anselm Grün, benedictino de la New Age.
Con pinta de profeta , Grün habla y publica urbi et orbi diciendo lo que le viene a la gana sin ser jamás llamado al orden.
Con tino,
caridad y prudencia, un lector de nuestro sitio nos ha enviado esta
carta para su publicación donde se denuncia el caso para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Mar del Plata, 02 de mayo de 2019
Su Excelencia Mons. Gabriel Mestre:
Dado
el derecho (e incluso el deber) de laico de manifestar opinión sobre
aquello que pertenece al bien de la Iglesia (Canon 212§3, del Código de
Derecho Canónico), debo decir que la conferencia titulada “Una
Espiritualidad para nuestro tiempo», del monje benedictino Anselm Grün
en la Diócesis de Mar del Plata, el día 30 de Abril a las 19:30, nunca
debió haber ocurrido, ya que su prédica contribuye a la confusión de los
fieles con enseñanzas contrarias al Catecismo de la Iglesia Católica.
Fray Nelson Medina O.P, en su publicación titulada “Que ya no nos confunda más Anselm Grün”,
escribe: “Lo que Grün dice sobre el diablo, o sobre los demonios, no es
la enseñanza de la Iglesia. El benedictino afirma que la teología
dogmática enseña esto: “El diablo y los demonios son poderes personales
pero no son personas; impiden mi desarrollo personal; pertenecen como a
mi lado oscuro; pero el diablo no es persona como Dios es persona o como
un ser humano es persona; pero el diablo es una imagen de la dimensión
profunda del mal.” Ahí tienen ustedes a Jung: el arquetipo de la maldad
no existe más que como arquetipo, que es lo mismo que piensa Grün.
El P. Gabino Tabossi, en su trabajo titulado “Una aproximación a la teología de Anselm Grün”,
deja al descubierto el concepto de salvación y felicidad del monje
benedictino: «Para salvarse y ser feliz hay que pecar, o al menos,
evadir el deseo de erradicación de lo que nuestros preconceptos
culturales consideran como conductas ‘anormales’».
Sobre nuestros primeros padres: «Nuestro
autor cree que el pecado original fue una cosa necesaria y loable en
cuanto que, tras él, los primeros padres pudieron ‘conocer el bien y el
mal’, ganar en conciencia, aumentar la propia ciencia moral».
Sobre el aborto:
“Hoy existe otro peligro de abuso: se abusa del nombre de Dios para
fines políticos. Se empieza en el nombre de Dios una guerra contra las
así llamadas “semillas del mal”. En nombre de Dios se asesina o insulta a
Parlamentarios, que buscan honradamente leyes sensatas para regular la
problemática del aborto…” (Anselm Grün, Los Diez Mandamientos, San
Pablo, Bs. As., 2007, 46).
Contra la Humanae Vitae: “El Papa Pablo VI con su encíclica Humanae vitae nos decepcionó mucho a los estudiantes de teología. Allí cedía frente a una minoría conservadora”. (Anselm Grün, reportaje comprometido, 30-34)
Contra la Teología Moral: “Me
cuesta entender ciertos desarrollos internos de la Iglesia. No puedo
evaluar en qué medida estos desarrollos y reacciones dependen
directamente del Papa o si fuerzas conservadoras en Roma utilizaron la
frecuente ausencia del Papa [Juan Pablo II] para poner en escena sus
juegos de poder. Lo que me da pena es que la teología romana se limite
principalmente a cuestiones de moral. (…). Se mantienen aún tiesos en temas como la sexualidad y el celibato.
(…) También preguntas como el tratamiento de divorciados que vuelven a
casarse y la cuestión del asesoramiento a mujeres confrontadas con el
tema del aborto parecen ser tratadas en Roma con poco tacto”.
Grün,
en su obra “Evangelio y psicología profunda” págs. 41-42, sostiene que:
“Muchas parábolas no hablan expresamente de Dios. Se limitan a
describir experiencias de la vida ordinaria por medio de imágenes y de
símbolos. […] Pero tan pronto como empecemos a sumergirnos en el corazón
de la parábola, empezarán a transformarse nuestros pensamientos y
deseos, nuestras fuerzas y ardor del corazón, empezaremos a poner
nuestra vida rumbo a Dios. En mis cursos de psicoterapia suelo
distribuir entre los participantes preguntas como las siguientes para su
trabajo personal y la reelaboración de la parábola”.
Al respecto, el P. Horacio Bojorge S.J. dice
que “se ve claramente confirmada por esta práctica la convicción de
Anselm Grün de que el sentido literal es inútil para la terapia del
alma. Lo que debería hacer con sus pacientes sería empezar por
enseñarles el sentido literal de las mismas. Todas ellas hablan de
Cristo, Hijo de Dios, de la divina regeneración, de la vida filial. Y
esto es lo que puede sanar a las almas, porque es el camino elegido por
Cristo Médico”. “El sentido literal no es alcanzable desde la psicología
profunda, ni desde la teología de la liberación, ni desde dentro de los
límites de la razón, ni desde las metas de la autoayuda”.
El
Concilio Vaticano I volvió a condenar los usos acomodados y más aún los
irreverentes, y sugirió que todo uso acomodado bordea la irreverencia
con la Palabra divina o la usurpación de su autoridad o de su sentido.
(Sesión III, Constitución dogmática sobre la fe católica, Cap. 2, De la
revelación. Canon 4-5 Denzinger Schönmetzer 3007 (1788))
Su Excia Mons. Héctor Aguer,
calificó de «perniciosísimo» a Anselm Grün, por ser un eco de la
cultura New Age. Mons. Aguer indicó que toda la espiritualidad difundida
por Grün está basada en las teorías del psicoanálisis de Carl Jung,
abundantes en gnosticismo. Para el Prelado, el trabajo del monje
benedictino «es una especie de transcripción pseudoespiritual de la
simbología de Jung».
San Juan Pablo II ha
alertado respecto al “[…] renacimiento de las antiguas ideas gnósticas
en la forma de la llamada New Age. No debemos engañarnos pensando que
ese movimiento pueda llevar a una renovación de la religión. Es
solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, es decir, esa postura
del espíritu que, en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba
por tergiversar Su Palabra sustituyéndola por palabras que son solamente
humanas. La gnosis no ha desaparecido nunca del ámbito del
cristianismo, sino que ha convivido siempre con él, a veces bajo la
forma de corrientes filosóficas, más a menudo con modalidades religiosas
o pararreligiosas, con una decidida aunque a veces no declarada
divergencia con lo que es esencialmente cristiano”. (Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la esperanza, Barcelona (Plaza & Janés) 1994, pp. 103-104). 3
S.S. el Papa Emérito Benedicto XVI escribió
en su obra “Jesús de Nazareth” (págs 11-12) sobre la interpretación
psicologista simbólica de Drewermann y Grün: “Hay que decir, ante todo,
que el método histórico –precisamente por la naturaleza intrínseca de la
teología y de la fe- es y sigue siendo una dimensión del trabajo
exegético a la que no se puede renunciar. En efecto, para la fe bíblica
es fundamental referirse a hechos históricos reales. Ella no cuenta
leyendas como símbolos de verdades que van más allá de la historia, sino
que se basa en la historia ocurrida sobre la faz de la tierra. El factum historicum no es para ella una clave simbólica que se puede sustituir, sino un fundamento constitutivo. Et incarnatus est: con estas palabras profesamos la entrada efectiva de Dios en la historia real.
Si dejamos de lado esa historia, la fe cristiana como tal, queda eliminada y transformada en otra religión”.
En la profunda convicción de que tanto usted como yo profesamos y defendemos la misma religión (y no “otra religión”)
y que, además, las medias verdades son peores que las mentiras, me
despido atentamente con todo mi filial cariño, puesto en la esperanza de
que usted tome en consideración esta carta en la que solamente me he
limitado a transmitir lo que autores absolutamente incontrastables
piensan sobre Anselm Grün.
Javier Rohringer
DNI 33.102.403