lunes, 17 de junio de 2019
MAS SOBRE EL LIBERALISMO - Por el P. Leonardo Castellani
El liberalismo del siglo pasado enarboló
la bandera de la libertad y arruinó las libertades que son la única verdadera
libertad que existe.
Existe una falsa libertad fomentada por el
liberalismo; la cual es a la verdadera libertad lo que la demagogia y el
democratismo son a la democracia; el filosofismo a la filosofía; la sofística a
la sofía; y la superstición y la herejía, a la religión. Es decir, es peor que
ignorancia, es peor que mentira, es confusión.
El
liberalismo no merece en la Argentina ni mucha investigación ni mucha
discusión, casi es de mal gusto y casi da asco tocarlo; aquí fue brutalmente
importado y no ha tenido ni doctrina, ni inteligencia, ni siquiera buena fe, no
ha producido ninguna obra maestra en ningún género. No interesa tanto conocer
su esencia como librarnos de su existencia.
Buscar la esencia de una cosa es hacer su
definición. Yo hice tres definiciones europeas del liberalismo, cada una más
exacta; y al final, una sencilla definición argentina.
Primera definición: El liberalismo es un
movimiento económico, político y religioso, que se propone la libertad como
ideal absoluto de la humanidad. Y por tanto, ideal absoluto de hombres y
naciones.
No sirve porque pivota sobre la palabra
libertad que es ambigua. Si a la palabra libertad no se añade para qué, es una
palabra sin sentido. Y hoy en día, por obra del liberalismo, la más
asquerosamente ambigua que existe.
Un
socialista, el judío alemán Bernstein, dijo: “Poco importa hacia dónde vamos,
lo que importa es el movimiento, porque la libertad es un movimiento…” Es una
bobada filosófica: la libertad no es un movimiento, sino un poder moverse. Y en
el poder moverse lo que importa es el hacia dónde. Lo que determina el
movimiento —dicen los filósofos— y lo hace chico-grande, bueno-malo, tal o
cual, es el término dónde, pues todo movimiento tiene dos términos: desde y
dónde.
Libertad no tiene sentido alguno si no se
añade para qué; y sin eso es mejor no hablar. La libertad del nacionalista, con
una fórmula acuñada en América Latina, es: “Libertad para todo y para todos,
menos para el mal y los criminales.”
El
liberalismo proclamando libertad destruyó en el mundo la libertad, y trajo lo
que ellos llaman totalitarismo. Es la ambigüedad filosófica del estandarte
enarbolada en el siglo pasado. Pero, esa ambigüedad era sólo del estandarte, no
de los que lo llevaban. Los que lo llevaban sabían bien lo que querían: querían
libertad de comercio, o sea libertad para el Gran Dinero, a fin de llegar al
poder del Gran Dinero o sea el actual Capitalismo ; para eso querían gobiernos
débiles o parlamentarios, división de poderes, sufragio universal y todo lo
demás, y después, el cristianismo liberal y, hoy día, el modernismo.
Leonardo Castellani - "Sentencias y
aforismos políticos" - Ed. del Grupo Patria Grande 1981 - Pags.25, 26.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista