Al pequeño rebaño fiel ante la confusión reinante en la Iglesia
Fuente: Infocatolica
Por Luis Fernando Pérez Bustamante.
Hoy tenemos en portada dos noticias que reflejan bien a las claras lo que ocurre en la Iglesia hoy en día. Mons. Héctor Aguer nos dice que votar a un político que quiere despenalizar el aborto es pecado mortal. El cardenal Cupich dice,
por el contrario, que negar la comunión a esos políticos es
contraproducente. De hecho, el cardenal no está replicando al arzobispo
emérito de La Plata sino a Mons. Thomas Prapocki, quien hace bien poco ha decretado que los políticos católicos del partido demócrata que votaron una ley abortista infame no pueden comulgar en su diócesis.
Es
legítimo preguntarse:si ese arzobispo y ese cardenal profesan la misma
fe. Y es igualmente legítimo responder negativamente a esa pregunta.
De
hecho, ¿profesan la misma fe los que creen que los adúlteros pueden
comulgar sin dejar de vivir en adulterio que los que creen que no?
¿profesan la misma fe quienes creen que la Iglesia debe bendecir las
uniones homosexuales (cardenales Marx y De Kesel) y los que sostienen que tal cosa es una barbaridad?
Se
dirá que Cristo instituyó un ministerio para confirmar a todos en la
fe. Efectivamente, así es. El ministerio petrino. Pero resulta que la
persona que desempeña hoy ese ministerio, el papa Francisco, es capaz de decir una cosa y exactamente la contraria precisamente
en relación a los sacramentos del matrimonio y la confesión. Por tanto,
quien tiene el deber de confirmar en la fe lo único que hace es añadir
confusión, y de paso error, al marasmo reinante en la Iglesia.
Dado
que el actual pontífice no solo no confirma en la fe sino que alimenta
la confusión y el error, ¿deben quedarse en silencio los obispos? No.
Esto enseña el Concilio Vaticano II:
Cada
uno de los Obispos que es puesto al frente de una Iglesia particular,
ejerce su poder pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios a él
encomendada, no sobre las otras Iglesias ni sobre la Iglesia universal.
Pero en cuanto miembros del Colegio episcopal y como legítimos sucesores
de los Apóstoles, todos y cada uno, en virtud de la institución y
precepto de Cristo, están obligados a tener por la Iglesia
universal aquella solicitud que, aunque no se ejerza por acto de
jurisdicción, contribuye, sin embargo, en gran manera al desarrollo de
la Iglesiauniversal. Deben, pues, todos los Obispos promover y defender la unidad de la fe y la disciplina común de toda la Iglesia...
Lumen Gentium, 23
¿Cuántos obispos cumplen dicha misión hoy en día? Muy pocos. La inmensa mayoría está feliz con la confusión o prefiere callar.
¿Qué
podemos hacer los fieles ante semejante situación? Pues tener muy en
cuenta lo que escribió San Atanasio, que fue de los escasísimos obispos
que se mantuvieron firmes contra el error arriano. Leemos hoy en el
Oficio de Lecturas de la Liturgia de las Horas:
Siempre resultará provechoso esforzarse
en profundizar el contenido de la antigua tradición, de la doctrina y
la fe de la Iglesia católica, tal como el Señor nos la entregó, tal como
la predicaron los apóstoles y la conservaron los santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no merece el nombre de tal.
Carta 1 a Serapión 28)
¿Nos
extraña ver que haya pastores de la Iglesia que no solo no conducen al
pueblo por el camino de la sana doctrina y la salvación sino que se
comportan como auténticos lobos que devoran las almas incautas de los
que ponen su fe en los hombres y no en Cristo? Pues no será porque no se
nos advirtió:
Tened
cuidado de vosotros y de todo el rebaño sobre el que el Espíritu Santo
os ha puesto como guardianes para pastorear la Iglesia de Dios, que él
se adquirió con la sangre de su propio Hijo.
Yo sé que, cuando os deje, se
meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del
rebaño.Incluso de entre vosotros mismos surgirán algunos que hablarán
cosas perversas para arrastrar a los discípulos en pos de sí.
Hch 20-28-30
Y no será que no se nos dijo cómo actuar en ese caso:
Me maravilla que hayáis abandonado tan pronto al que os llamó por la gracia de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio; lo que pasa es que algunos os están turbando y quieren deformar el Evangelio de Cristo. Pues bien, aunque nosotros mismos o un ángel del cielo os predicara un evangelio distinto del que os hemos predicado, ¡sea anatema! Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea anatema.
Gal 1,6-9
No temamos ser pocos los que seguimos las indicaciones de apóstoles y columnas de fe como San Atanasio. Ya dijo Cristo:
No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Luc 12,32
Esto no es cuestión de números sino de ser fieles por gracia a la gracia que nos hace ser fieles. Es cuestión de ”combatir por la fe transmitida de una vez para siempre a los santos” (Jud 3).
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Laus Deo Virginique Matri.
Luis Fernando Pérez Bustamante