sábado, 14 de diciembre de 2019

11-SEGUNDA PARTE DEL PREFACIO PERSONAL DEL SEÑOR HENRY FORD

11-SEGUNDA PARTE  DEL PREFACIO PERSONAL DEL SEÑOR HENRY FORD


XI CRITICA DE LOS "DERECHOS HEBREOS"

Tiene el pueblo norteamericano en la Kehilla neoyorquina intereses mucho mayores de lo que supone. Es algo más que una entidad cualquiera; es la muestra de la pujante energía de la organización secreta hebrea, la forma visible de un gobierno y Administración judíos, el foco propulsor de las "protestas" y "mítines gigantescos", que se organizan a través de todo el país. Es la Kehilla el arsenal de esa potencialidad subterránea, que sus jefes saben esgrimir tan admirablemente y también la central donde se maquinan los rumores mas infames. Debido a su estrecha colaboración con el Comité judeo-norteamericano (siendo la Junta administrativa de la Kehilla neoyorquina al propio tiempo el comité del 12º distrito del mismo Comité) se transformó el judaísmo de Nueva York en el motor de todo el mecanismo hebreo. 
Tienen estas operaciones fines que se deban públicamente y otros que se ocultan. Estos últimos, se conocen mas tarde por relatos hechos sobre ensayos realizados y resultados conseguidos. 
Los fines perseguidos que indico el Comité judeo-norteamericano en su acta de fundación, en 1906, fueron los siguientes: 1º, protección contra cualquier atentado a los derechos civiles y religiosos de los hebreos en todo el mundo ; 2º, ayuda legal y acción eficaz de socorro respectivamente, en caso de disminución o limitación amenazadora o real de tales derechos, o también en el caso de trato diferenciado ; 3º, seguridad de igualdad de derechos hebreos en lo referente a asuntos económicos, sociales y educativos; 4º, ayuda en las persecuciones y en casos de desgracia o accidente. 
Un programa en el que nada podría criticarse, y que, de no significar que se oculta detrás de él algo muy distinto, seria perfectamente recomendable. 
Como y donde el A. J. C. (American Jewish Commitee o sea Comité judeo-norteamericano) y la Kehilla neoyorquina colaboran conjuntamente, lo dice el programa: "Cuando el A. J. C. sea una organización nacional, tendrá la comunidad hebrea neoyorquina (Kehilla) voz y voto para ejercer decisiva influencia sobre la política hebrea en todo el país. El A. J. C. tendrá jurisdicción exclusiva en todas las cuestiones de carácter nacional e internacional, que interesen la generalidad hebrea". La Kehilla designa una junta ejecutiva de 25 miembros, que forman al mismo tiempo el 12º distrito de A. J. C. Forman las dos, pues, una sola corporación, Nueva York es la capital del judaísmo norteamericano. Este hecho también proyecta una luz singular sobre los esfuerzos sobrehumanos que se realizan para convertir Nueva York al propio tiempo que es fuente central de las grandes ideas, en centro de arte, política y finanzas. Mas resulta, que en el arte el desideratum artístico es "Afrodita", y en política el pantano de Tamany Hall. Todos los norteamericanos deben saber que Nueva York no es su principal ciudad, sino qu e los Estados Unidos comienzan al oeste de la población. El pueblo norteamericano considera esa región costera oriental como una marisma y terreno de fiebres del que emanan hedores pestilentes de todo lo que inunda, en cuanto a ideas malsanas y disolventes. Es un gran error el querer ver en este foco de propaganda antiyanqui, de histerismo pro-judío, y de falsificación de moneda espiritual, algo como un reflejo de la vida norteamericana. Nueva York es una provincia extraña más a llá de los límites de los Estados Unidos. 
Dado que nueve décimas partes de los hebreos norteamericanos pertenecen como miembros a entidades subordinadas al A.J.C., y dada la intima colaboración de dicho comité con la Kehilla, su preponderancia sobre la nación hebrea es de incalculables consecuencias. En cualquier capital,. y hasta en cualquier pueblo en que exista una comunidad hebrea, por insignificante que sea, existen también un personaje israelita prominente, un rabino, un comerciante, o un funcionario publico, que esta en permanente contacto con la Central. Cuanto suceda en Nueva Orleáns, en Los Ángeles, o en Kansas, lo sabe la Kehilla de Nueva York con rapidez telegráfica. 
Si no fueran los derechos amenazados mas que los generales norteamericanos, no seria preciso que los hebreos los defendieran, sino que todo el pueblo norteamericano estaría a su lado. Mas resulta que derechos hebreos y derechos norteamericanos no son una y la misma cosa. Todas las manifestaciones del hebraísmo en América nos obligan a creer que los semitas consideran su derecho el judaizar a los Estados Unidos. 
Una de las mas peligrosas teorías actuales es la de que los Estados Unidos de América no forman una raza concreta, sino que esta en periodo de formación y es una masa informe que cualquiera puede resobar y moldear a su gusto. Hay que tener presente esta teoría si se desea comprender en su totalidad el procedimiento y pensamiento de los judíos. La actuación hebrea convierte a Norteamérica en algo que ni de lejos se parece a su antigua peculiaridad, borrando toda idea e idealismo directivos, sobre los que se creo la comunidad nacional norteamericana. Una vez admitida esta teoría como lega, termino el genuino americanismo. Ya no educaríamos en tal caso, jóvenes yanquis, sino seres neutros que vivirían creyendo que Norteamérica es un botín abandonado y excelente presa para los fantaseadores y doctrinarios políticos no-norteamericanos. 
Ya es tiempo de que limitemos nuestro espíritu magnánimo si deseamos que Norteamérica siga siendo lo que antes era, negándonos a que nuestro país se convierta en paraíso de los hebreos, antepuesto a su propia Palestina. 
¿Que, de acuerdo con los hechos actuales, entienden realmente el A. J. C y la Kehilla bajo el concepto de "derechos hebreos"? Dicen lo siguiente: "Informes judíos del año 5668 (1907-8 de la Era Cristiana): "El rasgo mas característico quizá del año anterior, fue la exigencia en varios distritos norteamericanos de una absoluta secularización de todas las instituciones publicas, concepto que comprende la exigencia de los hebreos por la plenitud de sus derechos constitucionales. El articulo en que el coronel Brewer afirma que Norteamérica era un país cristiano, fue refutado repetida y formalmente por el Dr. Friedenwald, Isaac Hassler, y el rabino Efraim Frihs. Fueron apoyadas prácticamente las razones jurídicas y teóricas por una muy difundida oposición contra la lectura pública de textos bíblicos y contra villancicos de Nochebuena en las escuelas públicas. Esta oposición se acordó expresamente en la conferencia central de los rabinos norteamericanos". 
Así pues, y por documentos de carácter innegablemente oficial hebreo, empezamos a entrever lo que entienden por parte de sus "derechos". En numerosos Estados y en centenares de poblaciones se realizo este procedimiento, aunque con tantas precauciones se realizo este procedimiento, aunque con tantas precauciones, que la mayoría de los norteamericanos no llego a comprender lo que significaba. Hicieron en muchos casos los hebreos su voluntad, presionando localmente, por medio de la elección largamente preparada y el compromiso contraído con personajes oficiales. Perdieron en otros casos la partida, aprovechada luego para "darles una lección", o aplicando el cauterio del boicot, o mediante cierta reserva de los bancos locales, o por otros medios buenos para infundir "miedo al hebreo". 
Los ciudadanos norteamericanos deben, entonces, acostumbrarse a entender que es un derecho constitucional de los hebreos el modificar a su placer el carácter de las instituciones consagradas por el tiempo y la tradición. Si no lo hacen voluntariamente, deberán soportar en adelante procedimientos mucho mas crueles de los que hasta hoy solía aplicar el judío. Y para que se sepa lo que se prepara, vamos a mencionar algunas de las exigencias relativas a los "derechos judíos", formulados por la Kehilla: 
1. Ilimitada admisión de inmigrantes hebreos procedentes de todas partes del mundo. -Procedan de Rusia, Polonia, Siria, Arabia o Marruecos, deben admitirse forzosamente, aunque queden excluidos los demás inmigrantes. 
Inseparables casi de la exigencia hebrea de "derechos" es también la de las "excepciones". Nunca demuestran los semitas mas claramente en posición preferente como nación y como raza, que con sus eternas exigencias, de que se les trate de forma distinta y mejor que a los demás pueblos, concediéndoles prerrogativas que otros pueblo cualquiera ni siquiera se atrevería a pedir. 
2. El oficial reconocimiento del culto religio somos laicos por el Estado y los Municipios. -Se muestra la Kehilla en este punto tan rigurosa, que exige para los empleados hebreos que no trabajen en el día de la fiesta "Jom Rippur", pero si que perciban sus salarios, mientras que a los empleados católicos se les niega ese derecho en las fiestas. Tenemos aquí una de esas "excepciones", y una prueba del agradecimiento judío por los "personajes católicos", que se aliaron a las asociaciones pro-israelitas antes mencionadas. 
3. Supresión de la mención de Jesucristo por las au toridades municipales, territoriales o del Estado en documentos o reuniones publicas.- Citan los informes la protesta de un rabino contra un gobernador de Arkansas, que en su manifestación del Día de Gracia había empleado un "concepto cristologo". 
4. Reconocimiento oficial del sábado hebreo. -La vida toda de los Estados Unidos esta regulada sobre la base del domingo cristiano como un día festivo de descanso. Años ha que la Kehilla trata de dar este carácter al sábado. En tanto falte este reconocimiento oficial, se paralizan muchos asuntos públicos en el sentido de que numerosos jurados y otros funcionarios públicos se niegan a actuar el sábado. Los abogados hebreos "caen enfermos" los sábados. No molesta a nadie que los hebreos celebren su sábado. Pero es muy distinto que pretendan convertir su propia fiesta en una de toda la ciudad, máxime cuando se apoyan en la insolencia de que el domingo es una "manifestación cristóloga". 
5. Autorización para los hebreos de tener abiertos lo s domingos sus negocios y fabricas; de trabajar y comerciar - Puédese asentir a la santificación del sábado, en tanto no se convierta en profanación del domingo. Nuestros preceptos sobre descanso dominical son a menudo menospreciados y burlados por los semitas. 
6. Supresión de los festejos de Navidad en escuelas y plazas publicas, prohibición de colocar públicamente árboles de Noel y de entonar públicamente villancicos de Navidad. -Innumerables referencias en el informe dan fe de que se consiguieron algunos "éxitos" en este sentido. 
7. Suspensión y castigo penal de todos los funcionari os públicos que critiquen a la raza hebrea, aun cuando se haga esto en pro del interés público. - Otto R. Rosalsky, magistrado norteamericano miembro de la Kehilla israelita, pretendió presentar un proyecto de ley por el cual constituye un delito común criticar a la raza hebrea. Los dirigentes de la Kehilla condenaron públicamente al funcionario municipal Kornell y exigieron su castigo por haber criticado a los hebreos de los barrios del Este de Nueva York por el incremento de criminalidad entre los semitas jóvenes. El jefe de Policía Bingham fue suspendido en sus funciones por su crítica del criminalismo entre los hebreos ruso-polacos. 
8. Funcionamiento del "Beth Din", o juzgado judío, en los edificios públicos de Justicia. - Confirman los informes que en muchos puntos se ha conseguido ya. 
9. Eliminación en colegios y universidades de todo s los libros de texto que parezcan inoportunos a los judíos. - En lo que se refiere al "Mercader de Venecia", de Shakespeare, a las "Narraciones de Shakespeare", por Lamb, ya se consiguió casi por completo. En la actualidad, se elimina en un gran número de ciudades todos los libros de las bibliotecas que tratan de los hebreos tal como son. Los libros que elogian a los judíos quedan y son difundidos. 
10. Prohibición de empleo del concepto "cristiano, o de la frase "Estado, Religión y Nacionalidad" en los bandos públicos, por constituir una limitación de los derechos hebreos y una denigración de dicha raza. - Numerosos funcionarios del Estado, de nacionalidad hebrea, fueron reprendidos por el presidente del Comité judeo-norteamericano, Marshall, por no haber tachado el termino "cristiano" en documentos sobre solicitudes de caridad publicados por sus subordinados. Existía en el libro de instrucciones para los aspirantes a oficiales del ejercito, una máxima que decía: "El oficial ideal es el caballero cristiano". Los hebreos lograron la suspensión de todo el libro. Cierto informe de la Kehilla neoyorquina del año 1920, deja constancia que varios diarios de Nueva York en sus llamados a la caridad publicados por casas comerciales, habían dejado pasar el término "cristiano". Se les reprendió, pidieron perdón y prometieron utilizar en lo futuro la censura más rigurosa. El termino "judío", en igualdad de casos, no se critico. ¡Estos son, en realidad, los "derechos hebreos"! 
Pero hay más: la Kehilla incluso condenó el concepto de "americanización", porque puede quizá identificarse con "cristianización". Debe entenderse bajo "americanización" hacer prosélitos. 
Es frecuente que los hebreos de Nueva York acosen los Tribunales de Jurados, ante los que se dirimen pleitos judíos. Estudiantes de Derecho hebreos, que abundan en Nueva York, se "ganan" la vida con la ayuda de "dietas de jurados". 
Consiste otro "derecho" hebreo en que la United Press, (la mas importante agencia noticiosa norteamericana) no publique sino lo que convenga a los judíos, y que en lo referente al tono, no se aparte del que ellos deseen. El hecho evidente de que haya perdido esta agencia en los últimos años algo de su fama, puede explicarse por aquello de sucumbiera demasiado a la influencia hebrea. Se dice a menudo que "la U. P. aplica a todas las informaciones cierto tinte neoyorquino", entendiéndose que un 85 por ciento de la información es de origen semita. 
Podrían aducirse hasta lo infinito ejemplos y pruebas de que el pretexto de los "derechos judíos" no es otra cosa que la ocultación de un ataque sistemático contra viejos y bien fundados derechos norteamericanos. Nunca, en parte alguna, se limitaron los derechos hebreos. Debe llamar la atención el hecho de observar en tres informes de la Kehilla y del Comité, cuan enorme extensión ocupa en su actuación esa cruel ofensiva directamente anti-cristiana. Según estos, el hebraísmo considera un derecho suprimir todo cuanto pueda recordar al cristianismo o a su fundador. Existe intolerancia religiosa, en efecto, pero ¿de parte de quien? De los hebreos. Antaño, tales ataques eran casos aislados, pero aumentaron visiblemente en número e intensidad desde la fundación de la Kehilla y del Comité judeo-norteamericano. Y es lo hipócrita del método, que muchas veces dichos ataques parecen preocuparse seriamente por la observancia de ciertas doctrinas cristianas. "Nosotros os dimos vuestro Redentor. Os enseña Este que améis a vuestros enemigos: ¿por que, entonces, no nos amáis a nosotros?" El modo como los hebreos interpretan el amor al enemigo, lo podrán atestiguar ciertos hechos tomados al azar del almanaque judío de 1912-13. Conceptúa la Kehilla las frases contenidas en avisos periodísticos, tales como: "se prefiere a un cristiano", o "a personas judías se les ruega no molestarse" como un "incremento amenazador del menosprecio hacia los judíos, siendo de advertir que numerosas casas de comercio que se relacionan con casas hebreas, expresan tal opinión a pesar de todo". 
1918-19. Se habían solicitado en cierto aviso carpinteros cristianos para un campamento. A la inmediata protesta por parte de los hebreos, contestó el secretario de Guerra, Baker, expresando que a los concesionarios se les había prohibido publicar en lo sucesivo avisos tan ofensivos. 
Se halló el siguiente párrafo en cierta orden del día dirigida a los médicos militares: "Los de sangre extraña, particularmente los judíos, están mas predispuestos, que los hijos del país, a fingirse enfermos". El presidente del Comité judeo-norteamericano, Marshall, exigió telegráficamente del Inspector-medico en jefe, que prohibiera de inmediato la ulterior propagación de dicho párrafo, retirando por telégrafo las ordenes ya circuladas, y que declarara oficialmente que de los Archivos de los Estado Unidos se retiraría semejante reproche contra tres millones de ciudadanos norteamericanos. El presidente Wilson refrendo tal orden. 
El "Consejo de Marina", institución oficial, pidió mediante avisos a un empleado de oficina cristiano; Marshall exigió: "No como castigo, sino para que sea un ejemplo y por constituir un precedente necesario, debe seguir a semejante ofensa la cesantía del culpable, debiéndose dar a la publicidad el motivo” Nótese la altivez del tono con que el presidente del Comité judeo-norteamericano trata a una autoridad legal norteamericana. En avisos judíos pueden muy bien solicitarse empleados judíos. ¿Por qué a los cristianos no se nos permite pedir a cristianos? 
Una exigencia a menudo repetida es la de prohibir la publica lectura de textos bíblicos y hasta la del Padrenuestro en las escuelas. Escolares judíos piden la eliminación de la Biblia y de cantos cristianos en las escuelas. En cambio, 22.000 niños hebreos reciben en Nueva York una educación religiosa puramente judía. El Consejo Escolar de Chicago aconseja borrar la Natividad de N. S. de la lista de los días festivos en las escuelas. ¿No es el caso de sospechar, que también la supresión de varios días festivos católicos en Europa, hace unos cuantos años, tenga su origen en este fanático odio anticristiano de los todopoderosos judíos internacionales, dada la arriba citada colaboración de las organizaciones hebreas con "importantes personalidades de la Iglesia católica romana"? Se pretende, en cambio que en las comidas publicas de caridad ofrecidas a niñas escolares pobres, se sirven alimentos preparados de acuerdo con el ritual judío. 
Se repite todos los años con singular energía otra exigencia de los hebreos. En 1913 utilizóse toda la influencia israelita para evitar que la Ley de Inmigración yanqui se modificara en el sentido de que el país fuera protegido contra los elementos indeseables. Se lucho con preferencia por la supresión del precepto de que los inmigrantes tuvieran que probar que saben leer y escribir. 
Nadie se preocupa de las costumbres judías; poseen su propio calendario, sus días de fiesta, su propio ritual. Voluntariamente se aíslan en sus "ghettos", observan sus preceptos sobre alimentación, sacrifican sus reses según su ritual y en una forma cruel, que ninguna persona de sentimientos nobles aprobaría; esto, y muchas cosas más, pueden hacer sin la mínima molestia, sin que nadie les exija cuentas de ellos. El proscripto es actuamente y única y exclusivamente el no judío. Este debe hacer lo que el hebreo ordene. Si no lo hace, "lesiona los sagrados derechos judíos".
Los hebreos hubiesen podido continuar con sus costumbres particulares mucho tiempo, de no haberse excedido. No hay ahora mas remedio que ver como se lesionan derechos norteamericanos, abusando del sentimiento justiciero de nuestro pueblo. Se comprende ahora que la única intolerancia religiosa efectivamente practicada, consiste en el ataque de los hebreos contra los derechos religiosos de los demás , y en su firme voluntad de que desaparezca de la vida publica yanqui el último vestigio del evidente carácter cristiano de este país. Todo detalle cristiano les desvela y de ahí que, por medio de su omnipotencia política, dondequiera que lo puedan hacer, intenten borrarlo. La ultima meta, a donde todo ha de guiar, son las "reformas" escolares de los bolcheviques en Rusia y Hungría. 
No conformes con su propia libertad, ni con la "secularización", o "descristianización" de todas las instituciones públicas, el tercer paso de la actividad hebrea consiste en la entronización del judaísmo como sistema renacido y aún privilegiado. Se eliminan en las escuelas el Padrenuestro y las obras de Shakespeare; pero se implantan juzgados judíos en los edificios públicos. 
Se pretendió en 1908 instituir el sábado hebreo, como día festivo oficialmente reconocido. Los israelitas se negaron a actuar de jurados en sábado. Los comerciantes que los sábados tuvieron abiertos sus negocios fueron boicoteados. 
Se reclamo en 1909 el reconocimiento general para todos los días de fiesta judíos. Clientes hebreos de la Bolsa propusieron cerrar en la fiesta judía de las Expiaciones. Exigieron los rabinos que en la noche del viernes víspera del sábado hebreo, no se dictaran clases en las escuelas nocturnas. 
Doquiera que se haga notar cierto movimiento contra los hebreos, se desarrolla generalmente en forma tranquila. Mas un estudio serio publicaciones hebreas, libros, folletos, manifiestos, estatutos y documentos, así como de la actuación organizada de los semitas aquí, como en los demás países, demuestra netamente que en todas partes existe acumulado un mundo de odio contra todo lo nojudío.