11-SEGUNDA PARTE DEL PREFACIO PERSONAL DEL SEÑOR HENRY FORD
XI CRITICA DE LOS "DERECHOS HEBREOS"
Tiene
el pueblo norteamericano en la Kehilla neoyorquina intereses mucho mayores de
lo que supone. Es algo más que una entidad cualquiera; es la muestra de la
pujante energía de la organización secreta hebrea, la forma visible de un
gobierno y Administración judíos, el foco propulsor de las
"protestas" y "mítines gigantescos", que se organizan a través
de todo el país. Es la Kehilla el arsenal de esa potencialidad subterránea, que
sus jefes saben esgrimir tan admirablemente y también la central donde se
maquinan los rumores mas infames. Debido a su estrecha colaboración con el
Comité judeo-norteamericano (siendo la Junta administrativa de la Kehilla
neoyorquina al propio tiempo el comité del 12º distrito del mismo Comité) se
transformó el judaísmo de Nueva York en el motor de todo el mecanismo
hebreo.
Tienen
estas operaciones fines que se deban públicamente y otros que se ocultan. Estos
últimos, se conocen mas tarde por relatos hechos sobre ensayos realizados y
resultados conseguidos.
Los
fines perseguidos que indico el Comité judeo-norteamericano en su acta de
fundación, en 1906, fueron los siguientes: 1º, protección contra cualquier
atentado a los derechos civiles y religiosos de los hebreos en todo el mundo ;
2º, ayuda legal y acción eficaz de socorro respectivamente, en caso de
disminución o limitación amenazadora o real de tales derechos, o también en el
caso de trato diferenciado ; 3º, seguridad de igualdad de derechos hebreos en
lo referente a asuntos económicos, sociales y educativos; 4º, ayuda en las
persecuciones y en casos de desgracia o accidente.
Un
programa en el que nada podría criticarse, y que, de no significar que se
oculta detrás de él algo muy distinto, seria perfectamente recomendable.
Como
y donde el A. J. C. (American Jewish Commitee o sea Comité
judeo-norteamericano) y la Kehilla neoyorquina colaboran conjuntamente, lo dice
el programa: "Cuando el A. J. C. sea una organización nacional, tendrá la
comunidad hebrea neoyorquina (Kehilla) voz y voto para ejercer decisiva
influencia sobre la política hebrea en todo el país. El A. J. C. tendrá
jurisdicción exclusiva en todas las cuestiones de carácter nacional e
internacional, que interesen la generalidad hebrea". La Kehilla designa
una junta ejecutiva de 25 miembros, que forman al mismo tiempo el 12º distrito
de A. J. C. Forman las dos, pues, una sola corporación, Nueva York es la
capital del judaísmo norteamericano. Este hecho también proyecta una luz
singular sobre los esfuerzos sobrehumanos que se realizan para convertir Nueva
York al propio tiempo que es fuente central de las grandes ideas, en centro de
arte, política y finanzas. Mas resulta, que en el arte el desideratum artístico
es "Afrodita", y en política el pantano de Tamany Hall. Todos los
norteamericanos deben saber que Nueva York no es su principal ciudad, sino qu e
los Estados Unidos comienzan al oeste de la población. El pueblo norteamericano
considera esa región costera oriental como una marisma y terreno de fiebres del
que emanan hedores pestilentes de todo lo que inunda, en cuanto a ideas
malsanas y disolventes. Es un gran error el querer ver en este foco de propaganda
antiyanqui, de histerismo pro-judío, y de falsificación de moneda espiritual,
algo como un reflejo de la vida norteamericana. Nueva York es una provincia
extraña más a llá de los límites de los Estados Unidos.
Dado
que nueve décimas partes de los hebreos norteamericanos pertenecen como
miembros a entidades subordinadas al A.J.C., y dada la intima colaboración de
dicho comité con la Kehilla, su preponderancia sobre la nación hebrea es de
incalculables consecuencias. En cualquier capital,. y hasta en cualquier pueblo
en que exista una comunidad hebrea, por insignificante que sea, existen también
un personaje israelita prominente, un rabino, un comerciante, o un funcionario
publico, que esta en permanente contacto con la Central. Cuanto suceda en Nueva
Orleáns, en Los Ángeles, o en Kansas, lo sabe la Kehilla de Nueva York con
rapidez telegráfica.
Si
no fueran los derechos amenazados mas que los generales norteamericanos, no
seria preciso que los hebreos los defendieran, sino que todo el pueblo norteamericano
estaría a su lado. Mas resulta que derechos hebreos y derechos norteamericanos
no son una y la misma cosa. Todas las manifestaciones del hebraísmo en América
nos obligan a creer que los semitas consideran su derecho el judaizar a los
Estados Unidos.
Una
de las mas peligrosas teorías actuales es la de que los Estados Unidos de
América no forman una raza concreta, sino que esta en periodo de formación y es
una masa informe que cualquiera puede resobar y moldear a su gusto. Hay que
tener presente esta teoría si se desea comprender en su totalidad el
procedimiento y pensamiento de los judíos. La actuación hebrea convierte a
Norteamérica en algo que ni de lejos se parece a su antigua peculiaridad,
borrando toda idea e idealismo directivos, sobre los que se creo la comunidad
nacional norteamericana. Una vez admitida esta teoría como lega, termino el
genuino americanismo. Ya no educaríamos en tal caso, jóvenes yanquis, sino
seres neutros que vivirían creyendo que Norteamérica es un botín abandonado y
excelente presa para los fantaseadores y doctrinarios políticos
no-norteamericanos.
Ya
es tiempo de que limitemos nuestro espíritu magnánimo si deseamos que
Norteamérica siga siendo lo que antes era, negándonos a que nuestro país se
convierta en paraíso de los hebreos, antepuesto a su propia Palestina.
¿Que,
de acuerdo con los hechos actuales, entienden realmente el A. J. C y la Kehilla
bajo el concepto de "derechos hebreos"? Dicen lo siguiente:
"Informes judíos del año 5668 (1907-8 de la Era Cristiana): "El rasgo
mas característico quizá del año anterior, fue la exigencia en varios distritos
norteamericanos de una absoluta secularización de todas las instituciones
publicas, concepto que comprende la exigencia de los hebreos por la plenitud de
sus derechos constitucionales. El articulo en que el coronel Brewer afirma que
Norteamérica era un país cristiano, fue refutado repetida y formalmente por el
Dr. Friedenwald, Isaac Hassler, y el rabino Efraim Frihs. Fueron apoyadas
prácticamente las razones jurídicas y teóricas por una muy difundida oposición
contra la lectura pública de textos bíblicos y contra villancicos de Nochebuena
en las escuelas públicas. Esta oposición se acordó expresamente en la
conferencia central de los rabinos norteamericanos".
Así
pues, y por documentos de carácter innegablemente oficial hebreo, empezamos a
entrever lo que entienden por parte de sus "derechos". En numerosos
Estados y en centenares de poblaciones se realizo este procedimiento, aunque
con tantas precauciones se realizo este procedimiento, aunque con tantas
precauciones, que la mayoría de los norteamericanos no llego a comprender lo
que significaba. Hicieron en muchos casos los hebreos su voluntad, presionando
localmente, por medio de la elección largamente preparada y el compromiso
contraído con personajes oficiales. Perdieron en otros casos la partida,
aprovechada luego para "darles una lección", o aplicando el cauterio
del boicot, o mediante cierta reserva de los bancos locales, o por otros medios
buenos para infundir "miedo al hebreo".
Los
ciudadanos norteamericanos deben, entonces, acostumbrarse a entender que es un
derecho constitucional de los hebreos el modificar a su placer el carácter de
las instituciones consagradas por el tiempo y la tradición. Si no lo hacen
voluntariamente, deberán soportar en adelante procedimientos mucho mas crueles
de los que hasta hoy solía aplicar el judío. Y para que se sepa lo que se
prepara, vamos a mencionar algunas de las exigencias relativas a los
"derechos judíos", formulados por la Kehilla:
1.
Ilimitada admisión de inmigrantes hebreos procedentes de todas partes del
mundo. -Procedan de Rusia, Polonia, Siria, Arabia o Marruecos, deben admitirse
forzosamente, aunque queden excluidos los demás inmigrantes.
Inseparables
casi de la exigencia hebrea de "derechos" es también la de las
"excepciones". Nunca demuestran los semitas mas claramente en
posición preferente como nación y como raza, que con sus eternas exigencias, de
que se les trate de forma distinta y mejor que a los demás pueblos,
concediéndoles prerrogativas que otros pueblo cualquiera ni siquiera se
atrevería a pedir.
2.
El oficial reconocimiento del culto religio somos laicos por el Estado y los
Municipios. -Se muestra la Kehilla en este punto tan rigurosa, que exige para
los empleados hebreos que no trabajen en el día de la fiesta "Jom
Rippur", pero si que perciban sus salarios, mientras que a los empleados
católicos se les niega ese derecho en las fiestas. Tenemos aquí una de esas
"excepciones", y una prueba del agradecimiento judío por los
"personajes católicos", que se aliaron a las asociaciones
pro-israelitas antes mencionadas.
3.
Supresión de la mención de Jesucristo por las au toridades municipales,
territoriales o del Estado en documentos o reuniones publicas.- Citan los
informes la protesta de un rabino contra un gobernador de Arkansas, que en su
manifestación del Día de Gracia había empleado un "concepto
cristologo".
4.
Reconocimiento oficial del sábado hebreo. -La vida toda de los Estados Unidos
esta regulada sobre la base del domingo cristiano como un día festivo de
descanso. Años ha que la Kehilla trata de dar este carácter al sábado. En tanto
falte este reconocimiento oficial, se paralizan muchos asuntos públicos en el
sentido de que numerosos jurados y otros funcionarios públicos se niegan a
actuar el sábado. Los abogados hebreos "caen enfermos" los sábados.
No molesta a nadie que los hebreos celebren su sábado. Pero es muy distinto que
pretendan convertir su propia fiesta en una de toda la ciudad, máxime cuando se
apoyan en la insolencia de que el domingo es una "manifestación
cristóloga".
5.
Autorización para los hebreos de tener abiertos lo s domingos sus negocios y
fabricas; de trabajar y comerciar - Puédese asentir a la santificación del
sábado, en tanto no se convierta en profanación del domingo. Nuestros preceptos
sobre descanso dominical son a menudo menospreciados y burlados por los
semitas.
6.
Supresión de los festejos de Navidad en escuelas y plazas publicas, prohibición
de colocar públicamente árboles de Noel y de entonar públicamente villancicos
de Navidad. -Innumerables referencias en el informe dan fe de que se
consiguieron algunos "éxitos" en este sentido.
7.
Suspensión y castigo penal de todos los funcionari os públicos que critiquen a
la raza hebrea, aun cuando se haga esto en pro del interés público. - Otto R.
Rosalsky, magistrado norteamericano miembro de la Kehilla israelita, pretendió
presentar un proyecto de ley por el cual constituye un delito común criticar a
la raza hebrea. Los dirigentes de la Kehilla condenaron públicamente al
funcionario municipal Kornell y exigieron su castigo por haber criticado a los
hebreos de los barrios del Este de Nueva York por el incremento de criminalidad
entre los semitas jóvenes. El jefe de Policía Bingham fue suspendido en sus
funciones por su crítica del criminalismo entre los hebreos ruso-polacos.
8.
Funcionamiento del "Beth Din", o juzgado judío, en los edificios
públicos de Justicia. - Confirman los informes que en muchos puntos se ha
conseguido ya.
9.
Eliminación en colegios y universidades de todo s los libros de texto que
parezcan inoportunos a los judíos. - En lo que se refiere al "Mercader de
Venecia", de Shakespeare, a las "Narraciones de Shakespeare",
por Lamb, ya se consiguió casi por completo. En la actualidad, se elimina en un
gran número de ciudades todos los libros de las bibliotecas que tratan de los
hebreos tal como son. Los libros que elogian a los judíos quedan y son
difundidos.
10.
Prohibición de empleo del concepto "cristiano, o de la frase "Estado,
Religión y Nacionalidad" en los bandos públicos, por constituir una
limitación de los derechos hebreos y una denigración de dicha raza. - Numerosos
funcionarios del Estado, de nacionalidad hebrea, fueron reprendidos por el
presidente del Comité judeo-norteamericano, Marshall, por no haber tachado el
termino "cristiano" en documentos sobre solicitudes de caridad
publicados por sus subordinados. Existía en el libro de instrucciones para los
aspirantes a oficiales del ejercito, una máxima que decía: "El oficial
ideal es el caballero cristiano". Los hebreos lograron la suspensión de
todo el libro. Cierto informe de la Kehilla neoyorquina del año 1920, deja
constancia que varios diarios de Nueva York en sus llamados a la caridad publicados
por casas comerciales, habían dejado pasar el término "cristiano". Se
les reprendió, pidieron perdón y prometieron utilizar en lo futuro la censura
más rigurosa. El termino "judío", en igualdad de casos, no se
critico. ¡Estos son, en realidad, los "derechos hebreos"!
Pero
hay más: la Kehilla incluso condenó el concepto de "americanización",
porque puede quizá identificarse con "cristianización". Debe
entenderse bajo "americanización" hacer prosélitos.
Es
frecuente que los hebreos de Nueva York acosen los Tribunales de Jurados, ante
los que se dirimen pleitos judíos. Estudiantes de Derecho hebreos, que abundan
en Nueva York, se "ganan" la vida con la ayuda de "dietas de
jurados".
Consiste
otro "derecho" hebreo en que la United Press, (la mas importante agencia
noticiosa norteamericana) no publique sino lo que convenga a los judíos, y que
en lo referente al tono, no se aparte del que ellos deseen. El hecho evidente
de que haya perdido esta agencia en los últimos años algo de su fama, puede
explicarse por aquello de sucumbiera demasiado a la influencia hebrea. Se dice
a menudo que "la U. P. aplica a todas las informaciones cierto tinte
neoyorquino", entendiéndose que un 85 por ciento de la información es de
origen semita.
Podrían
aducirse hasta lo infinito ejemplos y pruebas de que el pretexto de los
"derechos judíos" no es otra cosa que la ocultación de un ataque
sistemático contra viejos y bien fundados derechos norteamericanos. Nunca, en
parte alguna, se limitaron los derechos hebreos. Debe llamar la atención el
hecho de observar en tres informes de la Kehilla y del Comité, cuan enorme
extensión ocupa en su actuación esa cruel ofensiva directamente anti-cristiana.
Según estos, el hebraísmo considera un derecho suprimir todo cuanto pueda
recordar al cristianismo o a su fundador. Existe intolerancia religiosa, en
efecto, pero ¿de parte de quien? De los hebreos. Antaño, tales ataques eran
casos aislados, pero aumentaron visiblemente en número e intensidad desde la
fundación de la Kehilla y del Comité judeo-norteamericano. Y es lo hipócrita
del método, que muchas veces dichos ataques parecen preocuparse seriamente por
la observancia de ciertas doctrinas cristianas. "Nosotros os dimos vuestro
Redentor. Os enseña Este que améis a vuestros enemigos: ¿por que, entonces, no
nos amáis a nosotros?" El modo como los hebreos interpretan el amor al
enemigo, lo podrán atestiguar ciertos hechos tomados al azar del almanaque
judío de 1912-13. Conceptúa la Kehilla las frases contenidas en avisos
periodísticos, tales como: "se prefiere a un cristiano", o "a
personas judías se les ruega no molestarse" como un "incremento
amenazador del menosprecio hacia los judíos, siendo de advertir que numerosas
casas de comercio que se relacionan con casas hebreas, expresan tal opinión a
pesar de todo".
1918-19.
Se habían solicitado en cierto aviso carpinteros cristianos para un campamento.
A la inmediata protesta por parte de los hebreos, contestó el secretario de
Guerra, Baker, expresando que a los concesionarios se les había prohibido publicar
en lo sucesivo avisos tan ofensivos.
Se
halló el siguiente párrafo en cierta orden del día dirigida a los médicos
militares: "Los de sangre extraña, particularmente los judíos, están mas
predispuestos, que los hijos del país, a fingirse enfermos". El presidente
del Comité judeo-norteamericano, Marshall, exigió telegráficamente del
Inspector-medico en jefe, que prohibiera de inmediato la ulterior propagación
de dicho párrafo, retirando por telégrafo las ordenes ya circuladas, y que
declarara oficialmente que de los Archivos de los Estado Unidos se retiraría
semejante reproche contra tres millones de ciudadanos norteamericanos. El
presidente Wilson refrendo tal orden.
El
"Consejo de Marina", institución oficial, pidió mediante avisos a un
empleado de oficina cristiano; Marshall exigió: "No como castigo, sino
para que sea un ejemplo y por constituir un precedente necesario, debe seguir a
semejante ofensa la cesantía del culpable, debiéndose dar a la publicidad el
motivo” Nótese la altivez del tono con que el presidente del Comité
judeo-norteamericano trata a una autoridad legal norteamericana. En avisos
judíos pueden muy bien solicitarse empleados judíos. ¿Por qué a los cristianos
no se nos permite pedir a cristianos?
Una
exigencia a menudo repetida es la de prohibir la publica lectura de textos
bíblicos y hasta la del Padrenuestro en las escuelas. Escolares judíos piden la
eliminación de la Biblia y de cantos cristianos en las escuelas. En cambio,
22.000 niños hebreos reciben en Nueva York una educación religiosa puramente
judía. El Consejo Escolar de Chicago aconseja borrar la Natividad de N. S. de
la lista de los días festivos en las escuelas. ¿No es el caso de sospechar, que
también la supresión de varios días festivos católicos en Europa, hace unos
cuantos años, tenga su origen en este fanático odio anticristiano de los
todopoderosos judíos internacionales, dada la arriba citada colaboración de las
organizaciones hebreas con "importantes personalidades de la Iglesia
católica romana"? Se pretende, en cambio que en las comidas publicas de
caridad ofrecidas a niñas escolares pobres, se sirven alimentos preparados de
acuerdo con el ritual judío.
Se
repite todos los años con singular energía otra exigencia de los hebreos. En
1913 utilizóse toda la influencia israelita para evitar que la Ley de
Inmigración yanqui se modificara en el sentido de que el país fuera protegido
contra los elementos indeseables. Se lucho con preferencia por la supresión del
precepto de que los inmigrantes tuvieran que probar que saben leer y
escribir.
Nadie
se preocupa de las costumbres judías; poseen su propio calendario, sus días de
fiesta, su propio ritual. Voluntariamente se aíslan en sus "ghettos",
observan sus preceptos sobre alimentación, sacrifican sus reses según su ritual
y en una forma cruel, que ninguna persona de sentimientos nobles aprobaría;
esto, y muchas cosas más, pueden hacer sin la mínima molestia, sin que nadie
les exija cuentas de ellos. El proscripto es actuamente y única y exclusivamente
el no judío. Este debe hacer lo que el hebreo ordene. Si no lo hace,
"lesiona los sagrados derechos judíos".
Los
hebreos hubiesen podido continuar con sus costumbres particulares mucho tiempo,
de no haberse excedido. No hay ahora mas remedio que ver como se lesionan
derechos norteamericanos, abusando del sentimiento justiciero de nuestro
pueblo. Se comprende ahora que la única intolerancia religiosa efectivamente
practicada, consiste en el ataque de los hebreos contra los derechos religiosos
de los demás , y en su firme voluntad de que desaparezca de la vida publica
yanqui el último vestigio del evidente carácter cristiano de este país. Todo
detalle cristiano les desvela y de ahí que, por medio de su omnipotencia
política, dondequiera que lo puedan hacer, intenten borrarlo. La ultima meta, a
donde todo ha de guiar, son las "reformas" escolares de los
bolcheviques en Rusia y Hungría.
No
conformes con su propia libertad, ni con la "secularización", o
"descristianización" de todas las instituciones públicas, el tercer
paso de la actividad hebrea consiste en la entronización del judaísmo como
sistema renacido y aún privilegiado. Se eliminan en las escuelas el
Padrenuestro y las obras de Shakespeare; pero se implantan juzgados judíos en
los edificios públicos.
Se
pretendió en 1908 instituir el sábado hebreo, como día festivo oficialmente
reconocido. Los israelitas se negaron a actuar de jurados en sábado. Los
comerciantes que los sábados tuvieron abiertos sus negocios fueron
boicoteados.
Se
reclamo en 1909 el reconocimiento general para todos los días de fiesta judíos.
Clientes hebreos de la Bolsa propusieron cerrar en la fiesta judía de las
Expiaciones. Exigieron los rabinos que en la noche del viernes víspera del
sábado hebreo, no se dictaran clases en las escuelas nocturnas.
Doquiera
que se haga notar cierto movimiento contra los hebreos, se desarrolla
generalmente en forma tranquila. Mas un estudio serio publicaciones hebreas,
libros, folletos, manifiestos, estatutos y documentos, así como de la actuación
organizada de los semitas aquí, como en los demás países, demuestra netamente
que en todas partes existe acumulado un mundo de odio contra todo lo nojudío.