12-SEGUNDA PARTE DEL PREFACIO PERSONAL DEL SEÑOR HENRY FORD
XII LA ORDEN UNIVERSAL DE LOS "B'NAI B'RITH"
Son
tan numerosas como admirablemente repartidas las organizaciones del judaísmo.
Prácticamente, todas son internacionales, se haga constar o no en los estados.
La " Alliance Israelite Universelle " (París) puede considerarse como
centro mundial de gravitación de la política hebrea internacional, pues todo
conjunto de sociedades en los diversos países guarda relación con ella.
La
Orden independiente B'nai B'rith, que totalizo ya el millón de socios, es
manifiestamente internacional, habiendo parcelado la tierra habitada en 11
distritos, de los cuales 7 están enclavados en los Estados Unidos. De acuerdo
con la última memoria, ascendió a 426 el número de sus logias radicadas en los
Estados Unidos, Europa, Asia y África. De los cuatro miembros del Comité
ejecutivo no residentes en Estados Unidos, cada uno de ellos vive respectivamente
en Berlín, Viena, Bucarest y Constantinopla.
Al
examinar las juntas directivas de las asociaciones hebreas, llama la atención
el hecho de que en todas aquellas de cierta importancia los dirigentes sean
siempre los mismos. Se repiten algunos nombres constantemente, pero no solo en
estas juntas, sino también en Comisiones del Senado, en los puestos más
importantes de la Administración militar y en todos aquellos puntos donde el
judaísmo internacional interviene en la política del mundo. Convergen todos
estos hilos finalmente en el Comité judeo-norteamericano y en la Kehilla
neoyorquina. Los Mack, Bandeis, Warburg, Schiff, Morgenthau, Wolf, Kraus,
Elkus, Stranb, Luis Marshall, siempre aparecen en los asuntos de particular
importancia.
Existen
en los Estados Unidos 6.100 organizaciones hebreas, de las que según las
últimas publicaciones funcionan en Nueva York unas 4.000. Demuestra esto cuan
estrecha e íntimamente están unidos los hebreos entre si (en las formas mas
variadas), pero siendo siempre el lazo irrompible de unión el de la raza.
La
entidad más conocida es la Orden "B'nai B'rith", radicada en Chicago,
y que se fundo en 1843. Sus fundadores fueron casi todos hebreos de procedencia
alemana. "B'nai B'rith" significa "Hermanos de la Ley"
(mosaica). La primera fundación filial fuera de los Estados Unidos, se efectuó
en Berlín el año 1885, donde se constituyo la Gran Logia numero 8 y a la que
siguieron muy pronto otras Grandes Logias en Rumania y Austria.
Tiende
la Orden a educar a sus miembros en el patriotismo. Como, para citar un
ejemplo, la logia numero 6 de Illinois puede fortalecer el patriotismo de los
miembros de la logia numero 8, de Alemania, no es fácil, empero,
comprender.
La
orden pretendió manifestarse también en el campo político. La historia
diplomática de los Estados Unidos en estos últimos 70 años conserva rastros del
B'nai B'rith. En 1870 designóse cónsul de los Estados Unidos, en Bucarest, al
hermano Peixotto, con la misión especial de "mejorar la situación de los
hebreos cruelmente perseguidos en Rumania". Estas
"persecuciones" no eran sino la defensa de los campesinos rumanos
contra sus dos peores enemigos: el aguardiente hebreo y el terrateniente
hebreo. Se hizo aquel nombramiento "a raíz de proposiciones formuladas por
la Orden. Las negociaciones se llevaron a cabo preferentemente por el hermano
Simón Wolf".
Fué
este Simón Wolf durante 50 años el representante permanente y oficial de los
intereses hebreos en Washington. Podría escribir si quisiera, una historia en
extremo instructiva sobre las relaciones entre el B'nai B'rith y los
nombramientos diplomáticos norteamericanos. Fue el quien propuso al ministro de
Estado, Bryan la designación de un embajador hebreo pa a España, para demostrar
así que "Norteamérica" protesta aun contra la expulsió n de los
judíos en el siglo XV. También fueron judíos los que indujeron al presidente
Harding a que designara a un judío embajador en Berlín, para demostrar a los
germanos su desaprobación a denegar el predominio judío en la industria, hacienda
y política. Esta interpretación del servicio diplomático norteamericano como
agencia ejecutiva de los intereses mundiales hebreos, existe desde hace tiempo,
habiendo tenido por consecuencia numerosos nombramientos que en todo el país
provocaron extrañeza y duda.
Merece
especial atención el hecho de que mientras los judíos norteamericanos
proveyeron los puestos diplomáticos orientales con los suyos, los hebreos
británicos hicieron otro tanto con los altos cargos en India, Persia y la
Palestina. De este modo todo el medio Oriente se encuentra bajo la inspección
semita, dando a entender al mundo mahometano que los judíos, una vez
conquistado el de raza blanca, se preparan ahora a retornar a su antigua
patria. Este intento de aproximación de los creyentes de Moisés con los de
Mahoma requiere especial atención.
Pertenece
a la Orden de B'nai B'rith de preferencia los hebreos religiosamente un tanto
liberales, de los que indudablemente muchos pensaran también con mayor libertad
acerca de la cuestión racial. No es esta Orden el portavoz de la totalidad de
los ideales hebreos, sino que representan el c e n r o de ciertas intenciones
determinadas. No es que gire dicha Orden más alto que el Comité
judeonorteamericano, sino que representa un brazo ejecutivo de largo alcance.
Se la puede considerar como exclusiva masonería de los israelitas, y esto
indica su particularidad característica, a saber, que el hebreo exige como un
derecho el será dimitido en todas las sociedades y Ordenes cristianas; pero que
las suyas, exclusivamente admiten a judíos. Es norma israelita, tal política
unilateral.
A
la cabeza de la actuación del B'nai B'rith figura la labor de la " Liga
antidifamatoria". Dicha junta interior existente en toda logia, presta el
necesario servicio de espionaje para mantener a la Gran Logia al tanto de todo
cuando pueda afectar al judaísmo. En su provocativo proceder procede la Liga
antidifamatoria de acuerdo con directivas trazadas con extremada precaución.
Generalmente figura como presidente de la Liga un personaje de suma influencia, capaz de presionar a la
prensa. Es a veces el propietario de una agencia de publicidad que dispone de
la distribución de los avisos entre los diarios locales, de modo que estos,
desde dicho punto de vista, dependerá de su benevolencia. La Liga
antidifamatoria es la organizadora de los boicots. Y no es que solo emita sus
protestas alta y públicamente, sino que también utiliza los medios callados de
presión y coacción, que en apariencia ni se notan. En síntesis: una corporación
en extremo belicosa, cuyos medios empleados no son dictados siempre por la
moral y la justicia.
Consiste
uno de sus éxitos mas visibles en haber suprimido realmente el uso del termino
"judío", salvo en sentido laudatorio. Durante largo tiempo no sabia la
gente como denominar a los judíos: si "hebreos" o
"israelitas", o como fuera. Fue consecuencia lógica de ello, que
todos los pueblos debieron sufrir las "teorías" procedentes de los
judíos, cuyo nombre no era licito pronunciar. Hace poco compareció ante el juez
un judío acusado del asesinato de su mujer; los diarios le llamaron "un
precoz inglesito". Los rusos y
polacos residentes en los Estados Unidos tienen que soportar indignados,
y muchas veces, pero siempre en vano, protestaron públicamente contra ello, de
como se abusa de la denominación de sus nacionalidades en las crónicas
periodísticas y los informes policiales, para hacer desaparecer la de los
hebreos.
Apenas
un periódico añade el término "judío" al nombre de cualquier
criminal, aparece de inmediato la Liga anti-difamatoria con su protesta. El
razonamiento siempre repetido, es: "Si fuera este criminal metodista o
prebisteriano, no se lo haría constar expresamente; ¿por que se lo hace constar
tratándose de un judío, ya que este concepto no tiene sino un significado
religioso?" Si ese razonamiento no se basara sobre el supuesto falso de
que la palabra "judío" se empleo en sentido religioso, lo que a nadie
se le ocurre, podría parecer correcto. Empero, la practica, esta ocultación de
la nacionalidad de un criminal es una manifiesta injusticia contra los miembros
de otras nacionalidades, que tienen que sufrir así la maldad de los
delincuentes judíos. Significa tal proceder una restricción de la honrosa
libertad de la prensa.
Quita
este proceder de la Orden B'nai B'rith toda esperanza de un acercamiento o
reconciliación. Acaso no exista en el mundo pueblo alguno que se halle mas
dispuesto a resolver la cuestión judía justiciera y pacíficamente, que el
norteamericano; pero el arreglo no podrá jamás conseguirse en el sentido de la
descristianización y judaización de los Estados Unidos, y tal es lo que
pretende la Liga anti-difamatoria.
Una
de las pantallas mas eficaces, tras de la cual el judaísmo sabe ocultar sus
reales intenciones, es la de organizar mítines gigantescos. La Kehilla
neoyorquina, o lo que es igual, el Comité judeonorteamericano, puede organizar
en 24 horas mítines monstruos en cada población yanqui. Estos son medios de
combate netamente mecánicos, no para expresar francamente la opinión hebrea,
sino para influenciar a la "opinión publica" en un sentido
perfectamente determinado. En pocas palabras: ¡arte de tramoya!
Merced
a los mítines monstruos obligóse en un tiempo al gobierno a que revocara el
tratado de comercio existente con Rusia; también se impedía la necesaria
modificación de la Ley de Inmigración. En el supuesto caso de que el presidente
de los Estados Unidos despidiese a un funcionario judío, o de que el Negociado
Estadístico quisiera hacer figurar a los judíos residentes en Norteamérica
según su raza, mañana mismo en cien ciudades de todo nuestro territorio se
organizarían las consabidas manifestaciones gigantescas, protestando
estruendosamente contra ello.
La
razón por la cual la orden B'nai B'rith concentro todas sus energías en
eliminar de la literatura escolar y universitaria el "Mercader de
Venecia", de Shakespeare, no es claramente comprensible. Empero, en gran
parte logro su objeto. En noviembre de 1919 la Liga antidifamatoria pudo
anunciar que dicha obra había sido suprimido en 150 colegios, lo cual
precisamente redundo en desventaja de los judíos en todos los conceptos. Un
éxito que no pudo alcanzar la Orden fue eliminar de la Biblioteca de Boston el
cuadro de Sargen "La Sinagoga". A pesar de las muchas protestas que
se elevaron, el cuadro sigue en su puesto.
En
la Navidad del año ultimo apenas hubo tarjetas de felicitación que mencionaran
el significado de la festividad. En las Pascuas próximas ocurrirá otro tanto:
todo lo cristiano es "antisemitismo" y debe desaparecer. El rabi
Cofee manifestó que el Nuevo Testamento era el libro más antisemita que se ha
escrito.
Toda
esta agitación judía, que comenzó por la supresión de la Biblia hasta finalizar
en la eliminación de Shakespeare, fue un enorme desacierto y se trocara en
descalabro, cuyas consecuencias deberá sentir el pueblo judíos en días no muy
lejanos.